Regalo de cumpleaños

Mi mujer decide liberarse en mi cumpleaños.

Mi mujer, tras habérselo propuesto hace meses, y en su día haberse negado a ello, hoy en el día de mi cumpleaños, imagino que tras mucho pensarlo ella sola, ha accedió a hacerlo con otro hombre.

En nuestra relación ella no es dominante, y cuando intenta hacerlo no le sale natural, aunque he de decir que ha mejorado mucho. No se me puede malinterpretar, ella es una diosa y no cambiaba nada de ella.

Lo había preparado todo ella para mi cumpleaños, había reservado una habitación de hotel y me había llevado allí sorpresivamente. Al abrir la puerta de nuestra habitación allí se encontraba nuestro amigo.

Yo no tenía idea todavía de cuál era la situación ni de lo que iba a pasar. Simplemente estábamos allí los tres hasta que el servicio de habitaciones trajo una botella de champan y una bandeja con tapa con algo dentro.

Sirvió mi mujer el champán en tres copas y brindamos los tres. Luego mi amigo me tapó los ojos como para dar una sorpresa. De un movimiento rápido noto las manos de mi mujer poniéndome unas esposas.

No quise preguntar, pues las sorpresas siempre me han encantado. Con los ojos destapados mi mujer me llevo a una silla que se encontraba enfrente de la cama. Me empezó a desnudar de cintura para abajo y me sentó en la silla. Me dio un beso y me instó a que disfrutase mi regalo.

Entonces mi mujer se dirigió a mi amigo y proponiéndole un morreó en la boca lo empujó para que se sentase en la cama. Entonces dejo caer su vestido negro a sus pies descubriendo un body de encaje carente de ropa interior. Se le notaban sus pechos y entrepiernas entre la tela de encaje, y un agujero en la entrepierna para facilitar el sexo.

Fue recorriendo el cuerpo de mi amigo con las manos mientras se ponía de cuclillas. Cuando llegó al pantalón le desabrochó el cinturón y de un tirón le bajó los pantalones hasta los tobillos. Empezó a acariciar la polla de mi amigo que ya estaba morcillona, pero que no tardó en ponerse dura del todo. Mi mujer le pajeaba suavemente, mientras empezó a lamer las pelotas de mi amigo. Se tomaba su tiempo, saboreándolas como si fuesen bolas de helado. Finalmente agarró la polla erecta de mi amigo, subió con su lengua hasta el glande y se la metió entera.

Yo me sentí tremendamente excitado, se me puso la polla erecta pero no podía tocarla debido a las esposas. Mi mujer tenía un vaivén algo más rítmico con su boca que antes, pero se nota que quería disfrutarlo. Mi amigo empezaba a gemir. La decía lo bien que la chupaba, que nadie se la había chupado así de bien. Mi mujer se lo tomó como el mejor de los cumplidos y aumentó el ritmo al son de las cosas que le decía mi amigo.

Cuando mi mujer pensó que la polla de mi amigo estaba lo suficiente lubricada con su saliva, se incorporó y se sentó sobre él introduciendo su polla en su coño muy despacio. Después se recostó hacia adelante para que pudiera ver mejor el espectáculo mientras cabalgaba a mi amigo.

Mi amigo le agenciaba sendos cachetes al culo de mi mujer, de tal manera que tornaba en rojo sus glúteos. De repente le metido un dedo en la boca a mi mujer para que lo chupase bien, y una vez lubricado lo dirigió a su ano para introducirlo en él.

Mi mujer se apretaba los pechos mientras cabalgaba la polla y a su vez el dedo de mi amigo. Gemía de placer y parecía totalmente desbocada.

Mi amigo tomo la iniciativa y la tumbo en la cama, dejando su cabeza al borde de tal manera que esta se caía para atrás. Mi amigo se inclino un poco y le metió su polla en la boca y se la empezó a follar. Mi mujer se masturbaba mientras gorgoteaba saliva de la boca. Parecía disfrutar con las leves arcadas que producía el vaivén en su boca. Tanto que empezó a temblarle las piernas, y un gemido ahogado por la polla de mi amigo se le intuyo a mi mujer. Se estaba corriendo.

Sin mi mujer moverse, mi amigo se puso sobre ella y esta abrazándole con las piernas en su espalda se introdujo completamente la polla de mi amigo de nuevo en el coño. La cama retumbaba con las embestidas, fuertes pero rítmicas.

Finalmente, mi amigo puso a mi mujer a cuatro patas y empezó a cabalgarla de tal manera que veía todo en primer plano, como se la follaba y como mi mujer se masajeaba el clítoris mientras tanto. No tardo mucho en volverse a correr, ahora mas intenso si cabe con gemidos que se debían escuchar en el pasillo del hotel y las habitaciones colindantes. Mi amigo se puso de pie y agarrando la cabeza a mi mujer se pajeo rápida y levemente, para correrse en su boca, tanto que casi no le entra todo a mi mujer.

Mi amigo se vistió y se despidió felicitándome el cumpleaños. Yo estaba cachondísimo. Mi mujer me guiñó un ojo con la boca llena de semen. Abrió la cajonera de la cama y sacó un arnés. Me indicó que me colocase en la cama. Así hice sentándome en ella. Ella abrió el cajón y sacó un arnés que se puso inmediatamente. Cogió el dildo y sobre él escupió el semen de mi amigo. Abrió mis piernas y se apoyó sobre ellas para dejarme merced a ella y me lo metió lentamente.

No paró de introducirlo hasta que sus caderas tocaron mi culo, y empezó a follármelo rápidamente, sin a ver esperado a que este se amoldase al dildo. Me envestía con una risa en la cara mientras me llamaba maricona. Aguante muy poco debido a la excitación y me corrí sobre mi pecho.

Sacó el dildo y me dio un leve cachete en el muslo. Me sonrió y se fue a la ducha.