Regalo de cumpleaños
Entramos en casa, les llevé al comedor y les miré fijamente. Silencio. Me acerqué despacio a Rafa y le metí la lengua hasta la garganta mientras sobaba su paquete. Luego hice lo mismo con los otros. La polla de Antonio se me antojó enorme. A él le di el video mientras decía: no quiero que pierdas detalle de lo que va a pasar aquí, y poniéndome de rodillas me acerqué a Pablo andando a cuatro patas.
Lo que te cuento me pasó a final de junio, después de la típica cena de trabajo en la que bebes un poco más de la cuenta y las inhibiciones quedan aparcadas a un lado. Después de cenar estuvimos en un garito bailando y tomando algo, desde ese momento Antonio y Rafa, dos compañeros con los que me llevo muy bien, anduvieron a mi lado. Primero risas, algún comentario entre soez y divertido, roces mientras bailábamos. El caso es que después de un rato, noté como mi ego de mujer se iba acrecentando y sentirme deseada me excitaba y me hacía tener unas ganas locas de follar.
A las 4 de la mañana le dije a Antonio que estaba cansada que si hacía el favor de llevarme a casa, Rafa y Pablo, el de contabilidad, se apuntaron a volverse con nosotros. Cuando llegamo al portal les propuse tomar la penúltima. Esa noche estaba sola, Pedro se había ido con los niños al chalet, como yo tenía la cena quedé en ir al día siguiente. No se si era yo, o era mi instinto de cazadora siguiendo su presa, lo que me incitó a subirles a casa.
Mientras subíamos en el ascensor creo que todos sabíamos lo que iba a pasar, Antonio se me acercó por detrás poniendo su paquete muy cerca de mi culo, mientras que Pablo no paraba de mirarme con descaro el escote.
Entramos en casa, les llevé al comedor y les miré fijamente. Silencio. Me acerqué despacio a Rafa y le metí la lengua hasta la garganta mientras sobaba su paquete. Luego hice lo mismo con los otros. La polla de Antonio se me antojó enorme. A él le di el video mientras decía: “no quiero que pierdas detalle de lo que va a pasar aquí”, y poniéndome de rodillas me acerqué a Pablo andando a cuatro patas.
Chupé su pantalón, noté como su polla quería escapar de ahí, pero seguí un rato más así. Al fin mi mano bajó la cremallera, le bajé los pantalones y los calzoncillos, con mis dos manos agarré su culo y me la metí hasta dentro. Un ahogo salió de su garganta, al tiempo que mi lengua jugueteaba con su cabeza y mi mano derecha se la meneaba con fuerza. Me la metí más dentro en la boca. El pobre gemía y me suplicaba que no me parase. Pero paré, me volví de nuevo de rodillas hacia Rafa, que se había quitado el pantalón y me esperaba con su polla ansiosa de recibirme. A él no se la chupé, al llegar me di la vuelta y le ofrecí mi culo. Lo manoseó y casi me arrancó el vestido antes de metérmela hasta los huevos. Yo estaba completamente húmeda, después de un par de minutos comencé a correrme como un perra. Quería que no acabase nunca.
Antes de que se corriera lo aparté de mi. “Venid los dos, quiero que me chupéis de arriba abajo, quiero que me hagáis correrme con vuestras lenguas”, dije con una seguridad que a mí misma me estremeció. Obedientes se acercaron y empezaron a recorrer mi cuerpo con sus lenguas, Pablo el cuello y las tetas, Rafa los muslos y el culo, sus manos se hundían en mi coño sucesivamente y sus dedos pellizcaban mis pezones, haciendo que me estremeciera una y otra vez.
Antonio seguía con el video, no dejaba de tocarse y a esas alturas su polla estaba como un ariete esperando embestir. De un empujón lancé a Pablo en el sofá y me subí encima de él, su polla me taladró y empecé a cabalgar suavemente sobre mi montura, le grité a Rafa que quería su polla en mi boca y se colocó delante de mi cara, para que mi lengua comenzase a actuar. Me encantaba la situación, no sé si estaba más excitada por el calentón o por ver a esos hombres completamente rendidos ante mí.
Poco a poco me fui agachando, dejando mi culo a la vista de un Antonio que, obediente, no había dejado de grabar nada, pero que ya había dejado el video bien dirigido para no perder lo que pasaba. Sentí unas manos tocando mi culo, un par de salivazos en mi ano y un dedo que se abría paso por el único agujero que me quedaba libre. Antonio empezó a gritar: “joder, qué puta, qué puta más buena eres”, “me has puesto loco, perra, estás demasiado buena para no darte bien por detrás”, y soltó un manotazo en mi culo. “Fóllame, fóllame de una puta vez cabrón”, dije mientras seguía cascándosela con fuerza a Rafa. “Vamos joder dadme más duro, quiero vuestra leche sobre mi”
Pablo incrementó sus movimientos haciendo que no pudiera reprimir mis gritos de placer, Rafa agarró mi pelo y empezó a follarme la boca con ansia y Antonio me metió su enorme polla, primero la cabeza, dolor, placer, luego hasta dentro. Una especie de fuego recorría mi cuerpo.
Casi al instante Rafa se corrió en mi boca, traté de tragarme su leche, pero no pude con todo a la primera, parte resbaló por mi cuello, pero rechupeteé su miembro hasta dejarlo limpio, mientras que él no paraba de gritar, “jooooder que hembra, menuda zorra chupas pollas, me vas a vaciar los huevos”. Pablo vació su miembro en mi coño a la vez que con sus manos estrujaba mis tetas y Antonio, después de unos cuantos empujones se corrió dentro de mi culo.
Nunca lo había hecho con más de un hombre. En realidad, nunca lo había hecho con nadie que no fuese mi marido, pero desde que hace tiempo Pedro me dijo que le ponía cachondo imaginarse como follaba con otros, no he parado de pensar en ello.
Este video será mi regalo de cumpleaños.