Regalo de Cumpleaños (3: María entra en escena)
María pide ayuda Marcia para reconquistar a su marido, María "Desinteresadamente" la instruye en el arte del sexo
¿Me recuerdan? Anteriormente les hablé de mi y de cómo mi marido me enseñó a disfrutar del sexo con su hermano gemelo, si no los han leído les sugiero hacerlo, así "Enseñando a María tendrá más sentido y lo disfrutaran más"
Este año que pase junto con mis dos machos fue genial, al principio nuestra "rutina" partía cuando me despertaba y notaba la erección matutina de mi compañero de cama, normalmente me encontraba bastante mojada producto de nuestra pequeña orgía de la noche anterior, así que no me costaba nada montarme a caballito y clavarme yo misma ese pedazo de carne que mi macho tenía para mí, él no se movía, era yo quien me lo culeaba a placer hasta tener mi orgasmo, me encanta esa sensación de control, levantar mis caderas hasta que su pene queda allí, en la entradita de mi mojada vagina, luego dejarme caer empujando con mis caderas con fuerza hacia delante hasta sentir sus coquitos golpeando mi culito y su quejido casi instantáneo, "huuuyy cuidado que duelen", luego tratar de meterme hasta sus testículos haciendo circulitos bien lentamente pero muy pegada a él, para luego levantarme muy despacito, sentir y ver como su pene se va retirando de mi y sale todo mojadito, jugar con glande en mi rajita, si parece que con la puntita me besa el clítoris como si fuera su lengua, meterme la puntita, apretar y soltar mi vagina sobre ella para que sienta como si mi vagina le estuviera chupando el pico, así como me gusta hacerlo a mi y pasar mi lengüita por todas partes, mmmmm, de puro recordarlo estoy toda mojadita.
Luego de mi orgasmo era su turno de llenarme de leche, era suya, no podía oponerme, él me ponía como quisiera, era suya, ese era su momento, era él quien me culeaba a su gusto y a su ritmo, mi boquita, mi conchita, mi culo o mis tetas acababan llenas de su leche y nunca deje de disfrutarlo. Mi otro macho no me cogía en la mañana, era su turno de dormir conmigo esa noche, y era el quien a la mañana siguiente me dejaba casi como un trapo en la cama, mojada cansada, pero enormemente feliz y satisfecha.
Las noches eran nuestras, montábamos nuestros juegos para ver quien era el primero en cogerme, o les iba chupando el pico un rato a cada uno para ver quien aguantaba más, ese tenía el derecho a pedirme lo que quisiera, normalmente Juan le gustaba darme por el culo y José prefería que se la chupara, otras veces hacíamos un trío y siempre acababa con dos de mis agujeritos llenos de leche.
Bueno, un sábado en la mañana cunando mis dos machos habían partido al fútbol me pareció sentir el timbre, tocaban con insistencia así que me levante a ver quien era, al levantarme pude sentir como la leche de mis machos corría lentamente por mis piernas, estaba desnuda así que me puse una bata y trate de arreglar el pelo en un moño, sentía mi cara y mis tetitas aún húmedas de leche así que pase la mano tratando de que no se notara. Era María, la esposa de José.
Hola María pasa, me dio un beso en la mejilla, "huy que suavecita tienes la cara y que rico huele esa crema que usas, ¿Cómo se llama? ". No pude más que reírme, "supiera esta tontona que es la leche de su marido", le invente un nombre. Disculpa Marcia por venir tan temprano, pero vi que los muchachos salieron y al fin me animé a conversar contigo, que bruta soy tu aún no te has vestido, dejémoslo para otro día.
-No María pasa, ven a mi habitación y podremos conversar con calma, mi pieza era un desastre y ella no dejo de notarlo, mi tanga celeste colgaba de la lámpara del techo, mis sostenes en el piso, las cama toda desecha y oliendo a sexo. Ella abrió sus ojos con sorpresa y luego se ruborizo, "que envidia, ¿tan bien lo pasan todas las noches?".
Jajaja, no María, la de anoche fue una noche normal, la verdad es si la pasamos muy bien, Juan es muy activo y le gusta inventar cosas nuevas y yo, bueno, yo me dejo llevar. Pero que te pasa, te noto muy triste María.
Ella se acerco y me abrazo, estaba muy compungida y como avergonzada, sollozaba, Marcia, cuñada, discúlpame lo que te voy a decir pero y no aguato más, "tengo ganas, tengo muchas ganas, sé que José se separó de mi porque me encontraba desabrida en la cama, pero quiero cambiar, ayúdame por favor" No supe que decirle, pero yo, ¿como te puedo ayudar María?
Marcia, José me contó, porque hablaba con tu marido y entre ellos no tienen secretos, me contó que tu se la chupabas, el me pidió por favor que aprendiera de ti, a ti no te da vergüenza mostrarte desnuda ante tu marido, tampoco te niegas a satisfacerlo en sus caprichos y gustos, quiero hacerlo Marcia, quiero recuperar a mi Marido pero no se como, enséñame por favor.
Todavía no salía de mi sorpresa, la abrace para tratar de reconfortarla, pude ver nuestra imagen en el espejo y la encontré muy linda, linda aunque muy poco femenina. Ven María, párate frente al espejo, que vez, "bueno ambas somos parecidas", cierto, que más, "no se", quítate ropa y quédate en ropa interior, lo hizo, aunque el resultado no fue el esperado, su sostén era deportivo y sin gracia, sus tetitas eran un poco más chicas que las mías y el sostén en vez de realzarlas las aplastaba, sus calzones era de abuelita, tenía un culo lindo, grande pero lo ocultaba con esa fea ropa interior.
Mejor desvístete, no tengas miedo, yo también estoy desnuda bajo la bata, vez me la quite, María obedeció una vez más y se desnudo, Marcia pudo apreciar su sexo sin depilarse y su culito que era realmente lindo Grande. Que vez ahora María, bueno tus senos son mas grandes que los míos, cierto pero tu culo es más grande y lindo que el mío, María se sonrojo, tontita, es un cumplido, te aseguro que a tu marido le encanta. Que más vez, bueno bueno ..estas mojada, como si acabaras de tener sexo. Si es cierto, eso que corre por mis muslos es la lechecita de mi marido, lechecita que deja todos los días dentro mió y que a mi me encanta.
Jajaja, de verdad te gusta su olor, si me encanta, es como a dulce, dulce y caliente al mismo tiempo, me encanta, jajajaja, y te gusta su sabor .No no lo sé, nunca lo he probado. Jajaja, realmente tendré que enseñarte desde el principio, le tome su mano y la dirigí a mi vagina, ella trato de resistirse, tranquila María, te voy a enseñar su sabor, unta tu dedo, mójalo en mi vagina y siente su gusto, aunque avergonzada me obedeció, cuando me rozó la viga no pude dejar de sentir un escalofrió y un gritito salio de mi garganta, hayahay mamita. Perdón te hecho daño, no tontita es que estoy muy sensible, ahora agarre su mano con mas confianza y me acaricie la conchita con gusto, me metí sus dedos y moví en círculos mis caderas para mojarlo y sentirlos dentro mío, haaaaaa, haaaa, mi quejido izo sintonía con el suyo, que rico se siente, ahora mira tus dedos llenos de su leche, chúpalos, acarícialos con tu lengua como si fuera el pene de tu marido, mmmmm, que rico se siente, viste tontita que no tiene mal gusto y que se siente rico, si me encanto, realmente quieres sentir el pico de tu marido en tu boca y como te la llena de leche, siiiiii, siiiiii, su calentura era mas que evidente, me deje caer en la cama y la atraje hacia mi, mi conchita está llena de leche, ven, tómatela toda, te aseguro que muy pronto tu conchita será la que se llene de leche, pude sentir su lengua acariciando mi conchita y como lamía como una perrita, por el espejo observé como su conchita estaba también húmeda e invitaba a ser penetrada, pude ver su culito aún virgen y me relamí de gusto pensando en la cara que pondría mi marido cuando se lo ofreciera, cerré los ojos y me dedique a disfrutar de la lengua de María en mi conchita.
Marcia