Regalo de cumpleaños (1)
O había ya pasado al salón y me había sentado en el sofá para leer el periódico. Mientras hablábamos me fije que llevaba solo una maya gris muy ajustada y una camiseta también gris que marcaba sus tetas y los pezones, note que no llevaba sujetadores y bajando la vista noté que se le marcaban los labios del coño en la entrepierna. Llevará un tanga pequeño pensé- pero cuando se giró para pasar el trapo del polvo por el mueble del salón pude apreciar que no se veía ninguna marca.
REGALO DE CUMPLEAÑOS
Era el segundo domingo de un soleado mes de Mayo. Yo cumplía cincuenta años pero no me sentía especialmente diferente ni deprimido por dejar el cuatro, eso me había afectado cuando dejara el tres; y no solo me afecto la depre sino que también empecé a notar otros efectos que no es necesario que explique. Pero como suele decirse, se pierde en cantidad pero se gana en calidad.
Como decía, era mi cumpleaños y mi esposa Marta había organizado una fiesta en casa, invitando a unos cuantos matrimonios amigos y como no a su hermana, mi cuñada, Isabel.
Yo conocía a Isabel desde cuando teníamos dieciséis años, en realidad había empezado a salir con ella antes de que me presentara a su hermana, mi actual esposa. Habíamos salido solo durante un mes y solo los domingos, en la década de los setenta eso era lo normal, para ir al cine o a algún guateque. Nuestra relación sexual no había pasado, y no era poco a esa edad, de los besos de tornillo, de tocarle los pechos y masturbarnos mutuamente en la oscuridad del cine, mientras tapábamos nuestras maniobras con las chaquetas.
Cuando me presentó a su hermana, un año menor que ella, me enamore de esta e Isabel se mostró contenta porque me veía un buen chico para su hermana pequeña. Ella era mucho más alocada y no buscaba novio formal sino picar de capullo en capullo. Era de esas chicas que mis amigos y yo calificábamos de “calienta braguetas”.
No hubo ningún problema por el “cambio”, seguimos siendo amigos y desde entonces siempre nos hemos dado un beso en los labios cuando nos encontramos, sin que nadie se extrañe de ello pues todos, incluida su hermana, saben de nuestra adolescente relación.
Mi cuñada cambio mucho después de la adolescencia, conoció a un chico estupendo, de buena familia,con un buen empleo, y se caso con 20 años. Tuvo uno hijo y una hija, ya casados, y lleva una vida muy burguesa e incluso de Iglesia, de misa todos los sabados por la noche. Al contrario de cuando era adolescente, se convirtió en una puritana, o eso parecía. Cuando en reuniones de amigos había conversaciones o chistes sobre sexo, se le notaba incomoda. Sinceramente yo no podia imaginarmela más que en la posición misionero y más bien pasiva. A veces lo había comentado con su hermana, mi esposa, “hay que ver como era tu hermana y como es ahora”
El marido de Isabel trabaja fuera de la ciudad como ingeniero en una planta petroquímica y algunos fines de semana tiene guardia y no vuelve a casa. El fin de semana de mi cumpleaños era uno de esos días, así que yo debía ir a buscarla su casa, a unos cincuenta kilómetros de donde vivimos y después a la noche volver a llevarla, claro.
- ¡Cielo, quieres hacer el favor de salir de la cocina ¡ - mi mujer me dio un cariñosos cachete en el culo
- Pero…si intento ayudarte, que puedo hace?. Es mucho jaleo para ti sola preparar para tanta gente y luego me dirás que no te he ayudado…
- Mira yo voy a mi aire y todo saldrá bien, pero tu revoloteando por la cocina me pones nerviosa. Déjame a mi aire – fue una forma de decir “ no me ayudes…por favor…que me das más trabajo..”
- Vale, vale…luego no te quejes.
- ¿Porque no te vas a buscar a mi hermana?
- Pero si son las diez de la mañana y no comemos hasta las dos. No estará ni preparada
- Pues te compras el periódico, te vas a buscarla y si no esta preparada la esperas leyendo el diario y así yo voy a mi ritmo tranquilamente.
- Vale, esta bien….pero que conste que me echas de casa – le respondí con una sonrisa y un
beso en los labios.
Cuando mi cuñada me abrió la puerta se extrañó de verme allí
- ¡Coño! ¿Ya estas aquí? ni me he duchado aun.
- Tu hermana me ha recomendado venir a buscarte para que dejara de “ayudarla” en la cocina
- Ya….seguro que termina antes sin tu “ayuda” – esto último lo dijo con segundas.
- No seas mal pensada…que no es eso.
Yo había ya pasado al salón y me había sentado en el sofá para leer el periódico. Mientras hablábamos me fije que llevaba solo una maya gris muy ajustada y una camiseta también gris que marcaba sus tetas y los pezones, note que no llevaba sujetadores y bajando la vista noté que se le marcaban los labios del coño en la entrepierna. Llevará un tanga pequeño – pensé- pero cuando se giró para pasar el trapo del polvo por el mueble del salón pude apreciar que no se veía ninguna marca.
Sentí una sensación extraña que verdaderamente nunca antes había sentido con ella desde que éramos cuñados, siempre presumíamos de ser como hermanos, y no sin pensarlo le dije:
- Cuñada que bien te quedan esas mallas y esa camiseta. Estas…..interesantísima así….
- Cuñadoo no te burles….me has cogido en ropa de faena. No pensaras que hago las faenas de casa con ropa de boutique – se rió
- No pero nunca te había visto con ropa así y la verdad……ufff…..estas muy provocativa
- ¿Ah si? – se volvió con un gesto coqueto, poniéndose una mano en la cintura y otra sobre el pubis.
- Oye…¿puedo hacerte una pregunta?
- ¿Qué?
- No llevas bragas, verdad.
- Joder cuñado…que observador eres. ¿Tanto se nota? – diciendo esto bajó la cabeza a mirarse entre las piernas, mientras con las manos se estriaba aun más la licra con lo cual quedo claro que no llevaba bragas y se le marcó completamente todo el coño.
- Uff pues ahora acabas de arreglarlo. Me estas poniendo malo
- ¡Serás bobo! – se vino corriendo hacia mi para pegarme con el trapo que usaba para quitar el polvo –¡ te vas a enterar….!
- Al verla venir levanté instintivamente los brazos para protegerme de aquellos “golpes” en mi cabeza y como luchando para defenderme la agarre por la cintura y la tire sobre mi.
Cayó con su culo encima de mi regazo, al sentir el impacto del culo algo se disparó dentro de mi y como un resorte mi polla se puso dura, ella se dio cuenta, porque mi miembro tocaba su culo, pero siguió jugueteando intentando librarse de mis brazos que la sujetaban jugando en aquel juego de lucha. Yo abrí un poco las piernas y si¡u culo se introdujo más entre ellas, sintiendo como mi polla erecta rozaba con ella. Por fuerza ella lo estaba sintiendo.
Con un brazo la sostenía encima de mi regazo por los hombros y con la otra le sujetaba las manos. No se como pasó pero cuando nos dimos cuenta teníamos nuestras bocas juntas y nuestras lenguas se intercambiaban caricias, ahora en su boca, ahora en la mía. Solté sus manos, una de ellas fue rápidamente a posarse sobre mi nuca y atraerme hacia ella y, al mismo tiempo, una de mis manos se bajó a su entrepierna a acariciar su coño por encima de la licra.
Estuvimos así un buen rato besándonos y acariciándonos con autentica pasión, hasta que algo la detuvo y separando la cara de mi, me miró fijamente a los ojos con cara angustiada
- ¿Qué estamos haciendo…? Esto no esta bien
- Lo siento – me sentí obligado a disculparme sin saber porqué-
- Esto no está bien, es un pecado – volvió a repetir, pero sin soltar su mano de mi nuca.
- Bueno..tampoco hay que darle tanta importancia. Ha sucedido y ya está. A fin de cuentas no somos hermanos, que tontería eso del pecado. Te has vuelto una rata de sacristia.
- Ya pero….somos cuñados…y no deberíamos hacer esto
- Ya lo se, pero a mi me ha gustado mucho. Me pareció que aun teníamos quince años
- Si, a mi también….pero si se enteran mi hermana y Luis..
- Tu quieres que se enteren
- Nooo
- Vale, yo tampoco. ¿Cuál es el problema? Nadie sale perjudicado.
Yo ya estaba lanzado y con una calentura terrible. Adelante mi cabeza y la bese suavemente en los labios, una y otra vez, hasta que por fin ella volvió a abrir la boca y se desenfrenó totalmente chupándome la lengua.
Mientras nos comíamos literalmente la boca, yo seguía acariciándole el coño por encima de la licra que bajo la presión de mis dedos se introducía entre los labios de su sexo. Con la otra mano la sujetaba por la espalda.
Cuando ya sentía que estaba mojada pase la mano del coño a debajo de su camiseta y deje libres las tetas que mostraban dos pezones duros y erectos en medio de una bonita aureola con un color un poco más oscuro que su piel morena. Me separe de su boca y lleve la mía a sus pezones, me los metí en la boca, al tiempo que intentaba meterme parte de la teta, se los succionaba y con la lengua los acariciaba dentro de la boca pausándoles la lengua de forma circular y chupándolos, alternativamente.
Los dos habíamos ya perdido la noción de toda sensatez. Ni siquiera pensamos que quizás su marido, pudiera querer darle una sorpresa y se las hubiese arreglado para dejar el trabajo y venir a acompañarla a mi fiesta.
Hice intención de quitarle la malla
Noo, espera. Estoy muy sudada, tengo que ducharme
Es igual, quiero comerte y follarte
-Noo, por favor déjame ducharme. Me encuentro muy incomoda así, estoy sudada – era verdad olía a sobaquillo pero yo estaba ya tan caliente que me daba igual. Por otro lado no quería que ella se enfriase y cambiara de opinión
- Déjame que me de una ducha rápida.
-Vale pero te acompaño y te froto la espalda – no quería que bajara su calentura, ni la mía.
-Bueno, vale, me encanta que me froten la espalda.
La acompañe al Cuarto de baño abrazándola por detrás y pegando mi polla dura a su culo redondo, mientras con las manos seguía acariciándole las tetas debajo de la camiseta.
Ya en el cuarto de baño le quite la camiseta y le baje el pantalón de licra. Uff…en el espejo se reflejo su desnudez y una gran mata de pelo negro que cubría su pubis y, como luego pude comprobar también todo su coño, me excito aun más. No pude resistirme, me desnudé también de prisa, con la intención de meterme con ella en la duchas. Al encontrarse nuestros cuerpos desnudos y sentir el calor uno de l otro, ella se giro bruscamente y nos fundimos otra vez en un beso apasionado, como hacia tiempo que no experimentaba y creo que ella tampoco.
- Me quiero duchar contigo. le dije cuando nos separamos para respirar.
- Sii, pero déjame hacer pipi antes.
Al oír eso un flash acudió a mi mente, una fantasía que siempre había tenido. Quizás este era el momento, los dos estábamos muy calientes y eso son cosas que solo se pueden hacer cuando se ha perdido la vergüenza por la calentura.
- No, no mees – le dije- quiero que te corras mientras meas.
- ¡Tu estas loco! ¡Pero serás guarro!
- ¿Porque? ¿Lo has probado alguna vez?
- ¿Pues claro que no, pero que guarrería es esa?
- Confía en mí, déjate llevar. Prueba algo nuevo, te gustará
-
Aunque muy escéptica se dejo acompañar dentro de la bañera, donde empecé a chuparle de nuevo los pezones, al tiempo que apoyándola sobre la pared de baldosas, que supongo le hizo sentir frío en la espalda aunque con la calentura no dio muestras de sobresalto. Mientras le chupaba los pezones baje la mano y empecé a masajear su coño con toda la mano.
- Abre bien las piernas y concéntrate en disfrutar y mear – de dije al tiempo que le metía dos dedos dentro del coño y empezaba a meterlos y sacarlos, girándolos de cuando en cuando para tocar la parte rugosa debajo del monte de Venus.
- Ahhhh –gemía ante mis maniobras dentro de su coño y la mamada que le estaba haciendo en los pezones.
- Disfruta….mea…y correte…
- Me gusta…mucho….pero no …puedo…mear - decía de forma entrecortada y entre susurros.
- Concéntrate….no tengas prisa.
Yo no cesaba en mi chupada de pezones y la masturbación cada vez más rápida con dos dedos dentro de su coño. Ella con las manos apoyadas en la grifería por detrás de su espalda había abierto las piernas todo lo que podía y las había flexionado un poco , con lo que mi mano encontraba su coño completamente hinchado y abierto.
Yo estaba sintiendo un placer especial, no era sexual, al sentir como se abría y se entregaba a mis caricia, como su coño estaba abandonado a mí. Mi placer era estar consiguiendo darle placer, difícil de explicar, sin pensar en mi; de hecho mi polla estaba consistente pero no dura.
Finalmente lanzo un grito
- Ahhh! Me corrooo y me meooo – grito al tiempo que yo sentía como se contraían los músculos de su vagina y un liquido caliente mojaba mi mano.
Sin sacar mis dedos del coño, afloje el ritmo y pase a besarla nuevamente en la boca, donde nos chupamos las lengua mientras mis dedos seguían entrando y saliendo muy despacio como para que su orgasmo se fuera apagando de forma paulatina y no de golpe. Notaba los espasmos de los músculos y al mismo tiempo chorros intermitentes de calido liquido, como si se corriese y mease alternativamente.
La seguí besando y acariciando tiernamente hasta que se fue relajando, habia llegado a flexionar tanto las piernas y las tenia tan abiertas que me había tenido que ir inclinado para seguirla y estábamos ya casi de rodillas en la bañera.
- Eres un guarroo….que vergüenza - me decía en voz baja mirándome con ojos de ansiedad y sorpresa mientras con una mano había cogido mi polla y me la meneaba. Con la otra mano me acariciaba la nuca.
- No seas boba…¿te ha gustado? – le susurre, besándola en los ojos, la punta de la nariz y los labios
- Sii, ¡me has sorprendido!. Nunca había hecho una cosa similar, ni pensaba que se hicieran estas cosas
La paja que me empezó a hacer estaba consiguiendo su efecto, mi polla se había puesto dura como un palo.
- ¿Quieres hacerlo tú ahora? – me pregunto
- No se si podré mientras me pajeas
- Noo, mejor métela en mi coño, mea y correte dentro. Quiero sentir el calor en el fondo de mi coño – al decir esto bajo la mirada y note un sonrojo en su cara, le daba vergüenza decir aquello, aunque estaba claro que deseaba probarlo.
Se dio la vuelta, se apoyo de nuevo en la gritería bajando su cuerpo y poniéndose como una perrita con las piernas abiertas y ofreciéndome su coño peludo, sï, tenia una buena mata de pelo negro cubriendo su coño y eso me excito porque hacia tiempo que no disfrutaba de un coño así natural.
Acerque mi capullo sin bajar la piel hasta su entrada. Fue fácil ella estaba muy lubricada y mi glande entro suavemente al tiempo que la piel se bajaba y todo el capullo se deslizo hasta el fondo de su coño, empuje hasta sentir como la punta tocaba el fondo de su vagina.
Empecé a meter y sacar despacio, concentrándome en mear al mismo tiempo. Ella acompañaba mi movimientos moviendo el culo en sentido contrario, cuando yo empujaba ella movía el culo hacia atrás y cuando yo la sacaba ella echaba el culo hacia delante.
Me incline sobre ella y abrazándola me agarre a sus tetas que colgaban hacia la bañera, se las estruje, le estiraba suavemente los pezones, mientras bombeada e intentaba mear. Sentía un enorme placer a lo largo de mi miembro y sobre todo cuando la punta tocaba el fondo de su coño. Me sentía como un caballo montando a una preciosa yegua de pura raza. Se lo dije así
Mientras mis testículos golpeaban sus muslos.
- Me encanta ser tu yegua en este momento.
Sentía la necesidad de liberar mi vejiga y el contenido de mis testículos, pero no lo conseguía.
Un nuevo gemido de ella y una fuerte contracción en su coño abrazaron mi polla, se había corrida de nuevo. Aceleré mis movimientos, con una mano le agarre el pelo y tire de el hacia mi, al tiempo que la otra seguía estirando su pezón. Al estirarle el pelo levantó la cabeza, se arqueo su espalda y su culo golpeo mis testículos.
-¡Mójamelo todo!. ¡Caliéntamelo por dentro! ¡Correte!...!Mea! – me decía con voz ya agotada
Yo intentaba enviar señales desde mi celebro a las dos partes de mi cuerpo, pero ninguna de las dos reaccionaba y sin embargo las dos me apuraban cada vez más.
Estaba sudando, notaba que me cansaba, había perdido la noción de cuanto tiempo llevaba follándola de aquella manera, pero notaba que ella volvía a estar disfrutando.
Por fin lo conseguí, un chorro subió por mi polla e inundo todo su coño, sentí el calor del líquido
En la punta y al seguir bombeando salio y los dos los sentimos mojarnos las piernas. Mi sorpresa
Fue que al chocar el chorro contra las paredes de su coño, sus músculos volvieron a tensarse y un nuevo gemido gutural salio de su boca, se había corrido de nuevo. Yo había meado, pero no me había corrido. No había conseguido hacer las dos cosas a la vez.
- Umm…me ha dado muchisimo placer, ¡que sensación sentir el chorro dentro! – reconoció,
- Levantándose y besándome en los labios.
- ¿Tú no te has corrido? – noto mi polla todavía dura oprimiendo su vientre
- No he podido…me ha sido imposible. Ufff….me duele de lo dura que esta.
- ¿Salimos y me la metes otra vez para correrte?
No me apetecía hacer eso, tal como lo había dicho, entendí que ella ya no quería más y la verdad follar solo para correrme yo me parecía muy egoísta y poco “elegante”
- No, me haré una paja y me correré encima del pelo de tu coño – le conteste. Mientras me la meneaba.
- Ni hablar, eso te lo hago yo – afirmo con contundencia, mientras me arrebataba con su mano
Me abandone a aquella paja que me hizo maestramente, cerrando su mano y presionando cuando bajaba desde el glande hacia abajo y aflojando al subir, su mano se deslizaba perfectamente porque mi polla estaba my lubricada por tanto fluido que la había envuelto dentro de su coño.. En ningún momento hizo intención de metérsela en la boca y chupármela. Me hubiese encantado pero ni se me ocurrió pedírselos, no quería hacer nada que pudiera violentarla. A mi mente venia la imagen de ella en misa y no me la podía imaginar haciéndome sexo oral pero la paja estaba siendo magistral.
Mientras me pajeaba, con la otra mano me acariciaba los testículos y el punto ese entre los huevos y el culo. Me volvió loco y exploté de placer mientras nuestras bocas se encontraron abiertas completamente, comiéndonos las lenguas de nuevo
El pelo de su coño estaba empapado de semen blanco, nuestras piernas estaban mojadas de flujos.
Cual no fue mi sorpresa, cuando se agachó y se metió la polla en la boca chupandola despacio, bebiendose las últimas gotas de leche. Me paereció muy tierno. Lo de la misa...
Nos duchamos, lavándonos uno al otro como si nos lleváramos duchando juntos toda una vida.
Al salir y secarnos mire el reloj. Había pasado cerca de una hora y media. Teníamos que vestirnos e irnos deprisa si no queríamos llegar tarde
Afortunadamente mi cuñado no era hombre de detalles o sorpresas y no apareció. Menos mal…
Porque ni siquiera habíamos tenido la precaución de pasar el pestillo de la puerta de entrada. No quiero pensar lo que hubiera ocurrido si llega a aparecer.
Mientras la veía ponerse las bragas y el sujetador, empecé a sentirme ansioso por devolverla a su casa aquella noche.
-No te pongas bragas……te las pondré yo esta noche cuando te vuelva a traer….
-¡Estas verdaderamente loco!
-Por favorrrrr…..
- Esta bien….pero todo lo pasado y lo que pueda pasar hoy, tómatelo como mi regalo de cumpleaños. Luego nunca más, no vayamos a joderlo todo. ¿Vale?
- Me pareced bien, yo tampoco quiero joder nuestras vidas. Solo follarte esta tarde otra vez.
Se quito las bragas, las guardo en el bolso y nos fuimos.
Todo el día estuve pensando en el anochecer, miles de fantasías se venían a mi mente. Por las disimuladas miradas que me enviaba, ella también estaba fantaseando con lo que sucedería al volver a su casa. Pero esa será otra historia……si los lectores están interesados en conocerla…
Si te gustan mis relatos, no te pierdas mis novelas eróticas publicadas en Amazon: "La Reina de Panamá","No Te Preguntaré" y "Fantasia en la Red", también puedes seguirme en twitter @Gonzalo_Fern