Regalando a mi novia (1)

Lo primero en lo que me fijé fue en sus sandalias, luego fui subiendo por sus piernas hasta que llegué al inico de su vestido. La verdad es que llevaba uno bastante corto pero a mí eso me gustaba incluso más.

La estaba esperando con muchas ansias. Habíamos quedado a las 1 PM a un par de calles cerca de su casa para poder tomar el bus que nos llevaría directamente al centro comercial.

Hacía bastante calor, por lo que llevaba un atuendo bastante normal: Polera y shorts. Sin embargo sabía que valdría la pena, ya que Nicole, mi novia, en días de calor

suele elegir vestidos que la hacen ver muy atractiva pese a ser bastante simples.

Mientras la esperaba consultaba mi celular. Me había dejado un mensaje para avisarme que llegaría en un par de minutos. Al mismo tiempo pasaban delante mío un par

de chicas que llevaban puesto unos minúsculos vestidos. Una me llamó la atención en específico: Tenía una cabellera roja y se le veía un escote pronunciado. Sólo las

miré de reojo un par de veces antes de que pasaran y ahí me recreé con sus culos que no estaban nada mal. La verdad es que esto me dejó un poco cachondo.

Me quedé pensando en lo bien que se veían las chicas hasta que una mano me tocó el hombro.

-Hola, mi amor- decía una voz que inmediatamente reconocí.

-Hola, preciosa- Le respondí a la vez que le tomaba la mano y la miraba de pies a cabeza. Lo primero en lo que me fijé fue en sus sandalias, luego fui subiendo por sus

piernas hasta que llegué al inico de su vestido. La verdad es que llevaba uno bastante corto pero a mí eso me gustaba incluso más. Siempre que salíamos me encantaba la idea de mostrarla en público y que me vieran junto a una preciosidad como ella.

Cuando llegué con mi vista a sus pechos, me fijé que no llevaba sujetador como le había dicho el día anterior. Sonreí a la vez que recordaba aquellos tiempos en los

que la empecé a seducir hace unos meses. Me recalcó varias veces que ella no era del tipo de mujer que hace todo lo que un hombre dice, pero la verdad es que en temas que se relacionaban aunque fuera en lo más mínimo al sexo, podía llegar a ser bastante sumisa.

Me fijé, como siempre, en lo sugerente que podían llegar a verse sus pechos. Enormes no eran, pero eran lo suficientemente grandes como para hacer una paja con ellas.

Sí que había elegido un vestido sugerente, pues el escote llegaba a mostrar 1/3 de sus pechos. Era mover su vestido un par de centímetros y se comenzarían a asomar

sus preciosos pezones.

Ella inmediatamente se puso roja por lo obvio que era al comérmela con la mirada, pero también sabía que a ella le gustaba sentirse deseada.

-¿Te gusta lo que ves?- Me dijo.

-Tú sabes la respuesta- Le contesté.

Ella sonrió y me miró con unos ojos bastante pícaros.

-¿Nos vamos ya?- Dijo ella.

-Por supuesto que sí, vamos- Le contesté.

Caminamos unos metros hasta llegar a la parada de autobus y vimos a lo lejos que ya se acercaba.

Al llegar el bus nos subimos y ella se fue hacia atrás mientras yo pagaba por los dos ya que siempre me gustaba gastar las monedas sueltas para así no acumularlas.

Me giré y la empecé a buscar con la vista y vi que se había ido hasta la penúltima línea de asientos, que quedaba paralela a la puerta de atrás y sólo tenía 2 espacios.

Lamentablemente para mí, el bus tenía sólo 2 asientos desocupados para Nicole y para mí, y justamente no eran uno al lado del otro.

Me fijé en que el asiento que quedaba libre estaba justo delante del de mi novia, por lo que avancé por el pasillo y me fuí a sentar. Antes de hacerlo me fijé en la

persona que estaba sentada al lado de mi chica. Era un viejo con sobrepeso que ocupaba parte del asiento de mi novia y que miraba fijamente por la ventana hacia afuera.

-Qué ahogada me siento con el calor que hace- me dijo mi novia justo antes de sentarme para quedar delante de ella dándole la espalda.

Sólo la miré y no respondí. Lo último en lo que me fijé fue nuevamente en el escote de mi novia, seguido del viejo que ya no miraba por la ventana. Seguramente había

escuchado la voz de mi novia y se giró al comprobar que esta vez había tenido un poco de suerte, ya que dejaría de mirar por la ventana para así tener algo mejor que

mirar.

Habían pasado un par de minutos hasta que sentí vibrar mi celular. Activé la pantalla y vi que el mensaje venía de mi novia, lo cuál me extrañó.

Al abrirlo me sorprendió lo que leí:

-"No sé si es idea mía pero noto que el viejo que está a mi lado no para de mirarme", seguido de un emoji pensante.

-No me sorprende, con lo buena que estás- Le contesté, seguido de dos emojis de melones.

-Tonto, lo hago sólo porque me lo pediste- Me dijo, refiriéndose a mi pedido de no llevar bra.

Decía la verdad, pero sabía que tenía un lado guarro dentro de ella. Y siempre me ha gustado sacar ese lado oculto que a veces mis novias han tenido.

Sobretodo el de mostrarse más. Vestir de forma más sensual y agregar a su lenguaje un par de palabras obscenas que al salir de su boquita tan sensual me vuelven loco.

No le contesté y esperé a que me dijera algo más. Lo cierto es que siempre he sido morboso. Siempre con la fantasía de compartir a mi novia, sobretodo con alguien más

viejo que de no ser por mi deseo jamás tendría acceso a alguien como Nicole, o eso es lo que pensaba. Si bien soy una persona que siente celos, me gusta darle morbo a la relación e incitar a mi novia a hacer cada vez más.

El mensaje no se hizo esperar. Como si estuviera esperando una respuesta de vida o muerte, aceleradamente chequé lo que decía el mensaje:

-¿Me vas a venir a salvar?- acompañado de un emoji de ángel.

-No estoy seguro de que eso sea lo que quieres- le respondí. Intentando ver hasta dónde ella sería capaz de llegar. Además mi intención era ir junto a ella en el bus

calentándola, para luego seguir en el centro comercial y luego llevarla a mi casa, y pese a que mis planes cambiaron, conseguí algo aún mejor. Una oportunidad.

-Tampoco creas que me encanta que me vean de forma tan obvia, mi amor-

Luego de leer su mensaje me dió una curiosidad tremenda. ¿Qué tan obvio la estaba mirando aquél viejo? Definitivamente quería verlo sin ser tan obvio, por lo que dirigí

mi mirada hacia atrás por el pasillo y vi que ya se habían bajado algunas personas de la última fila de asientos.

Sin esperar por más tiempo, me puse de pie y me dirigí lentamente hacia atrás, no sin antes mirar lo que estaba pasando detrás mío.

Mi novia miraba por la ventana hacia el horizonte con su celular en mano mientras el viejo la miraba de pies a cabeza de una forma muy obvia y morbosa. No tardé más

que unos pocos segundos hasta llegar a mi nuevo asiento que quedaba justo detrás de ellos. Enseguida le escribí un mensaje a mi novia.

-Qué buena vista tiene de tus tetas y tus piernas- Le escribí.

-Pues no por mucho, ya que veo que ahí detrás tienes espacio para mí- respondió.

Claramente yo quería seguir aquél juego, por lo que seguí la conversación.

-Pues yo quiero que te quedes ahí donde estás- le puse agregándole un emoji de beso.

-¿Lo dices en serio? Porque creo que él no sabe que estoy contigo. Así que dudo que no intente hacer nada- dijo ella.

-Hubiese pensado que preferirías a tu novia abriendo las piernas para tí- agregó.

Aquello me hizo pensar que ella me invitaba a incitarla, por lo que no lo dudé.

-Puedes abrirlas ahora si quieres-

Ella no respondió. Simplemente me asomé por el pasillo y vi que su pierna derecha comenzaba a asomarse. Como no había nadie sentado a mi lado, y el asiento de mi novia quedaba paralelo a la puerta, no había nadie que pudiera verme a mi o a la nueva parejita que estaba delante mío, por lo que estiré mi mano y comencé a acariciar el costado de su cuerpo intentando que el viejo no se diera cuenta. Ella dió un pequeño salto, pero muy leve por lo que el viejo aparentemente no se había dado cuenta. Movía mi mano desde el nacimiento de sus muslos hasta el costado de sus pechos. Me hubiese encantado comprobar si sus pezones estaban duritos, pero no quería ser tan obvio y que el viejo lo notara.

Estuve así por un par de minutos, notaba que mi novia movía sus piernas y mantenía sus manos en su entrepierna con su celular. Esto me dió una idea por lo que le envié

un mensaje:

-¿Vas a hacer lo que yo te diga, mi amor?-

-Sí- respondió ella.

-No sabes las ganas que tengo de follarte ahora mismo- le dije.

-Quiero que mantengas tu celular en contacto con tus braguitas. Voy a empezar a llamarte por wtsp así que asegúrate de tener el celu con vibrador- le ordené.

-Ok-.

Cuando noté por el costado que ella había hecho lo que le ordené, comencé a llamarla sin parar. Dejaba que sonara hasta que acabara por sí misma y luego la volvía a llamar.

Así seguimos por unos 3 minutos hasta que algo rompió el hielo.

-¿Cómo te llamas?- dijo una voz rasposa. Era el viejo hablándole a mi novia. Sonreí, es lo que esperaba sin pensarlo realmente.

Mi novia no respondía, por lo que estiré mi brazo para volver a acariciar el costado de su cuerpo y que así entendiera que yo le daba permiso a contestar.

-Ni.. Nicole- dijo ella.

-Bonito nombre- dijo el viejo.

-¿Qué edad tienes?- preguntó.

-19- dijo ella con una voz entrecortada.

-Eres muy joven, tienes 40 años menos que yo- por alguna razón le dijo.

Mi novia no dijo nada. Seguramente era la primera vez que se veía en una situación así, sin saber desde antes lo que yo querría que hiciera en el momento.

Sin esperar a que ella diera algún atisbo de querer hablar, él prosiguió su "ataque".

-¿Estás sóla?- le dijo el viejo.

Ante esto yo sólo sabía una respuesta que quería ordenarle que dijera, por lo que no dudé y le escribí sabiendo que no sería natural que ella revisara el celular cada

vez que le tuviera que contestar a aquél horrible viejo. Por lo que decidiendo que fuera el último mensaje, le mandé aquél texto.

-Dile que estás sóla y tienes mi permiso de hacer lo que él quiera-

Ella sintió aquella corta vibración del celular, por lo que lo revisó sabiendo que era un mensaje de mi parte. Estaba mirando la pantalla cuando me di cuenta que

ella abría el mensaje. Pensé que diría algo pero no lo hizo. Sólo escuche que el viejo volvía a preguntar.

-¿Estás sóla, preciosa?-

-Sí- dijo ella sin pensarlo. Era un monosílabo pero imagino la sonrisa que puso el viejo al saber que aquella presa estaba sóla e indefensa.

Luego de esto no volvieron a hablar. No notaba nada hacia adelante y tampoco quería asomarme por encima y ser obvio.

Lo que pasó a continuación sí que no lo esperaba. Después de unos 5 minutos desde que mi novia le respondió que estaba sóla, perplejamente vi como ella se ponía de pie y detrás de ella se levantaba aquél viejo horrible y, tomando de la mano a mi novia, abandonaba el bus cuando aún quedaban varias cuadras antes de llegar al centro comercial.

No se me ocurrió qué hacer, pero sí hay algo que no hice. No me bajé del bus con ellos.

Ahí comprendí que, pese a mis intenciones, la situación se me fue de las manos.

Continuará...

Es mi primer relato, por lo que humildemente me gustaría cualquier tipo de crítica constructiva.

Gracias por leer.