Reflexión sobre El secreto del limoncello
No es la continuación de la novela, es algo más personal. Me descubro frente a los lectores que esperan semanalmente mis entregas y así me lo hacen saber. Es una ventana entre autor-lector.
Nota de la autora: Antes de empezar, aclarar que este no es un relato erótico, es una reflexión de una injusticia, dirigida únicamente a las personas que leen mis historias y valoran mi esfuerzo. Si pese a la advertencia aún sigues leyendo y quieres saber qué pasó, ahí va mi inusual relato:
Hoy quería contaros una historia diferente. La historia de X, una chica corriente, una chica de treinta y cinco años recién cumplidos que ha nacido y vivido en Barcelona toda su vida.
Su afición a la escritura llegó por obligación hace ya muchos años. Cuando iba al colegio le costaba bastante leer y tenía problemas de escritura, hoy en día llamamos a eso dislexia, en aquél entonces costaba más ofrecer un diagnóstico. Los profesores hablaban con sus padres y les decían que tenía mucha fuerza de voluntad, ponía interés en los estudios pero algo se perdía cuando tenía que leer un texto o hacer un escrito, las palabras se mezclaban y todo se volvía un caos.
Ante ese comentario, su madre, que siempre fue una mujer de armas tomar, hizo a un lado sus quehaceres y se propuso trabajar con ella todas las tardes. Estaba encima de la niña como un ave planeadora, ayudándole en los deberes, a leer en voz alta, a hacer resúmenes, a buscar en el diccionario aquello que no entendía (internet y nuestro amado Google no llegó a su hogar hasta muchos años después). Desde los siete-ocho años su madre se propuso que iba a leer y escribir aunque fuera lo último que hiciera en su vida, y vaya si lo hizo, fue más dura que cualquier maestro, pero como todo, su sacrificio al final tuvo su recompensa. Las clases de escritura eran la mayor tortura para esa niña, además de su caligrafía, que podía cogerse con pinzas. Y así siguieron varios años de lectura y escritura obligatoria hasta que se produjo un "clic". En la adolescencia llegó a sus manos "Drácula" de Bram Stoker y se despertaron las ganas por leer, leyó todo lo publicado sobre vampiros y cuando terminó con ellos, dio una oportunidad a todo lo que caía en sus manos. La lectura pasó de ser una obligación a una afición y por ello deseaba que llegaran las vacaciones o los fines de semana para poder coger su libro favorito y perderse horas enteras en la habitación, desconectada del mudo. Leyó y leyó hasta que tras una novela cuyo final no le gustó, se propuso reescribir ese final, y ahí descubrió el placer de escribir. Las historias empezaron a llenar su cabeza, estaban por todas partes, en los diálogos de la gente, un anuncio de televisión, en sus sueños... y escribió mucho, mucho. Sus primeras obras trataban de vampiros, zombis y caos apocalíptico, cosas que obviamente, jamás verán la luz, pero le sirvieron de trampolín para seguir con otras tramas, otras historias más cercanas y ahí fue donde realmente se encontró a gusto.
Esa niña consiguió leer y escribir y superar sus dificultades, aunque por si no lo saben, la dislexia es algo que se arrastra siempre, pues aunque haya descubierto sus propias tácticas para superar los obstáculos, al escribir invierte más tiempo de lo normal y algunas palabras pasan por alto, aunque no más que las de cualquier autor aficionado.
Esa niña jamás pensó que escribiría bien, fue una mera afición que compaginaba con todo lo demás: los estudios, las salidas con los amigos, las citas...
El por qué se decidió a publicar es otra historia.
Supongo que os estaréis preguntando por qué explico todo esto, pues bien, me atrevo a contarlo porque después de tantos relatos compartidos creo que aquí se ha creado una pequeña familia, gente que espera leerme cada semana y así me lo hace saber en sus comentarios públicos o privados, gente que no tiene culpa de nada de lo que me ha pasado, pero bien es cierto que también hay otra, concretamente dos personas que me han plagiado las obras que aquí expongo y las han publicado en Wattpad. Han creado una portada y puesto su nombre, el contenido es cien por cien mío, punto por punto.
No me importa que se difundan mis escritos, después de todo, yo no cobro un euro por ellos y creo que los que me conocen, saben que si han querido leer algo mío y no disponen de medios, les he facilitado mis obras sin llevarme nada a cambio. No soy una buena escritora, me queda un largo camino por recorrer, así que no tengo mucho qué perder. Lo que me molesta es que hayan publicado mis escritos sin mencionar como mínimo el verdadero autor, por si alguien quería seguir leyendo cosas mías.
Tal vez peco de ingenua y actúo de buena fe, pero no he nacido ayer y sabía que esto podía pasar, por eso aquello en lo que verdaderamente estoy trabajando, no lo cuelgo en ninguna página pública.
No entiendo el sentido que tiene publicar cosas de otros en redes públicas y gratuitas, supongo que el hecho de tener seguidores, estrellas, comentarios... puede más que cualquier otra cosa, aunque no deja de ser un falso halago, tanto las críticas como las alabanzas son para el verdadero autor, ¿qué se siente al leer comentarios acerca de algo que presentas, si tú no has hecho nada? ¿Tan amargada y vacía es la vida de la gente que para tener una satisfacción necesita hacer uso de cosas ajenas? Me da algo de pena la gente así, porque las carencias de atención seguramente han sido algo que han arrastrado toda la vida y virtualmente es el único medio con el que pueden ser suplidas, engañando al lector, en este caso.
A parte de eso estoy viviendo una dualidad de sentimientos, por una parte soy una persona tozuda y no me gusta dejar las cosas a medias, odio publicar algo y no llevarlo hasta el final por respeto a la gente que te lee. Pero tampoco me apetece que se siga publicando mi novela con falsos nombres en las redes, así que voy a contraatacar. Como en una partida de ajedrez el rey todavía no ha muerto, y mientras no lo haga hay esperanza.
He pensado en crearme una cuenta en wattpad con el mismo nick que utilizo aquí y publicar la novela simultáneamente en ambas páginas, os aseguro que en el caso de El limoncello aún quedan unos cuantos giros y es una pena interrumpirla ahí, justo ahora. Así que para ello voy hacer lo siguiente, aunque estoy abierta a propuestas:
Publicarla prácticamente entera o en su totalidad en Watpadd e ir subiéndola en TR poco a poco, la gente que sea más impaciente y quiera seguir la continuación, en lugar de esperar una semana, puede ir leyéndola desde Wattpad, que también es público y gratuito, y quién sabe, puede que cuente con algún seguidor.
Para publicarla en ese medio necesito una portada, y soy un completo desastre con esos temas, así que si hay alguien que conozca la historia y se atreva, pues bienvenido sea! (Obviamente pondré su nombre como creador de esa portada).
Pero por el momento, teniendo en cuenta que todo esto me ha pillado en un momento de bajón, interrumpo la historia pidiendo disculpas a la gente que me lee, y si alguien quiere echarme una mano, pues aquí estoy...
Poco más qué añadir, ahí va mi historia, mi esfuerzo y entrega plasmado en cada párrafo, siento no poder hacer más.
PD: sé que este relato recibirá un montón de calificaciones nefastas por decir lo que pienso, pero espero que alguien pueda ponerse también en mi lugar y entender mi decepción.
Gracias por leer esto, sé que no es lo que se espera, pero ya puestos, casi nada de lo que escribo lo es (teniendo en cuenta la página desde la que lo hago) ;)