Reencuentros cachondos con tu ex

Reencontrarte con tu ex siempre es complicado, sobre todo si sigue habiendo tensión sexual

Noe: Felicidades viejuna! Qué disfrutes el día como sabes, no te olvides de pensar un ratito en mí mientras te das el homenaje (emoticonos de llamas)

LadyBlue: Gracias, se intentará… cómo te va la vida?

Noe: No me quejo, aunque últimamente un poco aburrida, la gente no sale con este frío… Imagino que tendrás planazo para hoy, no? Venga, dame envidia, cuéntame…

LadyBlue: Pues… la verdad que no… hoy justo se me ha caído el plan que tenía, así que tendré que esperar al finde para celebrarlo (cervezas y botella de champán)

Noe: Qué dices… Tú sin plan? … Pues si que está la cosa triste… Si te apetece podemos vernos, aunque haga mil años que no nos vemos, ya no tengo nada que echarte en cara después de todo así que puedes estar tranquila que no te voy a sacar cosas del pasado… podemos ponernos al día y así por lo menos soplas alguna vela..

…………….

Quedamos en un bar del centro. Noe ya estaba allí con su cerveza en la mesa, hacía como 6 años que no nos veíamos. La historia con ella duró apenas un año pero fue un año de transición en mi vida que me vino realmente bien. La relación se sostuvo tanto tiempo por el sexo increíble que teníamos. Seguía igual que antes. Me sonrió y nos dimos un abrazo. Olía igual que siempre. Me dio la sensación de haber retrocedido unos años y estar en el mismo punto. Al abrazarme noté su pecho. Mentiría si dijese que no seguía fantaseando con ella en más de una ocasión y ese abrazo despertó algo de deseo en mí.

Pedimos más cerveza. Se hizo de noche hablando. Cada vez nos adentrábamos más en temas personales, entre risas y confesiones, fue al baño y al salir la observé. Llevaba una camiseta blanca y mientras se acercaba me di cuenta de que no llevaba sujetador y se marcaban sus pezones. Me miró y sonrió. Me dijo: Cambiamos de sitio y nos tomamos la penúltima?

Fuimos a un garito con luces tenues, música alta, aunque suficiente para seguir charlando.

Noe: Nunca has pensado en llamarme para vernos?

Le dije que no, que era obvio que cuando lo dejamos la cosa no fue demasiado amistosa.

Noe: Y nunca has pensando que quizás nunca más follaremos como lo hacíamos? Que quizás no haya más gente que te folle como lo hacía yo?

La miré y estaba seria. Lo preguntaba intentando hallar una conexión conmigo, algo que le dijera que desde entonces mis polvos no habían sido igual. Y tenía razón. No había follado con nadie como con ella. Seguía pensando en ella, en su cuerpo, en sus labios, sus pechos, su culo… en cómo me comía entera y en lo húmedas que nos poníamos de 0 a 100.

No sé qué me puso más cachonda, si ver su cara seria preguntándome sin ánimo de querer follar y solo queriendo que le reafirmara que era la que más veces me había hecho correrme o saber que esa noche podríamos volver a vivirlo.

Sin pensarlo puse mi mano en su cara, con mi pulgar toqué sus labios y le mordí sutilmente. Le siguió un beso… sus labios tan carnosos me enganchaban y al primer beso fue como si mi memoria me llevase a todo aquello que ya conocía. Su lengua caliente dentro de mi boca, sus labios atrapándome, sus mordiscos sutiles en mi labio inferior de vez en cuando. Se pegó a mí. Seguimos besándonos un buen rato, recreándonos en nuestras bocas. Alguien que pasaba nos empujó y nos sacó del momento. ¿Nos vamos a mi casa? No hizo falta contestar.

Entramos en su casa. No hubo tiempo para hablar ni para ponernos una copa más. No hacía falta, solo queríamos desnudarnos, tocarnos, lamernos, dibujar todas nuestras curvas, recorrerlas con la lengua, con las manos, con nuestro propio cuerpo.

Mientras nos besábamos toqué sus pechos con la camiseta puesta todavía, noté sus pezones, gimió ligeramente, me quitó la camiseta, el sujetador, empezó a comerme los pechos mientras me llevaba a la cama. Me tiró a la cama, me quitó los pantalones y las bragas, empezó a lamerme entre las piernas, cada vez se acercaba más, yo cada vez estaba más húmeda, la atraje hacía mí, le quité la camiseta, volví a disfrutar de sus pechos, tan perfectos, tan agradecidos, cada vez que mordía ligeramente su pezón ella gemía, bajé mi mano hasta su coño, estaba hinchado y empapado, se quitó la ropa que le quedaba, subió y se sentó encima de mi cara para que lamiera sus labios, notaba su sabor amargo mientras se deslizaba por mi boca y mi lengua sin control. Se corrió con mi lengua en ella. Notaba su palpitación. Se tumbó encima de mí, mientras me tocaba, yo ya estaba a mil, me toco despacio, creía que me iba a morir en el momento justo en que entrara en mí con sus dedos… y así fue... entraba y salía y a cada salida no podía evitar soltar un gemido, mientras me lamía y mordía mis pezones indistintamente y la vez que me penetraba, otra vez mis caderas estaban acción, de manera instintiva empezaban a moverse, y de repente espasmos, y una explosión de placer.. creía que mi cuerpo entero iba a estallar. Seguimos besándonos un buen rato, como si no pudiéramos despegarnos, como si fuera una necesidad animal. Al rato nos tendimos en la cama, ella apoyada en mí.

Ha sido como lo recordabas?

Ha sido mejor.