Reencuentros (2)

Sigue el camino del exceso y la degeneración de los ideales. Quien dijo que la venganza era amarga?

Al llegar estaba joana en el aeropuerto, fuimos al hotel para que yo descansara un rato

Ya en el hotel, tras un par de orgasmos, al estar echada a mi lado, joana dijo que tenía que hablar conmigo de algo. Creí que sería acerca de que su marido la había encontrado pero cual sería mi sorpresa cuando me soltó que durante mi ausencia había hecho un amigo con el que se acostaba. En ese mismo momento sentí que algo en el interior de mi cabeza se rompía, otra vez.

Me lo dijo con la misma naturalidad que te preguntan la hora o por alguna calle, supongo que eso es parte del ser brasileño, el único problema es que yo no lo era.

Tras algunos momentos pensando que hacer se me abalanzó besándome y sonriendo, diciéndome que solo me quería a mi, que el otro era un chico que no llegaba a los veinte años y con el que solo tenía sexo.

Sin saber muy bien que hacer cuando me preguntó si lo quería conocer acepté, así que le llamo y quedamos esa tarde. Abelao que así se llamaba el susodicho, pertenecía a ese tipo indefinido de personas que solo he visto en brasil, era de rasgos obviamente afro americanos, pero muy blanco de piel, tenía los labios grandes típicos y el pelo rizado pero era de color castaño, igual que los ojos.

Me di cuenta que yo le intimidaba bastante, seguimos los tres de copas yo sin hablar demasiado y joana toda feliz con el nuevo estado de las cosas. Por otra parte Abelao era bastante mas joven que nosotros e imberbe. No podía sencillamente matarlo, era de la fabela de joao y eso era hubiera sido empezar una guerra, y perdería a Joao como amigo por no hablar de lo que diría joana.

Fuimos como todas las noches al local donde practica la scola de Joao, es como una discoteca pero cutre, se llama taj mahjal y esta decorado intentando un estilo hindú, con una piscina en medio, almohadones todo alrededor y cortinas en las paredes, viejas roídas y transparentes que intentan crear espacios de intimidad, cosa que a la gente que va le da exactamente igual se tenga o no. De hecho ya bien temprano esta medio aforo desnudo en la piscina, tan solo me metí la primera noche, tarde un rato en darme cuenta (estaba muy entretenido con joana), de que la proporcion de gays allí era mayoritaria así que decidí salir, sobretodo después que algun tío mas despistado y amable de la cuenta me rozara.

Ya entrada la noche los dos habían bebido bastante, yo por el contrario procuré reducir al mínimo mi consumo de alcohol, y cuando joana propuso irnos los tres al hotel acepté. Enseguida de entrar en la habitación joana se desvistió vino hacia mí y la rechacé pidiéndole que fuera con abelao, así lo hizo y tras la mirada de este casi pidiéndome permiso asentí con la cabeza y la siguió a la cama, mientras yo me servía el vaso de whisky mas grande de la historia, sin hielo ni agua.

Empezó a desvestirlo y para cuando yo entre en el dormitorio le estaba haciendo una mamada, entonces pude ver que el chiquillo este tenía un pene absolutamente descomunal, en erección era prácticamente el doble que el mío, aquello era competencia desleal.

Se echaron en la cama y la cabalgó varias veces, el era casi escuálido por lo que verlo desnudo tan blanco como era y con aquel pene inmenso resultaba casi de risa. Fui a por un segundo vaso de whisky y serví otros dos para ellos, mi vaso era igual que el anterior porque sencillamente no le entraba mas líquido, al volver seguía en lo alto de ella, que me miraba por encima del hombro de el sonriendo.

Tras un orgasmo de ella me miraron los dos sonriendo y les dí los vasos de whisky, joana me pidió que fuera y le dijé que todavía no, que siguieran. Se tomaron el whisky prácticamente de dos tragos y volvieron a aparearse, esta vez les duraba mas, la coca empezaba a hacer efecto.

Para cuando me terminé mi vaso ellos seguían igual, a el se le veía inseguro por momentos, me acerqué y me senté al lado de ellos, besé a joana y le acaricié los pechos, el sonrío cuando le puse una mano en el hombro y con la otra le acerqué una pizca de coca y el se la llevo a la naríz, la aspiró toda mientras seguía bombeando a mi yegua.

Cuando para ellos ya no existía nada mas que ellos dos mismos, fui a mi maleta, cogí el bote de vaselina que apenas había usado y me la puse en el pene, ví mi objetivo, era blanco, apretado, apenas había carnes allí, le dije a joana que se pusiera en cuatro patas y lo hizo sin tardar, yo estaba muy pegado a abelao y lo veía sudar, el tan solo veía el trasero de joana, y cuando lo tuvo al alcance lo penetró con toda su fuerza y torpeza.

Se echo sobre su espalda así que sin mas tardanza me pusé detrás de el y tras acariciarlo un poco en la espalda mientras me colocaba en posición lo penetré con la única intención de matarlo si podía.

Aquello si era hacer daño, aquel era un culo vírgen, apretado de hombre, sangró desde el primer momento, se cayó en lo alto de joana que se apartó, para que abelao cayera en la cama, no se podía mover, lo clavé con la intención de que le saliera por la garganta, joana sorprendida en un primer momento miraba, y luego de rodillas a nuestro lado se puso a besarme mientras me ayudaba con el ritmo, el chiquillo lloraba pero joana estaba mas allá de todo eso, esa era mi venganza, aquel mestizo me repugnaba pero sabía que esto era lo mejor que podía hacer. Seguramente, nunca mas se acostaría con la mujer de otro.

Abelao siguió allí tendido lloriqueando después que me corriera, saque mi pene de su culo, y como ví que todavía tenía un poco de semen vaselina y sangre cogiéndolo del pelo se lo metí de una vez en su boca, mientras me miraba noté que no podía fijar la vista, le moví la cabeza durante un rato sacandosela y metiéndosela, solo cuando joana se acerco y empezo a lamermela como podía, el empezó a mamarla, momento en el que se la saqué, joana la quiso coger y la aparte hacia el sillon, ahora era ella quien debía mirar.

Volví a penetrar a aquel chiquillo con toda la fuerza de que fuí capaz, y sus llantos volvieron, le rompí el culo esa noche para que durante toda su vida se acordara de mi cada vez que se sentara, al final lo eché sobre el respaldo del sofá, y fue cuando realmente lo penetré completamente, una vez dentro, cuando la tenía por completo dentro y ví la sangre, me corrí dentro de el, lo deje alli en el respaldo del sofa y el no se movía. Me di cuenta que joana estaba en el sillón mirando y masturbándose, así que tras correrme en aquel chiquillo me acercaba a joana y se la metía en la boca para que la mamara hasta ponermela dura otra vez y volver al chico. Así lo habré penetrado otras tres o cuatro veces, estaba medio inconsciente y no se movía, había perdido mucha sangre así que lo empuje al suelo y recogí las sabanas que eche en la bañera y llene con agua.

Me acosté no sin antes arrastrar a joana del pelo a la cama para que me hiciera una mamada mientras me dormía.

A la mañana siguiente joana me despertó como solía hacer antes, antes de correrme, la aparté con gran sorpresa por su parte, fui al chiquillo que estaba dormido en el suelo, lo tendí en la cama mientras se despertaba y sin mediar palabra volví a penetrar aquel culito blanco y ya menos apretado, mientras joana miraba todo aquello con cara divertida, poniéndose luego a mi lado para besarme mientras yo seguía cabalgando al mestizo.

Al chico volvió a lloriquear pero al cabo de un rato, ya despierto, empezó a acompañar el movimiento, eso significaba que yo había tenido éxito, así que lo cogi del pelo y se la metí en la boca moviendole violentamente la cabeza hasta correrme y obligandole a que se lo bebiera.

En ese momento lo dejé y casi arrastrando a joana al baño nos dimos una ducha incluso con las sabanas que todavía tenían manchas de sangre en la bañera, joana por supuesto se la dio de rodillas mientras me la mamaba, cogíendola yo de la nuca para impedir que se la sacara hasta que se lo hubiera tragado todo.

A la noche fuimos a la scola de Joao como acostumbrábamos, abelao estaba por allí jugueteando con algunos amigos, en un momento que joana estaba bailando se me acerco sonriente y me puso una mano en el hombro, la cara que le puse fue suficiente para que la quitara, tras decirle que no se me acercara más, volvió con sus amigos, estuvo un rato mirando con cierto nerviosismo, finalmente se dedicó a ellos olvidándose de nosotros.

En una ocasión joana le habló y este le contestó con bastante desgana, era obvio que estaba atraído por uno de sus acompañantes. Al preguntarme joana si había ocurrido algo con abelao le dije que no sabía pero que sí lo había visto algo cambiado.

Ya a media noche, como hacíamos habitualmente, cuando cambió la musica monté a joana en nuestra esquina y me dí cuenta que algo había cambiado en mí. En un momento dado vi que en otra esquina estaba abelao tonteando con algunos de sus amigos, y en tan solo un rato yo conté al menos tres cabalgándolo.

Abelao ya era historia, ahora le tocaría a joana aprender.