Reencuentro virtual con mi ex suegra. El viaje.

Luego de meses de deseo virtual, llega la hora de encontrarnos.

Luego de nuestra primera experiencia masturbándonos juntos compartiendo fotos y videos, hubo un par de días de “descanso”. El problema era que ella es la niñera de su nieto y tiene su compañero de pieza, quien si bien no es oficialmente el marido, lo ejerce como tal de vez en cuando, evidentemente viven juntos por alguna razón y está claro que ella no podía poner en juego su vida conyugal, por muy básica que fuera.

Claro que chateábamos cada día aunque sea un momento, de vez en cuando ella podía sacarse alguna foto cuando se duchaba, a veces algún video también mostrando cómo se masturbaba en el pequeño rincón de su ducha y me lo enviaba para tener excusa de poder recibir también ya que le gusta ver cómo me excita ver las cosas que me envía. Una vez le escribí una historia de que es lo que le haría cuando nos encontremos, esto le gusto mucho y desde entonces quería que le escriba algo parecido cada tanto. Después de un tiempo me compre un tablet y lo colgué al costado de mi cama de manera que podía ver y avanzar las fotos con una mano mientras con la otra podía ocuparla en otros menesteres; también me conseguí una cámara con trípode así podía obtener una buena imagen de cuando me masturbaba sin preocuparme de movimientos extraños, cualquiera diría que estaba obsesionado, la verdad es que bastante, estaba con muchas ganas de poder estar con ella de cualquier manera y sacarme las ganas, ganas que ella también tenía, de acuerdo con lo que me decía y a juzgar por lo que me enviaba, era cierto.

Pasaban los meses y nuestra relación virtual seguía viento en popa. Si bien a veces pasaban días sin más que alguna conversación trivial, nunca dejaba pasar ella una semana sin que me enviara algo para provocarme y así tener excusa para pedir algo de mi parte. En una ocasión hubo una conversación sobre sentimientos, qué era lo que sentíamos el uno por el otro, me tocó responder primero y tuve que pensar bien que responder para no perder lo que teníamos porque de mi parte, amor no existía, era más que nada calentura y deseo por alguien que me gustaba en el pasado y era como que quería sacarme las ganas. Claro que esto no podía decirle o al menos no usando las mismas palabras.

  • siento que me gustas como mujer, te deseo y mucho. No voy a mentirte diciendo que estoy enamorado de vos pero siento un gran cariño y me encanta sentir que podemos ser amigos aunque no existiera lo que hacemos. No sé qué pasará más adelante, solo sé que estoy viviendo una fantasía que tuve con vos hace muchos años.

  • te entiendo, a mi me pasa algo parecido, me alegro de haberte encontrado y que las cosas hayan llegado a lo que llegaron, me gusta mucho sentirme deseada, alimenta mi ego, claro que no es algo que uno siente así como así, cuando nos conocimos sentí que me gustabas pero luego bueno, paso lo que paso. Es bueno saber que tenemos esto ahora, me gusta mucho, pero tampoco quiero arriesgarme mucho porque tengo mucho en juego y tendría muchos problemas que no quiero afrontar por ahora.

Por suerte las cosas quedaron más o menos claras en ese momento. Ella me gusta, pero tampoco estoy completamente seguro de querer algo serio, al menos por ahora.

  • me imagino que soy tu vecino, varias veces te espío haciendo topless en tu piscina y me vuelve loco ver tus pechos, ganas de acariciarlos, besarlos, jugar con esos pezones duros, me masturbo viéndote ahí simplemente sentada apoyada en el borde, con tus pensamientos vaya a saber dónde; y tan concentrado en tus pechos estoy que no me doy cuenta que tenes una mano entre tus piernas y la moves suavemente, me doy cuenta que estás gozando por la expresión de tu cara, tu lengua paseando por tus labios intermitentemente y me excito tanto que acabo mucho antes de lo que esperaba y se me escapa un “uuuggh” no muy fuerte pero suficiente para que desvíes tu vista hacia donde estoy pero sin ser muy obvia; te sigo mirando y me doy cuenta que tenes una sonrisa picara, provocativa, te levantas y te sentas en la esquina de la piscina y abris las piernas y te tocas por debajo de la tanga, tu mano aprieta un pezón, saboreas los labios con tu lengua… pero te levantas y te vas adentro, no sin antes mirar hacia atrás dirigiendo una sonrisa justo donde estoy escondido detrás de la valla. Sabes quién soy, nos conocemos por ser vecinos, conozco tu casa de cuando fui a ayudar a tu pareja con un ordenador, cruzamos palabras, miradas muchas veces así que estoy seguro que tu sonrisa fue dedicada a mí.

Salto la valla y llego a la puerta trasera, siento el ruido de la ducha, camino hasta verte de espaldas a mi, dejándote caer el agua por la espalda, apoyada sobre la pared, las piernas juntas, moviéndote suavemente hacia los costados. Me saco la ropa, camino hacia vos, me ves por el espejo del costado y sonreís, mi verga dura apuntando hacia arriba busca la raya debajo de tu cola la cual moves un poco hacia afuera mientras abris levemente las piernas para que se aloje, la presionas con tus piernas y comenzamos a movernos despacito, penetrando tu entrepierna, rozando tu concha. Mis manos acarician tu espalda un instante hasta que te haces hacia atrás, te abrazo con una mano en tus pechos y la otra en tu cintura, te recostas sobre mi hombro y nos miramos un momento hasta que nos besamos ardientemente. El vaivén de mi cadera empujando el miembro entre tus piernas se acelera poquito a poco, mis manos se deleitan con tu piel recorriéndola todo lo que puedo, acariciando los pezones, los pechos, tu pancita, tu cuello; no nos despegamos del beso, saborear tus labios es un sueño, las lenguas luchan por encontrarse y tocarse y los labios quieren chuparlas. Aun cuando hace un momento acabé estoy a punto de nuevo, el roce es terriblemente provocativo en la piel sensible, me separo y te giro, te apoyas sobre la pared, me dejo caer de rodillas para besar y acariciar tus piernas, tus manos se aferran a mi cabello mientras miras hacia abajo viendo como me entretengo besando y acariciando todo lo que encuentro; me acerco al borde de tu sexo y con la lengua recorro los limites exteriores hasta que no aguanto más y mi boca te come ese manjar exquisito entre tus piernas. Aprisiono el clítoris con los labios, lo acaricio con la punta de la lengua, me deleito con cada parte de tu sexo con infinito placer sobre todo al ver cómo te gusta al mover tu cabeza hacia arriba y tus manos estirar mi cabello para aprisionar mi cabeza entre tus piernas. Estas al borde del orgasmo, puedo sentirlo. Me levanto recorriendo tu cuerpo desde el vientre hasta el pecho, el cuello y tus labios, me abrazas sobre el cuello mientras nos besamos, te separas un segundo para pedirme que te penetre mientras levantas una pierna sobre mi cadera.  Te levanto sosteniéndote desde tu cola y te dejo caer sobre el pene que te penetra lentamente, demasiado lento para tu gusto que siento como presionas para que entre todo de una vez. Te aprisiono contra la pared para poder sentirme completamente dentro tuyo, ambos emitiendo un sonoro gemido de placer nos contemplamos unos segundos, inmóviles, profundamente unidos por el deseo y comienzo a moverme lentamente, concentrándome en rozar tu clítoris con cada empuje, siento tus piernas apretarse en mi cintura como si no quisieras dejarme escapar; estoy demasiado caliente y al borde de explotar cuando tu interior se siente tan ardiente y acogedor; tus orgasmos empiezan a desatarse, te siento vibrar de placer, tus piernas desfallecen y tengo que sostenerlas para no dejarte caer, tus manos se aferran a mi rostro mientras tu boca abierta jadea incesante casi agotada de tanto placer; te empujo mas y mas, las contracciones sobre mi pija ayudan a que se apresure lo que ya no puedo contener, “dame, dame todo” me decís en el mismo instante en que te lleno con un torrente de semen tan potente que puedo sentir como golpea dentro tuyo.

Le envié el cuento antes de irme a dormir, como preparándome también imaginando un momento con ella.

  • uy que largo! Lo leo más tarde que ahora estamos por cenar, te dejo dormir un par de horas y te digo que me pareció, besitos.

Estaba excitado después de imaginarme la historia y me estuve tocando un poco pero pensé aguantarme al momento que ella respondiera, luego de un rato me dormí. A las 3 de la mañana me despierta un mensaje.

  • no puedo terminar de leer ahora, tengo a mi compañero un poco pesado y no quiero desconcentrarme de tu historia, me escape un momento al baño pero me calentaste demasiado y ni siquiera iba por la mitad! Lo voy a disfrutar mejor mañana temprano antes de salir.

Adjunto había una foto de sus dedos mojados enredados entre los labios de su sexo. Suficiente para hacerme sentir la misma excitación.

  • qué rica que se ve, no sabes que ganas tengo de acariciarla con mis labios, mi lengua, beber cada gota de tus jugos…

  • quiero ver como acabas cuando te masturbes viéndome.

Fueron las buenas noches para los dos.

Pasaron un par de meses y yo tenía suficientemente ahorrado para cualquiera de las dos opciones: que ella venga o que yo vaya.

  • quiero verte, ya sea yendo o vos viniendo, decime si te gustaría y como queres hacerlo.

  • de verdad? Te gustaría verme de verdad?

  • pensabas que te mentía cuando te decía que alguna vez quería estar con vos aunque sea una vez?

  • no sé, no se me ocurrió pensar que algún día llegaría el momento, me late deprisa el corazón en este momento imaginando que realmente nos podemos encontrar pero también tengo miedo, pero sí que quiero verte

  • yo puedo salir la semana que viene si me decis, o espero a que me digas cuando, también te puedo comprar el pasaje para que vos vengas aunque imagino que te va a ser difícil buscar una excusa para venir a España.

  • Y si nos vemos en Posadas? (ciudad a mas de 1,000km de Buenos Aires) yo tendría que ir para el cumpleaños de mi hermana y tengo una semana en noviembre.

  • como vos me digas, tengo muchas ganas de estar con vos y poder probar tu piel de verdad y no viendo una foto

  • mi amor yo también quiero sentir todo eso que te imaginas haciéndome.

  • arreglamos los detalles entonces cuando estés segura el día que salís, si queres voy a Retiro y vamos juntos si es que vas sola y no te acompaña nadie a despedirte. Aunque igual a mi no me conocen así que no sería problema.

  • siiiiii! Te aviso que día voy y arreglamos.

Unas semanas más tarde ya tenía pasajes para Buenos Aires, llegaría 10 horas antes que saliera el autobús hacia Posadas, ella compró incluso 2 pasajes para así tener asientos juntos.

Llegué al aeropuerto, esperé unas horas allí y luego tomé el transporte hacia la terminal de autobuses donde me encontraré por fin con la mujer que me tenía loco de deseo. Cuando llegué a la estación recibí un mensaje de ella diciendo que espere en un bar de cerca de la plataforma, no estaba sola y quería buscar la manera de darme el pasaje. Le conteste que no se arriesgue que puedo sacar otro pero insistió que la espere.

Ahí estaba tomando un refrigerio cuando siento que se acerca a mi lado alguien y supe que era ella, conteniendo la emoción me giro para verla ahí, de pie a mi lado, con una sonrisa de oreja a oreja aunque evidentemente no podía hacer más que eso. Saca un sobre de su bolso, mira hacia atrás y asegurándose que nadie la ve, me lo pasa por encima de la barra, lo agarro rápidamente y lo guardo, ella recibe su gaseosa y sale.

Luego de interminables minutos llega la hora de subir al autobús. Ella se está despidiendo de su pareja y una chica, y en ese momento se me ocurrió lo estúpido que fui al no contar con que pudiese estar alguna de sus hijas pero bueno, ya estaba, de todas formas tomé la precaución que no me vieran cuando subí. La parte de atrás estaba casi vacía, encontré mi asiento pero me senté en de enfrente por las dudas.  Llega ella, se sienta en el suyo dando a la ventanilla y saluda a su gente. Por fin salimos, sus saludos se terminan, se gira hacia mi quien la estuvo mirando todo el tiempo, me levanto para saltar a su lado a la vez que ella hacía lo mismo, casi chocando en el pasillo le digo que se siente en el suyo, nos abrazamos y nos besamos eternamente, como dos enamorados encontrándose después de mucho tiempo.

Charlamos de mil cosas sin soltarnos las manos, de vez en cuando en algún silencio nos besamos como dos adolescentes. Cae la noche, estamos ya en la ruta, viene la cena, las luces se apagan cuando terminamos, moviendo el apoyabrazos hacia arriba nos da espacio para poder estar más juntos, ella en mis brazos casi acostada sobre mi regazo, con mi espalda casi apoyada en la esquina entre el asiento y la ventana.

No hay nadie a la vista, la poca gente estaba más adelante, la única que podría vernos es una señora que estos 3 asientos más adelante pero se la ve dormida pero para que nos vea de todas formas tendría que darse vuelta.

Ella me acaricia la cara mientras nos miramos como enamorados platónicamente. Nos besamos con mucha ternura, podía sentir mi corazón a mil, podía sentir el de ella también a mil. El beso se hace mas fogoso, las lenguas entrelazándose mutuamente hace todo más ardiente; su mano acaricia mi pecho y la mía su pierna. Ya estamos muy excitados, es imposible aguantarnos después de tanto tiempo viviendo en una fantasía caliente, ella se acomoda para sentarse sobre mis piernas abriendo las suyas, su vestido se levanta lo suficiente para no molestar cualquier cosa que pase debajo; ella se corre el escote hasta dejarlo caer ofreciéndome sus pechos que aunque no muy grandes son deliciosos y sensuales, acepto el majar y los devoro con lujuria, mordiéndolos suavemente, chupándolos cual niño amamantándose mientras mis manos posadas sobre sus piernas se mueven acariciándolas a palma abierta hasta encontrar su tanga, se la bajo y ella se mueve para que salga completamente, un pie por aquí, un salto por acá, risas, cosquillas, besos, ya esta desnuda debajo pero antes que volvamos a la posición me bajo el pantalón y el slip y ella se apodera de mi miembro mientras exclama “por fin en mis manos”. “no toque” le digo mientras la acomodo nuevamente arriba mío y le agarro las manos, se las beso y las pongo sobre mis hombros, volvemos a besarnos y ella me aprisiona desde el cuello, mis manos recorren su espalda acariciándola y ella inclina la cabeza para que mi boca comience su recorrido desde el cuello hacia abajo, sus pechos son exquisitos, sus pezones una delicia, “que ricos tus besos” “que ricos tus pechos”.

Sus manos buscan encontrar el pene hasta que lo encuentra y se aferra a él, quiere acariciarlo, sobarlo pero hay muy poco espacio, se deja caer al suelo y lo atrapa con la boca, nunca sentí una boca tan desesperada por chuparme la pija, estaba poseída por una lujuria que nunca había sentido, su boca besaba, su lengua recorría, sus labios apretaban, sus dientes raspaban todo en una sinfonía de placer que me estaba otorgando que casi no podía evitar emitir quejidos de placer, no pasaron más de 20 o 30 segundos que tuve que agarrarle la cabeza y levantársela para poder besarla y decirle “mi amor no sigas por favor, me estas acribillando de placer y no me voy a aguantar mucho” “no me quites lo mío” me dice para volver a hacer lo que estaba haciendo: matándome de placer con una fellatio que jamás había experimentado. Sus manos masajeaban todo lo que hay entre las piernas, sus dedos expertos sabían donde acariciar y rozar, necesitaría mil palabras para describir algo que solo le tomó a ella menos de un minuto para hacerme soltar chorros y chorros de semen en su boca, me doblé hacia delante de placer mientras ella seguía chupando cada gota de semen, con su lengua atrapaba las últimas gotas cuando la agarre de la cara para besarla “convídame” le digo y ella entendió perfectamente lo que deseaba, sacando la lengua mojada de semen me la ofrece, se la chupo bebiéndolo todo, nos seguimos besando mientras la voy levantando hasta tenerla de nuevo en mis brazos. Estoy extenuado, fue el orgasmo más rápido e intenso que jamás tuve, no sé si fue la calentura acumulada de meses esperando este momento o su maestría para darme la mejor chupada de mi vida. “Me toca a mí” le digo. “ahora no mi amor, espérame un par de días que no me quiero que sangrarte en la boca”. Nos reímos casi a carcajadas. “Ahora entiendo, pero no te vas a escapar de mi boca”. “no pretendo escapar, me entrego sin condiciones”.

Llegamos al día siguiente a Posadas, ella se fue a casa de su hermana y yo alquilé un bungaló cerca de la playa. Lo mejor estaba por llegar en dos días y ya estaba impaciente.