Reencuentro parte III
La noche avanzaba , nos volvimos a dar placer esta vez frente al mar
Me refugie en su cuerpo como lo hacía antes, lo abrace fuertemente esperando que el tiempo se detuviera para poder tenerlo cerca de mi mucho más tiempo, recorrió mi cara con sus dedos tocando suavemente mis labios.
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Te quiero mi fea me dijo con dulzura
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Yo también te quiero, lo miré fijamente a los ojos
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Siempre estuve enamorado de ti, desde el primer día jamás dejé de amarte.
Lo abrace aún más fuerte, me sentía tan indefensa junto a él, me traspasaba con la mirada como queriendo descubrir que estaba pensando, yo solo me esmeraba en recordar todos los detalles posibles, para poder recordarlo cuando ya no estuviera a mi lado.
Se paró rápidamente y encendió un cigarrillo, fumamos sentados al borde la cama hablando de la vida y el futuro.
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¿Qué haremos fea?
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No lo sé respondí
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¿Cuánto tiempo podremos estar así?
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No mucho creo
Ambos teníamos compromisos que habíamos aceptado libremente, una familia, personas que nos amaba y que sufriría mucho si esto se prolongaba en el tiempo. Le besé los ojos y las mejillas, como intentando que se olvidará de que esto era totalmente incorrecto.
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Esto no está mal, no te sientas culpable dijo
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Claro que no es correcto, ambos sabemos que tarde o temprano más de alguien terminará herido
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No pensemos en eso ahora
Me beso en la frente y respondí con una caricia en su cara. La hora avanzaba rápido supuse que eran cerca de las 4 de la madrugada, el aire aún seguía tibio por el calor de la chimenea sumado al calor de nuestros cuerpos. Me vestí y saque un helado menta chocolate del refrigerador, amaba su sabor, tomé dos cucharas y lo lleve hasta la cama.
Comencé a saborear lo dulce del helado, después de un par de cucharadas se sumó a la tarea, un poco de chocolate cayó en una de mis piernas y con su boca quitó lo que había caído
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Me gusta, le dije
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¿Qué te gusta?
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El contacto de tu boca, el chocolate y mi piel
Siempre fue muy juguetón, le encantaba inventar nuevas formas de darnos placer, tomó la cuchara y esparció helado por mis piernas, las beso por largo rato quitando todo atisbo de chocolate y menta, siguió con mis brazos, mis pechos, el vientre, la espalda, los glúteos …Estaba tan pegajosa pero esa sensación fría en mi cuerpo me causaba placer.
El helado comenzaba a derretirse, lo dejó en la cama y me tomo con fuerza, adoraba esa mezcla de ternura y rudeza, encendío otra luz y se sentó en el sofá, me llevaba de la mano así que me senté junto a él.
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Salgamos a caminar, me propuso
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A esta hora?, lo miré con cara de interrogación
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Si! , vamos a la playa .
Hacía mucho frío, así que me vestí y abrigué bastante, caminos juntos de la mano los pocos metros que nos separaban del mar, ahí estábamos a altas horas de la madrugada los dos besándonos bajo la noche oscura en una playa desierta.
Lo besé acaloradamente y sentí su potente erección, deslice mis manos por su pantalón , insinuando que se preparaba para lo que iba hacer, bajé hasta su pene y con habilidad desabroche los botones, por encima de su ropa interior suavemente toque su erecto miembro.
Introduje mi mano entre sus ropas y con firmeza tomé su pene, estaba duro y caliente, lo llevé a mi boca y lo besé desenfrenadamente, Sentía sus gemidos y eso me incitaba a hacerlo más fuerte aún, lo metí varias veces en mi boca rozando la punta con delicadeza, el calor era cada vez mayor.
Me puse de pie y me tomo con fuerza por el culo, apretó mis nalgas y me dio unas palmadas, con habilidad también me quito los pantalones y las pantaletas, introdujo sus dedos en mi vagina y mientras lo hacía me los llevaba a la boca para que pudiera sentir lo húmeda que estaba.
Me agradaba el sabor de mis fluidos, me calentaba aún más, él también se los llevaba a la boca y saboreaba con gusto mi caliente humedad. Con delicadeza me giro para darle la espalda, separo mis piernas y bajó hasta mi culo, lo apretó delicadamente y me dio unos suaves mordiscos, sin previo aviso me penetro por atrás, grite de dolor! Uffff pero me gustaba, el roce de su pene en mi ano sin ser lubricado previamente.
Comenzó a moverse rápidamente y yo acompañaba sus movimientos con gemidos que calentaban aún más el ambiente.
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¿Te gusta?
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Me encanta le dije
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¿Te gusta que te penetre por el culo?
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Si!, me encanta sentirte en mi culo
Era solo la verdad, cuanto extrañaba esas sensaciones que te provoca el sexo anal, saco su pene y deslizo su lengua por mi ano, succiono los fluidos que de ahí emanaban, era una mezcla suya y mía, mojo sus dedos y los llevo a mi boca, saboree con placer aquel líquido que nos pertenecía.
Nos tiramos en la arena, yo sobre su cuerpo a medio vestir, estaba húmeda y fría pero poco importo, con fuerza me clave en su duro y potente miembro, en cuclillas me movía de arriba hacia abajo, el me tocaba los pechos y se los llevaba a su boca, mordió, succiono y lamió los dos por igual, me besaba el cuello, los hombros y los brazos mientras seguía penetrándome.
Casi de inmediato un orgasmo intenso me hizo gritar de deseo y placer, como nadie nos escuchaba lo grite con libertad en medio de la oscura noche, me encantaba sentirlo dentro de mí, al cabo de un rato se corrió sobre mí, saco su pene y esparció todo su semen sobre mi vagina, yo metí mis dedos dentro y los lleve a mi boca para saborear lo dulce de su fluido.
Caí rendida en su pecho, le di un dulce beso y el respondió con su lengua húmeda, rozo mi labio inferior y lo mordió suavemente.
Rápidamente nos vestimos y caminos por la orilla de la playa, recordamos aquellos momentos juntos cuando éramos más jóvenes, nuestros secretos, nuestro lenguaje particular, los momentos difíciles, las penas y las tristezas, nos reímos de mil anécdotas, habíamos estado más de 3 años juntos y nos conocíamos bastante.
Ya casi amanecía y nos abrazábamos bajo la fría noche, adoraba su perfume, solo quería sentirlo para poder recordarlo a las 12:00 del día tenía vuelo y yo comenzaba a extrañarlo.