REENCUENTRO parte III....

Lean y mil disculpas por la tardanza

REENCUENTROS parte  III….

Habían pasado 2 semanas y aun a mi mente venia esos ojos que me miraban desde lejos, me convencía de que había sido mejor no haberme quedado y huir lejos de él, después de todo no creo que las cosas cambiaran para algo bueno. Sentí mi celular vibrar a un lado mío era una llamada de Elena sin embargo no quise contestarle, al segundo que dejo de vibrar el teléfono de casa empezó a sonar Cinthia salió de la cocina a contestar al ver que no hice nada por levantarme a tomar la llamada

-          Cris es para ti –extendió su mano para que pudiera tomar el teléfono- es Elena

-          Gracias –conteste tomando el teléfono- hola –pude escuchar como soltó el aire-

-          Cris pensé que no estabas en casa o que te había ocurrido algo, tiene semanas que no sé nada de ti–se quedó  callada un momento- ¿Cómo estás? –Pregunto y callo esperando mi respuesta-

-          Bien Ele no te preocupes –sonreí tristemente-

-          No me engañes Cristal –su voz era triste pero también autoritaria- sé que no estás bien, he estado a full con el trabajo pero voy a verte más tarde

-          Ya te dije Ele estoy bien y te tengo que dejar voy de salida –sabía que no me creía y en cuanto pudiera saldría rumbo a mi casa así que decidí mentirle un poquito- voy a ver a mis tíos me voy por 2 días y ya se está haciendo tarde chao –dije sin esperar su respuesta-

Instintivamente mí vista volteo hacia la cocina donde Cinthia me miraba sin apartar su mira solo le sonreí pero ella pregunto

-          Cris –me llamo para que la mirara-  ¿Por qué le mentiste a Elena?

-          -la mire para luego bajar la mirada- porque quiero estar sola al menos por un par de días

-          Entonces nosotros también nos tenemos que ir –dijo e inmediatamente me di cuenta del significado de mis palabras para ella-

-          ¡No! –reaccione e inmediatamente me levante del pequeño comedor-

Corrí detrás de ella cuando se dirigía a su cuarto la tome de su brazo lo más suave posible tratando de no lastimarla el contacto con su piel erizo mi cuerpo completo

-          Cinty –trataba de controlar mi cuerpo- no quise decir eso o que lo entendieras en esa forma –trate de buscar las palabras exactas pero al fin me gano mi silencio-

-          No hace falta que trates de corregirlo Cris –sus ojos miraban fijamente los míos- no pienso dejarte sola –sonrió y sus brazos su aferraron a mi cuello-

Sentir su calor, su aroma, la suavidad de su piel y el aroma que desprendía de su cabello, me deje llevar y me aferre a ella tratando de que se diera cuenta que en realidad la había necesitado y extrañado en todo el tiempo que estuvo lejos, si lo aceptaba ya era tiempo la extrañaba. Poco a poco nos fuimos separando su rostro tan cerca del mío, miraba sus ojos hermosos esos ojos que me enamoraron desde el primer día que los vi, a mi memoria venían pequeños recuerdos de los momentos felices a su lado y sin saber en qué momento mi razón se perdió nuestros labios se unieron en ese beso de reencuentro que en tantos años anhele, sus labios poco a poco se separaron, en ese momentos mis miedos se hicieron presentes pero en el momento que sentí su mano en mi cintura y su frente pegada a la mía desaparecieron.

-          Te amo –escuche de sus labios-

-          Yo también te amo –respondí separando un poco mi frente y mirándola a los ojos- Te amo –repetí sobre sus labios antes de besarla nuevamente-

En el momento que mis sentimientos quedaron de nuevo expuestos ante ella y con el riesgo de que volviera a lastimarme, decidí aferrarme al menos en ese momento a ella si en algún momento ella se arrepentía de ese beso guardaría en mi memoria ese preciado momento. Unos pequeños quejidos soñolientos nos hicieron separarnos

-          -tome sus manos y sonreí- Parece que Diego se despertó

-          Si creo que si voy a verlo –soltó mis manos e intento entrar al cuarto sin embargo volteo y sus labios de nuevo buscaron los míos -

Sabía que tal vez me estaba arriesgando demasiado pero en el fondo quería arriesgarme a lo que pasara. En mi cuarto meditaba lo que había pasado tenía miedo en realidad no sabía si miedo a volver amarla con gran locura tanto como para volver a la depresión en la que me dejo su partida, o simplemente a que se fuera de nuevo, con ese pensamiento en mente mis ojos se cerraron perdiendo conciencia en un profundo descanso.

La alarma de mi celular me saco de mi descanso, sentí la tranquilidad que hacía mucho tiempo no sentía al momento de dormir, era como si solo hubieran pasado un par de minutos desde  que cerré los ojos, la puerta de mi habitación se abrió un poco voltee a ver el reloj de mesa que marcaba apenas las 5.30 am.

-          Hola –dijo entrando por completo a mi habitación- escuche tu alarma

-          Hola buenos días –le sonreí- se me olvido quitarla

-          Si me imagine

-          ¿Qué haces despierta tan temprano? –pregunte mirándola-

-          Bueno yo iba a prepararte el desayuno –pensó un momento- recordé que te ibas con tus tíos un par de días –sonrió y yo también sonreí-

-          Cinthia solo le dije eso a Elena para que no viniera y se despreocupara –me senté en la cama-

-          Ok cris –se acercó a la cama- ¿me puedo sentar? –pregunto-

-          Claro CInty

-          Cris quiero hablar contigo sobre lo de anoche –mi cuerpo al escuchar esas palabras se paralizo tal vez y si se había arrepentido de lo que paso decidí fingir que no me afectaba-

-          Cinthia perdón por eso –la mire tratando de no quebrarme frente a ella-

Sus suaves manos buscaron las mías y sus hermosos ojos se clavaban en los míos.

-          Te amo cristal –sus dedos se entrelazaban con los míos- lo que paso anoche deseaba que pasara desde hace años –sus ojos se humedecieron-  perdóname por haberme ido, por haberte abandonado de esa forma –sus lágrimas caían por sus mejillas y mi corazón se estremecía por sus palabras- te pido perdón, te he extrañado en todo este tiempo a cada segundo que ha pasado me reprocho por haberte dejado y en todo este tiempo he deseado tanto sentir de nuevo tus labios sobre los mios –en ese momento busco mis brazos y se aferró a mi cuerpo- eres lo mejor que me ha pasado en mi vida y quiero volver a estar en tu vida

-          Ya estás de nuevo en mi vida –la abrase fuerte como si mi vida dependiera de ella- siempre lo has estado –era cierto nunca se fue de mi vida-

Mis lágrimas caían de felicidad al escucharla, mi corazón latía en realidad volvía a latir.

-          Te extrañe –susurre en su oído-

-          Tenemos que hablar de lo que ha pasado –dijo sin separarse del abrazo- quiero que me des una oportunidad –se separó tomando mis manos con fuerza- tal vez no será fácil pero te amo y quiero que nos demos una nueva oportunidad

-          Yo también quiero que nos demos una oportunidad pero tomemos las cosas con calma –la mire a los ojos- vallamos despacio primero hablemos y esperemos que las cosas se vallan dando –le sonreí-

-          Claro –me dio un beso dulce en los labios- abrázame –se recostó a un lado mío y pude abrazarla por detrás-

No supe en que momento pero volví a cerrar los ojos  inhalando el aroma que su cabello desprendía.

No sé por qué motivo el recuerdo del día que mi vida cambio por completo, que  perdí al hombre de mi vida vinieron a mi mente.


Verlo a él era mi momento favorito, sin embargo ese día lo extrañe más de lo normal, todo el dia mi corazón sentía unas terribles ganas de llorar y no entendía por qué solo quería que llegara la hora de verlo llegar sin embargo esa hora paso y él no llegaba pensé que se habría retrasado pero mis ilusiones se vinieron abajo cuando mama llego llorando a casa y gritando el nombre de mi hermano mientras papa la tomaba con fuerza y también lloraba.

Solo recordaba cuando de pronto lo volví a ver pero esta vez en un gran ataúd con sus ojos cerrados y su piel pálida.


Sentí unas manos secando mis lágrimas, pensé que era un sueño u otra mala pasada de mi mente pero cuando abrí los ojos ahí estaba ella.

-          Tranquila –dijo acariciándome suavemente-

-          Perdón –fue lo que dije antes de levantarme de cama e ir al baño-

Solo al entrar al baño mis lágrimas no se pudieron reprimir más, llore como siempre que lo recordaba lo extrañaba y mucho y haber visto a Roberto me había hecho mal, sentí que ya había tardado mucho llorando porque sentía mis ojos demasiados pesados, decide tomar una ducha para tratar de relajarme un poco sin embargo las imágenes de mi sueño seguían apareciendo en mi mente. Salí de la ducha Cinthia ya no estaba en el cuarto así que me arregle lo más que pude tratando de ocultar mis ojos hinchados y salí a la sala donde la encontré jugando con su hijo al verme me sonrió trate de sonreírle de igual manera pero me fue imposible, me dirigí a la cocina a servirme una taza de café lo necesitaba.

-          Cris –me llamo- ¿Qué pasa? –pregunto entrando a la cocina-

-          Nada –conteste de espaldas a ella-

-          No me digas que nada –se quedó callada- sé que algo te pasa

En ese momento sonó el timbre de mi casa.

-          Yo abro –le dije apresurándome rumbo a la puerta tratando de evitar sus preguntas-

Rápidamente abrí la puerta y llevándome la sorpresa de ver quien era la persona que estaba frente a mi puerta. El al ver que no reaccione me abrazo con gran fuerza.

-          ¿Qué haces aquí? –pregunte separándome bruscamente de el-

-          Cris necesitamos hablar –sus lágrimas caían- no me trates así

-          A si ¿Cómo? De la misma forma que tú y todos me trataron –le grite con rencor- ¿ya se te olvido? Porque a mí no Roberto –dije un poco más calmada dándome cuenta que a unos cuantos pasos se encontraba diego en el mueble y Cinthia desde la cocina observándonos-

-          Cris yo… perdóname –las lágrimas se hicieron más-

-          No me llames así –le dije viéndolo a los ojos- Cris tu hermana está muerta eso fue lo que tú mismo dijiste ese día que me diste la espalda y todos me culparon –una lagrima se escurrió por mi rostro- ahora no me pidas perdón, en mucho tiempo no sabes cuanta falta me hizo mi familia más en ese momento pero no estuvieron, así que ya me acostumbre a su ausencia no necesito tenerles en mi vida –fue lo último que le dije al cerrar la puerta de mi casa-

-          Estas bien –pregunto Cinthia al verme cerrar los ojos escondiendo mis lágrimas-

-          Si –le sonreí-

Mire al pequeño diego le sonreí a lo que correspondió y me senté en la barra donde Cinthia me paso el café  que antes había dejado por ir abrir la puerta.

-          Tenemos muchas cosas que hablar si queremos intentarlo –le dije mirándola fijamente-

-          Si –se quedó callada un momento- más tarde viene Antonia –me dijo mirándome como esperando mi reacción- se va a llevar a Diego

-          ¿Por qué? –pregunte extrañada-

-          Tenemos que hablar –me quedo mirando-

-          Cierto –sonreí apenada-

Mi mente en momentos se bloqueaba, pensaba en lo que acababa de pasar con Roberto y también sabía que tendría que decirle todo a Cinthia aunque recordar causara un gran dolor en mi corazón tendría que volver a recordar lo que por tanto tiempo me había prometido tratar de olvidar.

-          Cris –me llamo- en serio ¿te sientes bien? –me tomo la mano-

-          Si –sonreí y acaricie su mano-

De nuevo el timbre de mi casa sonó por un momento pensé que Roberto había vuelto, Cinthia al verme me dio un beso en la mejilla y fue abrir ella.

-           Hola amiga –saludo Antonia a Cinthia dándole un beso en la mejilla aun sin percatarse de mi presencia- ¿Cómo has estado? –pregunto mirándola-

-          Bien amiga, estamos bien –me miro-

-          ¡Chaparro! Hola –técnicamente se tiro encima de Diego llenándolo de besos era chistoso ver esa escena-

-          Hola Antonia –salude para que notara mi presencia-

-          Ah perdón cris no te había visto –se acercó apenada y me dio un beso en la mejilla- me emocione al ver al chaparro –sus ojos al verlo detonaban alegría-

-          Me pude dar cuenta –me burle de ella y se apeno aún más- las dejo para que platiquen

-          No como crees cris esta es tu casa –dijo Cinthia-

-          Ahora también de ustedes –le tome su mano- además tengo que revisar algunas cosas de trabajo –mire a Antonia- quedas en tu casa –dije lo más amable y tranquila posible-

-          Gracias cris –dijo ella en agradecimiento-

Era tan raro escuchar de más personas que no fuera Elena el “Cris” eran muy pocas las personas que lo hacían por no decir nadie, pero sobre todo lo más raro era que no me sentía incomoda cuando escuchaba decirlo tal vez y Elena siempre tuvo razón al decirme que me hacía falta relacionarme con más personas sonreí al recordar a Elena decirme amargada cuando aun empezábamos a conocernos y aún más cuanto me enoje que sentía ganas de matarla por si decir la verdad. Al entrar a mi recamara lo primero que busque fue mi celular que no sabía a cien acierta donde lo había dejado hasta que en tanto buscarlo lo pude ver en el pequeño sillón que se encontraba junto a la ventana en realidad no recordaba haberlo dejado ahí, lo tome y al encenderlo note que habían notificaciones de correos electrónicos de mi compañero de trabajo y uno de una dirección desconocida que no tenía registrado en mis contactos, tanta fue mi curiosidad que inmediatamente lo abrí y empecé a leer.

Correo desconocido:“con justa razón merezco tu rechazo, me arrepiento de haberte dejado sola en ese momento tan difícil y más por haberte culpado, no existen palabras para pedirte que me perdones porque sé que eso no remediara el daño que te hicimos siendo tu familia en lo personal nunca he podido vivir sin ti hermana te he extrañado, te amo siempre vas hacer mi hermana –mis lágrimas ya caían- te acepto tal cual, nunca debí dejarte sola pensé que dejarte sola iba hacer difícil para ti y no creo que haiga sido fácil pero supiste salir adelante desde cero te admiro y estoy orgulloso de ti Cris y aun que ahora no me quieras ver te quiero decir lo que tal vez muy pocas veces te dije eres lo mejor de nuestras vidas, cuando llegaste a nuestra familia nos diste la felicidad que hacía falta esa chispa que solo tu tenías, nos iluminaste pero sobre todo iluminaste a nuestro ángel que desde el cielo nos cuida sobre todo te cuida a ty siempre fuiste la luz de sus ojos y a él le he pedido perdón de rodillas por haberte abandonado hermana siempre estaré al pendiente de ti y cuando quieras verme y hablar llámame te dejo mi numero ** te amo”.

Roberto.

Mi llanto era tan grande, porque hasta ahora me habían buscado porque después de tantos años, y sobre todo porque me pone de pretexto a mi hermano Adrián, era simple lo que en mi mente pasaba estaba mejor sin mi familia en mi vida.

Concentraba mi atención en algunos pendientes del trabajo, sabía que mi compañero podría hacerse cargo en mi ausencia sin embargo nunca estaba de más una revisada porque tampoco quería perder, tarde vario rato concentrada hasta que escuche unos suaves golpes en mi puerta sin duda era ella.

-          ¿terminaste? –pregunto mirándome-

-          Si –dije parándome del sillón-

-          ¿quieres desayunar? –sus hermosos ojos de nuevo me hipnotizaban- ¿Cris? –solo veía su mano pasar por enfrente de mi cara-

-          ¿Eh? Si dime –trataba de no mirarla tanto-

-          Que si quieres desayunar –repitió sonriendo-

-          No aun no –conteste- tú y Diego ¿desayunaron? –pregunte tomándola de la mano-

-          Diego si –dijo jugando con mis dedos- antes de que se fuera desayuno –me sonrió-

-          Ven –dije caminando hacia la sala-

No solté su mano, el contacto con su suave piel era único y satisfactorio y ella no se notaba incomoda con mi contacto, nos dirigimos a la terraza el lugar que menos visitaba Cinthia tomo un par de cojines de los sillones que estaban cerca, los acomodo uno enfrente del otro de tal manera que nuestros ojos se miraron fijamente y ahí nos sentamos nuestras manos aún permanecían unidas una sonrisa apenada se dibujó en mi rostro.

-          ¿Qué pasa? –pregunto ella al ver que soltaba sus manos-

-          Lo siento –la mire- es que me sudan terrible las manos –en su rostro se dibujó esa sonrisa hermosa-

-          No te preocupes –me miro- ya sé que siempre te sudan las manos –se acercó un poco a mí- más cuando estás muy nerviosa

-          No sabía que aun recordaras eso

-          Eso y que cuando estas ansiosa te muerdes el labio, que cuando piensas te da por morderte las uñas cada manía de ti la recuerdo –sus ojos se clavaban en los míos y en su rostro permanecía esa sonrisa que me encantaba-

Escuchar sus palabras y saber que al igual que yo no había olvidado ningún detalle.

-          Cris ¿Por qué corriste así a tu hermano? –su pregunta me tomo fuera de base, sin embargo solo tome aire para responder-

-          Porque ellos así me corrieron de sus vidas –respondí con mi mirada baja-

-          Pero aun así no entiendo ¿Qué paso? –me miraba- según recuerdo eran muy unidos –me miraba como tratando de descifrarme-

-          Han pasado muchas cosas Cinthia –le respondí no dándole importancia-

-          Cuéntame –respondió- sabré escucharte y comprender

Tuve que tomar una gran bocarada de aire y el suficiente valor para tomar el tema.

-          No es fácil –calle un momento- pero te contare –sentí un suave apretón de manos en señal de apoyo invitándome a seguir- cuando tú te fuiste –calle un momento- se vinieron abajo muchas cosas, quede en una depresión pero Adrián estuvo ahí –un nudo en mi garganta se hizo presente al mencionar a mi hermano- el me apoyo mucho fue mi fortaleza en ese momento

-          Perdóname –interrumpiéndome con sus lágrimas cayendo por sus mejillas-

-          Permíteme seguir –apretaba sus suaves manos tratando de darme fortaleza- fue difícil, parecía que lo iba superando –sonreí triste- hasta el día en que Adrián murió –en ese momento mis lágrimas ya no se pudieron retener más- ese día los logros se vinieron abajo, sentí que mi vida terminaba, lo difícil que fue enterarme de esa noticia y peor aun cuando mi familia me culpo de su muerte y que me dieron la espalda, dijeron que estaba muerta para ellos y que nunca aceptarían mis relaciones que era una maldición para la familia, ahí empecé desde cero sin nada –me trataba de dar el valor para seguir- como pude seguí busque trabajo me concentre en el no existió vida después de ahí, mi depresión se hizo más grande no había día que no llorara de ahí empezaron las pesadillas, dormía poco hasta el día que conocí a Elena, ella me saco de ese hoyo donde estaba –Cinthia estaba atenta a todo lo que le contaba- aun sin vida social pero por lo menos ya no lloraba todos los días

-          No sabía todo esto –apenas podía hablar su llanto había estado presente, se había mantenido callada todo el tiempo mientras le contaba- perdón por no estar contigo –busco mis brazos-

-          No tenías manera de saberlo, estoy segura que si lo hubieras sabido habrías estado a mi lado –lloro más- y perdona por no entrar en más detalles pero  aun duele –le dije al oído mientras la abrazaba más fuerte-

Podía sentir sus lágrimas mojar mi blusa, me mataba verla llorar o verla mal, pero más me había matado no haberla tenido en años. Poco a poco subió su mirada y al encontrarse con mis ojos- pude ver cierto reproche.

-          Si me entere de lo de Adrián –dijo mirándome a los ojos- yo estuve cuando lo encontraron –no podía creerlo-

-          ¿Cómo? –pregunte extrañada mientras soltaba sus manos-

-          Cris yo encontré a Adrián

Mis ojos se llenaron de lágrimas como puede ser que se enteró de lo que paso y aun así no me busca para saber cómo estaba, la persona que más necesite a mi lado en ese momento se había hecho de la vista gorda y me dejo así como sin nada y más que quiso decir con “ yo lo encontré”.

Lo único que pude hacer en ese momento fue levantarme y correr a mi habitación había algo que me decía que me ocultaba algo más que aun en el fondo había algo que yo tenía que saber y mi corazón me decía que era algo muy grave…

¡Eh! ¿Qué puedo decir? Hola jaja volví espero les guste me inspire lo más que pude saludos.

Roxii…