Reencuentro en la playa.

Ella estaba cogida por sus piernas a mi cuerpo, así que con la otra mano, la pase delante y empecé a tocar su clítoris. Puso su boca al lado de mi oreja, y al estar más alejadas de la gente, empezó a gemir a milímetros de mi oreja.

La encontré en la playa después de meses sin vernos, ni hablar.

Al principio fueron miradas furtivas desde lejos. Al final, ella decidió acercarse a saludar.

La echaba de menos.

Nos pusimos a hablar y fuimos a bañarnos mientras acabábamos de ponernos al día.

-¿Estás saliendo con al guien? Le dije.

- No... no, estoy soltera. Intenté tener una relación,perono funcionó.

-Uy... ¿y eso?

-Te echaba demenos. No podía empezar nada, si cada día me despertaba echándote de menos.

Nunca quise que me echará de menos, pero a veces, por mucho que dos personas se quieran, siempre hay factores externos que no dejan que una relación funcione.

-Yo también te he echado de menos todo este tiempo. Siempre pensé en llamar, pero creía que estabas con alguien y no quería ser un estorbo.

-Tú nunca fuiste un estorbo. Deberías haber llamado hace mucho tiempo. Lo habría dejado absolutamente todo por ti.

La sonreí y nos pusimos a jugar con el agua.

Ella acabó en mis brazos, de cara a mi, y no pude evitar acordarme de todos aquellos momentos juntas.

Le aparté el pelo de la cara, cogiéndola por la nuca y la besé.

Fue un beso de te he echado de menos durante tanto tiempo.. uno de esos besos húmedos, con pasión y a la vez tristes.

Empezamos a besarnos cada vez con más ganas. Tenía mis manos en su culo y fue inevitable que poco a poco tantearan su sexo.

Estaba caliente. Echaba de menos, la que fue mi casa durante un tiempo.

Al ver que no hubo reacción negativa, seguí acercando mis dedos cada vez más a su sexo.  Aparté la braguita del bikini y poco a poco le fui introduciendo un dedo.

Su cara era de absoluto placer cuando lo acabé de meter y empecé a moverlo dentro y fuera. Le metí otro dedo.

Ella estaba cogida por sus piernas a mi cuerpo, así que con la otra mano, la pase delante y empecé a tocar su clítoris. Puso su boca al lado de mi oreja, y al estar más alejadas de la gente, empezó a gemir a milímetros de mi oreja.

Ella sabía más que de sobra, como calentarme, y lo estaba consiguiendo. Se bajó de mis brazos y se puso delante mía. Empezó a besarme con muchas ganas.

Nuestros amigos, se metieron al agua, y no tardarían en acercarse donde estábamos.

Bajo su mano, apartó mis bragas y metió dos dedos de golpe, mientras su lengua jugaba en mi boca. Ella sabía como hacerlo para que no tardará en acabar. Jugueteo con sus dedos dentro de mi, y con mi clítoris. No tardé en correrme en sus dedos. Ella, con cara de viciosa, me sonrió y me besó con mucha lengua.

-Echaba de menos lo bien que nos lo pasábamos juntas, me dijo.

La sonreí y al momento escuchamos a su mejor amiga, hablándonos a pocos metros de distancia.

Me acerqué a su oreja y la dije:

-Prepárate que esto no a acabado aquí.