Reencuentro deseado

Reecuentro con mi prima Sandra y de como paso 15 días desenfrenados recordando su juventud.

EL REENCUENTRO

CAPITULO 1

LA OPORTUNIDAD

La verdad es que he tenido mucha suerte con el tema del sexo. He tenido muchas experiencias y con el paso de los años he podido comprobar que el sexo es para disfrutarlo sin prejuicios y de la mejor manera posible. He decidido explicar, no sin antes ordenar, todas aquellas experiencias que he vivido y que aun hoy sigo teniendo. Las he intentado ordenar de la mas importante a la que menos, pero es bastante difícil, así pues empezaré con la que supuso un giro importante en mi vida y que aún hoy es duradera.

Me llamo Carlos y tengo 32 años, no soy muy alto, 1’70, tengo un cierto atractivo, moreno, cuerpo atlético, cariñoso y muy vicioso en cuanto a sexo se refiere. Tengo un pene normal, 17 cm. y un poquito grueso, 14 cm. de perímetro.

Soy una persona muy viciosa en la cama, me gusta hacer disfrutar a la mujer tanto o más que disfrutar yo, y poseo una mente endiablada para todo tipo de juegos y fantasías, pero tengo un obstáculo y ese es mi mujer, cariñosa, buena esposa pero muy recatada. Solemos hacer el amor unas dos veces al mes como mucho y no le gustan las fantasías.

Paso a relataros lo que sucedió en Agosto del 2003. Mis padres son de la zona de Málaga y cabe decir que tengo mucha familia por aquella zona. Todos los veranos, hasta que cumplí veintiocho años, visitaba a mis familiares de Málaga. Sobretodo iba a casa de mi tío Antonio y fue allí donde tuve mis primeras experiencias, pero eso son temas para otros relatos. Tenía grandes recuerdos de mi estancia allí. Me acordaba de mis primas, Alicia, Vero, Natalia y sobretodo de Sandra. Hacia siete años que no la veía, con excepción del día que vinieron a mi boda.

Mi familia llevaba tiempo diciéndome de ir a ver a mis parientes, pero encontraba la oposición de mi mujer, pues le agobiaban las aglomeraciones. Yo insistía en que podrían ser unas vacaciones sin gastos pues de seguro que comer y dormir no iba a faltar. Mi abuela, a la que me siento muy unido, era la que más insistía.

Un día de reunión familiar salió el tema de vacaciones. Mi abuela me propuso que la acompañara, y así no tendría que ir sola, pues mis padres no podían acompañarla pues querían hacer unas obras en casa. Después de volver a insistir, no se como, mi mujer me comento en que si yo quería ir no habría ningún problema, pues ella estaría con sus padres en la torre y esperaría a que volviese para irnos de vacaciones en la segunda quincena con ella y los niños.

En el fondo el hecho de estar dos semanas solo me iba a venir muy, pero que muy bien.

VIAJE Y ACOGIDA

Marchamos un Jueves por la mañana y llegamos a casa de mi tío Antonio cerca de las 6 de la tarde. Allí estaban mi tía Herminia, mi tío Luis y su mujer y mi prima Sandra. Cuando la vi, un escalofrío recorrió mi espalda.

Sandra es la menor de las hijas de mi tío Antonio. 25 años, muy atractiva, pelo media melena, morena de piel, unos ojos verdes preciosos, de mi misma estatura y un cuerpo que quita el hipo.

Iba vestida con un vestido de tirantes corto por encima de las rodillas. Unas piernas bien formadas, trabajadas, una cintura pequeña, un culo redondo y bien formado y unos pechos ¡¡¡ ay!! Grandes redondos y firmes; sus medidas que después comprobé eran 115-65-95.

Habían pasado cuatro años desde la última vez que la vi. Nos dimos dos besos y me sonrió de una manera muy especial...

Mi tío dijo que hasta el domingo nos teníamos que quedar con ellos y después ya iríamos de visita familiar.

Así pues entramos en la casa. Era una casa no muy grande, pues era de veraneo, con tres habitaciones y estudio, un gran jardín con una piscina, a la cual accedías a través de un arco de cipreses, por lo que ésta quedaba escondida... y en un rincón del jardín una pequeña casa con una habitación y ducha para los invitados improvisados.

Durante la cena hablamos y recordamos muchas cosas de cuando yo me quedaba a veranear en aquella casa. Sandra no me había quitado el ojo de encima en todo el rato. Acabada la cena, llamé a mi mujer para decirle que habíamos llegado bien.

Cuando llegó la hora de ir a dormir, mis tíos dijeron que mi abuela dormiría en la habitación de abajo al lado de la suya y mi tío Luis y su mujer en la otra. Así que Sandra y yo tendríamos que dormir en el estudio, uno en el sofá cama y otro en un plegatín. Sandra se puso muy contenta pues quería hablar conmigo de muchas cosas.

El hecho de estar a solas con mi prima me pareció una excelente idea, pues podría regocijar mi vista con ese pedazo de mujer.

A SOLAS CON SANDRA

Nos fuimos a dormir sobre las once pues mi abuela estaba cansada del viaje. El estudio era muy grande de unos 50 metros cuadrados, bien decorado, un escritorio con un ordenador y un sofá cama en el rincón, televisión, video etc. y un baño, que comprobé tenía un jacuzzi.

Sandra y yo hablamos durante aproximadamente una hora, reímos mucho, nos contamos anécdotas, hablamos de muchas cosas, y sobretodo conseguí evitar que Sandra me hiciese recordar aquellos veranos que pasamos juntos desde que ella cumplió los catorce.

Hacia bastante calor así que decidí darme una ducha. Cuando acabé, Sandra estaba en el ordenador conectada a Internet, se levantó y me comentó que también se iba a duchar. La observé mientras se dirigía al baño y su caminar bamboleando ese culo precioso hizo que empezara a tener una lenta erección. Sabía que lo hacía expresamente. Me puse el pantalón corto del pijama y me senté en el ordenador. Habían muchas páginas minimizadas en pantalla y empecé a restaurarlas y, los ojos se me abrieron como platos. Páginas y páginas porno se iban abriendo ante mí, lo había hecho deliberadamente.

Oía el agua de la ducha y supuse que habría para rato, miraba con detenimiento y ante mi desfilaron galerías de fotos de todo tipo, sexo oral, vaginal, anal, facial, grupos, en fin de todo, me empecé a empalmar pensando en que, si Sandra era la que veía todo esto.....

No me di cuenta y note una ligera sonrisa detrás de mí. Giré mi cabeza espantado y allí estaba mi prima con un camisón semitransparente de verano de tirantes y corto por encima de la rodilla. Sus pechos se marcaban en toda su grandeza y dejaba entrever un cuerpo increíble. El pelo mojado y suelto la hacía estar superatractiva.

Se acercó y miro por encima de mi cabeza. Tragué saliva pues sentado como estaba se apoyo en mi espalda, notando en mi cabeza una turgencia increíble. Sabía que estaba sonriendo y no supe que decir. Lo que si notaba yo era una súper erección que si me levantaba de la silla no iba a saber disimular...

Se me acercó y se sentó a mi lado en la misma silla.

C- Lo siento, pero he visto que había páginas minimizadas y he apretado una cualquiera y....

S- Las miro muy a menudo, pues me encanta las páginas porno.

Sandra había sido muy directa. Tragué saliva, cogió el ratón y empezó a navegar. Sus piernas tocaban las mías, pues el camisón al sentarse se había subido un poco y de reojo vi que tenía unas piernas realmente preciosas. El contacto con su piel suave me hizo estremecer. Me recostaba para delante para disimular mi grandísima erección. Me hacía daño pues no la dejaba salir con total libertad y presionaba con las piernas hacia arriba.

Me enseñó las páginas porno que mas le gustaban. Si hubiese una cámara filmando hubiesen visto la cara de soberano gilipollas que hacía. Fotos de mamadas, folladas anales con grandes vergas, consoladores, etc.

Tan decidida había sido la invitación que dejé de un lado mis temores y le pregunté si querría que bajase clips de video porno de páginas que conocía.

Me dijo que tenían ADSL a máxima velocidad y que bajarían muy rápido. Busqué páginas donde se habilitaban clips de videos porno de todo tipo y empecé a descargarlos.

Empecé a bajar videos porno de todo tipo, anal, facial, orgías, deepthroat, blowjobs, pollas grandiosas, en fin, de todo. De reojo miraba a mi prima y la notaba agitada, mientras escribía en un papel las páginas que visitaba.

En apenas media hora habíamos bajado cerca de 300 clips de lo más variado. Mi estado de excitación era extremo. Empezaba a tener un dolor bastante agudo en mi entrepierna, y no mas doloroso fue cuando hizo como si estuviese incomoda en la silla que compartíamos y pidiendo permiso se sienta encima de mi pierna derecha a caballo. Aquello era insoportable. Cinco horas hacía que había llegado y estaba en el paraíso. Sentir sus piernas y su culo encima de mi pierna me estaba haciendo perder el sentido. Notaba como el camisón se había subido hasta el final de sus piernas y un pequeño tanga blanco asomaba por debajo. Miraba el perfil que hacía el camisón con sus pechos. No sabía donde poner la mano derecha y se la coloque en su cintura, no sin cierto temor. Por mi mente se agolpaban recuerdos de cuando ella tenía catorce años y ya era toda una mujer. Se giró y me preguntó como se hacía para ver los clips todos seguidos. Tardé unos segundos en contestar, pues me había quedado en estado de coma sexual. Me sopló a la cara y desperté de aquel letargo sin saber que narices me había preguntado.

Volvió a sonreír esta vez más sensualmente y me hizo la misma pregunta. Marque los clips con cierto temblor en mis manos y con Media Player empezamos a visualizarlos. Se recostó hacia atrás y se apoyó e mi pecho... Aquello era insoportable. Los clips duraban entre 30 segundos y un minuto.

S- Me encantan, ¿y a ti? – me susurro-

C- También

S- Sabes escoger ¿no?

C- Son los que mas me gustan

Notaba cierta humedad en mi pierna. Sabía que estaba totalmente humedecida, y no me atrevía a hacer nada. Su mano izquierda me cogió la mía y me hizo rodearla por la cintura. Yo estaba encendido. Tenía que lanzarme. Intenté rebobinar la situación.

C- ¿Tienes novio?

S- No, sólo amigos.

C- No me dirás que no tienes pretendientes.

S- La mayoría unos pesados pues babean y no intentan conocerme, a los cinco minutos ya están intentando acostarse contigo. Y ¿como te va con tu mujer?

C- ¡Bien ¡(con cierto aire de desencanto, ustedes ya saben)

S- Noto cierta duda en tu respuesta

C- Bueno, en unos aspectos bien y en otros no tan bien.

S- Los que no son tan bien, no serán ¿de sexo?

C- Pues… la verdad es que, si.

S- ¿Cuantas veces hacéis el amor?

Aquello era la guerra y ella utilizaba balas de verdad.

C- Una o dos por mes, por lo general una. –contesté-

S-¡Dios! Debe ser una tortura ¿no?

C- Si te digo la verdad, pues sí. (Sabía perfectamente de mi apetito sexual)

Se levanto y bajo a la cocina y subió con unas coca-colas, ron y cubitos. Nos preparamos unos cubatas, volvió en la misma posición que antes y continuamos hablando.

Mientras mirábamos los clips, profundizamos ambos en cosas sobre el sexo. Después de dos cubatas, la lengua se nos había soltado.

S- Así pues, no habrás dejado a un lado todas tus fantasías, ¿no?

C- Si pero no puedo ponerla en practica, tu ya sabes.

S- Explícame alguna cosa que harías.

Aquello fue el detonante final. La confianza y mi segundo cubata hicieron el resto. Empecé a explicar.

C- Lo primero es que la mujer esté muy sexy. Después de contemplarla la empezaría a besar con ternura y pasión, recorrería todo su cuerpo con mi boca y me entretendría en sus pechos. Bajaría por su vientre hasta su vagina recorriéndolo todo con mi lengua y abriéndola bien me la comería hasta que me suplicara que parase. Cogería unos consoladores de los que me gustan y entre ellos la llevaría hasta el cielo por todos los sitios. Después...

Sandra me miraba fijamente de lado, mordiéndose el labio inferior, giro la cabeza hacia atrás y me besó apasionadamente. Fueron diez minutos increíbles, de una fuerte descarga eléctrica. Nos comimos la lengua sin apenas movernos ni tocarnos, ¡increíble!

S- No sabía que supieses tanto.

C- Visito a menudo algún sex shop. Alquilo pelis porno y… ¡allí hay de todo!,... después las miro en el ordenador de casa, y como no toca ese día pues tengo que acabar yo solito. En casa tengo sin estrenar varios aparatos.

En el ambiente se respiraba sexo a raudales. No me dio tiempo a pronunciar nada más. Sandra se giró y se sentó a caballo, mirando hacia mí y rodeándome con sus brazos me volvió a besar. Le empecé a acariciar las piernas, suavemente, sintiendo esa piel suave y caliente. Notaba como se aferraba a mi y sus manos acariciaban mi pelo, mi cuello mi espalda, notaba esos pechos grandes, turgentes y duros contra mi pecho. Mi pene se restregaba contra su vagina y ella se movía lentamente, notándolo. Mis manos habían cogido su culo y lo masajeaban suavemente.

Estuvimos unos quince minutos así. Fue increíble. Jamás me habían puesto en ese estado de excitación.

Me empezó a comer la oreja y me susurró que fuésemos a su cama.

Apague el ordenador directamente y cogiéndola en brazos y sin dejarnos de besar nos estiramos en su cama. Había empezado la cuenta atrás.

Se estiró encima de mí y seguíamos besándonos. Se me acercó al oído y me susurró:

S- Te deseo, desde que has llegado estaba deseando hacer esto. No he podido olvidar y nunca he encontrado a alguien que me hiciese lo que tú me hacías. He esperado este momento desde que dejaste de venir a visitarnos y ahora estás aquí. Quiero que durante todos estos días me hagas entrar en tus fantasías y hagas conmigo todo lo que harías a una mujer.

Después empezó a recorrer con su boca todo mi cuerpo y cuando llegó a mi pene, este asomaba su cabeza por la entrepierna del pantalón. Me los quitó y me dejó desnudo.

Quedo mi pene bamboleándose, pidiendo a gritos que lo tranquilizaran.

Sandra lo cogió.

S- ¡Uuh! Parece más grande de cómo la recuerdo –susurró-

Me la acariciaba de arriba abajo. La agarró fuertemente y me la empezó a besar lentamente, introduciéndosela poco a poco en su boca, mientras con la otra mano me acariciaba los testículos. Seguía haciéndolo lentamente mientras nos mirábamos a los ojos. Estaba en el cielo.

Recorrió todo el tronco y abrió la boca y se introdujo mis testículos en ella. No salía de mi asombro. Mis dos testículos en su boca y su lengua jugaba con ellos, los succionaba. Creí morir. Cuando los saco, dejo caer en mi pene gran cantidad de saliva y continuó succionándolo. Al cabo de cinco minutos paro y se quitó lentamente el camisón. Se quito el pequeño tanga que llevaba y se me acerco gateando y con una sonrisa maliciosa en la boca.

Tenía unas tetas increíbles. Se las cogí y no me cabían en las manos, tenía unos pezones grandes y una pequeña aureola los recubría. Se los amase, estrujé, comí, chupé hasta saciarme.

S- Oohh¡ siii¡ cómetelos¡ son para ti¡¡ ¡dios! Que gusto oooooohhh ¡

Mientras me los comía su mano subía y bajaba de mi polla. Noté como se estremecía. Tuvo un orgasmo.

La cogí por la cintura y la subí hasta mi boca. Hasta ahora no me había fijado en su vagina, estaba depilada pero una mata triangular de pelos coronaba su pelvis. La hice sentar en mi cara y se lo empecé a comer. Me sorprendió su clítoris, pues no lo recordaba así. Era bastante grande y eso me excito sobremanera. Su vagina emanaba un olor increíble, estaba completamente mojada. Me lo comí con avidez y me entretenía en su clítoris. Ella se lo abría para que se lo comiese bien y no hacia mas que gemir y gemir. No paraba de soltar fluidos vaginales. Con mis manos le había cogido su culo y le abría las nalgas. Se sentó en mi pecho y empecé a comer su culito. Se lo lamía en toda su extensión. Me entretenía en su clítoris y bajaba hasta el final de su culo. Dadas las convulsiones de su cuerpo debió tener unos dos orgasmos. Se dio la vuelta y empezamos un 69. Ahora tenía su culo a mi merced.

Noté como se introducía mi pene en su boca hasta el fondo y allí se quedaba unos segundos y después lo sacaba, haciendo un ruido excitante (slruupp).

Si seguía así me correría rápidamente. Intente controlarme.

Yo seguía chupando y notaba como su ano tenia pequeñas contracciones. Mientras le chupaba el clítoris, introducía mis dedos en su vagina, primero uno, dos, tres, era increíble como se dilataba, y hasta cuatro. Ella gemía guturalmente haciendo un ruido ronco.

Empecé la inspección de su culito y después de mojarlo concienzudamente empecé a abrirlo con mis dedos, uno, dos y hasta tres. Aquello era increíble. Era tal la excitación que estaba totalmente dilatado.

Ella se movía arriba y abajo y yo notaba como no paraba de correrse.

Paró, se giro y me dijo que la follara de una puta vez. Mi prima me miraba con ojos de lujuria y voz desencajada. Se sentó encima mío y se introdujo de golpe mi pene hasta el fondo.

S- Oohh! Cabrón!! Que guusssto! Hacía mucho tiempo que no follaba. Me vas a mataaar! ¡Que passsada!

Le abrí el culo con mis manos mientras con la boca le comía las tetas. Dos dedos se introdujeron en su ano.

S- Cabrón! Quiero un consolador en mi culo!, ¡diooosss!

Se movía como una posesa. Notaba como chorreaba fluidos. Me beso y se puso tensa, sus ojos estaban casi en blanco, emitía un sonido gutural mientras me besaba. Le dije que no aguantaba más y que me iba correr

Mirándome a los ojos cogió mis manos y se las puso en sus pechos.

S- Lléname con tu leche, correte hasta que me salga por los ojos.

Exploté en un largo orgasmo, hasta cuatro convulsiones, vaciando toda mi leche dentro de ella. Se estiró encima mío y me beso apasionadamente, mientras jadeábamos. Había sido espectacular.

S- ¡Ha sido increíble!- jadeaba-

C- hacía mucho tiempo que no tenía un orgasmo como el de ahora.

S- Esto no ha sido más que el principio. Quiero que en cualquier momento lo hagamos hasta que no podamos más.

C- Pues repárate porque me pedirás que pare y no te escucharé.

S- Mañana tengo preparada una sorpresa, ya lo veras

Me besó nuevamente como ella sabía hacer. Mire el reloj. Era la 1,30 de la madrugada. Me dijo que ella dormiría en el plegatín. Se levanto se puso el camisón y se acostó.

Me puse el short y cerré los ojos hasta que… amaneció.

AL DÍA SIGUIENTE

Desperté sobre las ocho y miré a mi derecha. Allí estirada boca abajo y de lado estaba Sandra durmiendo plácidamente. Tenía la pierna ligeramente subida y su camisón se arremolinaba en su cintura. Un tirante no estaba en su sitio y uno de sus pechos casi se sale del camisón. Sus piernas y su culo acabaron por hacer que tuviese mi primera erección del día.

Me levante y fui a ducharme. Salí con la toalla en la cintura, abrí la puerta y bajé las escaleras. Mi abuela me dio los buenos días. Mis tíos habían marchado a comprar el desayuno. Tenía que aprovechar el tiempo. Subí de nuevo y cerré la puerta.

Me acerqué a Sandra y me arrodillé a su lado empecé a acariciar sus piernas muy suavemente. Subí lentamente hasta que llegué a su culo. Lo empecé a acariciar y amasar con suavidad. Se movió un poco y la miré. Tenía una ligera sonrisa en la cara. Con las dos manos seguí concentrado en su culo, mientras con la lengua recorría sus piernas. Sin abrir los ojos, Sandra incorporó su culo y empecé a pasarle la lengua, primero por su ingle, después por su vagina y finalmente por su culito. Esté volvía a tener contracciones, y Sandra, sin abrir los ojos, empezaba a gemir. Con suavidad lubriqué su ano con mi saliva y sus flujos e introduje un par de dedos. Empecé a un lento mete y saca, mientras con mi otra mano le puse dos dedos en su vagina y con el dedo gordo le acariciaba su clítoris.

Al cabo de diez minutos de gemir noté una gran contracción en sus dos agujeros y con un sonido gutural grave se corrió abundantemente.

Abrió los ojos lentamente y se incorporó. Me rodeo con sus brazos y me beso.

S- ¡Buenos días, cariño! ¿ Has dormido bien?

C- Divinamente.

S- Siempre había soñado con despertar de esta manera. Ha sido increíble.-dijo sonriendo-

C- Pues no será la última- respondí-

Sandra tiro de mi toalla y allí quedó mi pene totalmente tieso apuntándola. Me miro a los ojos y supo lo que tenía que hacer.

S- Que le pasa a mi cariñito-dijo con voz sensual-

C- Lo que le pasa cada mañana.

Me puse de pie y ella se sentó. Me lo empezó a chupar y de que manera. Volvió a ponerse mis testículos en su boca y me los succionó. Con la mano subía y bajaba mi pene. Estaba en la gloria. Volvió a salivar mi pene y empezó una soberana mamada. Se la introducía hasta el cuello y después se la sacaba, así durante casi cinco minutos. Ya no podía más.

C- Ohh! Como la chupas, ¡que gustazo!-

Noto que mi pene se hinchaba e iba a estallar. Aceleró el ritmo. No dejaba de mirarme, cuando me empecé a correr en su boca. Tragaba y tragaba mi leche caliente. Creo que fueron quince segundos intensos y de un placer indescriptible, pues no la saco hasta que no quedo ni una sola gota en mis testículos.

Sandra se levantó y me beso. Me dio su lengua y notaba el gusto de mi propio semen.

S- Este será mi primer desayuno cada mañana –no te olvides- Quiero que me despiertes cada día diferente- ¿de acuerdo?

C- Así lo haré

Se quitó el camisón y se fue desnuda a la ducha. Me la quedé mirando. ¡Dios, que vacaciones me esperaban!

Bajamos a desayunar a las nueve y media. A las diez mis tíos y mi abuela dijeron que estarían todo el día en al capital a ver a su familia. Mi abuela me dijo que por la noche ya tendría tiempo de visitas, así que se marcharon y nos dejaron solos a Sandra y a mí.

Se acercó se sentó encima y me dijo que vendrían un par de amigas suyas a pasar el fin de semana, ya que mi tío Luis y su mujer ya no vendrían.

S-¡Cariño me voy a la ciudad, tardare un par de horas ya que después tengo que pasar a buscar a Vanesa y a Carmen! Hoy hace mucho calor así que vete refrescando en la piscina.-sonrió pícaramente-

Me beso fuertemente y después se marchó.

Eran las diez y tenía un par de horas hasta que no viniese.

Dada la extensión de este relato, lo iré entregando por capítulos, dado que los quince días que pasé fueron de lo más lujurioso y hoy estoy intentando buscar una excusa para al menos pasar este año mínimo una semana en casa de mis tíos, pues así es como quede con Sandra.

Si queréis hacerme alguna objeción, siempre constructiva, o comentarme algo al respecto, así como si queréis comunicaros conmigo, os dejo de momento mi e-mail, Después ya pasaré mi cuenta messenger para hablar.

Un saludo,

TERRASSA