Reencuentro con Sneider Parte I

De la sección "Cómo me cogí al novio de mi amiga", tenemos una versión paralela, más profunda, de la relación de Camilo y Sneider.

Gracias por leerme una vez más. A la sección \"Cómo cogí al novio de mi amiga\" contaré una versión paralela a las que ya veníamos trabajando, pero que no figurará como un relato de dicha sección, debido a que no corresponde al hilo conductor. Esa sección tendrá sus propias publicaciones mientras que este segundo segmento seguirá como una visión más personal de la relación Camilo y Sneider. Espero os guste.

Sentía el calor en mi cara, en la parte trasera de ese gran metro en movimiento. La cara empapada, el sudor caía desde mi frente y podía notar cómo todos los sentimientos y recuerdos llegaban a mí como una avalancha incontrolable. Sin embargo, no podía negar que me gustara este sentimiento, ya que todo ello me hacía sentir libre. Y era lo que más anhelaba, libertad. Cuando levanto mi cara, veo ese rostro bronceado con ojos profundos, en la puerta. Estaba desolado, pero no puedo negar que me alegró verlo, Sneider, con quien había compartido tantos momentos de placer y erotismo. Con el que muchas de los sentimientos se habían enredado, para mi suerte, por ambas partes. Sus pasos se dirigían hacia a mí. Mi cara cae sobre su hombro, siento cómo el jean de su chaqueta se moja por mis lágrimas y ahora su respiración se torna pesada en mi nuca. Las luces se distorsionaban por mis ojos húmedos. Lo había olvidado, es navidad.

Octubre 15, 2015.

Hacía ya un tiempo que las cosas habían cambiado bastante. Mi profesor, con el que Sneider se había aliado para su placer sexual, había sido transferido; por lo que la diversión fue solo nuestra. Sin embargo, con el pasar del tiempo, los deberes y asuntos relacionados con la escuela se hacían más complejos y dificultaban nuestros encuentros, los que generalmente duraban un lapso prolongado de tiempo. Sneider jugaba futbol y a pesar de obligarme a hacer sus deberes, llegaba muy cansado de sus entrenamientos, por lo que muchas veces debía conformarme con chuparle la polla mientras dormía. Lo cual era un momento sublime entre su miembro y yo, en el cual podía experimentar toda su dominación y deseo, resultado de este tiempo de entrenamiento. Todo esto, hasta que llegó un momento en el tuve que tomar un curso de preparación para unas pruebas estatales para ir a la universidad. Eran los fines de semana, Sneider no estaba ahí. La carga académica no era necesariamente tan voluminosa, pero requería ese preciado tiempo que le dedicaba al miembro de Sneider.

Los primeros meses todo transcurrió normal, pero era evidente el distanciamiento con Sneider, lo cual me hizo sentir extraño de alguna forma. Y no me mal entiendas, yo era completamente consciente de cómo era nuestra relación: un hetero muy caliente que quiere usar a su propia perra. Que no iba de más que eso. Y la distancia repentina llegaría, solo que no estaba consciente de lo que ello generaría. Tenía su número, pero no quería escribirle alguna boludez que lo molestara. Así que traté de dejar el tema a un lado. Fue entonces en un fin de semana de octubre, llegué al baño, cuando en los urinales pude reconocerlo. Era él. Tan imponente y viril como siempre. Solo pude remorderme de deseo por dentro.

  • Qué sorpresa. Pensé que no estabas en este curso - dije, acercándome.

  • Bueno, podría decirse que me tomo algunas libertades.

  • Sí... y me alegra que sea así.

Se volteó y pude ver su mástil colgar del cierre abierto de sus pantalones, aún húmedo por la meada. Mi garganta se secó, mi lívido subió a las nubes y solo quería arrodillarme para darle la atención que se merecía. Justo en el momento en el que traté de agacharme sentí sus manos rodear mi cuello y levarme bruscamente a la pared. Su respiración era pesada, autoritaria. Su mirada se clavó en la mía hasta un punto en el que sentí miedo. ¿Debía ganármelo entonces? ¿El derecho a chupar su polla?

  • ¿Veo que estas bien con el que estemos tan distanciados, ah? Al parecer no te incomoda - dijo, en un tono llego de ira. Pura ira.

  • Qué. Yo... yo no - intenté balbucear hasta que sentí un gran golpe en mi cara. La sangre dentro de mí comenzó a rebotar caliente y solo pude quedar en shock.

  • ¿O es que hay otro macho que te usa? ¿Ah? Quiero que te quede claro quién te ha convertido en lo que eres ahora - dijo con la voz un poco entrecortada. La confusión inundaba mi cabeza. ¿Era esto una escena de celos?

  • Yo... sabes cómo están las cosas ahora y no quiero molestarte con Lau...- El segundo golpe llegó. Esta vez no pude levantar la cabeza.

  • No... la menciones en... - su voz llegaba a una pesadez que no podía entender. Tarde un poco en estar en mis cinco sentidos después de esa bofetada, pero cuando levanté mi cara no creía lo que estaba viendo.

Los ojos de Sneider estaban llenos de lágrimas, irritados y me miraban fijamente. La presión de sus dedos contra mi cuello aumentaba y realmente no sabía que era todo esto.

  • ¿Es que no lo ves? - dijo en un susurro que era apenas audible- Ya no... la quiero más.

  • Snei... - intenté decir cuando mi boca se inundaba con la suya. Nunca antes me había dado un beso. Sus labios carnosos y dientes contundentes jugaban con mi boca. Estaba envuelto en placer con este momento. Mi paquete comenzaba a tomar tamaño y estaba meramente concentrado en disfrutar de esto. Sus lágrimas caían por sus mejillas; imaginé que sería por la forma en que cerraba sus parpados con fuerza. Llevé mi mano a su miembro, el cual se encontraba algo flácido hasta que comencé a mastúrbale rítmicamente. Su cuerpo y el mío tenían cada vez menos espacio entre ellos.

  • ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? ¿Ah? - dijo mientras suspiraba con fuerza - Un marica como tú, con...

Sus manos soltaron mi cuello y se dirigieron a mi culo. Lo manoseaba con fuerza, abría mi culo dentro de mi ropa interior, el cual pedía a gritos ser llenado. El ritmo de su cuerpo comenzó a bajar y pude tomar algo de aire. Se separó un poco, aunque no lo suficiente para estar completamente en contacto. El contacto visual comenzó a hacerme sentir distinto a como siempre había sido. No era autoridad lo que me producía, sino un completo sentimiento de refugio y confortabilidad.

  • Quiero que hablemos de esto.

  • ¿De esto?

  • Vamos, no me lo hagas más difícil - dijo con la voz quebrada y sus labios temblando. Era adorable.

  • No quiero que te sientas incómodo, solo quiero entender.

  • No es más un juego para mí, por eso... reacciono mal y sé cómo canalizar todo esto. Solo reacciono. Pero cuando estoy con Laura y no te veo en ella...

Confusión. La confusión invadía mi cabeza. ¿Es acaso esto explicación para las bofetadas que había acabado de recibir? Tal vez toda nuestra relación había sido esto, impulsos de Sneider por no saber expresar lo que pasaba por su cabeza. La confusión era mayor cuando a pesar de todo esto, su verga seguía dura como el pavimento. Seguí mastúrbandole, cómo respuesta a toda esta situación. Sus jadeos se hacían cada vez más fuertes. Sus ojos cerrados, su cabeza cayendo en la mía, susurrando: \"Está bien, no puedo esperar. Hagámoslo de una vez\"

Sus pesadas manos se posaron en mis hombros, haciéndome arrodillar. Metí su erecto y gran miembro en la boca. Lo llevé al fondo de mi garganta, haciendo que mi nariz tocara su vello púbico. Complacer a mi macho, a este hombre mío. El sentido de mi vida. Me encantaba reencontrarme con ese olor varonil que entraba lentamente por mis fosas nasales. Comencé a mover mi cabeza con un ritmo cada vez más rápido, agarrando su culo para que me llegara más profundo en mi cabeza. Cogió mi cabello y me llevó hacia atrás, de forma que pude ser su cara acercándose para escupirme en la boca. Volvió a meter su verga en mi boca y más saliva en mi boca. El calor recorría toda mi cara, mientras pedía más. Con cada arcada, gran parte de la saliva de mi boca se escurría por las comisuras de mi boca. Su ritmo era cada vez más fuerte, de forma que me hacía quedar sin aire. Me levantó de la cabeza y me llevó a la cabina del baño, mientras yo bajaba mis pantalones.

Apenas pude arquear correctamente la espalda, cuando sentí esa fuerte embestida en mi culo, abriéndose paso entre la estrechez de mi ano. Un grito sordo se esfumó en sus manos, que me sujetaban fuerte y le daban la estabilidad a su follada. Sentía como poco a poco ese dolor de algunos meses sin sexo, se convertía en ese clímax relajante y cosquilludo en mi próstata. Mi ano apretaba fuerte su miembro, lo hacía más imponente de lo que ya era. La carne débil y frágil era penetrada para enseñarle su lugar en el mundo. Bien ensartado. Recibiendo la verga de su macho. Empecé a apretar más mi culo, de forma que lo ordeñara como se merecía.

  • Ahhh, Ahhhh, sí, que bueno es tenerte así, saber que aún te mueres por esto que me cuelga entre las piernas - decía mientras metía sus dedos en mi boca, obligándome a chupar.

Sus embestidas eran rápidas y contundentes que, gracias a mi pantalón, apenas estaba abajo para darle paso a mi agujero, ahogaba el sonido de su piel contra la mía. Su ritmo era imparable hasta que sentí cómo sus bolas se vaciaban dentro de mí. Chorros de semen dentro de mí. Mi macho me ha preñado.

  • Ahhh cómo lo necesitaba. Cómo necesitaba el culo apretado de mi puto - decía mientras bajaba cada vez más su ritmo.

  • Ahhh, ahhh, sí, sí, daddy - decía mientras me corría en mi ropa interior.

  • Ahora, ahh... creo que sí podemos hablar de, ahh... lo que venía a decirte - decía entre jadeos.

Nos separamos para acomodar nuestra ropa. Sin embargo, estábamos empapados de sudor. No entendía muy bien qué debía hacer ahora. Siempre había sido, chupar, tragar e irme. Ahora quería hablar de otros asuntos. De los cuáles me sentía ampliamente intrigado.

  • Bueno, estoy listo para escucharte.

  • Bien, yo... - volvía a ponerse nervioso. Sus manos temblaban levemente- romperé con Laura. Todo esto ya me ha tenido hasta el coño y ya no quiero tener que aguantarme algo como lo que tengo con ella. Contigo encuentro mejor compañía - dijo acercándose.

Mi cuerpo respondía instintivamente a su presencia, como me había entrenado durante tanto tiempo. Pero cada vez me sentía más confortable al acercarme a él. Como algún tipo de protección. Sus labios comenzaron a besarme otra vez. Sus grandes manos subían por mis manos, hasta mis hombros y tomaban mi cara suavemente.

  • No creo ser capaz de hacer algo respecto a esto aún, pero quiero que podamos ser algo exclusivos.

Mis sentidos explotaban al oír lo que acababa de oír. ¿Enserio quiere una \"relación\"? Bueno, o monógamos, por lo menos. No entendía muy bien si esto salía de su deseo de dominación, que luego olvidaría, o si era realmente el resultado de tiempo compartido.

  • No sé si ya quieres que hable.

  • Claro, y no tienes que pedirme permiso jaja.

  • No entiendo realmente lo que pasa con nuestra relación... tipo de relación, pero creo que sí me gustaría.

Nunca había notado lo ruda de su cara, lo profundo de sus ojos, y de la tierna sonrisa que ahora se formaba en su cara mientras se acercaba para besarme por tercera vez. Esta vez me acorraló contra la pared, abriendo un poco mis piernas y restregando su miembro en mí.

  • Ahhh, me encanta besarte. Creo que un día quiero clavarte mientras te beso. Quiero ver cómo suplicas por más mientras muerdes mi boca.

Sus manos tomaban otra vez mi culo, abriéndolo y sus dedos escurriéndose suavemente por él. Sus dedos irrumpían en mi agujero una vez más.

  • Yo también quiero eso, daddy. Ser tu perra de uso exclusivo.

  • Bueno bebé, creo que ya es hora de irnos. Ven esta noche a mi casa, quiero que estemos juntos un poco.

  • A las 8:00 p.m. estaré ahí.

Sacó sus dedos de mi culo mientras me sonreía dándome otro beso. Salimos del baño y entré al salón de clases. Cómo me encantaba entrar allí con mi orto lleno de la leche de mi macho.

La tarde transcurrió normal. Procedí a acicalar diferentes partes de mi cuerpo, que durante el año estuvieron bastante olvidadas. Después de madia hora, mi culo era un verdadero culo de bebé, depiladito y con olor a jabón. Solo faltaba pasarme un pañito húmedo para perfumarlo aún más. Quería que mi maestro se deleitara con mi culo. Me puse un poco de ropa ligera, de forma que me permitiera no llevar ropa interior y así estar bien preparado a cualquier asalto de Sneider. Cuando llegué a su casa, entré por la parte trasera, de forma que pudiera darle una sorpresa a Sneider. Pero cuando vi adentro de la sala, pude ver cómo Sneider con Laura.

  • ¡¿Es que cómo puedes querer echar todos estos años de amor a la basura?! - gritó Laura

  • Tienes que entender que las cosas se acaban y yo... ya no quiero estar más contigo.

  • Púdrete - dijo Laura mientras salía de la casa de Sneider. Al final, cerró la puerta con fuerza, llegando el sonido a toda la casa.

La noche ya había caído y ya el cielo tenía un color azul claro con algo de nubes. Las luces ya estaban prendidas, y saludé.

  • Hola

  • Oh, que bueno que llegar. Acabo de hablar con Laura.

  • Sí, eso vi.

  • Lo lamento. Yo no pensé que reaccionaría así, pero... creo que es lo mejor. Ahora, creo que es hora de pasar nuestra noche especial.

  • Jajaja, ¿quieres que me quede… contigo? - Tenía mucho miedo de decir cualquier cosa, ya que no sabía en qué momento se pondría en su papel de rudo de nuevo.

  • Creo que es un buen comienzo - dijo mientras se acercaba a mí.

Pedimos una pizza, cervezas y algo de postre, mientras nos acomodábamos en la sala de la casa para ver una película. Sus padres estaban de viaje, por lo que no había problema alguno. Me daba escalofríos pensar que la sala donde me tuvo mamando y penetrando todo el tiempo, fuera ahora un escenario amable. Comimos mientras hablábamos de todo un poco.

S: ¿Y entonces? Con que haciendo el preuniversitario para la prueba de admisión, cerebrito.

C: Ha estado algo relajado, la verdad me ha gustado. Aunque no quiero imaginarme cómo ha de ser la universidad.

S: See, bueno yo quiero obtener algún tipo de beca deportiva. No quiero perder la figura mientras estudio.

Al decir aquello, solo pude mirar su torso deportivo y macizo. Me encantaba verle. Hasta que se dio cuenta de ello.

S: Jajaja, vamos! Llevado cogiendo hace dos años, ¿hasta ahora te fijas en mi cuerpo.

C: Bueno, que también tienes que contar que la mayoría de las veces no veía más que tu pubis.

S: Y no sabes lo que me gustaba - dijo acercándose para darme un beso - Sabes, creo que eso es con lo que más me siento más conectado en lo que llevamos. Tú entiendes lo que necesito y me lo das.

C: La práctica hace al maestro.

S: Bueno, creo que ahora vas a poder disfrutarme en horario completo. No más Laura estorbando.

C: Sí, ya quiero empezar.

S: Solo quiero... comentar que quiero encontrarte cuando te busque. Así, de esta forma. Aunque no sé si quiero encontrarte en público.

Aunque no debía estar sorprendido, lo logró. ¿Si quería que siguiera siendo oculto, para qué terminar con Laura?

C: Ok, entiendo...

S: Sin embargo, sabes que las cosas serán diferentes. Podrás encontrar a tu papi incondicionalmente.

C: Creo que ya quiero ver eso...

Esa noche tuvimos varios momentos bonitos. Donde me pude dar cuenta de una parte de Sneider que nunca había visto antes. Tan pendiente y preocupado por... mí. Esa noche nos quedamos dormidos, cuando la alarma de mi celular sonó.

C: Diablos, son 7:30 a.m. Llegaremos tarde. ¡Vamos!

Sneider parecía no escuchar, estaba profundo. Por lo que pensé que llegar a la segunda hora no sería tan malo. Me levanté a hacer algo de desayunar. Siempre me había agradado cocinar, aunque nunca a Sneider. Hice algo de café, corté fruta, preparé unas torrtillas de huevo y tomate, con tostadas con queso crema.

S: Pero qué... gran sorpresa - dijo Sneider bostezando. Le llevé el desayuno a nuestra \"cama\", mientras me abrazaba con un brazo. Comimos con algunos programas matutinos. Iríamos en el carro de Sneider. Sin embargo, una vez salimos de la casa, sentí cómo algunas cosas cambiaban. Aún era más amable de lo que acostumbraba, pero no necesariamente amigable.

Cuando entramos al carro, la conversación fue más o menos plana. Me dejó en la entrada del colegio mientras él iría a aparcar. De alguna forma, me ponía en su lugar. No me imaginaría tener que pasar por esto tan repentinamente. Pero no me incomodaba. Podía estar orgulloso de mi macho en silencio. Las cosas se mantenían muy tranquilas en el colegio. Nada había cambiado, aunque no podía dejar de pensar en ello gran parte del día. Era una locura. Después de todo lo que pasó en los baños. Me sentía confundido y feliz.

Diciembre 12, 2015:

Los meses pasaron bastante rápido. Las pruebas de admisión estaban listas y Sneider y yo habíamos estado viéndonos sin gran sospecha. La mayoría de lasveces por la tarde, donde pasábamos la mayor parte del tiempo cogiendo. Nuestras relaciones sexuales se mantuvieron a como las veníamos llevando: duro, agresivo, un juego de roles de dominación bastante interesante. Que nos complacía a ambos. Sobre todo, el hecho de ser su perrita exclusiva, sumisa, dedicada. Sin embargo, no podía dejar de pensar. Cada vez más. Cada vez más profundo. ¿Qué era esto que estaba viviendo? ¿Realmente lo quería? Con todos los cambios que se vendrían, era de hecho uno de is pensamientos más recurrentes. En navidad, las cosas en mi casa se ponían más o menos calmadas. Mi mamá arreglaba la casa, hacía mucha comida y pasaba gran parte del tiempo donde sus amigas. Lo cual dejaba la casa sola para que Sneider viniera. Para estas fechas su entrenamiento de futbol ya había terminado, por lo que venía gran parte del tiempo. Me causaba mucha curiosidad que siempre venía con gorras o algún buso con capucha de forma que se pudiera tapar la cara. Lo sentía como un amateur inocente, en comparación conmigo. Sin embargo, hoy tendríamos que charlar sobre lo que venía ahora. El próximo año ya no estaríamos tan disponibles y menos sí... las cosas surgían cómo estaba en mi mente. Era muy probable que estudiara en otra ciudad. Volvería en vacaciones. Pero no sería lo mismo. Un nudo en mi garganta se formaba cada vez que pensaba en ello. Y lo era aún más, porque ni siquiera podía definir lo que pasaba entre nosotros. ¿Sexo ocasional? Pero había mucho más que sexo en todo esto. Había unos lazos y relaciones formadas para nosotros. Una complicidad y confianza que me era duro perder. Imaginar en otros... brazos. Me devastaba el hecho de pensarlo así. Y después de todo esto... quería que las cosas cambiaran definitivamente. Y a esto me refiero al rumbo total de todas las cosas que a mi vida acontecen. No era para Sneider un secreto que muchas de las situaciones de mi vida me ponían en una situación de incomodidad. Algo que no terminaba de cuadrar conmigo. Entre todo esto, imaginaba al futuro como brillante y emocionante, pero nada más alejado de la realidad. Creo que me gustaba esa ilusión a pesar de todo.

Cuando llegó, pasó a la sala y nos dispusimos a ver algo en la tv. Me encantaba su aroma. Ahora usaba algún tipo de perfumo con aromas bastante cítricos, lo que me hacía sentirme aún más atraído. No quería arruinar la velada, pero sí quería hablar con él. A este punto, era una de mis actividades preferidas.

C: Bueno, ¿y cómo van los trámites con la universidad?

S: Es oficial, ya estoy inscrito en una universidad de la ciudad. Está a una hora de casa, así que mis padres me daran su auto... así que puedo llevarte.

Me dio un suave beso en los labios, cuando un pequeño escalofrío pasó por mi espalda. \"Llevarme\". Dios, tenía que decírselo.

C: Jaja, sí. Eso espero, aunque...

S: ¿Sí?...

C: Sneider, creo que hay algo de lo que quiero hablar.

S: Here you go, dime qué sucede.

C: No sé si estudiaré en otra ciudad el próximo año.

S: Otra... - dijo mientras retomaba su postura más rígida en el sofa.

C: Yo sé que no suena agradable pero, no sé muy bien que signifique esto para lo nuestro.

S: ¿Enserio no lo sabes? ¿Es que..? Ok, entiendo que para ti no sea nada... Yo, está bien

No sabía qué decir sobre todo esto. Ya había perdido el rumbo de mis deseos, y más aún en esta tema.No podía disfrutar de algo que no era capaz de definir. Por mi mente también pasaba que de seguro a muchos les gustaría encontrar el cariño en algo que aún no tiene nombre.