Reencuentro con mi Prima Capitulo 1: El Parque
Natalia y David, quedan para tomar un café, empiezan a tontear mutuamente y pasan de eso a hablar las cosas claras como dentro de un juego, pero el juego no se detiene ahí, el juego continua, van a casa y David empieza a demostrarle cosas a Nat, mientras que ella empieza a demostrarle cosas a él....
Reencuentro **a
mi
Prima**
Capitulo 1:El Parque
Salí disparado de mi casa en dirección la casa de mi prima, con las preguntas razonables de extrañeza de mis padres porque hoy había saltado de la cama, cuando normalmente tardaba dos horas en levantarme de ella, cambiando de tema la ventaja que tenia ser de la familia es que no pasaba nada por recogerla debajo de casa nadie iba a sospechar mis verdaderas intenciones para con Natalia. Habíamos quedado dentro de una media hora debajo de su casa, para ir a tomar un café en el bar de la plaza porque quedaba cerca de su casa y no le gustaba dejar demasiado tiempo a su madre con sus hijas, ya que eran de ella.
Cogí el bus que me dejaba a cinco minutos de su casa, tardo en venir diez y en llegar allí tardo ocho minutos, así que me lo tome con calma y llegue justo en treinta minutos a su casa, un tiempo record por otro lado, ya que su casa y mi casa, estaban prácticamente en polos opuestos de nuestra ciudad, Cádiz. Poco después llegue debajo de su casa y la escuche bajar las escaleras de su casa, al verla bajar mi corazón se acelero un poco, llevaba un vaquero ceñido con la otra vez, un top negro que le marcaba un buen escote y le dejaba el ombligo al aire, no pude evitar dirigir mi mirada a su terso vientre, mientras que ella llegaba a mí y con una sonrisa en la cara al ver mi mirada, me dio dos besos “Buenos días David, que puntual”
yo le devolví la sonrisa y dije “Buenos días Natalia, que guapa” ella se ruborizo un poco y dando una vuelta sobre sí misma como una niña contenta por lo que había conseguido “¿si, te gusta cómo voy?” yo como un tonto le dije “si, vas preciosa” ella se cogió de mi brazo en un gesto normal y corriente, que por otra parte a mi me sorprendió, además me dijo “bueno, vamos a tomar el café, ¿no?” yo asentí con la cabeza mientras empezábamos a andar al tiempo que respondía “si, para eso he venido” ella se puso seria un segundo y pregunto “¿solo para eso, tienes que irte luego o algo?” yo aclare, “no, si quieres tras el café me puedo quedar contigo” ella volvió a sonreír “claro, yo esperaba que te quedaras…” por un segundo me pareció que mi prima me tiraba los tejos, aunque me parecía una locura, una cosa es que lo hiciera yo y otra muy distinta ella.
“yo me quedo lo que tú quieras” ella sonrió mas si es que podía sonreír mas y contesto “¿todo lo que yo quiera?” yo asentí por toda respuesta, aunque nunca llegue a imaginar hasta donde llegaba su todo lo que yo quiera. Ella me dio un beso en el cachete poniéndose de puntillas porque nuestra diferencia de tamaño aunque leve estaba ahí, siempre me había gustado tener que mirar a una chica hacia abajo, cosa extraña porque medía un metro sesenta y cinco centímetros nada más y también tengo que admitir que para mí las chicas mejor repartidas eran las bajitas.
Me ruborice un poco y ambos enlazamos mas nuestro brazo para estar más pegados llegamos al café de la esquina y elegimos una mesa vacía, que era solamente de dos, entonces nos sentamos el uno frente al otro y ella rompió el silencio que desde el beso se había creado. “Entonces… ¿tienes novia?” con cara de intrigada, pero sin que se notara demasiado “no, ¿y tu novio?” dije yo recordando al capullo de hace cuatro días que solo era un capullo porque había estado con ella cenando y bueno, también, porque tenía cara de ello.
Ella recupero la sonrisa que tenía cuando nos mirábamos a los ojos, “no, ¿y tienes trabajo?” yo sonreí solo por verla sonreír “si, lo tengo, solo estoy de vacaciones” ella quiso saber más de mi “¿y de que trabajas?”, “soy camarero” conteste poniéndome un poquito serio, al ver que solo buscaba conocerme un poco más, ya que habíamos perdido el contacto como primos “¿y cómo te va en el trabajo?” yo un poco triste por saber que solo era eso, conteste con disimulo “bien, me han dado vacaciones porque llevo un año en el mismo lado y ahora cuando vuelva, a lo mejor me hacen jefe de zona” ella pregunto intentando entender: “¿jefe de zona?” yo asentí “si el restaurante donde estoy tiene cuatro zonas, la terraza de enfrente, la zona interior, la zona superior y la de la playa, pues a mí me harían jefe de una de ellas, como tal organizo a los camareros y me encargo de que todo vaya según debe de ir” y esta pregunta si me extraño “¿y cuanto ganaras?”
Yo no lo sabía aunque claro sabía lo que ganaba ahora “Bueno, ahora gano mil quinientos Euros, supongo que al subir de responsabilidad algo mas ganaría” en ese momento llego un camarero, nos limpio la mesa y participo sin ser invitado en la conversación, “¿y donde dices que trabajas?” al ver que yo lo miraba con seriedad y que Natalia lo miraba aun peor, “yo por irme contigo, vamos” bromeo el tipo haciéndome reír a mí, pero sin provocar el mismo efecto en ella, solamente sonrió al verme reír a mí.
“Mesón Madrileño, pero estamos completos” el camarero volvió a introducirse en nuestra conversación sin permiso “una lástima, ¿Qué queréis tomar?” Natalia me miro y empezó a pedir “Un zumo de naranja, un café con leche, media tostada con mantequilla y un vaso de agua” el camarero me miro a mi “yo quiero lo mismo que ella” antes de irse el camarero “marchando” una vez nos dejo solos, Natalia al ver que la miraba con los ojos bien abiertos, se toco las tetas, “que quieres tengo que recuperar fuerzas” un poco ruborizada, dándome a entender que acababa de darle de comer a sus pequeños, provocándome una tremenda erección que no vio gracias a la mesa “no importa, te conservas muy bien”
Ella se ruborizo de nuevo “¿no crees que estoy un poco fofa, por aquí?” Tocando mas piel tersa que tenia por aquí y por allá, mostrándome un poco de piel, haciéndome babear por ella sin darse ni cuenta, “no, me encantas como estas” ella se sonrojo y me dio las gracias, “¿y tú en Madrid, donde vives?” yo sin poder evitar mirar su cuerpo “encima del restaurante, me dan casa y comida” ella pregunto de nuevo “¿y algún camarero vive allí con su familia?” yo conteste sin saber adónde quería llegar exactamente “si, un par de ellos” y volvió a preguntar por el mismo camino “pero, ¿ mujer e hijos?” y yo zanje la conversación. “si, si la familia al completo”
Al poco llego el camarero con lo nuestro y se marcho, “¿y tu trabajas?” pregunte yo, ya que hasta ahora poco mas y poco menos esto había sido un monologo, si ella quería saber de mi como primo, yo quería saber de ella, como algo mas. “no, me centrado en mis pequeñas” contesto ella centrada en mover su café y en echarle el azúcar. “¿entonces has dejado de lado magisterio, por tus hijas?” pregunte sorprendido por su respuesta, “si” entonces pregunte sorprendido “¿y de que vives?” ella sonrió “vivo con mi madre y mi ex marido me pasa una pensión por las niñas” entonces lo entendí todo.
“¿y que buscas ahora?” ella pareció entender que empezaba a entender todo “¿en qué sentido te refieres?” dijo un poco incomoda por mi pregunta “en el amor” aclare yo, “obvio, busco un padre para mis hijos” me sorprendió esa respuesta, “¿no vas a tocar tu desayuno?” dijo ella para salir del rincón donde la había metido, al ver que mientras ella ya se había juntado la mantequilla yo aun no había mirado ni lo que me habían traído. “si, ahora lo hago” dije sin quitarle la vista de encima a ella, “no te preocupes, ya te lo hago yo” dijo sin maldad ninguna, pero haciéndome sentir una sensación que llevaba mucho sin sentir a parte de ponerme a mil “gracias, ¿y si ese hombre acepta tus hijos, pero te quiere hacer otro, que harías?” ella paro un momento, de lo que estaba haciendo, para luego seguir tranquilamente mientras contestaba: “siempre que acepte a los míos, me dejaría”
Mi corazón se paro solo un segundo, para luego retomar los latidos con mucha más fuerza y mi erección llego a términos jamás insospechados, “¿y qué tiene que demostrarte un tío, para que tu lo quieras a tu lado?” ella me sonrió “solamente que tiene futuro, que quiere ser mi marido y que sería buen padre, ¿y tú que buscas?” en ese momento me cogió fuera de juego, ¿yo que buscaba? Si me hubiera preguntado ayer, le hubiera dicho hacerte el amor, pero hoy quizás me arriesgaría a lo que ella quería, “me gustaría conocerte” lo intente decir con tono inocente, como si fuera un tono de primo, pero ella no era tonta.
“¿a mí?” dijo ruborizada, “si a ti” dije también ruborizado “ya está” se puso en su sitio, “¿ya está qué?” pregunte pensando que la había fastidiado “ya está tu desayuno preparado, bobo” cuando mire mi tostada, había juntado la mantequilla en forma de corazón. Me pareció muy simpático, aunque normalmente hubiera dicho que vomitaría arcoíris, estaba en un momento que eso me pareció una indirecta muy directa de lo que buscaba. “¿cumples las condiciones, de lo que yo quiero?” pregunto mi prima, “no lo se, tengo futuro, me gustaría conocerte para saber si quiero ser tu marido y me gustan los niños, me gustaría hacerte uno” ella se ruborizo, nuestra conversación estaba llegando a unos límites que jamás sospeche que llegaría.
“pero, eres mi primo” dijo ella mas como escusa que otra cosa “a mí me da igual, si a ti te lo da…” dije siendo sincero puesto que no podía debatirle eso con ningún argumento. “Está bien” dijo ella con una sonrisa “¿está bien?” pregunte sin entender nada, “como tú no tienes prisa y yo tampoco, vas a hacerme de padre y de marido, si me convences, lo serás de verdad, ¿te parece?” lo pensé un segundo ya que no alcanzaba a ver hasta donde llegaba su oferta. “¿y qué le dirás a tu madre? Mama, David está haciendo una prueba, si no sale bien, se va, pero si sale bien, se queda para siempre” ella solo rio a carcajadas, mientras que desayunábamos “al principio no le diré nada, solo que te quedas a dormir, que quieres recuperar el tiempo perdido conmigo” yo entendía por donde iba ella, si lo pensabas de esa manera hasta era lógica una oportunidad de enamorarnos, “vale, me gusta tu plan” ella sonrió “¿te ves haciendo de padre, de tres criaturas?”
No tenía miedo, la verdad sentía respeto en cierto modo, pero no era la primera vez que hacía de padre y creo que podría hacerlo bien a mi me preocupaba mas otra cosa, “no es la primera vez que hago de padre, pero, ¿esperaras sin tener nada con nadie, mientras nos conocemos?” ella asintió y pregunto: “¿ah, no? ¿Me cuentas esa historia?” yo mire para otro lado un poco dolido por ese tema “otro día” ella lo entendió, asintió y seguimos desayunando.
“¿vamos a casa, David?” pregunto ella al haber terminado los dos de desayunar, “Vamos, Nat” Ella rio y pregunto “¿Nat?” yo solo sonreí y confesé “me gusta para ti” ella aclaro “me gusta, porque nadie me ha llamado así nunca” esta vez nos fuimos a casa de la mano, era una extraña sensación, la gente nos miraba como una pareja mas y ella empezó a hablarme de sus hijos, para que los fuera conociendo y no me pillaran fuera de juego, por lo menos según decía, los tenia bien educados, eso me tranquilizo bastante, estaba un poco nervioso, cuando llegamos al portal de su casa, hacía años que no subía esas escaleras, era obvio que sin ascensor, necesitaba ayuda para subir y bajar el carrito. Subimos por la escaleras aun de la mano, ya no recordaba que vivían en el último piso de años que no venia por aquí.
“¿estás nervioso?” pregunto, girando su cara con su sonrisa para mirarme, sin embargo, acertando en su pregunta, la verdad es que al principio iba junto a ella en la escalera y poco a poco había ido retrasándome, hasta que solo nuestras dos manos estiradas nos unían, como no estarlo, iba a casa de mi tía, tía que llevaba años sin ser mi tía y mi objetivo era tirarme a su hija, la situación no era moco de pavo. “un poco” dije mirando desde lejos esa sonrisa que me volvía loco, “relájate a mi madre le agradara volverte a ver” esa frase me relajo un poco, aunque ya no me miraba, tiro un poco mas de mi, para que estuviera a su lado de nuevo, no quería que huyera y eso debía significar algo.
Poco después, estamos frente a su puerta, pero ella ni siquiera lleva llaves, solo llama a la puerta, “Ven, ponte a mi lado” me dijo con una sonrisa, las palabras esto es una trampa, estaban grabadas en su frente y en la mía, si no huía ya, no lo haría, sin embargo quería entrar en la boca del lobo, lo que no tenía muy claro si quería salir luego o quedarme, “vale, me relajare” le guiñe un ojo y me puse a su lado, ella me soltó la manita, provocando que la mirara, ella me miro, con una sonrisa haciéndome entender que no pasaba nada y la puerta se abrió.
“Mira mama, a quien me he encontrado, tomando un café” la madre, mi tía, la tía Antonia, puso cara de sorpresa y me dio un abrazo que fue correspondido por mi y Natalia aprovecho, para unirse a nuestro abrazo. “¿Qué es de ti, David?” me pregunta mientras se separa, provocando que Natalia también se me separe aunque con una leve caricia en mi espalda, “Mama, pero vamos adentro, no lo vayas a dejar en la calle” protesta con una sonrisa, como siempre, me encanta ver cómo me defiende, me vuelve loco, Natalia casi me empuja suavemente con su mano temblona en mi espalda, como si temiera que me echara para atrás, al tiempo que la madre dice: “perdona hijo es que no te esperaba, pero pasa pasa” y me abre camino echándose a un lado para que pase, mientras que contesto: “soy camarero en Madrid y estoy aquí de vacaciones” una vez entramos la casa está igual, la recuerdo igual que en mi infancia.
Voy hasta el comedor acompañado de Natalia, pero su madre se para en la cocina“¿quieres tomar algo, David?” agradezco el detalle pero lo rechazo porque acabo de tomar algo con Natalia, “no, gracias tía Antonia, ya vengo desayunado” y Natalia vuelve a unirse a la conversación “si mama, tranquila, hemos desayunado juntos” Me siento en el sofá y Natalia “espera aquí, que te voy a presentar a los niños” su madre se sienta en el sofá de delante y me pregunta “¿Cómo es que estabas desayunando por aquí?” es una buena pregunta, una buena pregunta a la que tendría respuesta si no fuera porque Natalia no le había dicho que habíamos quedado, como tantas otras cosas que si supiera se moriría.
“Quería salir un rato de mi casa y vine aquí atraído por los recuerdos de mi niñez, lo que pasa que no quería molestar” fue una buena escusa que me sorprendió a mi más que a la propia Antonia, cuando la escucho entera. “tú nunca molestas esta es siempre tu casa, recuérdalo” dijo Natalia llegando con sus hijos en el carrito “¿en tu casa siguen las cosas igual, no?” pregunto la tía Antonia no tan amable como su hija. “si y gracias, Natalia” dije mirando a Natalia, “no hay de qué, pero llámame Nat” dijo guiñándome el ojo por un lado que no la viera su madre, con un tonteo claro.
“¿Nat?” Dijo mi tía ajena a nuestro juego, “Nat de Natalia mama” dijo ruborizada Natalia, “¿Quién te llama así?” dijo con cara de pocos amigos, “mi novio” confeso ella, mirándome a los ojos, “¿Qué novio es ese? Pues yo no lo conozco” protesto mi tía “¿tu lo conoces?” me pregunto a mí, “es que acabo de empezar con él, el primo llego, cuando él se había ido” Mi tía aun nerviosa dijo “ten cuidado con los novios, que los tíos van a lo que van y mira como te salió el ultimo” mi prima para zanjar el tema y mirándome a los ojos, dijo: “mama no es el momento de hablar eso y este es diferente” primero estaba un poco avergonzada y luego se sentó a mi lado y me acaricio con disimulo al pasarme a su hija mas mayor, que tendría cuatro años.
“que no es el momento tienes razón, pero que sea diferente ya lo veremos cuando me lo presentes” y se fue dejándonos solos al fin, “esta es Naiara, tiene cuatro años y es mi primera hija” parecía querer ir poco a poco para no atosigarme, “muy bonita, se parece a ti” Nat me dio un beso en el cachete y me ofreció su segunda hija, me puse una a cada lado, mientras me decía “esta es mi segunda hija, tiene dos años y se llama Lucia” yo la mire “también es bonita y se parece a ti” su segundo beso, fue más pegado a los labios, solo rozándonos la comisura y poniéndome sobre las piernas al último “este es Dani, mi tercer hijo, pero no ultimo” la mire extrañado al no comprender exactamente a qué se refería.
“¿tienes otro hijo?” ella se acerco a mi oído y me susurro en el “no, pero espero que mi novio me haga uno” me erizo todo el pelo, me volvió la tremenda erección a pesar de tener a los tres niños encima y no podía creer lo que me estaba diciendo dentro de su casa con sus hijos encima. “este también es muy guapo, tiene tus ojos” ella me fue a dar un beso en el cachete, pero yo la mire al ver que se movió y nos dimos un beso en los labios, ambos nos ruborizamos, ella sonrió mirándome a los ojos, me guiño un ojo y me susurro: “eres un pillín” yo solo le sonreí por toda respuesta, cuando parecía que iba a pasar algo, apareció la madre de nuevo.
“¿te vas a quedar a almorzar David?” yo mire a Natalia, ya que no sabía cuáles eran sus planes “si, se va a quedar mama” dijo Natalia, sin dejar de mirarme, la cara de mi tía era extraña, como si hubiera escuchado algo raro o como si no le hiciera gracia que yo me quedara, pero decidí, no decir ni hacer nada, me quede con la sonrisa de tonta que me ponía Natalia. “Dadle un beso a David” las dos niñas que eran mayorcitas me dieron un beso en el cachete, haciéndome ruborizar y al pequeño lo bese yo, en el cachete, ruborizándose la madre.
“bueno chicas irse a jugar” las dos pequeñas, una de ellas bajo sola la otra con mi ayuda y al tercero lo cogió ella, rozándome las piernas todo lo que pudo y mas, lo cogió en brazos y empezó a intentar dormirlo. “¿y qué te gustaría que tu novio te hiciera?” ella me sonrió “un masaje en la espalda” en realidad no me refería a eso, pero me valía, “ponte aquí y te lo hago” se sentó entre mis piernas, notando mi erección en el culo y comencé a darle un masaje, “en realidad no me refería a esto” ella suspiro bajito “¿y entonces a que te referías?” pregunto dejando su cabeza caer en mi pecho, “me refería a si quieres niño o niña” le susurre en el oído, ella dio un pequeño respingo.
“ah, ya tengo niño y niña, a mi me da igual, ¿Qué quieres tu, niño o niña?” mi cuerpo se estremeció, al oír la primera referencia clara de que su novio era yo.
“niño” dije sin dudar, “¿Por qué niño?” pregunto ella, mientras comenzaba a jadear por el masaje, “así tendríamos dos y dos” ella sonrió, me dio un beso en la comisura de los labios y se llevo al pequeñín que ya estaba dormido, haciéndome una señal de que me esperara aquí, en ese momento entro mi tía al salón como alma que lleva al diablo, yo intente ocultar la erección y se me sentó al lado, para hablarme bajito: “David, te pido por favor, que no te despegues de Natalia, no quiero que le hagan otro niño y la dejen tirada, se que eres buen chico y que la quieres mucho, porque te criaste con ella, pero si hace falta te pago y todo”
En parte me sentí mal, ya que el chico de quien debía protegerla era de mi mismo, ahora me sentía aun peor por querer tirármela y luego abandonarla, aunque como la situación había cambiado, quizás podía tragar mi consciencia por ahí. “Tranquila tía Antonia, no me despegare de ella en lo que me queda de vacaciones” ella sonrió, “lo malo que no tengo una cama que dejarte, ¿no te importara dormir con ella, no? Después de todo, no es la primera vez que lo hacéis” yo sonreí, aunque por otro lado me estaba ofreciendo, en bandeja de plata a su hija, por un lado mi consciencia me mataba.
“tranquila, después de tantos años, que me va a importar” ella sonrió “no le digas nada a Natalia, prefiero que sea sorpresa” nos guiñamos el ojo mutuamente y entro su hija con los brazos en jarra “¿Qué no me diga que, mama?”, “nada, me voy a la cocina que tengo mucho que hacer, os dejo solos” su madre se levanto y se fue, no sin antes decirme que confía en mi moviendo la boca, sin hacer sonido alguno desde la puerta. “¿Qué te decía?” dijo su hija en mi oído haciéndome cosquillas o mejor dicho haciéndome sentir un cosquilleo por la cercanía, “que no me despegue de ti en todas mis vacaciones y no pienso hacerlo” susurre en su oído aprovechando para darle algún lametón entre medio.
Ella sonrió “¿Qué haremos esta tarde, David?” aunque me moría por que pasara algo esta tarde entre nosotros, sabía que ese no era el camino, así que, como habíamos estado esta mañana solos y ahora íbamos a comer en familia, “¿llevamos a los niños al parque?” ella abrió los ojos y la boca de par en par “¿en serio, te apetece, eso?” yo asentí “quiero verlos jugar y divertirse” ella me abrazo “¿no podrías a ver aparecido hace cinco años?” yo sonreí, “hace cinco años, yo estaba…gordo, no te hubiera gustado” ella sonrió me dio un medio beso, mientras se separaba un poco de mi “pero seguirías siendo el mismo” en eso si que tenía razón. La rodee con mis brazos y la pegue de nuevo a mi “estoy muy a gusto contigo” ella se despego suavemente mirándome a los ojos me dijo “y yo contigo” poco después, llego la hora de comer de los niños y me sorprendió que seguía dándole teta a los tres, lo sé porque entro con cada uno en el baño y luego me dijo: “así crecen los niños grandes y fuertes” tocándose el pezón dolorido.
“¿te duele, no?” ella asintió con lagrimas en los ojos, porque las mayores ya hacían daño, “toma un besito, para que se te cure prontito” le di un beso en el pezón, me esperaba un golpe por su parte, pero no, me puso una mirada tierna y me dijo “eres muy tierno” yo le sonreí y cuando nos íbamos a besar, “la comida esta lista” llamo mi tía, “luego continuamos” dijo Nat, nos fuimos a la cocina y comenzamos a comer los tres, aquí era inevitable que mi tía me interrogara.
“Bueno cuéntame David con todo detalle tu vida” yo me sorprendí, “¿toda toda?” Natalia también tenía cara de asustada, “toda la que se pueda contar, claro” dijo mi tía. “Está bien, pues soy camarero desde que cumplí los veinticinco, he estado trabajando de temporal en Benidorm, Barcelona y Madrid, hasta que el año pasado me ofrecieron un contrato fijo en Madrid, llevo trabajando allí un año y medio, así que estas son mis primeras vacaciones pagadas, vivo sobre el restaurante y tengo derecho a las cuatro comidas.” Natalia suspiro aliviada al ver que no hablaba nada sobre el amor, pero mi tía que no sabía nada, insatisfecha por mi respuesta, quiso saber más.
“vale, eso es en el trabajo y te va bien, ¿pero y socialmente, en el amor, en la familia?” La cara de Natalia volvió a la preocupación de antes, si cabe mayor que antes, pero yo tengo las respuestas perfectas. “mis amigos cada uno tiene su vida ya, la familia genial acabo de reencontrármela” mirándolas a ambas, “y el amor, estoy empezando algo nuevo” Natalia se ruboriza sin que su madre se dé cuenta, su madre sonríe, aunque sigue sin estar satisfecha. “¿y antes, como te iba?” yo le devuelvo la sonrisa, Natalia sonríe más tranquila y contesto tajantemente “mal, de todas formas no tenía mucho tiempo para pensar en ello, trabajando” la madre se da por satisfecha, Natalia me da la mano bajo la mesa y comemos los tres con tranquilidad.
Tras la comida, “¿puedo fregar?” no me siento cómodo estando en un sitio sin hacer nada “no hombre no, como vas a fregar tu” protesta mi tía, “déjalo que friegue mama, yo mientras voy a cambiarme” la madre nos mira a ambos “¿adónde vas?” pero Natalia, sin mirar atrás contesta “vamos” la madre se gira para mi, mientras yo estoy recogiendo la mesa para hacer algo. “¿adónde vais?” me interroga, “al parque genovés, a llevar a los niños” ella sonríe “déjame que friegue por ti, te estás portando chaval” intenta quitarme pero yo no me dejo “déjame ayudar, tía Antonia” ella se sorprende, por mi actitud, pero se calla.
Se sienta en la mesa viéndome fregar, sin mediar palabra, no tardo mucho, estoy acostumbrado a hacerlo, así que cuando termino, el niño pequeño se pone a llorar, Natalia sale del baño disparada hacia su pequeño y Antonia iba a levantarse también, “Voy a por el” llego a la habitación, la habitación de Natalia sigue siendo la misma, aunque ya no es tan infantil, llego a la cuna y el bebe está llorando. Lo cojo en brazos y lo huelo, caca no es, le beso la frente, fiebre tampoco, le toco el pañal no está mojado, así que simplemente lo muevo en mis brazos hasta que se queda dormido.
Cuando deja de llorar y cierra sus ojitos, lo meto con cuidado la cuna y al darme la vuelta, me pongo colorado, tanto Nat, como su madre me observan desde la puerta, Nat con cara de embobada y su madre sorprendida, salgo sin hacer ruido y nos sentamos los tres en el comedor, Nat se muerde los labios al mirarme, está muy guapa, con unos leggin negros y un camisa blanca, un poco abierta que muestra un poco de escote. “haces bien de padre” dijo mi tía Antonia rompiendo el hielo, “es buen padre” Natalia enrojeció, se le había escapado.
“¿eres padre? No me habías dicho nada” se quejo mi tía, sin entender nada. “aun no, pero lo seré” dije mirando a los ojos a Natalia, ella asintió “si sigues así, seguro” me guiño el ojo, sin verlo su madre. “no entiendo nada, ¿tu novia está embarazada?” yo me preocupe, al oír eso “no lo está, creo” miro a Natalia, con la duda en los ojos, “no lo está, pero lo estará” suspiro aliviado, Natalia se ríe y Antonia nos mira raro. Después de eso antes de que llegara a conclusiones raras, “bueno, ¿nos vamos al parque?” dije yo, “si, vámonos, voy a por los niños” dijo Natalia, ilusionada, al dejarnos solos: “ya sabes, cuídamela” le asentí con la cabeza “sí, lo hare” le guiñe el ojo a mi tía y nos fuimos al parque, ayude a bajar el carro a mi prima por las escaleras.
“gracias David” mirándome fijamente a los ojos, “de nada Nat” mirándola fijamente también, ella me sonrió al escuchar que la llamaba Nat y yo sonreí también. Comenzamos a ir hacia el parque ella llevando el carrito y yo a su lado, “¿me dejas, llevarlo a mi?” ella se sorprendió, “¿quieres?” yo le asentí y me dejo llevarlo, mientras yo lo llevaba ella se agarraba a mi brazo.
Una vez en el parque, Naiara salió corriendo, para jugar con otros niños, Lucia, se agarro a la madre e hizo que la fuera llevando a sitios,”Lo siento, Lucia me reclama, ahora estoy contigo, te lo prometo” Nat que ante todo era madre se debía a su hija y allí me quede yo con Dani, “no te preocupes, yo me quedo con el” ella se fue tranquila y allí me quede yo, con su hijo, como había cambiado mi vida en cuatro días. Naiara era una chica mas despegada que Lucia, también era más mayor, Dani no era llorón, así que el día estaba yendo bien, no estaba intimando mucho con Natalia, pero tampoco me estaba aburriendo, había pasado una hora cuando Natalia volvió cansada.
“lo siento Lucia, pero no puedo más, vete con David” yo la mire sorprendido “¿quieres que me la lleve?” ella asintió “quédatela, te la regalo” Ambos sonreímos, Lucia se quejaba porque era muy madrera “anda vámonos, vamos a dar una vuelta, me recuerdas a tu madre de pequeña” Lucia me dio la mano y se vino conmigo al oír que íbamos a dar una vuelta, note que Nat me miraba, pero me centre en lo que estaba. Me lleve a Lucia que era incansable, estuve otra hora por allí, pero ya empezaba a cansarme así que volví, junto a Natalia, acostamos a Lucia que ya estaba cansada, Dani estaba dormido y Naiara seguía por allí.
“¿Qué tal lo estas pasando?” Me pregunto poniendo su mano en mi pierna, yo puse la mano encima de la suya “lo estoy pasando bien y ellos han caído redondos” ella sonrió “merece la pena, ¿eh?” la verdad es que la merecía, hace cuatro días estaba solo y ahora tenía una familia, en cierto modo. “si, la merece” nos dimos la mano y Nat apoyo su cabeza en mi hombro, yo la rodee con mi otra mano y nos pasamos así un rato gordo, hasta que empezó a anochecer.
“¿nos vamos?” me pregunto Nat, “vale, vámonos a casa” ella sonrió “¿a casa?” yo sonreí al darme cuenta de lo que había dicho “vámonos a tu casa” ella me tapo la boca con la mano “a casa está bien, ve a por Naiara y nos vamos” yo sonreí, me acerque le di un beso en los labios “voy a por Naiara” fui a por la chica dejando allí a Nat con Dani y con Lucia dormidos, Naiara se me resistió un poco, pero cuando le ofrecí chucherías, vino conmigo, así volvimos hacia casa, yo llevaba el carrito y Nat iba agarrada a mi.