Reencuentro con mí Ex Parte 4
Cada día un reto nuevo, la humillación en una elegante fiesta será mi oportunidad para ver a Joel.
Era el segundo día seguido que faltaba a la oficina, desde temprano llamé para avisar que tendría que ir a cuidar de nuevo a mi madre por lo mal que estaba. El día anterior había sido sincera, pero ese día solo quería estar libre para Joel que me había dicho que nos veríamos en la fiesta de su amigo. Dieron las 6 de la tarde cuando recibí el mensaje de Joel con indicaciones para la fiesta.
- ponte los shorts que te mandé en la mochila y el top negro, no se te ocurra ponerte ropa interior. Jesús pasará por ti a tu casa para llevarte a la fiesta a las 7
Cuando recibí su mensaje me emocioné mucho, al fin vería a Joel... pero... a las 7 regresaba Diego del trabajo, pensé en pedirle a Joel que Jesús (su asistente) me recogiera en otro lado, pero sabía que no le gustaría eso, yo no daba las órdenes yo las seguía, finalmente habia conseguido ser una chica de Joel, no podía cometer errores.
Igual y no nos topábamos con Diego, no siempre llegaba puntual... fui por la mochila que había escondido debajo de un sillón de la sala, saqué las prendas que me había indicado Joel en su mensaje, eran talla chica y yo era mediana, tenía sentido... todas las chicas de Joel eran modelos delgadas y hermosas, hice todo lo posible por ponerme los pequeños shorts de mezclilla y el pequeño top, los shorts me apretaban mucho, me sacaban un poco de lonja, me veía más gorda de lo que estaba con ellos, eran muy cortitos por lo que mi trasero se asomaba casi a la mitad y me apretaban tanto que la costura de en medio se me hundía en la vagina marcándola y presionando fuertemente contra mi clitoris, el top a penas cubría mis pechos, que se veían caídos por la ausencia de brasiere, se alcanzaba a ver un poco la parte de abajo de mis senos saliéndose del top negro, fui a verme al espejo, el atuendo me dejaba completamente expuesta, resaltaba todos mis defectos y dejaba ver muchísimo de mis pechos y mis nalgas, me di la vuelta y me contemplé en el espejo, me veía como una puta de barrio, como la puta más barata. ¿Cómo podía Joel desear a un ser tan corriente como yo? Aunque era guapa, sabía que comparada a su demás chicas era patética. Seguro sus otras mujeres se veían fantásticas con ese atuendo, me sentía muy avergonzada, no quería salir de mi departamento con ese aspecto.
Me tomé una foto frente al espejo y se la mandé a Joel, me daba vergüenza que me viera así pero era mejor que me viera desde ahora para que me dejara cambiarme para la fiesta. Le mande la foto sin decir nada, no sabía que decir estaba avergonzada de lo mal que me quedaba esa ropa. Me contestó en menos de dos minutos.
- que sexy te vez Andrea, me encanta como se te salen tus carnitas. Pero te hace falta maquillaje, te quiero muy bonita maquilladita como una buena mujer, ponte pestañas y todo.
Cuando leí el mensaje de Joel se me mojó la vagina y el short de mezclilla ¡si le gustaba, le gustaba tal y como era, con defectos y todo! Seguro me cogeria esa noche, tenía que lucirme, me llené de maquillaje como me lo pidió, la verdad es que casi nunca me maquillaba yo tenía una cara bonita y no me hacía falta pero si eso le gustaba a Joel lo haría, me pinte los ojos con mucha sombra oscura y me puse unas enormes pestañas que tenía para un disfraz de halloween, busqué un pinta labios rojo brillante y me los pinté. Me veía 10 veces más puta ahora, no sería un look que yo usaría ni de chiste pero si era lo que Joel quería estaba dispuesta a cambiar. Busque unos tacones enormes que nunca usaba que me había regalado Diego, eran metálicos y demasiado altos para mí, pero supuse que podrían gustarle a Joel.
Esperé media hora hasta que sonó el timbre, menos mal... Jesús había llegado antes que Diego, le abrí la puerta y salí. Jesús iba vestido de traje, con el pelo engomado, cuando me vio no pudo disimular su sorpresa, se le escapó una risa que trató de contener.
- pffff..... jaja.... te ves.... muy... puta jaja
Me sentí muy avergonzada me encorvé un poco de la vergüenza y traté de taparme, acomodarme el short y sumir más la panza.
- deberías dejar de comer pan, gordita
Me dijo mientras me pellizcaba la pequeña lonja que se me hacía con ese diminuto short.
- si... dejaré el pan...
Una parte de mí quería cachetearlo o decirle que él tenía un rostro horrible lleno de acné y correr de regreso a mi casa a cambiarme, pero tenía razón necesitaba bajar esa panza si quería ser algún día la favorita de Joel, y no debía hacer enojar a su asistente eso ya me lo había dicho Joel en su carta.
Jesús siguió riendo mientras caminábamos hacia afuera del edificio, cuando estábamos a punto de salir por la puerta principal vi que Diego venía entrando. Me detuve, no sabía que hacer. ¿Que iba a pensar Diego de verme así? Saliendo de nuestro edificio acompañada de Jesús... Tenía que pensar en algo rápido.
Pero era demasiado tarde Diego había entrado y me había visto.
- A dónde crees que vas vestida así Andrea!
Gritó Diego furioso al verme.
- voy a cuidar a mi mamá Diego
Era la mentira más absurda del mundo, mi mamá era una vieja muy religiosa, jamás iría a verla vestida de esa forma.
- Andrea regrésate al departamento ahora mismo! ¿Quien es este pendejo?
No sabía que contestar, ni que hacer, tenía que ir con Joel a su fiesta, finalmente lo vería, tenía que irme.
- me tengo que ir Diego
Yo todavía sentía amor por Diego por mucho tiempo había sido un novio muy dulce, pero era adicta a Joel, no podía detenerme.
Comencé a caminar hacia la puerta cuando Diego me tomó violentamente del brazo y me jaloneo.
- tu no vas a ninguna parte!
En ese momento Jesús le soltó un puñetazo a Diego que terminó tirado en el piso. Jesús me tomó del brazo y me llevo hasta afuera del edificio. Mientras me alejaba veía a Diego en el suelo, molesto y confundido, sin entender que sucedía.
En el camino a la fiesta, yo no decía ni una palabra, no podía creer lo que acababa de hacer, había dejado a mi novio enojado y golpeado en el suelo mientras me iba con un desconocido. Estaba cayendo muy bajo iba a arruinar mi vida si no me detenía.
Después de unos minutos Jesús rompió el silencio.
esta es una fiesta importante para Joel, van a estar amigos que pueden ser importantes para sus futuros negocios, él va a ir con Lorena, es una chica que es modelo y está estudiando psicología, es una de las mujeres más hermosas e inteligentes que he conocido, perfecta para Joel... Tu vienes acompañándome a mi.
pero pensé que...
cállate cerda no he terminado de hablar, créeme que yo tampoco quería venir contigo, ve nomas tus lonjas, Joel me ha prestado mujeres mucho más hermosas, pero algo tiene contigo... me dijo que quería verte, pero obviamente no puedes ser su cita, lo harías ver muy mal. En fin solo te digo esto para que no llegues a saludarlo a abrazarlo como una loca. Tienes que comportarte. Harás lo que yo te diga.
Saber que iba con Jesús en lugar de con Joel fue una gran decepción , pero Jesús acababa de decir que Joel quería verme, que tenía algo especial conmigo, eso era suficiente por ahora, me sentí feliz. Tenía tantas ganas de verlo aunque fuera de lejos y él también tenía ganas de verme. Sonreí como una tonta enamorada.
Finalmente llegamos a una enorme casa blanca, era una casa muy elegante y moderna, alrededor de la casa había decenas de carros lujosos, algunas parejas entraban de la mano a la casa, todos iban de traje y vestido largo, elegantemente vestidos. No podía creer que estaba apunto de entrar a esa elegante fiesta vestida de esa forma, como una vulgar prostituta.... no tenía el valor, qué tal que alguien me conocía ahí dentro. Era demasiado humillante.
Jesús bajó del auto y me indicó que bajara, pero no lo hice, no tenía el valor de hacerlo, Jesús se acercó a mi
- si no quieres ver a Joel está bien te puedo pedir un taxi pero no tengo ánimos de esperar.
Me baje del auto, claro que quería ver a Joel, no había nada que quisiera más en ese momento, mi dignidad era un precio que podía pagar, me bajé del auto y ambos caminamos hacia la hermosa casa. Cuando entramos todos los ojos estaban sobre mi, las mujeres murmuraban entre ellas y los hombres compartían miradas de complicidad. Caminé hasta la barra tratando de no mirar a nadie a los ojos, llena de vergüenza, en la barra le pedí al barman que me diera dos shots de tequila, necesitaba tomar un poco si quería sobrevivir la vergüenza, Jesús me dejó el barra y se fue a platicar con un grupo de hombres. La mayoría de las personas en la fiesta seguían mirándome de reojo aunque pretendían ya no hacerlo. Me tomé los dos shots y pedí otros dos, busque con la mirada a Joel entre la multitud, noté que como varias personas me señalaban para después reírse, algunos hacían rostros de excitación y otros de asco, pero no veía a Joel en ningún lado, seguí buscando con la mirada hasta que lo vi al otro extremo del salón.
Ahí estaba Joel con un elegante traje negro, viéndose tan guapo y poderoso como siempre, de su mano estaba Lorena, era ridículamente hermosa, parecía salida de una revista, ella sonreía y platicaba con los amigos de Joel mientras lo tomaba de la mano.
Cómo quería estar en su lugar, como quería ser ella... de pronto Joel se percató de mi mirada, me miró fijamente unos segundos y se volteó, ni si quiera me sonrió un poco, me ignoró completamente y poco después tomó delicadamente del rostro a Lorena y la besó con dulzura.
Estaba torturándome, y lo estaba logrando perfectamente ni todo el dolor de su enorme pene abriéndome el ano se comparaba con el dolor de sentirme ignorada por él.
Me voltee hacia el bar de nuevo y contendiendo mis lágrimas me tomé los dos shots de tequila y pedí otros dos. En menos de diez minutos ya me había tomado ocho shots de tequila y pensaba continuar. Un rato después empecé a sentir sumamente borracha, no hacía nada más que beber y ser objeto de burlas, me di cuenta qué tal vez lo mejor era irme, ir con Diego y disculparme... comencé a caminar tambaleándome por toda la fiesta, se me doblaban los tobillos de lo altos que eran mis tacones, tropecé sobre diferentes personas mientras trataba de salir de ahí, algunos solo me empujaron asqueados, otros aprovecharon para apretarme una nalga o un ceno, yo no decía nada solo trataba de seguir con mi camino, cuando logré atravesar la multitud y estaba a punto de salir de la fiesta llegó Jesús.
- ey ey ey cerdita, cuidado, te estás cayendo.
Jesús me ayudó a mantenerme derecha y me llevo hasta un sofá, a mi todo me de daba vueltas estaba muy ebria y mareada, voltee a ver a Jesús y le sonreí, en la oscuridad no se notaban tanto sus granos y aunque era feo era el asistente de Joel, tal vez lo más cercano a Joel que podía encontrar esa noche, comencé a besarlo pero me empujó inmediatamente.
- no cerdita, las puerquitas como tu no se besan se usan... A ver abre la boca cerdita esto te va a caer bien.
Jesús me tiro en la boca otro shot de tequila, pero mi cuerpo lo rechazó sin pensarlo, lo escupí todo sobre mis pechos.
- shhh shhh a ver cerdita, no desperdicies, ahí va de nuevo
Me apretó la nariz obligándome a respirar por la boca y me echo otro shot de tequila, inmediatamente me tapo la boca con las manos para que no pidiera escupir.
Traté de quítamelo de encima pero no pude, me lo tragué, era demasiado alcohol. Empecé a sentirme fatal, veía todo borroso y todo me daba vueltas, tenía muchas náuseas.
- ya no porfavor... ya no... no puedo... me siento muy mal.
Dije arrastrando las palabras de lo borracha, Jesús comenzó a reírse de mí y me arremedó burlándose...
- Ya no... ya nooo... jaja no puedo creer lo patética que eres cerdita, está bien, yo te ayudo espérame aquí.
Uno de mi pechos se había salido por completo de mi top cuando traté de evitar el segundo trago, y varios de los hombres de la fiesta me veían fascinados mientras conversaban entre ellos.
Después de un rato regreso Jesús con una botella de dos litros de agua.
- Ten, si te quieres sentir mejor te la tienes que tomar toda.
La tomé y comencé a darle traguitos, Jesús entonces la sostuvo contra mi boca y me tapó de nuevo la nariz.
- no cerdita, te la tienes que tomar toda, de un trago.
Estaba tan ebria que era muy difícil resistírme, el agua no dejaba de entrar por mi boca y yo hacía todo por tragármela, hasta que finalmente me la terminé toda. Se
Me había hinchado toda la panza, si me movía sentía el líquido moverse dentro de mi estómago. Me había costado mucho trabajo tragarme toda esa botella de agua pero lo había logrado.
- muy bien cerdita eso te va a ayudar.
Jesús me dio otra botella de dos litros... cuando la vi comencé a negar con la cabeza sentía que me iba a explotar el estómago estaba demasiado llena, no podia.
- no, nno, ya nooo, nnno
Comencé a suplicarle, los hombres que me veían se burlaban de mi, se reían de mis suplicas. Jesús me tapó la nariz de nuevo y me forzó a beber la segunda botella, trataba de tragar aunque me doliera el estómago, el agua escurría de mi boca, Jesús me sostenía con fuerza, estaba a punto de ahogarme, pero se terminó el agua de la segunda botella. Entonces Jesús me dio unas palmaditas en mi estómago que se veía ridículamente inflado, él botón del short se me había botado ya no cerraba. Los hombres rieron junto con Jesús. Jesús les echo una mirada a los otros hombres que me veían como un entretenimiento y les guiño un ojo, como si fuera a hacer un truco de magia, comenzó a precionarme en el estomago con fuerza, le pedí que se detuviera, se sentía demasiado incómodo, pero siguió haciéndolo, comencé a sentir tales ganas de hacer pipí que con todo y mi ebriedad logré pararme a tratar de correr hasta el baño que no estaba tan lejos, afuera del baño había un grupo de elegantes y hermosas mujeres conversando, a penas llegué a la fila me tropecé por mis tacones altos y mi borrachera, quedé tirada en cuatro patas y comencé a gatear hacia el baño, sentía que si me levantaba se me hiba a salir todo.
Las mujeres que hasta ahora me habían ignorado comenzaron a reír también.
- Aguanta un poco más prostituta qué hay fila
Dijo una de ellas mirándome con asco.
Traté de aguantar pero ya no podía... un pequeño chorrito de mi pipí comenzó a escucrrime desde la concha hasta el piso.
- ¡¡¡Iughh!! Esa puta barata se está miando en el pisooo!!
Algunas de ellas reían mientras otras se quejaban asqueadas, mi charquito de pipí llegó hasta uno de los tacones de la que más se quejaba.
- ay no!! que asco alguien llévese a esta puta cochina!!
Gritó llena de asco mientras me veía como si fuera una rata.
Llegó por mi Jesús, me levanto y se disculpó con las chicas en la fila. Me arrastró hasta alejarnos de la reunión, cruzo toda la casa arrastrándome hasta llegar a un baño sucio en el área de personal de limpieza de la casa, me dejó tirada junto al escusado y se quedó parado mirándome.
- ándale cerdita ya puedes mirarte agusto.
Ya no podía aguantar más tenía más de 4 litros de agua en mi estómago, traté de levantarme pero se me doblaban las piernas, quería sentarme en el escusado pero no podia.
Jesús disfrutaba verme así. Me agarré del escusado y traté de levantarme una última vez, pero no lo logré, dejé reposar mi rostro sobre la taza y comencé a méarme en el suelo, se sentía tan bien, chorros y chorros de pipí salían a toda presión de mi uretra, todo el piso estaba lleno de mi orina amarilla, al igual que mis nalgas y mis piernas. Era muy humillante pero me sentía tan relajada al fin que no me importaba y seguí haciendo y haciendo llenándome las piernas de apestosa pipí calientita. Por lo menos ya nadie me veía, solo Jesús que había sido tan amable de alejarme de todos.
De pronto sentí un chorro de pipí en mi cara, abrí los ojos, era Jesús, que se había sacado el pene y me estaba meando encima.
- este es mi tipo de escusado favorito, una buena puta. Abre la boca cerdita.
Abrí la boca, no tenía caso resistirme, de todos modos ya estaba llena de mi propia pipí, que me podía hacer un poco más de pipí.
- ¿Te gusta Cerda? ¿Está rica mi orina?
No podía ya ni mantener los ojos abiertos solo dejaba entrar la pipí por mi boca sin moverme. Sabía muy muy fuerte y muy salada, pero no tenía energía para quitarme, lo mejor que podía hacer ahora era obedecer.
Pude escuchar pasos en el pasillo, al parecer los hombres de la fiesta que me habían estado mirando querían seguir disfrutando el espectáculo. Cuando llegaron comenzaron a aplaudir.
- wow Jesús ustedes sí que saben organizar fiestas! Que puta tan sucia consiguieron!
Jesús comenzó a reír
- puta sucia y gratis, como me gustan
Todos los hombres rieron y aplaudieron, después se bajaron los pantalones. Y comenzaron a orinarme toda.
Su orina caliente era reconfortante, después de todo lo que había pasado ese día necesitaba sentirme calientita. Sin moverme ni abrir los ojos les di las gracias por su orina y dejé mi boca a abierta. No sé cuánto tiempo pasó ni cuántos hombres me orinaron, ni cuanta orina me tragué. Pero no importaba, eso me merecía, era una cerda estúpida, lo único que podía hacer bien era dejar que ellos disfrutaran conmigo.