Reencuentro

Me reúno con un viejo amigo y descubro cosas que no sabía sobre mí misma

Me levanté de la cama con la sensación que deja una noche de sueño inquieto, al ver mi reflejo en el espejo que cuelga de la pared en mi cuarto no puedo evitar pensar "mierda". Las ojeras que tanto me desagradan aparecen como testigos de mis preocupaciones. Empezamos bien el día, me digo entre sarcástica y resignada. Después de tanto tiempo y sigue teniendo ese efecto en mí, por eso tarde tanto en aceptar una de sus invitaciones, y ahora mientras me dirijo al baño para lavarme todavía sigo medio convencida que al final no lograré llegar a la cita. Aún si confiara en sus promesas y palabras, podría confiar en mi propia fuerza de voluntad? "Mierda" casi murmuró esta vez mientras me quito la ropa. El agua está casi hirviendo, mientras que mi cabello se moja mi piel comienza a enrojecer, húmeda y cubierta de jabón mis manos dejan de limpiar propiamente y pasan a movimientos más finos, más sensuales, ensimismada no me dí cuenta de que comenzábamos a exitarme. "Mierda" está vez es un gemido ahogado lo que sale de mi boca. Eso hace que despierte como de un trance, asustada por la posibilidad que alguien en la casa pueda escucharme.

Me vestí de forma apresurada, me digo a misma, tratando de convencerme que la ropa que escogí no tiene nada que ver con el hecho de que voy a verlo hoy. Por supuesto que escogí ropa interior sexi, pero no tengo intención de que él la vea, me maquille pero obviamente es porque no quiero que la gente vea mi cara de zombie, repito como un Mantra mientras nerviosa camino al punto de encuentro. Únicamente vamos a ver películas en un departamento solos los dos qué podría pasar?.

Por fin me encuentro con él y compongo mi mejor cara de poker mientras rezo a un dios en el que no creo para que mi nerviosismo no me traicione. Que no se de cuenta, por favor que no se de cuenta.

Caminamos uno al lado del otro, la conversación es intrascendente, solo lo típico que dos personas que intentan ponerse al corriente pueden decirse. Ojalá pudiéramos decir algo más interesante, así dejaría de concentrarme en su olor y su voz, pensaba que lo tenía superado pero sigue teniendo algo que me impide alejarme del todo. Recuerdo sus labios sobre mi piel y todos los momentos que pasamos. Cómo puede mantenerse calmado? Será que a pesar de su insistencia en verme ya no siente lo mismo que antes? Al final podría ser que todos mis recelos no tuvieran fundamentos. Esta idea me hace relajarme , y mis defensas por fin bajan un poco. Había pensado sugerir un cambio de planes, y dejar la reunión en un lugar público, pero ahora creo que estará bien aunque nos encontremos solos.

La casa no tiene nada de extraordinario, quizá un poco aislada, quizá deba irme temprano o tomar un Uber para regresar a casa, me pregunto mientras entramos. Dentro todo está arreglado para mi sorpresa, comida, cerveza, una botella, "a little too much romantic Para Un encuentro de viejos amigos" pienso, pero su naturalidad y su forma casual de hablar me impiden sospechar de él. Calma, calma piensas demasiado, me regaño mientras comienzo a revisar las películas que trajo, terror, qué bien me conoce, sonrió para mis adentros y tomo la cerveza que me ofrece. No sé bien cómo pero como siempre terminamos hablando de nuestros recuerdos de adolescentes. Por fin decido qué ver y nos acomodamos en el sillón. Mi corazón late cada vez más rápido, que lista en escoger esta película, así podré disfrazar mi nerviosismo de miedo y es un buen pretexto para acercarme a él sin que piense que tengo segundas intenciones.

En la mitad de la trama se para del sillón y me ofrece un trago más fuerte, dudo en aceptar, pienso que una cerveza está bien pero quién puede asegurar que nada pasará si me emborracho. Trato de rechazarlo con el pretexto de tener que regresar a casa temprano pero ante su insistencia termino por aceptar. Quizá no sea tan malo, al final podría ayudarme a calmar mi ánimo. Un sabor familiar recorre mi boca y mi garganta, pero al lamer mis labios para recuperar unas gotas que escaparon me parece sentir que algo raro tiene la bebida. Trato de olerla disimuladamente, pero no hay un olor diferente y el líquido se ve exactamente como se supone debería. Acabo de beber convencida de que mi mente me está jugando una broma. No mucho después una pesadez se posa en mis ojos y extremidades, el sueño me invade y soy incapaz de resistir. Qué pasa?

Imágenes de nuestros encuentros invaden mis sueños, recuerdos de nuestras conversaciones e incluso de mis fantasías con él se confunden unas con otras hasta el punto en el que no sé si sueño, tengo una pesadilla o un sueño húmedo. Pero la sensación que poco a poco me domina es la de estar oprimida o inmovilizada.

Ese olor, es familiar, reconozco la marca, sus cigarrillos favoritos, nunca podría olvidarlos. Mis ojos comienzan a moverse al ser cada vez más consciente del olor. La sensación de mareo, confu

sión

y pesadez me recuerdan a una mala resaca. Mis brazos y mis piernas parecen entumecidas. "Miiierda" trato de abrir los ojos y poco a poco enfoco la vista. Lo primero que distingo es la mueca que su boca forma en su cara, algo que se podría tomar por una sonrisa pero que para mi parece amenazadora, peligrosa. Mi reacción inmediata es tratar de levantarme pero mis extremidades no responden, qué pasa? Entonces es cuando al fin caigo en cuenta, y un escalofrío recorre mi espalda " M I E R D A"

Estoy atada a una cama?

Mi boca se abre y sin pensar comienzo a preguntarle estúpidamente, pues para ese momento ya sé de qué se trata esto, qué pasa? Dónde estoy? Qué carajos estás haciendo?

Asustada lo veo ladear un poco la cabeza como un gato que analiza a su presa antes de atacar, " no te preocupes, todo va a estar bien lo prometo, te dije que ibas a disfrutar la velada" me dice sonriendo. Al levantarse y acercarse a mi por fin y para mi horror me doy cuenta del cuchillo que se encuentra en su mano. Me dan ganas de llorar. Los pocos pasos que nos separan se alargan eternamente mientras se aproxima y cuando finalmente se encuentra a mi lado se inclina para susurrar algo a mi oído. Su aliento quema mi piel y me eriza, "esto lo vas a disfrutar" sus palabras resuenan como un eco. Sin poder evitarlo toda la tensión acumulada en mi cuerpo escapa en un grito que lastima mi garganta.

¿Qué más puedo hacer? Al momento de gritar con un movimiento rápido cubre mi boca con su mano libre, en la que aún perdura el olor a cigarro. Sin pensarlo un momento muerdo esa mano que hace poco deseaba tomar. Su expresión cambia por el dolor y de inmediato retira la mano, casi al mismo tiempo, como si se tratara de un relámpago me suelta una bofetada. El dolor y la sorpresa me dejan paralizada. Nunca creí que él fuera capaz de algo así. ¿Cómo no me di cuenta antes?

Aprovechando mi desconcierto me amordaza, mi mejilla se siente caliente y duele. En mi estupor me imagino mi rostro y supongo que debe verse rojo. Es increíble la clase de cosas que uno puede pensar en situaciones así. Sin darme cuenta él ya ha acercado el cuchillo a mi cuello, ya está, así voy a morir?. Paralizada observo el acero bajar a mi blusa y escucho el sonido de la tela siendo cortada, la piel de mi pecho y mi vientre quedan al descubierto, mi bra está a la vista, recuerdo que es el único de encaje que tengo, yo que prefiero comodidad a vanidad siempre llevo deportivos, este conjunto lo compré por capricho, en un impulso gasté una fortuna por un poco de delicada y fina tela, recuerdo que hasta estar en casa con la bolsa y revisarlo me pareció una coincidencia que fuera de su color favorito. Pero ahora, ni siquiera se tomó dos segundos en mirarlo con otro movimiento de la navaja se deshizo de la pieza como si nada. Mi corazón se encoge y al mismo tiempo se acelera mientras mis pechos por fin son liberados, no entiendo qué pasa, pero aunque estoy muriendo de miedo, al sentir su mirada voraz recorriendo mi piel puedo sentir mi entrepierna calentándose.

El frío del cuchillo contra mi piel me arrebata de mis pensamientos, aterrada encuentro su mirada y no puedo evitar derramar lágrimas, trato de convencerlo con los ojos de que pare, ingenua, siempre he sido tan ingenua, ahora estoy pagando por eso. Sin conmoverse solo repite en voz baja "lo vas a disfrutar", recuerdo que esas palabras siempre las decía cuando me convencía de alguna locura, como añoraba entonces esas experiencias, ahora que siento en mi piel de nuevo su tacto y el baile lento del cuchillo sobre mi cuerpo esos recuerdos y la expectativa del dolor se intensifican. Finalmente detiene el filo en mi pezon izquierdo y hace un corte, es pequeño y por dos segundos quizá no siento nada, pero cuando las pequeñas gotas de sangre comienzan a brotar de la herida el ardor se hace presente, siento algo caliente y húmedo en las mejillas también, estoy llorando? El dolor en mi pecho me distrajo y no me dí cuenta, él siempre me molestaba por lo poco que aguantaba, ahora estoy indefensa y me siento humillada y traicionada, cómo pudo hacerme esto?. Su mirada se pasea de mi cara a la herida, finalmente baja su rostro a mi pecho y con delicadeza lame esas gotas de líquido rojo, su lengua acaricia y calienta ahí por donde pasa. Ahora sí estamos en problemas, esto te pasa por caliente! Escucho a la voz de mi cabeza, idiota, te estás mojando!?. Mi cuerpo reacciona de una forma inesperada y me avergüenza, ahora sí estoy segura que mi cara está roja.

Vuelvo a rogar a los cielos que tengan piedad y me dejen salir de aquí antes de que se de cuenta de que lo que hace me está prendiendo. Pero el universo nunca conspira a mi favor, me recuerdo con amargura, justo en ese momento está desabrochando mis Jeans y de los desliza por mis piernas, me maldigo a mí misma por haberme depilado esa mañana, en qué pensabas? En serio solo querías tomar una cerveza con un amigo? Quién se depila las piernas solo por una salida casual?.

Finalmente con el pantalón en los tobillos mi pataleta es lo único que le impide verme totalmente desnuda. Pero al igual que con mi bra no se detiene a admirarla, solo la corta y la retira,aunque esta vez guarda los jirones de tela, un souvenir?. Por favor no me mires, por favor no? Suplico sin palabras, pero es tarde, su cara lo dice todo, ha notado mi humedad. Qué pensará ahora de mi?, es burla, sorpresa y deseo lo que veo en su mirada? Jamás va a dejar olvidarme de esto, estoy segura, eso si salgo viva.

Escucho un cajón abrirse, no puedo imaginar que tiene preparado ahora. De repente el sonido me hace reaccionar, el zumbido es particular y conocido, "vete a la verga" trato de gritar pero la mordaza lo impide. Es un vibrador, me quiere poner un vibrador. Trato de moverme pero es inútil, sin ningún esfuerzo coloca el artefacto justo encima de mi clitoris. Mis pensamientos se vuelven aún más confusos y mi cuerpo me sigue traicionando, ahora a mi llanto da paso a los gemidos y por una vez agradezco tener algo en la boca. Siento calor y deseo que pare, pero al mismo tiempo quisiera pedir más. Trato de cerrar los ojos para no ver su cara de satisfacción ante mis reacciones, pero el solo hecho de pensar en él mirando como disfruto me calienta aún más. Qué me sucede? Ya no me reconozco. Las oleadas de placer que me invaden hacen que una a una mis defensas caigan y mis inhibiciones desaparezcan. Puedo sentir el calor que recorre mi cuerpo aumentando con las vibraciones, mi respiración agitada es interrumpida constantemente por mis gemidos ahogados por la mordaza. Puedo saber que el orgazmo se aproxima mientras mi corazón se acelera y finalmente la tensión de mis músculos es tanta que las ataduras me lastiman, para mi incredulidad en lugar de molestarme eso solo logra que mi placer aumente, y finalmente con una última oleada de placer llego al clímax.

Aún con los ojos cerrados puedo escuchar mi corazón en mis oídos, latiendo rápido mientras las contracciones de mi vagina dejan salir más líquidos de ella. Ahora siento como se aproxima a mi oído y su aliento caliente recorre mi cara. Nunca podré olvidar sus palabras "Te lo dije, sabía que lo ibas a disfrutar, eres mía, siempre serás mía, mi putita" susurra y mi respiración sigue agitada. Sus dedos se deslizan desde mis labios hasta mis pechos y continúan hasta mi entrepierna donde se detienen para jugar con mi clitoris y luego meterse a mi vagina. Con la otra mano por fin quita la mordaza y mis gemidos y mi respiración cortada por fin se escuchan en el cuarto, sin avisar en seguida siento sus labios contra los míos. Los aprieto, tratando aún de fingir que no quiero complacerlo pero él aprovecha uno de mis inevitables gemidos para meter su lengua a mi boca. Sus dedos aún juegan dentro de mí mojada vagina y cada vez siento más cerca otro orgasmo. Entonces justo antes de volver a sentirlo termina abrupta mente el beso y retira sus dedos. Frustrada me quejo con un gruñido del cual me arrepiento inmediatamente. Pero está vez se muy bien que él lo ha notado.

"Abre los ojos" dice con autoridad, pero yo los aprieto más mientras agito la cabeza como una niña haciendo berrinche, "ábrelos" repite casi con dulzura mientras pasa las puntas de sus dedos sobre ellos, pero al notar mi testarudez y para mí sorpresa toma mi cara con una de sus manos y aprieta mis mejillas hasta provocarme hacer pucheros, duele, asusta, sobre todo cuando con una voz aún más seria que la anterior y más enojada repite "abre los ojos, o quieres otra bofetada?". Lo miro por fin y lo miro con miedo y luego con ira, mientras él se ríe y me dice "good girl, de verdad era tan difícil ser obediente?" suelta mi cara y me da un suave beso en la mejilla mientras que sube la mano con la que me había masturbado y la pone frente a mi boca "anda, quiero que pruebes tu sabor, que recuerdes como te pongo".

Esta vez no pongo resistencia y levanto la cabeza para acercarme a sus dedos, sin poder evitarlo sigo haciendo contacto visual con el mientra mi lengua recorre su mano y mis labios succionan sus dedos. Salado, viscoso, las sensaciones se confunden en mi boca, pero entonces lo recuerdo, esto no es algo que yo haya accedió, y con rabia y sin avisar cierro mis dientes cuando su mano sigue dentro. Veo dolor en su cara y me alegro por dos segundos cuando otra bofetada más fuerte que la anterior me hace soltar a mi presa. Creo que esta vez me rompió el labio pues puedo probar el sabor a hierro. Sacude su mano herida y me mira primero enojado, luego divertido. Sus ojos brillan con deseos de venganza o solo deseo, no lo sé. Cómo podría saber en este momento? "Así que la gatita sabe morder? Yo te voy a dar algo para que te entretengas, pero primero necesitas que te enseñe quién es tu dueño no crees?" Saca entonces de algún lugar un collar con correa que pone alrededor de mi cuello, lo reconozco, es más un instrumento de disciplina para mascotas del tipo que cuando se jala ahorca. Esta vez comienzo a temblar ante la expectativa. Sosteniendo la correa con una mano desata su pantalón y por fin puedo ver su verga, ya está excitado lo puedo ver. "Ahora voy a meter esto en tu boca gatita, pero debes tener cuidado de no usar los dientes, o ahora sí no respondo por tu castigo" pronuncia mientras aprieta el collar justo lo suficiente para que vea que funciona. Su pene  está contra mis labios y me pregunto si será capaz de asfixiarme pero prefiero no tentar más mi suerte.

Abro la boca y saco mi lengua, su sabor es familiar, pero esta vez el no me deja tomarme mi tiempo y de una vez mete todo hasta que alcanza mi garganta. Trato de no atragantarme pero sus embestidas son cada vez más rápidas y fuertes, siento que no puedo respirar y me doy cuenta que el debía estar desesperado por esto también. Cuánto tiempo lleva planeando este encuentro, soñando y pensando en tenerme así, a su entera disposición, sometida?. Mis pensamientos se interrumpen por las arcadas, cuando estoy a mi límite puedo sentir su verga pulsate y alzo mis ojos para encontrar su mirada. Oh no, ya sé lo que viene y trato de alejarme pero no puedo. "a dónde putita?" me dice mientras toma mi cabeza con una mano y amenaza con la otra jalar más la correa. Entonces lo siento, su caliente semen llenado mi boca. Cuando termina de expulsarlo se retira y yo sigo sin saber que hacer con lo que queda en mi boca. El toma mi cabeza con una mano y acerca con la otra un celular que no sé en qué momento tomó y comienza a grabar "abre tu boca, déjame ver como te gusta mi leche gatita" lo obedezco pero solo puedo imaginar como se ve mi maquillaje arruinado y corrido por las lágrimas y el sudor, algunas gotas de semen recorren mi barbilla y mi cuello pero logro mantener casi todo en mi boca mientras el sigue grabando. "ahora traga" lo hago y su sabor aún cosquillea un rato en mi lengua. "saca la lengua" quiere asegurarse que no deje nada en mi boca y lo complazgo, en este punto ya no tengo fuerzas para resistir. Pero al ver su mirada mientras me graba algo dentro de mí se rompe y comienzo a llorar otra vez, tratando de ocultar mi cara al voltearme susurro un por favor cortado por los hipos de mi llanto.

Cierro los ojos de nuevo y trato de encogerme en la cama tanto como lo permiten mis ligaduras. Entonces él se acerca y me dice "ya no estoy grabando, mirame" "no quiero" contesto otra vez con una voz como si hiciera berrinche. "voltea gatita, cunatame qué te pasa" sus palabras, su tono es dulce, como antes. Llorando pero ahora en silencio volteo lentamente y me permito mirarlo, "estoy cansada, tengo frío, y me duelen las muñecas y las piernas". Se acerca y vuelvo a encogerme, pero esta vez en lugar de una cachetada su mano acaricia lo que antes lastimó. "Mi gatita, cálmate, lo siento, pero no me dejas té opción" para mi sorpresa libera mis piernas y luego mis manos. Por fin siento algo de alivio pero la húmedad  de mí entrepierna persiste. Mientras sobo mis dolidas muñecas él se siente a mí lado en la cama y me abraza. No sé por qué o cómo pero lo abrazo de regreso, él acaricia mi cabello y me sostiene mientras tiemblo. "ssshhh gatita, shhh, ya pasó, está bien, puedes descansar sí quieres" me arrulla. Poco a poco me relajo y dejo de llorar, su olor invade mis sentidos y como si me hipnotizara por último me hundo en un sueño tranquilo.

Cuando despierto puedo escuchar suaves gotas de lluvia golpeando la ventana, con las cortinas cerradas no puedo hacerme una idea de la hora, podría ser de mañana o todavía el mismo día. Mi celular, debe seguir en mi bolsa, solo debo encontrarlo y podría llamar por ayuda, por lo menos avisar a mi familia que debe estar preocupada por mi.

Miro a mi lado en la cama bajo las cobijas está él, parece profundamente dormido, su respiración es regular y no se mueve, pero la falta de luz sólo me permite distinguir su silueta. Es mi oportunidad, con cuidado y tratando de no hacer ruido ni mover el colchón pongo mis pies en el suelo y extiendo las manos para tratar de avanzar avanzar a tientas por la habitación. El frío del suelo, el clima y mi propia desnudez provocan que mis pezones se pongan duros de inmediato, escalofríos recorren mi espalda y tiemblo,aunque esto también puede ser producto del miedo o la adrenalina. Apenas alcanzo a dar unos pasos cuando escucho su risa, la conozco bien, pasamos tantas horas juntos riendo juntos o uno del otro, "de saber que todavía tenías energía para tratar de huir no te hubiera dejado dormir". Se dice que las personas responden diferente frente al peligro, correr, pelear o paralizarse, personalmente yo soy de la tercera opción, pero est

á

vez por alguna cualidad milagrosa mi instinto de supervivencia decidió activarse y trate de correr. No, el universo me seguía odiando, con un golpe seco caí al suelo al tratar de dar mi tercer paso, al principio creí que era por haber tropezado con algo o mi propia torpe naturaleza, pero la verdad es que me encontré amarrada por el tobillo a una cuerda que no note antes por alguna razón.

La luz se enciende y pude ver otra vez su expresión burlona, añadiendo sal a la herida, "Gatita traviesa, a este paso solo vas a lograr hacerte daño, qué intentabas?" Me dice mientras avanza hasta quedar frente a mí y con sus manos me ayuda a ponerme de pie. Lo miro sin contestar pero mi labio hinchado me recuerda que la paciencia a mi silencio es corta,"mi celular.." "lo tengo yo, pero no te preocupes, ya avisé que hoy no llegarías a casa, por cierto bloquearlo solo con tu huella no fue tu mejor idea, no crees?" Mierda, no puedo creer que mi estupidez llegue a tanto, o mi ingenuidad o confianza. Otra vez estoy adolorida por el golpe, y otra vez humillada por la situación completa.

" vuelve a la cama " me ordena otra vez cambiando de voz, sus cambios de humor me están volviendo loca, sobre todo porque añoro los momentos en los que es dulce conmigo pero su autoridad me excita de una forma que nunca antes sentí. No me atrevo a desobedecer, me siento entonces en la cama a la expectativa de lo que hará a continuación. "Acuestate" cuando lo hago él sube a la cama y se sienta sobre mí con las piernas abiertas, acaricia los costados de mi torso comenzando por la cadera y subiendo de a poco hasta mis axilas me obliga a subir ambos brazos y unirlos sobre mi cabeza, cuando mis muñecas están juntas las apriciona con un mecanismo que no alcanzo a ver. Su toque me produce cosquillas y también, no puedo creerlo, vuelvo a sentir mi humedad vaginal. No tienes llenadera? Grita la voz de mi cabeza, mierda, mierda, qué pasa?. Mientras tanto él se baja y desata mi tobillo, mis piernas quedan libres y las cruzo, como si eso significará alguna diferencia en este momento. "Gatita, gatita, me da ternura que pelees, eso solo prolonga lo inevitable, sabes que ya eres mía, no importa lo que haga contigo lo vas a disfrutar".

Lo escucho mientras él me acaricia las piernas, "pero está bien, si te gusta resistirte te voy a complacer, no quiero que mi putita esté insatisfecha, esta vez voy a dejar tus piernas así, a ver que puedes hacer con eso, pero te aviso, no voy a ser gentil". Está vez en lugar de acariciar sujeta mis tobillos y me obliga a separarlos, no puedo hace nada contra sus fuerzas quedando expuesta otra vez a su mirada. "no te digo, eres una zorra hecha y derecha, todavía no hago nada y ya estás mojada, que bien más fácil para mi". Me suelta y como un resorte mis piernas vuelven a juntarse, mientras tanto él comienza a desnudarse y de nuevo puedo ver su pene erecto. Por instinto recojo mis piernas y las pego lo más posible a mi cuerpo, mis rodillas apuntan al cielo y él sube de nuevo a la cama, esta vez de rodillas frente a mí acaricia mis muslos, me mira como si fuera un pedazo de carne que está a punto de devorar "por favor" murmuro, en algún momento tendré que darme cuenta que mis súplicas no lo afectan, "qué dijiste?" me contesta otra vez con tono amenazador "por favor, no?" un sollozo más que una suplica sale de mi boca, "gatita, eres tan linda cuando súplicas, OK te doy chance, pídeme lo de nuevo y lo pensaré" no puedo creerlo, está jugando conmigo? No quiero darle el gusto pero es una oportunidad, "por favor, no tienes que hacer esto" le lloro, "mmm, no, no me convences, y tú coñito dice otra cosa, porqué no eres sincera putita".

Con sus manos separa mis rodillas y se coloca entre mis piernas, trato de moverme, me retuerzo y me sacudo pero en vano, puedo sentir su verga caliente contra mi pubis y sus manos recorriendo libremente mi cuerpo, mis caderas, mis pechos, mis piernas, nada de lo que hago logra librarme de él, pero sus caricias me calientan. "así gatita, muévete, pero ahora es mi turno, voy a llenarte hoy por dónde se me antoje, por todo el tiempo que no me dejaste" asustada siento como toma mis piernas y las separa tanto que siento que me va a romper, "prepárate, te dije que no voy a ser delicado" entonces siento como de una embestida mete su verga en mi, pero la humedad que en ese momento ya moja las sábanas no impide que la intempestiva invasión a mi cuerpo sea menos dolorosa, el shock me paraliza por unos segundos y un grito escapa de mi garganta, "te dolió gatita? No te preocupes, pronto vas a ronronear" su voz se mezcla con mis gemidos, que quiero creer que son de dolor pero, en este punto, el dolor y el placer se confunden con demasiada frecuencia, pasada la sorpresa intento librarme de nuevo y vuelvo a sacudir mi cuerpo, pero sus embestidas no paran, y para mi mayor tormento se inclina para chupar y morder mi pecho y mi cuello, me folla como loco, con furia y sin piedad, "para, espera, despacio" trato de decir pero mis gemidos hacen las palabras indistinguibles. Mi vagina está caliente y espasmos de un orgasmo inminente vuelven a recorrer mi cuerpo, mis gemidos se hacen más constantes, tanto que cortan mi respiración y mis movimientos que antes tenían la intención de liberarme ahora se sincronizan con los movimientos de su cadera. Él nota todo esto y me mira, pero en sus ojos ahora solo veo lujuria, instinto, deseo, como una fuerza animal que me arrebata, justo entonces antes de que me llegue el clímax pone una de sus manos en mi cuello y comienza a apretar, mi corazón se acelera, mi vagina no puede más, lucho por jalar aire a mi garganta pero no puedo, justo entonces siento mi orgasmo, es algo que nunca antes había sentido, para cuando termina y el suelta mi cuello ya no sé dónde es arriba o abajo, solo puedo concentrarme en su miembro llenando mi cuerpo, el tiempo me parece increíblemente largo pero no se detiene.

Él percibe que dejé de luchar y decide librar mis manos, que caen como sin vida a los lados de mi cabeza. "cansada mi gatita? Pero apenas estoy empezando, OK te daré otra oportunidad, di que eres mía que eres y siempre seras mi putita y te prometo ser más delicado" tal vez solo por costumbre, por fingir orgullo o por que, aunque no quisiera admitirlo, me gustaba su forma de follarme así, sin piedad, pero contesté "no". "tú lo pediste" me dice y con rudeza me obliga a dar la vuelta, dejándome boca abajo, "levanta" me ordena dándome una pequeña naldaga, pero al no obedecer golpea con más fuerza y puedo sentir mi trasero calentarse y arder. Lo levanto y vuelvo a sentir su verga castigando mi entrepierna, profundo, rudo, "te gusta el castigo verdad?" "no" naldaga, "vamos gatita, dime la verdad, esto te está gustando" "no" nalgada, gemidos "a quien tratas de engañar, solo di que te gusta" "no" nalgada, esta vez no solo una si no varias, rápidas, seguidas, me duele y estoy segura que dejaran un moretón, incapaz de soportar más el dolor entre gemidos le pido de nuevo "para, por favor, ya" mis súplicas no sé si lo enfurecen o lo excitan o las dos cosas pero sus embestidas parecen aumentar en intensidad, "ya sabes lo que tienes que decir" "no" nalgada, más gemidos, mi mente es un desastre, pero sí es la única manera de hacerlo parar vale la pena? "soy tu pu" me detengo "dilo" nalgada, ya no puedo fingir un orgullo que se perdió dos orgasmos atrás, me rindo "soy tu puta" gimo, "no te escuché" "soy tuya, soy tu puta" repito más fuerte, y puedo sentir que su orgasmos está por llegar también, "qué te gusta mi putita?" esta vez la respuesta llega en automático "tu verga" me embiste por última vez y puedo sentir como se vacía dentro mío, mientras sus manos aprietan mi trasero, su semen caliente me llena y cuando por fin retira su pene escurre un poco mojando mis muslos, yo sin fuerzas solo me dejo caer como una muñeca sobre la cama. Jadeando, no puedo reconocer a la persona en la que me convertí apenas hace unos minutos atrás. El acaricia despacio mi espalda, "ves que no era tan difícil gatita, pero eres tan terca", me besa, recorriendo con sus labios desde mi cadera hasta llegar a mi cuello. Mierda, no puede creer que esto esté pasando, reúno las pocas fuerzas que me quedan y me volteo, "te gustó?" le pregunto, es como si otra persona se hubiera apoderado de mi cuerpo y soltará esas palabras que para mi ser racional carecían de sentido, "podemos hacerlo mejorar gatita, pero por ahora es lo suficientemente bueno" y se inclina para besar a mis labios, con cuidado, con ternura, recordando los lugares donde antes me había lastimado, mientras su semen sigue saliendo de mi cuerpo.