Reencuentro (1)

Que puede pasar cuando vuelves a ver a alguien?

Suena dentro de mi aún la música del móvil que me anuncia tu llamada, y aún no tengo claro si me alegra o quizá me da miedo, sólo recuerdo aquellos momentos más intensos y el resto esta borrado por la bruma del tiempo

"Brr"- Vibró el móvil, y con una ligera indiferencia cogí el pequeño artefacto que me sirve de despertador, agenda y poco más.

" Claro!, íbamos a quedar para ver fútbol, no pensarías que podría obviar el espectáculo futbolero por algo como ponerte a cuatro patas, abrirte bien las nalgas y lamerte bien el culo para luego llenártelo de leche" –Decía el mensaje.

Una sonrisa iluminó mi cara, de alguna manera imaginaba que me diría algo así ." Nunca cambiará." Pensé.

Y días más tarde quedamos, muchos dias más tarde, más de los que me hubiera imaginado. Morbo en estado puro realmente era lo que me causaba y quedar con él me hacía sentir como la vuelta al cole de los niños: volver a ver a alguien muy querido, aprender cosas nuevas, el nerviosismo de si tras tanto tiempo volvería a mirarme igual… y todas estas sensaciones daban vueltas como pajaritos a mi alrededor.

Quedamos en un lugar concurrido, apoyada en una barandilla miraba hacia abajo, cuando de pronto sentí detrás de mi una respiración, un cuerpo masculino se pegó a mí y sus dos brazos fuertes no me dejaban girarme..

-" Hola, cuanto tiempo"- dijo una voz conocida

-" Dejame verte no?" –contesté algo malhumorada

"A su debido tiempo, ¿no?"

Creo que nunca llegué a decirle que su voz era algo que me causaba una sensación de morbo fuera de lo común, el tono calmado, su risa, la forma de hablar y de jugar conmigo al gato y al ratón.

Su mano izquierda desplazó el pelo de la nuca, posó los labios suavemente, lo siguiente que sentí fue la cálida humedad de su boca, y un cosquilleo intenso que me hacía reaccionar al completo. Suspiré al notarlo, Dan se apresuró a deslizar la derecha hacia la blusa, para internarla dentro de mi generoso escote.

" Uff, Aquí no, por favor"

No lo había comentado ¿no?, qué despiste el mío, la verdad es que un parque, una parada de autobús no me parece el mejor sitio para que un alma no habituada a este tipo de exhibicionismos pueda sentirse cómoda de esta guisa.

"Hoy eres mía, así que acostúmbrate a que harás lo que te digo. Aunque tienes razón… no te gires aún, espera"

Apartó su mano de mis pechos, aunque dejó desabrochados dos botones para tener una mejor vista, mordió suavemente el lóbulo de mi oreja y cogió mi mano.

" ¿Puedo mirarte ya?

" Aún no"- Respondió firme

Mi mano era dirigida por él, la llevó hasta su sexo.

"Qué sientes?"

" Que.. la tienes muy dura" – Susurré tímida

" ¿Dónde te gustaría que entrase primero hoy?"

" Donde quieras, hemos quedado que hoy soy tuya"

" ¿Mi qué eres?"

"Tuya"- dije temerosa "No, no podía ser que de nuevo quisiera que le dijera aquello que me costaba tanto decirle" pensé

"Sabes lo que quiero que me digas ¿no?, si no lo sabes tendré que irme, y sé que no quieres eso, sólo son unas palabras, te lo preguntaré otra vez: ¿Mi qué eres?"

" Tu esclava, tu puta" – Dios, lo había dicho de nuevo, mis mejillas se sonrojaron ante aquella extraña sensación que me recorría cada vez que decía aquellas palabras

" Así me gusta" – sonrió- " gírate despacio, pegada a mí y con los ojos cerrados"

" Cuanto misterio ¿no?"

" Es la diferencia entre un día cualquiera y uno con un plan especial" -Rió.

Me giré pegada a él, justo como me había pedido, alzó mi cara para besarme de forma intensa, lamiendo mis labios, succionándolos, buscando mi lengua para jugar con ella, y yo perdida en aquel beso sólo volví a la realidad cuando noté cómo su mano entró por dentro de mi falda… buscó pasar por debajo de mi tanga y sentí como unas bolas chinas me eran introducidas dentro con muy poca resistencia por mi parte.

Mmmm…- me sorprendí

Sacó los dedos de mi interior y me los dio a lamer… a fé que lo hice, como si fueran su miembro lo que tuviera entre los labios, los disfruté como al dulce más preciado, exactamente como lo que eran, parte de una fantasía que se estaba haciendo realidad por momentos.

Abre los ojos – susurró casi sin despegar sus labios de los míos.

Los abrí, y por fin veía de nuevo su rostro, como si fuera algo familiar y deseado que hubiera estado lejos durante años. Sus ojos marrones seguían an brillantes como los recordaba, con ésa expresión traviesa, llenos de vida, y me observaban con ése descaro que tanto me excitaba.

¿Quieres cenar algo?

Nos dirigimos a un bar cercano, ya no recuerdo lo que pedimos, creo que eran tapas típicas, y mientras veíamos la gente apelotonada en la barra, un par de camareros iban y venían entre las mesas y Dan encontraba una diversión inmensa en hacerme cosquillas para que me moviera sabiendo que las bolas chinas se movían dentro de mí al compás. Las copas, el movimiento de las bolas chinas, la risa y la humedad intensa que sentía cada vez que entre líneas, alguna frase hacía referencia a lo que aún nos esperaba.

Seguro que tienes ganas de ir al baño – Dan mientras me decía esto pasaba un dedo por encima de mi pezón derecho.

Pues….- no entendía la frase bien

Vé, y no te olvides del bolso, ahí encontrarás algo y seguro que sabes que hacer con ello. – Sonrió con malicia

Me levanté sonrojada, me dio una palmada en el culo según lo hice y mientras iba al baño con el bolso en la mano me preguntaba que sería lo que tramaba, no podía esperar a meter la mano en el bolso y saber que era aquella "sorpresa" pero estaba envuelto para que a primera vista no pudiera averiguarlo, me sentía turbada, él siempre lograba hacerme sentir así. Lo desenvolví a toda prisa mientras cerraba la puerta del baño, me imaginaba lo que podría ser.. era un consolador de un palmo de largo, grueso y llevaba pilas puestas aunque no tenía ningún interruptor para activarse… Dan no había dicho nada acerca de sacar las bolas chinas, de modo que lamí el consolador con mimo y me lo introduje por detrás. Él sabía que me encantaba que me lo hicieran por detrás… aunque esto era algo… diferente, sentirme desde tan pronto en la noche ya penetrada por mis dos agujeros

Mis manos no pudieron resistirse, mi cuerpo temblaba de ganas… acaricié mis pechos, pellizqué mis pechones para después seguir con la mano izquierda, mientras la derecha se hundía entre mis labios mayores, mmmMMmm, necesitaba frotar fuerte mi clítoris, y liberar toda aquella energía retenida, toda esa excitación que me tenían tan, tan sensible, sentada sobre la taza del water apretaba y relajaba mi esfínter para sentir salir y entrar el consolador que me había regalado, mientras subía el ritmo de las caricias sobre mis pechos y mi sexo… " Dan… esto lo haré también delante de ti.. y seguro que te mueres de ganas de verme.. y yo de que me mires mientras lo hago" noté el calor invadir todo mi cuerpo, imaginé por un momento cómo llegaba el instante más álgido como si fuera el descorchar una botella de cava, notaba mi culo lleno, mi clítoris arder y mis pechos siendo magreados con fuerza… Ah.. aaahhh.. aaaAAAhhhh… "uff, espero que Dan no me esté echando mucho de menos" – pensé.- " Realmente… me muero de ganas de ver qué ideas tiene para esta noche… uffff"

Sólo era el principio

(Continuara…)