Reencontrándome con un viejo amor.

Hola ;) pues tenia algunos años sin escribir nada, espero que les guste esta historia. Un abrazo y disfruten de mi relato.

Reencontrándome con un viejo amor.

Hola , antes que nada empezare por presentarme  me llamo Alejandro   tengo 29 años soy de México. En lo físico me podría describir como un hombre guapo y atractivo,  mido 1.72 complexión normal, tez blanca, peludito de  ojos muy negros algunos dicen que mi mirada expresa ternura y algo de tristeza.

Desde que era niño, me supe muy distinto a los demás, mientras que los demás niños morían por tener juguetes de acción o autos de carreras o patear una pelota, yo era un chico solitario que le gustaba cantar y bailar salir con mis amigos que en su mayoría eran chicas, siempre me lleve muy bien con el sexo opuesto.

Mis padres se esforzaban porque fuera más sociable menos mimado, hasta el día de hoy puedo intuir que ellos sabían muy bien que me gustaban los chicos, pero como hijo único que era se hacían los desentendidos  y solo trataban de amarme y complacer cualquier absurdo capricho que tuviera.

Mi pasado.

Ya siendo todo un adolescente aun me gustaba hacer mis berrinches y lloriqueos cuando algo no me gustaba, en especial mi nuevo colegio que no me adaptaba.

-papito sácame de ese colegio, lo odio-  se lo suplicaba cada vez que me iba mal o que tenia que asistir a clases de deporte.

-Cachorrito ya te hemos cambiado como 2 veces de colegio, tienes que terminar la escuela- perooooo papiiii, entiéndeme no me quieren en esa escuela hasta envidia me tienen.

-Ese capricho no te lo voy a cumplir, se fuerte cielo, ya te queda muy poco para terminar.

Mis pucheros y suplicas no tenían efecto,  trate de llorar pero consideraba una batalla perdida, tendría que hacer lo que me dice, soportar y soportar ese maldito colegio.

La clase de deportes de mi colegio, eran un verdadero fastidio, esos  lunes y miércoles  en los que debía tener los huevos para  enfrentarme a  las burlas de mis compañeros  hasta  del mismo maestro.  Mi gran pecado, el simple hecho de no tener un carajo de idea de cómo  patear un maldito balón de fut, esta de más decir que yo no fui hecho para ser un deportista.

-          Mueva las malditas piernas,  no este lloriqueando, con un carajo pórtese  como hombre  -  Gritaba a todo pulmón  el furioso el maestro de deportes.

Esto puede ser el típico escenario de  un adolescente común, pero yo no lo veía desde esa perspectiva, en ese momento me caracterizaba por ser muy tímido, reservado y porque no reconocerlo un llorón que soltaba la lágrima a la menor provocación.   Esto enfurecía a mis maestros.

Estaba bañado en sudor, agotado  corría por el balón  y claro haciendo tiempo  hasta que sonara  el maldito timbre, ya quería  acabar  esta agonía, estaba concentrado en no fallecer en el intento.

-          ¿Por qué no te vas a jugar con las niñas?   antes de poder reaccionar recibí un puñetazo en mí estomago que me dejo sin aire.

Como siempre era Ricardo, ese monstruo  corpulento que no me dejaba ni a sol ni sombra,  le molestaba el hecho de que yo respirara cerca de él,  ya estaba  acostumbrado a  sus agresiones.   Pero  a pesar de que lo odiaba, ese tipo me causaba un morbo tremendo,  su piel morena, sus peludas piernas  y claro ese abultado paquete, Dios ese maldito cabron era mi fantasía, como deseaba oler sus huevos, tocarlo y tenerlo para mí. Por fin llego la hora de salida, me encontraba  aliviado por llegar a mi casa y olvidarme de mis compañeros  y de todo.

Ya en la tranquilidad de mi casa…

-          Osito,  como te fue  en la escuela? -   mi madre tenía esa mala costumbre, aun me veía como un niño y odiaba que me llamara osito, pero bueno así son las madres.

-          Madre como me jode que me llames así,  menos mal que no te han escuchado unos de mis compañeros, sería el hazme reír. – no seas gruñón amor sabes que eres mi osito hermoso, ven a darle un beso a tu pobre madre.

-          Maaaaa no me abrases, me sofocas-  me desprendí con desagrado del asfixiante abrazo.

-          Ya nos vamos, tu padre decidió adelantar el viaje, mi amor no quiero dejarte- No te preocupes maa, me las voy a arreglar muy bien, que tengan buen viaje.

Así sin sobre saltos mis padres se fueron, por fin se fueron, solamente tuve que aguantar la típica cantaleta de recomendaciones, números etc.  Estaba mas que feliz porque tendría la casa para mi solo, mmm bueno tendría que compartir mi soledad con la señora que hace la comida y limpieza.

Al día siguiente me levante muy tarde, casi corriendo a meterme a la ducha y en segundos ya estaba vestido, recordé que tenia examen de química no podía llegar tarde a la clase.

En el colegio...

-          Malditooo futbol,  que manía carajo, si saben que no se jugarlo, porque no me mandan a la puta banca.

Seguía Quejándome  en voz alta, porque pensaba que estaba solo, mientras me lavaba o al menos intentaba lavarme la pierna.

-          Putito acá estas-  era Ricardo con un semblante de pocos amigos.

-            no seas tan marica si apenas tienes un rasponsito- me veía de otra forma, normalmente estaba acostumbrado al golpe y después la burla.

-          Ricardo ya bájale, déjame en paz, vete a molestar a otro idiota como tu- después de decirle eso, me entro el pánico, esperaba una represalia o al menos un buen golpe por mi insolencia.

Pero solo se reía, yo estaba temeroso de su presencia  pero  no podía dejar de notar que el cabron  tenía una erección, un buen bulto en su pantaloncillo de deporte, que ganas de incarme  comérsela  y devorarle los huevos mmm todo, ese cabron  me calentaba y mucho.

-          Te mandan llamar de la dirección,  el orientador ocupa hablar contigo.  Su voz me saco de mi enseño de lujuria, no alcanzaba a entender que me decía.

-          Que no entiendes? -jeje  putito además de malo para el fut, hasta idiota eres.

-          Que te llaman de orientación escolar, ve rápido.

Me dispuse a secarme, pero el seguía observando cada cosa que hacia, de vez en cuando volteaba a ver, el seguía ahí al pendiente de lo que hacia.

-Que me ves? – me atreví a cuestionarlo, la verdad me incomodaba que siguiera ahí, observándome.

-Solo me gusta verte y debo reconocer que lo que veo me gusta, te encuentro  mas cambiado, te pusiste muy chulo (guapo, bonito).

Me dejo pasmado, nunca hubiera esperado esas palabras de una persona como Ricardo, hasta ese momento lo consideraba un animal tosco, homofóbico y  algo violento.

Por fin ya estaba listo y en condiciones para ir con el orientador,  como un acto de reflejo quise buscar a Ricardo pero no se en qué momento  lo perdí de vista. Bueno es mejor así, su  sola presencia me incomodaba y sabrá que cosas estará planeando el cabron, de algo estoy muy seguro  que Ricardo es un individuo muy inestable.

Caminaba lentamente, pensando  en mi, en las palabras que me dijo Ricardo pero trataba de olvidarlo restarle importancia, ahorita solo debo  concentrarme en mantenerme despierto y  mentalizarme  a soportar otro aburrido sermón o consejo de pacotilla del Sr Ortega.  Ese viejo detestable con aliento de dragón, que asco me producía ese  regordete orientador, varias ocasiones habíamos charlado siempre tenia que aguantar mis  bostezos,  su voz era como la anestesia en altas dosis, pero bueno es mejor terminar con esto.

Entre a la oficina buscando al orientador, a lo lejos pude ver al director conversando en voz baja con el Sr Ortega, en ese momento sentí una punzada en el estomago, algo parecido  al miedo o como cuando te esperas al castigo por hacer una travesura, pues esa sensación tuve.

-Dios que desgracia,  como fue ?....   pobre chico- alcance a escuchar a una secretaria de esa oficina.

Cuando me acercaba se callaron de repente  solo me veían, por más tonto que fuera capte al instante que pasaba.

-Que paso? – no pude controlarme llorando con histeria, gritándole al orientador yo quería saber  que pasaba con mis padres, intuía que eran mis papas, mis viejos.

-Vendrá por ti, tu tía Carlota-  Dios, la última vez que la vi fue cuando nos dio la mala noticia del suicidio de mi primo,  ella solo aparecía para dar muy malas noticias.

Mientras me rompía la cabeza pensando si era eso o solo mi cabeza me jugaba  una muy mala pasada, noto la presencia de mi tía, mis piernas temblaban, mi corazón latía con tanta fuerza que siento que sale por mi boca, Dios mioooo.

-Mi vida, no sé cómo decirte esto- soltó el llanto, me abrazo tan fuerte que casi no me dejaba respirar-  tienes que ser fuerte…

No necesitaba detalles ya lo sabía todo,  solo quería despertarme de esa horrible pesadilla, aun creía y tenia la esperanza de que mi madre me despertaría como cada mañana con un tierno beso en mi frente, esa era la forma en que me desperezaba de mala gana, pero eso ya no pasara. En ese instante como ráfaga llega a mi mente  la imagen de mi madre  acercándose a besarme, pero me le escape, solo con un seco adiós, así  la despedí.

Como  es cruel la vida, pues esa  seria la ultima vez que la vería con vida, seria la ultima oportunidad de sentir sus abrazos cálidos, sus palabras de aliento, su amor a manos llenas. Aun con el pasar de los años no dejo de pensar un solo minuto en mis viejos.

Mi tía Carlota se hizo cargo del funeral , algo que no me sorprendió  pues ella ya tenia mas que experiencia en ese rubro, pero es algo que le agradecí mucho ya que no me encontraba mentalmente capacitado,  yo un simple adolescente que de la noche a la mañana  me encontraba absolutamente perdón la palabra muy jodido (deprimido, shockeado).

Esa noche fue muy larga y dolorosa  pero  a pesar de todo,  sentí el cobijo de mis tíos, primos y amigos de la familia.  Quería llorar pero me cohibía la gente, me abrumaba  las típicas frases lo siento muchoya están con Dios  en un momento me sentí  asfixiado quería estar solo, entonces  me largue de esa funeraria, quería respirar otro aire.

-Hola, como estas?- era  Ricardo, con un semblante  serio.

-          Qué carajo haces acá  Ricardo?  acaso vienes a reírte de mi desgracia  maldita sea dame un puto respiro,  sabes?  esto no es la maldita escuela- le miraba con desprecio y asco.

-          Solo mmm ahhh vengoo -  largateeee de aquí  tu eres la persona que menos quiero ver en estos momentos- le gritaba con todo la fuerza que me quedaba.

-          Con un carajo déjame hablar, no vengo a molestarte solo te pido que me escuches,  solo vengo a acompañarte en estos momentos, yo se lo que es perder a los padres, mi madre murió de cáncer hace 4 años.

Guarde silencio, pero al tenerlo tan cerca de mi sentí una punzada en mi estomago, se me puso dura al verlo, ese cabron tenia ese efecto en mi.  Me sentía confundido y caliente pero este no era el momento ni el lugar para estar pensando en sexo.

Sin darme cuenta lo tenía sentado cerca de mí, podía sentir su calor. No se pero me sentí reconfortado al tenerlo pero ya era hora de volver,  me levante de esa banca pensando en que palabras decir, nada se me ocurría,  yo solo quería pasar mi lengua por todo su cuerpo, besarlo y claro descubrir su abultado paquete,  diablos  que estoy pensando.

Esa noche y al día de enterrar a mis padres Ricardo no se me despego ni  un solo minuto me hacia sentir  protegido.  Pero aun sentía toda esta situación como un  sueño  bizarro del que quería despertar.  A los meses siguientes me vino un bajón tremendo, aun no asimilaba que estaba solo si solo a pesar de tener a mi tía Carlota levantándome el animo, consintiendo cualquier capricho que tuviera, pero no es lo mismo, quería a mis padres lloraba por ellos todas las noches, en el día  ya en la escuela era un desastre no me concentraba en nada yo solo quería dormir perderme de todo, pues dormir me hacia sentir un poco mejor  no pensaba no sentía ese dolor en el pecho.

En la escuela iba de mal en peor sobre todo en matemáticas una materia de la que estaba perdido y muy desconectado. Miraba con detenimiento mi examen un 2.5 gigante  de color rojo, claro siempre acompañado  de las infaltables  cruses y anotaciones.

-Mierda lo que me faltaba, que se vaya al carajo la escuela y ese puto maestro. Recogí mis cuadernos mis cosas y di por terminado el día, me iba a dormir a mi casa.

-Esperaaaa, no te vayas.- Ricardo gritándome con toda fuerza.

Al verlo seguí de largo ya me tenia fastidiado pues últimamente  no me lo quitaba de encima,  mucho tiempo atrás hubiera sido un sueño que eso me estuviera pasando, pero  ya ni el ni nadie me importaba, solo quería refugiarme en mi cama dormir no pensar en esta mierda de vida.

Cuando estaba a punto de cruzar la puerta principal  siento un fuerte jalón era Ricardo una expresión de furia,  veía sus ojos encendidos.

-deja de actuar como un puto cobarde, reacciona por Dios, estas tirando todo a la borda,  ya deja de esa pose de niñita sufrida MADURAAA….

-peero es difícil entiéndeme.-  esa fue mi patética excusa.

-Cállate y vuelva al salón,  ni una sola palabra no quiero escucharte lloriquear. Visiblemente molesto me obligo a volver a clases, me resigne y casi en automático ya estaba sentado al final del grupo.

  • Chicos quiero que formen equipos de dos personas,- Gritaba con fuerza  el pobre maestro que nunca lograba el dominio de sus alumnos.

-  ENTONCES YO FORMARE LOS EQUIPOS.- dijo el maestro sin mucha convicción.

Los gritos y reclamos  no tardaron en aparecer, entre ese bullicio aproveche a fugarme  pero antes de ir a casa debía mear (orina.

Al estar meando muy ricamente me puse a pensar en mi vida, mas bien el rumbo debía tomar,  pero para eso tengo que hacer muchos cambios bueno lo primero será tratar de recuperar en mis calificaciones  mis papas no estarían muy orgullosos de verme fracasar.

Bobeando en mis propios pensamientos   tarareaba una canción mientras me veía al espejo,  seguía  arreglándome y disfrutando de verme,  esa costumbre no podía quitármela pues  a veces en la intimidad del que era mi hogar  me gustaba desnudarme  tocarme frente al espejo, en ocasiones  quería ver mi culo respingón   incluso me gustaba meterme un dedo, que rico sentía imaginando que un hombre estaría abriéndome y haciéndome suyo.

Una  fuerte carcajada me trajo a la realidad,  era ese cabron de Ricardo,  sentía mi cara arder de la vergüenza, como demonios  se metió al baño, según yo estaba solo.

-No cabe duda que eres un gran marica de primera,  no te preocupes eso yo siempre lo he sabido.- se acercaba a mi, con  su clásica sonrisa picara,  inconscientemente  vi su paquete bastante abultado, casi se formaba una carpa.

-Que estas viendo marica?

-Nada,  ya déjame en paz.-  tome mi mochila para retirarme de ese baño, no quería estar cerca de él, solo quería huir de ahí.

Inmediatamente me tapo la salida poniéndose enfrente, su presencia me imponía.

-  Putito de aquí no te vas hasta que yo lo diga, te advierto que si abres el  puto pico juro que te voy a madrear (moler a golpes)

Aquel torote fornido se me acerco,  al ver su semblante serio  no pude evitar el sentir  un escalofrió.

Yo esperaba un golpe pero  me tomo de las caderas obligándome  a acercarme más a él,  sin más estaba pegado a su cuerpo, podía  escuchar su respiración, sentía su olor un poco a sudor pero me gustaba. Hubo un instante que solo me abrazaba, me sentía reconfortado y protegido de todo.

Me separo de sus fuertes brazos, solo me veía con esos ojos tan profundos.

-Bebe  no aguanto mas, quiero comerte tu boquita.

-No esperaaaaa.   No tuve tiempo a reaccionar cuando ya sentía sus labios, en un  principio fue un beso tierno pero  no tardamos en comernos, saborear  nuestros labios,  el jugueteo de nuestras lenguas, Dios que rica sensación.

  • que rico estas bb.  Me lo decía sin dejar de tocarme,  sus manos jugaban con mi espalda mis nalgas, mi pecho.

  • Desde el primer momento que te vi,  no se explicarte pero no dejo de pensar en ti, se que te he jodido y humillado pero entiéndeme no es fácil mi vida y encima sentir algo por un chico.

  • Ya no digas más Ricardo, bésame.

Me sentí en las nubes con su confesión,  yo solo quería besarlo hacerlo feliz.

Estábamos  besándonos muy fogosamente, cuando se escuchaba pasos cerca del baño,  Ricardo inmediatamente se despego de mi.

-Acomódate la ropa.  Me lo dijo visiblemente nervioso.

Con algo de desgano me peine y me arregle un poco, pensaba que a Ricardo le importaba mucho  el que dirán.

-          Listo?

-          Si ya puedes abrir la puta puerta mmm.

-          No te enojes bebe  podrían  vernos, comprende.

Planeaba irme mas temprano  pero  Ricardo me obligo a quedarme,  y eso hice.  Ya cuando acabo la ultima clase ya en la salida de la escuela yo esperaba a mi tía que viniera por mí.

Fue un día de muchas emociones realmente estaba agotado, solo quería llegar a  casa, lo malo era que mi tía me hacia esperar demasiado, que putada puff,  pero gracias a Ernesto un compañero de clase  el tiempo se me paso volando, era muy cómico.

Ya cuando me despedía de Ernesto,  sentí  que no estaba solo.

-Que carajos hacías con ese idiota. Me reprochaba Ricardo.

-Estoy cansado para estar escuchándote, además porque me dejaste solo.  Le grite armándome de valor.

  • A mi no me hablas así.  Se acerco el torote con cara de pocos amigos, quería intimidarme.

-Que?   Acaso vas a golpearme.  Se lo dije de mala gana, ya sin temor a sus represalias.

-Putito  no me hagas enfadar, no sabes de lo que soy capaz.

  • No te tengo miedo. Lo retaba pero si tenia algo de temor en su amenaza.

  • ahhhh ahora los patos le tiran a las escopetas jeje.

-Ya bb no quiero que estemos agarrados-  Te hago compañía en lo que vienen por ti, te parece ?

  • Si me agradaría – Le conteste con la mejor de mis sonrisas.

No quise hacer drama, me gustaba cuando era cariñoso conmigo,  y para que negarlo Ricardo ocupaba  todos mis pensamientos.

Por fin llego mi tía, yo ya me disponía a irme pero Ricardo se presento ante mi tía como mi mejor amigo bueno el único.  Mi tía se alegro bastante tanto que lo invito a comer con nosotros.

-Tía  no creo que Ricardo pueda, no lo comprometas, el de seguro que tiene otras cosas que hacer.

  • No seas grosero cariño,  no se hable mas.

-Gracias señora, con mucho gusto  acepto su amable invitación.

Trate por todos los medios para evitar que Ricardo estuviera conmigo esa tarde pero fracase.  Me gustaba mucho su compañía pero algo en mí decía:  CUIDADO, NO ES DE FIAR ….

RICARDO

Este es mi momento para estar con el.  Pero no lo entiendo,  porque este carajito se hace de rogar, a leguas se ve que lo tengo loquito, me come con la mirada lo tengo en mis manos, pero me importa un carajo me tiene caliente y quiero comérmelo.

Ya en el camino hacia la casa de su tía, no me pude resistir y aprovechando que la señora Carlota esta conduciendo y muy al pendiente del trafico,  me anime a tocarle las piernas a mi tierno putito,  se asusto pero igual me dejo tocarlo, para mi fue  una luz verde para hacer con él lo que mis huevos quieren. Total el ya es mío.

-          Aquí no, basta Ricardo, ya déjame. -  Se quejaba mi putito.

Pero  yo sabia que lo decía sin mucho convencimiento jeje,  mis manos seguían acariciándolo en un instante en que  la tía carlota estaba por el móvil me aventure a tomar su mano y ponerla en mi  paquete, que ya en este punto parecía una carpa.

No se asusto, al contrario estaba tocándomelo  maravillado con mi tamaño.  Le susurre en su oído que me encantaría que me la chupara,  mi bb se puso rojito como tomate pero no se escandalizo,  por fin  va a ser mio solo es cuestión de llegar a su casa, ya no aguanto…

Continuara……

Agradeceré mucho  todos sus comentarios, valoraciones  J  si gustan pueden escribirme a:

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