Reemplazada, un relato de Cuckquean (parte 2)

Cuidado con lo que deseas que puede convertirse en realidad.

Nota del autor: Esta es una serie de tres relato. Recomiendo la lectura de la primera parte antes de continuar con éste. Me cuesta mucho escribir, así que si te ha gustado te agradezco que pierdas al menos cinco minutos en comentarlo.

Que lo disfruteis.....

Ya hacía casi un mes de que mi exmarido y yo nos habíamos divorciado, y que había firmado mi contrato de criada interna.

La excitación inicial había pasado a una rutina diaria llena de duro trabajo supervisado por el Ama de llaves Ana.

A golpes de disciplina física había aprendido a hacer todas las tareas del hogar, tareas de las que antes me despreocupa.

Me estaba acostumbrando a buscar la perfección y a anticiparme a los deseos de mi señor y de Ama Ana.

Diariamente y antes de acabar su jornada, Ama Ana me hacía arrodillarme con mi frente pegada al suelo, levantaba mi vestido, bajaba mis bragas y me golpeaba con una caña de bambú en función de cómo hubiera servido ese día.

Ama Ana era severa con los castigos, pero justa. Ella supongo que también se había acostumbrado a que su ex señora fuera ahora su sumisa.

Después de cada disciplina, debía agradecérsela, y según el ritual que impuso mi exesposo, tenía que besarle la mano, el bajo de la falda y el pie.

Hoy después de hacerlo me dijo algo que me dejó un poco intrigada: cielo, estoy muy orgullosa de ti: hoy has cometido muy pocas faltas y creo que te estás convirtiendo en una gran sirvienta. Sin duda estás preparada para recibir a tu nueva Ama, y sin más se fue.

Ahora mismo me encuentro descansando en la soledad de la habitación de servicio. Mi ex marido por lo visto llevaba una semana de viaje. Y digo por lo visto, porque ya no comparte sus planes conmigo.

Según me indicó doña Ana, cuando no esté sirviendo no tengo derecho a deambular por el resto de la casa, a excepción de mi habitación (que tenía un pequeño cuarto de baño adosado de servicio), la cocina y el cuarto de la lavadora.

De hecho las indicaciones más precisas es que no podía ni sentarme en ninguno de los muebles, debía permanecer de pie, en silencio, y sin mirar a las personas a las que sirvo. Prácticamente me debía comportar como un fantasma. Nunca podría preguntar, ni cuestionar. Además y pese a que ella nunca lo hizo conmigo, me dijo que tendría que realizar con fluidez la genuflexión "curtsy en inglés" con las personas que no sean del servicio.

Yo ahora gozaba de cierto tiempo de reflexión, aunque tendría que estar atenta a abrir la puerta si alguien llamaba. Tardar demasiado o desatenderla equivaldría a más castigos con la vara.

No obstante esa labor era sencilla, porque no tenía otra distracción, y me solía concentrar en los zapatos de las personas que se dirigían a la entrada de la casa, puesto que como dije, mis ventanas estaban a ese nivel, reflejo de mi posición actual en la casa.

El sonido de unos tacones rompió el silencio de aquella tarde, puesto que una persona se dirigía hacia aquí.

Sabía perfectamente a quién pertenecían esos zapatos fucsias de cóctel… ¡Eran de mi amiga Stefania!. Yo misma la acompañé a la boutique el día que se los compró.

Me apresure a subir las escaleras cuando sonó el timbre de la puerta. Abrí muerta de vergüenza sin poder mirarla a la cara.

¿Yolanda?

Pase señora Stefania, le dije sumisamente.

¿Y no me tienes que hacer una reverencia o algo así?.

En ese momento supuse que estaba un poco al tanto de la situación, baje de nuevo la mirada y doble la rodilla ante mi amiga.

Jejeje qué graciosa, me musitó.

Acompañé a Stefania al sofá, y le serví un poco de vino blanco, mientras yo permanecía de pie con la mirada baja como se me había ordenado.

Verás Yolanda… perdón quise decir Yoli: te llamé durante varios días al móvil, pero no me lo cogías. Finalmente contestó Jorge, y me dijo que ese móvil ya no te pertenecía, y me contó lo sucedido.

¡¡ Tía qué fuerte !!, hasta que no te he visto no me lo he creído. También me ha dicho Jorge que te ha dejado tan en pelotas en el acuerdo de divorcio que realmente necesitas este trabajo para vivir y el techo para alojarte.

En efecto señora Stefania, este es mi trabajo ahora.

La verdad es que es una suerte según esta el barrio. A mi criada Gracia ya la conoces, es demasiado joven, demasiado orgullosa, sirve con desdén y no es muy buena con los niños, parece que le moleste cambiar pañales (Stefania tenía gemelos pequeños pero jamás había cambiado un pañal, se lo encomendaba a la chacha). El contar con alguien de confianza como tú, de vocación y servicial es una gran ventaja.

No podía creer lo que estaba escuchando. Normalmente era normal que las señoras tentasen a las criadas de otras señoras para robárselas. Stefania me estaba tratando como una criada más del barrio. La persona que hasta hace unas semanas era mi mejor amiga, compañera de anécdotas y risas, pretendía ahora que estuviera a su servicio. Fue psicológicamente muy humillante para mí.

Verás: por lo visto Jorge está de vacaciones con su nueva novia Carolina, una chica que trabaja en el buffete. Mi criada Gracia libra este fin de semana, y yo necesito una doncella que dé de cenar, y acueste a mis hijos, puesto que quiero ir a cenar con mi marido. Ya que tú no estabas ocupada le pedí permiso para disponer de ti esta noche, y me dijo que sin problema, que dispusiera de ti como si fuera el mismo.

Recibí una doble puñalada, por un lado me enteré que mi exmarido tenía nueva novia y yo probablemente nueva Ama, y por otro lado finalmente tendría que servir a Stefania, lo había ordenado mi Amo y yo no podía decir que no.

Stefania era muy pija, perfeccionista y exigente y yo probablemente no lo pasaría bien, sumado al hecho de que era mi examiga.

¿Algún problema Yoli?.

En absoluto señora.

Bien pues te espero en mi casa a las 8. Se puntual. Y diciendo esto se levantó y se fue.

Me descolocó bastante la situación, pero pensándolo en frío, Stefania vivía al final de la calle, y yo tendría que salir al barrio así vestida, puesto que no quitarme nunca el uniforme fueron una de las primeras normas que se me impusieron. "Tu lo has deseado y lo deberás lucir con orgullo" fueron las palabras lapidarias que dijo mi exmarido.

Al llegar la hora salí de casa apresuradamente intentando ocultarme con miedo a que alguien de la urbanización me reconociera de uniforme de servicio. Aunque conociendo a Stefania era cuestión de tiempo que más señoras se enterasen y mi situación fuera pública en el club social.

Finalmente me paré frente a la casa de Stefania y toque el timbre, con muchas ganas de acceder al interior.

Ella tardó enormidad de tiempo en abrir, exagerado aunque Gracia no estuviera. Creo que lo estaba haciendo a propósito para humillarme delante de todo el barrio. Finalmente abrió, elegantemente vestida para salir de fiesta, con unos elegantes zapatos negros de tacón que se ponía para ocasiones especiales.

Ya estoy aquí señora.

¿No se te olvida nada?, Dijo dando golpecitos con el pie en el suelo, en señal de impaciencia.

Perdón señora, dije comprendiendo mi error, y volviendo a doblar la rodilla para mi amiga frente a su puerta, expuesta a cualquier mirón.

Ya llevas dos faltas que serán notificadas para que recibas los correspondientes azotes, criada. Quiero dejar claro una cosa: que hayamos sido amigas en el pasado no puede ser excusa para que te relajes de tus obligaciones como sirvienta para conmigo. Yo no he tenido la culpa de lo que te ha pasado, nadie la tuvo, así que tienes que ser consecuente con tu situación actual, y espero que esta noche te comportes como es debido.

Lo siento señora no volverá a pasar, contesté. En el fondo tenía razón, era ella una señora y yo esa noche era su criada.

Finalmente hice la labor encomendada, los gemelos eran mis ahijados, puesto que yo había sido la madrina en el bautizo. Les dí de cenar, los bañé y los acosté.

Mientras tanto me encargue de recoger y de dejar todo bien aseado para que Stefania no añadiese más azotes a mi lista de castigos.

Finalmente ellos regresaron entrada la madrugada un poco cachondos, me recordaba a mí y a mí exmarido la noche que comenzó toda esta aventura.

La esperé en la puerta con sus zapatillas de andar por casa. Yo sabía que ella no aguantaba muchos de esos tacones, detalle que le gustó.

Stefania observó todas las tareas con atención y me felicitó. Es impresionante Yoli que bien se te dan las tareas domésticas, Ana te ha entrenado muy bien.

Me lo tomé como un cumplido y sonreí orgullosa, porque ella no sabía ni freír un huevo, no obstante la siguiente frase borró la sonrisa de mis labios.

Por cierto tu marido también nos dio su permiso para que nos asistas en el dormitorio, y voy a necesitar tu ayuda para que se le empine a mi marido, porque ha bebido demasiado y yo necesito un buen polvo.

Ya en el dormitorio desnude a su marido y empecé a hacerle una paja con la mano sin mucho éxito.

Andrés ; ¿Porque no pruebas con la boca?. Pero sin meter dientes, no hagas como mi mujer.

Tratándome mi orgullo, y más cosas, me metí la polla del amigo de mi exmarido en la boca. Esta vez sí funcionó, puesto que estaba creciendo por momentos en mi boca y ya llegaba garganta abajo, mientras él tiraba de mi pelo hacia su miembro.

¿Ves Stefania aprende cómo se hace?, a ver si aprendes.

Mi amiga estaba observando todo espatarrada acariciándose el clítoris.

Ven aquí criada, yo también necesito que me lamas, que estoy un poco seca.

Dicho esto, me metí entre las piernas de Stefania, y le comí el coño con pasión.

Stefania: me daba un poco de vergüenza porque lo tengo un poco desarreglado… pelitos ...ya sabes, un poco sudado, y no sé si me he limpiado bien la última vez que fui al servicio, pero contigo me siento relajada, porque eres casi de la familia.

Y todo esto me lo dijo la muy guarra mientras la estaba llevando al primer orgasmo y yo también me estaba poniendo muy cachonda.

Después de esto su marido me apartó con brusquedad y le metió toda la polla en su coño lubricado con mis babas, “como se hace el amor a las señoras recordé. Me corrí solo de pensarlo y de verla follar con su marido, aunque trate de ocultarlo.

No tardó en correrse él también. Yo para congraciarme me ofrecí sumisamente a limpiarle la polla y los huevos de nuevo ante la atenta mirada de Stefania.

Al terminar ella me dijo abriéndose piernas: no te olvides de mi, quiero ver cómo me dejas bien limpita y te comes toda la corrida de mi coño.

Volví a lamer el coño de mi examiga tragándome hasta la última gota de semen y llevándola a un nuevo orgasmo.

Los tres caímos extenuados. Yo disfruté como cuando hacíamos algún trío con Jorge, pero de nuevo Stefania me llevó a la realidad.

Dios Yoli esto es increíble, una cosa es tener criada, pero tanta sumisión es insuperable. Insisto, si algún día Jorge o Carolina se cansan de ti, te ruego que pienses en mí como Ama. Mientras tanto quizás le volvamos a pedir permiso a tu ex.

Esta noche puedes quedarte a dormir en el cuarto de Gracia, allí está el vigilabebés por si los niños te necesitan. Me has dejado tan relajada que creo que voy a dormir como un tronco. Mañana mi marido cuando se vaya a trabajar, te acercará en coche a tu excasa.

Ten cuidado con él, está entusiasmado pensando en la posibilidad de hacerte la colita, ya sabes cómo son los maridos, siempre queriendo follarse a las criadas.

¿Se puede caer más bajo?.. quizás si…

(Continuará)