Reeducación de la esposa (3 de 4)
Transformación de la escultural esposa de un potentado a su sumisa esclava en tres fases. Fase 3 Romper psicológicamente a la esclava
Fase 3 -Romper sicológicamente a la esclava
El sábado al mediodía me acerqué a casa de Manuel con mis dos esclavas y le dije.
- Coge la cartera que me invitas a comer, dejemos que las chicas se encarguen de todo.
- ¿No me va a decir que tienes previsto para hoy?
- No, así la sorpresa será mayor.
Pasamos toda la tarde por ahí hasta que le dije.
- Vamos, a las siete tenemos que estar en tu casa.
Al llegar a casa la sorpresa de Manuel fue mayúscula ya que en el amplísimo jardín se encontraban dos amigas de Svet.
Marina que era una conocida de Svet con la que había hecho bastante amistad debido a que ambas son de origen ruso aunque Svet siempre la había considerado bastante inferior porque ella tiene que trabajar de cajera en un super para poder subsistir.
Y Yolanda que supuestamente era amiga de Svet pero habían tenido varios encontronazos por intentar ser la más popular del gallinero. Entre ellas se había instalado una gran rivalidad y creo que por parte de Yolanda bastante rencor.
- Pero ¿cómo has sabido a quien invitar?
- Mis chicas han estado indagando. Sutilmente te han preguntado a ti y a Svet para ver quiénes eran importantes en su vida por un motivo u otro.
- Y porque estas dos ¿cómo decirlo sin ofender? ZORRAS. Marina tan solo se ha pegado a Svet por el interés, la sablea todo lo que puede. Además tiene un profundo complejo de inferioridad con respecto a Svet porque ni es tan guapa ni tan culta como ella ni por supuesto tan rica, es una cenicienta acomplejada. Y qué decir de Yolanda si pudiera borraría a mi mujer de mapa. Antes era la dueña del gallinero todos le reíamos las gracias y era la más atractiva, pero cuando llegó Svet la eclipsó y Yolanda desde entonces se ha sentido profundamente humillada.
- Sabía que eran las chicas ideales – respondo con una sonrisa- hoy vamos a romper la autoestima de Svet, se va a rebajar delante de una chiquilla de 20 años como Marina que desde su punto de vista es una fracasada porque no es especialmente bonita ni lista y tiene que trabajar en un empleo sin cualificación y delante de su archienemiga Yolanda.
- O sea que de eso va hoy. De humillar a Svet.
- Bueno va a ser algo más que una humillación, su autoestima después de rebajarse delante de estas dos mujeres quedará tan destruida que asumirá como algo normal ser tu esclava. Esta es la tercera pata del taburete, la habremos roto sexual, física y emocionalmente. A partir de ese momento podrás reconstruir a Svet como la esclava que quieras. Pero no hagamos esperar más a las invitadas –le apremio empujándolo hacia la zona del jardín donde nos esperan las invitadas con un cocktail.
- Marina, Yolanda que agradable teneros en casa –se dirige Manuel a las invitadas- este es Juan –me presenta.
- Encantado de conoceros –les saludo.
- ¿Y Svet? –interroga Yolanda a Manuel.
La casa de Manuel es bastante señorial y como el porche tiene una escalera muy adecuada para hacer recepciones no he podido evitar un poco de melodrama para la presentación de la nueva Svet en sociedad.
En lo alto de la escalera aparece Svet a cuatro patas, como la perrita que es. Prácticamente está desnuda, tan solo lleva unos altísimos stilettos con un tacón de 15 cm que estilizan sus interminables piernas y unas medias de rejilla con su correspondiente liguero que remarca su estrecha cintura. El atuendo lo completa un collar al que va unida la correa que lleva en su mano Dolores vestida con un sucinto uniforme de criada.
- Fiuuuuuu – resuena el silbido de sorpresa que ha lanzado Marina, la verdad es que se nota que es bastante basta.
Dolores baja lentamente la escalera seguida por Svet que obedientemente la sigue a su costado como una perra bien amaestrada. El felino cuerpo de Svet se ondula sensualmente de un lado a otro conforme baja los escalones gateando. La ligera inclinación de la escalera permite admirar su portentosa grupa trasera.
- Señor, su esclava –se dirige Dolores a Manuel entregándole la correa.
Una bien adiestrada Svet, se nota que esta semana ha sido instruida por mis dos chicas, al llegar a la altura de su Amo humilla más la cabeza y besa ambos zapatos en señal de respeto.
- Vamos a saludar a nuestras invitadas – le ordena Manuel mientras se dirige a unas atónitas Yolanda y Marina
- Bienvenidas a casa de mi Amo –saluda Svet mientras besa los zapatos de ambas.
- Descansa –le ordena Manuel y Svet sentándose sobre sus talones se coloca en posición nadu, con la boca ligeramente entreabierta y un intenso color carmesí tiñendo su cara debido a la humillación y vergüenza que está sufriendo – Chicas supongo que estaréis deseando una aclaración.
- Yo me he mojado las bragas – replica Marina, haciendo gala de su saber estar.
- Por favor Manuel, explícanos – ruega una más comedida Yolanda.
- Poco hay que explicar, por circunstancias de la vida Svet ha dejado de ser mi mujer para pasar a ser mi esclava, y hoy es su presentación en sociedad.
- La verdad es que estoy anonadada, pero como bien ha reflejado Marina esta situación me ha puesto tremendamente cachonda. Por cierto como brilla el coño de Svet, parece terriblemente excitada.
- Svet explícale el brillo de tu coño a Yolanda – ordeno a la avergonzada rubia.
- Yolanda estoy terriblemente excitada – cuenta en un susurro Svet, con la mirada baja y la cara aun más carmesí que anteriormente si eso es posible – llevo una semana siendo totalmente estimulada y sin correrme, ahora mismo daría mi vida por un orgasmo.
- Para que tus amigas vean lo guarra que eres te doy cinco minutos para que puedas estimularte y tener un orgasmo, pero atención no puedes utilizar las manos para estimularte. ¡Ya!
Ansiosa Svet busca su alrededor algo contra lo que frotar su enfebrecido coño. Dirigiéndose a la gruesa pata de la mesa de estilo rococó que hay en el jardín la coloca entre sus piernas y tumbada de espaldas empieza a frotar su coño contra la misma ondulando salvajemente sus caderas.
- Vamos vaquera – aúlla Marina animándola – saca fuego a esa montura.
Los bufidos por el esfuerzo físico que hace Svet resuenan elevando la tensión erótica de cada uno de nosotros. Un aroma a sexo impregna todo el ambiente.
Al cabo de los 5 minutos Svet está tremendamente excitada pero no ha conseguido el tan ansiado orgasmo, estos minutos tan solo han conseguido excitarla aun más.
- Tiempo –anuncia Manuel.
Una indisciplinada Svet prosigue restregando su coño ansiosamente contra la mesa. Manuel debe de tomarla de los pelos y arrastrarla lejos de la pata.
- Dios entre la excitación y los cocteles me han entrado unas ganas de mear inmensas. ¿Dónde está el meadero? –pregunta Marina.
- ¿Svet que estás dispuesta a hacer por un orgasmo?
- Lo que sea Amo, por favor. Necesito correrme.
- Te beberías los meados de Marina.
- Si – replica desesperada la esclava perdiendo todo atisbo de dignidad.
- Marina ¿te importa ayudarnos?
- Para nada, mira la señorita estirada va a tragarse los meados de una cajera de super –humilla Marina mientras se arremanga la minifalda y se saca sin ningún pudor unas bragas que como ya había anunciado están terriblemente húmedas por los jugos que ha chorreado con la escenita de la esclava – Abre la boca que ahí va – grita gozosa la cajera.
Svet, ya sin rastro de dignidad abre la boca e intenta tragar el potente chorro de orina que lanza Marina.
Durante unos segundos tan solo se oye el deglutir de Svet tragando el chorro de orina de Marina. Cuando esta acaba Manuel ordena a Svet:
- Limpia a Marina con tu lengua.
Svet no duda en pasar la lengua repetidas veces por el coño de la cajera para dejarla totalmente limpia.
- Por favor Amo, déjeme alcanzar el orgasmo, he hecho todo lo que me ha pedido.
Yolanda ve en esta ocasión oportunidad de aplastar totalmente a su otrora competidora con voz melosa solicita a Manuel:
- ¿Puedo masturbarla yo?
- Mmmmmm que situación más deliciosa, por supuesto pero primero demos un manguerazo a la perra para que no te manches con los meados que tiene encima de su cuerpo – aprueba Manuel.
Dolores siempre atenta lava con la manguera a Svet, quedando su rubia cabellera húmeda y su tersa piel rebosante de gotas. Junto con la calentura que no ha conseguido apagar la rápida ducha la esclava es la viva estampa de la lujuria
- Si no os importa me despojaré de este carísimo vestido para no mancharlo – anuncia Yolanda mientras se queda en ropa interior mostrando su soberbio cuerpo – acércate aquí zorrita que ganas te tenía yo – ordena con voz ronca la morena Yolanda a la esclava.
Svet gateando se acerca deseosa a Yolanda que le ordena.
- De pie, con las piernas abiertas y cruza las manos detrás de la nuca.
La impresionante esclava rubia erguida sobre los altísimos tacones se muestra en toda su magnitud, 175 cm de una yegua tremendamente bella totalmente entregada a su anteriormente rival y ahora su placer está en sus manos.
Yolanda acaricia suavemente la sedosa piel de Svet.
- Siempre he tenido ganas de tenerte así, humillada y a mi disposición –susurra Yolanda con voz ronca al oído de Svet mientras frota su mano contra el ardiente coño de Svet.
La esclava tan solo jadea de placer y ondula sus caderas tratando de sacar el mayor partido de la masturbación de Yolanda.
Casi inmediatamente un alarido de placer sale de la garganta de Svet que se corre abundantemente en la mano de Yolanda mientras se agarra a la morena y resbala por su cuerpo cayendo desfallecida, las piernas no le sostienen debido al potente orgasmo que ha asaltado su cuerpo.
Yolanda nos muestra su mano totalmente impregnada de los jugos de la corrida de Svet.
- Esta zorra me ha dejado la mano chorreando, pero está deliciosa –informa mientras se lame golosamente la mano.
Yolanda se acerca mimosamente a Manuel y acariciándole el paquete le susurra con voz ronca.
- Estoy increíblemente cachonda.
Manuel, dispuesto a marcar territorio con sus invitadas, no se deja llevar por la lujuria deseando calentarlas más y al mismo tiempo seguir humillando a Svet.
- Svet nuestras invitadas han sido muy amables contigo y en agradecimiento deberías comerle el coño.
- Siiiii – grita una ilusionada Marina –tengo el potorro ardiendo y unos buenos lametazos me lo refrescarán.
Yolanda se despoja inmediatamente de sus bragas dejando a la vista un precioso coño babeante de excitación.
- No –responde entre lágrimas Svet – me has humillado delante de ellas debido a la gran excitación que tenía y no era consciente de lo que estaba haciendo, pero no me voy a degradar delante de estas dos zorras.
- ¿Cómo? – ruge Manuel dirigiéndose a pasos agigantados a Svet que aun se encuentra derrumbada en el suelo – No te lo pienso repetir dos veces, haz lo que se te ha ordenado.
- No, antes prefiero morir que comerle el coño a estas dos putas.
Manuel sin ningún atisbo de vacilación se despoja del cinto mientras con voz gélida le replica.
- Parece que ya has olvidado la sesión del domingo, pero no te preocupes que te la voy a recordar – inmediatamente descarga el cinto una y otra vez sobre Svet que permanece acurrucada en el suelo intentando protegerse de los golpes.
El cinto muerde una y otra vez el indefenso cuerpo de la escultural esclava, marca sus interminables piernas, agrede sus preciosos senos, golpea su escultural grupa.
Los golpes del cinturón restallan una y otra vez contra la indefensa esclava que implora.
- Basta, mi amo, por favor, lo haré, lo haré.
Han bastado tan solo unos segundos para que Svet tome conciencia de que su voluntad no cuenta para nada y en cuanto Manuel deja de golpearla se arrastra hasta donde se encuentran sentadas Yolanda y Marina.
Pero Yolanda, que ha sabido captar totalmente la situación, de un empujón con el zapato rechaza a Svet.
- Me has ofendido, no quiero nada de ti.
- Yo también estoy muy enfadada – corrobora Marina intentando ganar un poco de protagonismo.
- Zorra, has ofendido a mis invitadas, esto lo vas a pagar muy caro – ruge Manuel enfadado.
- Por favor señoras, permítame resarcirles – implora Svet a ambas mujeres.
- No tienes nada para ofrecernos – intenta humillar Marina a Svet.
- Permítanme darles placer con mi lengua – suplica Svet – pondré mi vida en ello.
- Svet, aún no has entendido que tú no eres dueña de tu cuerpo. Me perteneces – corrige Manuel.
Sollozante Svet se devana los sesos intentando encontrar algo con lo que poder contentar a las dos crueles mujeres. Y de repente una nueva pieza encaja en su mente de esclava y solicita.
- Por favor señoras, castíguenme, lo único que puede ofrecer una sucia esclava como yo es su dolor – suplica la rubia.
- Estupendo – susurro a Manuel – el objetivo del día está cumplido, ella misma está dispuesta a humillarse antes sus otrora amigas y ha entendido tan solo es un objeto de placer para su amo independientemente de su voluntad.
- Señoras, sean amables con esta esclava novata y acepten su solicitud. Les propongo que utilicen una herramienta que la esclava aún no ha probado. LA CAÑA – les suplico para seguir con el entrenamiento de Svet por el camino adecuado.
- Guau si – acepta entusiasta Marina – Como voy a disfrutar marcando a esta zorra estirada con la caña.
- Como creo que será su primera ve permítanme que las instruya. ¿Quién va a ser la primera?
- Yo, yo, yo – grita Marina desbocada – pero primero me voy a acabar de poner cómoda, replica mientras se despoja de la ropa que lleva encima quedando totalmente a la vista su bello y juvenil cuerpo.
- Si, ya que vamos a hacer ejercicio pongámonos cómodas – se muestra de acuerdo Yolanda despojándose del sujetador única prenda que aún le quedaba.
La beldad y variedad de los tres cuerpos se nos muestra de forma deslumbrante.
El joven y menudo cuerpo de Marina, con sus pequeños pero bien formados pechos y su culo respingón, su pinta de chica de barrio se refleja en sus modales y actitud.
Las soberbias formas de Yolanda, prototipo de la morenaza cordobesa de raza. A principios de la treintena su cuerpo está totalmente formado y en su apogeo, modelado por interminables sesiones de gimnasio, spa y puede que algún que otro retoque. Se entiende porque hasta la llegada de Svet era la mujer alfa del grupo.
Y finalmente el cuerpo de Svet, una diosa eslava dotada de todo lo que una mujer puede desear, belleza en su rostro, formas opulentas sin llegar a ser groseras, interminables piernas.
- Ya que Marina va a ser la primera en castigar a Svet, por favor Yolanda ponte delante de Svet y que ella mirándote a los ojos se apoye en tus hombros. Así podrás disfrutar de cerca del dolor de la esclava.
Yolanda solícita se coloca delante de Svet que totalmente derrotada acepta las ordenes de un destino cruel.
Ambas beldades quedan una frente a otra. La morena erguida orgullosa sirviendo de soporte a la bella rubia.
- Svet, inclínate hacia adelante apoyando tus manos en los hombros de Yolanda, separa las piernas y proyecta tu culo hacia atrás.
Resignada la esclava adopta la posición mostrando una erótica estampa, en estos momentos se aprecia totalmente el contraste de dos magníficas yeguas.
- Marina tu ponte detrás de Svet y toma la caña. ¿Has golpeado a alguien con una caña alguna vez?
- No, pero supongo que será como cuando golpeas las alfombras para sacudirles el polvo, lo hacía mucho de niña en mi pueblo. El golpe se debe de dar desde la cadera para que llegue con toda la fuerza y no se te canse el brazo.
- No podría haber encontrado una mejor forma de explicarlo. Yo creo que con 25 golpes serán suficientes – asiento mientras le entrego una caña de 150 cm de longitud pero bastante ligera ya que no queremos que causen marcas permanentes en la esclava, pero aun así su mordisco es agónico.
Nada mas entregarle la caña a Marina esta descarga el primer azote sobre el expuesto culo de Svet.
Tras el silbido de la caña se oye el grito de la esclava.
Uno tras otro caen los golpes sobre la indefensa grupa en la que se van marcando atroces líneas allá donde la vara ha violentado la carne.
Marina gime cual jugadora de tenis lanzado su mejor golpe, Svet aulla de dolor en cada terrorífico impacto mientras un raudal de lágrimas brota de sus hipnóticos ojos.
- Joder, me voy a correr de gusto tan solo con estos gritos y viendo sufrir lo indecible a esta zorra – anuncia Yolanda excitadísima.
Marina pese a su juventud ha demostrado ser una excelente flageladora y ha conseguido descargar los 25 golpes sin superponer uno con otro. El culo de Svet presenta lo que algunas personas considerarían un estado deplorable, totalmente cubierto de cordones que muestran la amplia brutalidad del castigo, desde lo alto de su grupa hasta la parte alta de los muslos se encuentra terriblemente marcada.
- Mi turno - grita Yolanda ansiosa – me las vas a pagar todas juntas – le susurra a una exhausta Svet que aun tiene que soportar la segunda parte del castigo.
Yolanda y Marina intercambian sus lugares, al ser Marina más baja que Yolanda, Svet debe inclinar más su cuerpo dejando aún más expuesta si cabe su ya castigada grupa.
Sin dilación Yolanda descarga un brutal azote sobre el ya maltrecho culo de Svet, las poderosas ancas de la rubia son incapaces de soportar tanto castigo y ésta se derrumba entre gritos histéricos.
Enfadadísima Yolanda se acerca a Svet y le propina una tremenda patada en el costado.
- Levántate zorra de mierda.
Manuel atento a la situación se acerca a Yolanda y la separa de Svet de un empujón.
- Te he dado permiso para que azotes a mi mujer –informa recalcando la palabra mujer – pero no para que la golpees de cualquier otra forma. Svet cumplirá el castigo al que ha sido sentenciada pero luego hablaremos tú y yo de tu comportamiento.
- Perdón Manuel – se humilla Yolanda con la mirada baja - me he dejado llevar por la situación.
- Marina, lleva a Svet a la mesa y que apoye su torso sobre ella para poder seguir con el castigo, ya que en la actual posición no va a ser capaz de soportar el castigo. Y sujétala de las manos para que aguante la posición.
Una vez Svet ha adoptado la posición Manuel ordena a Yolanda.
- Zorra, continua con el castigo y como te excedas en lo más mínimo tu ocuparás el lugar de la rubia.
Mientras Yolanda continua el terrible castigo de Svet me acerco a Manuel.
- Manuel, mi trabajo aquí ya está terminado. Svet está totalmente rota por lo que me voy con mis esclavas. Te sugiero que hoy ates en corto a Yolanda ya que si manejas bien el rencor que le tiene a Svet podría llegar a formar parte de tu cuadra y que de vez en cuando recurras a Marina para que discipline a ambas.
- Juan, te estoy inmensamente agradecido por el trabajo que has realizado.
- Esto no es una despedida, aun queda la ceremonia de graduación de Svet, pero ya hablaremos del tema. Te dejo, atiende como corresponde a tus invitadas y disfruta de tu nueva vida. Hablamos en una semana. Sara, Dolores aquí ya no pintamos nada nos vamos.
Discretamente abandonamos la finca mientras los alaridos de dolor de Svet resuenan en nuestros oídos. Seguro que esa tarde Manuel disfrutó de las atenciones de las tres bellas mujeres que dejábamos atrás mientras yo me disponía a disfrutar de mis dos esclavas. Iba tremendamente caliente y ambas esta noche iban a dormir bien calientes pese a no tener nada que reprocharles, tan solo por mi placer.