Reeducación de la esposa (2 de 4)
Transformación de la escultural esposa de un potentado a su sumisa esclava en tres fases. Fase 2 Romper a la esclava físicamente
Fase 2 – Romper a la esclava físicamente
Al día siguiente decidí madrugar por lo que a las ocho de la mañana Dolores ya se encontraba tragando mi orina tas haberme proporcionado una agradable mamada que había acabado en una placentera eyaculación que fue directamente a su estómago.
Al llegar a la cocina veo que Sara se encuentra entre las piernas de Manuel mientras este está desayunando unas tostadas.
- Buenos días Juan, como ya te dije ayer podría acostúmbrame fácilmente a esta vida- me saluda con una sonrisa.
- Manuel, si bien Sara es guapa, te aseguro que lo disfrutarás más cuando sea esa deidad eslava que está atada a la cama la que te proporcione estos placeres.
- Si al final voy a tener suerte que haya salido tan zorra y me haya puesto los cuernos. ¿Qué toca hoy?
- En cuanto Sara acabe con su trabajo –le replico guiñándole un ojo- ordeno a las chicas que traigan a Svet y os lo explico a los dos juntos.
Tras correrse Manuel en la garganta de la joven pelirroja van a por la rusa y la traen a nuestra presencia.
- ¿Qué tal te encuentras hoy cariño? –le pregunta Manuel
- Muy cansada, no he podido dormir en toda la noche, tengo el coño, el culo y las tetas irritados de tanta vibración, una calentura tremenda y dolor de mandíbulas por haber estado toda la noche con esa maldita mordaza –se queja Svet que la verdad es que tiene pinta de bastante cansada.
- No te preocupes –le respondo- la parte buena de hoy es que no tienes que hacer nada de forma activa, pero la parte mala es que vas a tener que soportar la mayor paliza que te hayan dado y que probablemente te darán en toda la vida.
- Pero ¿por qué? Si no he hecho nada, ayer hice todo lo que me ordenasteis.
- Hoy vas a saber lo que es el dolor, para que si por una remota casualidad en algún momento te planteas desobedecer o intentas escaparte sepas lo que te puede esperar. En realidad lo hacemos por tu bien, para que solo haya que aplicarte este nivel de dolor una sola vez y la lección se te quede grabada a fuego. La doma de esclavas es como un taburete que se sostiene en varias patas una la recorrimos ayer con el deseo sexual, la esclava debe estar siempre ansiosa sexualmente, otra la recorreremos hoy con el castigo, una esclava debe temer en todo momento la ira de su amo, la tercera pata las pondremos en sucesivos días. Todas deben quedar firmemente asentadas si no el taburete cojea y hay que mandar a arreglarlo y no creo que quieras pasar por esto otra vez. ¿Manuel has nalgueado a alguien alguna vez?
- No –replica Manuel – pero como te dije ayer estoy ilusionado como un niño con zapatos nuevos y espero ser un alumno aplicado.
- Empezaremos por lo básico, yo propinaré una azotaina a Sara y tú irás entrenando con Svet. Lo primero es la posición, a mí personalmente me gusta propinar la azotaina en una silla y que la esclava se tienda sobre mis rodillas, con la cabeza tocando el suelo y sus bellas nalgas apoyadas en mi muslo derecho, bien al alcance de mi mano. Sara adopta la posición.
La joven pelirroja se tiende sobre mis rodillas arrastrando su salvaje cabellera por el suelo y dejando el culo totalmente expuesto a los ataques de mi mano.
- Svet, no te hagas de rogar –le ordeno.
La cara de goce de Manuel al tener tendida sobre sus rodillas a la bella rusa es indescriptible.
- Mientras azoto a la esclava con la mano derecha me gusta tener la mano izquierda en el coño de la esclava, de esta forma puedo ir calibrando sus reacciones a la azotaina y ver si debo bajar o subir la intensidad, y al mismo tiempo puedo jugar con su clítoris.
- Genial –me responde Manuel imitándome y colocando su mano izquierda en el coño de Svet – la muy guarra está chorreando –me informa asombrado.
- Tras la noche que ha pasado debe estar deshidratada con los flujos que ha perdido. Ahora palpa su culo, disfruta de su suave tersura, sóbalo para apreciar su dureza y elasticidad – le sugiero mientras yo disfruto del suave culo de Sara.
- Mmmmm –disfruta Manuel –se me está poniendo la polla como un mástil y eso que acabo de correrme en la garganta de Sara.
- Empieza con suaves palmadas en el culo de Svet, aprecia cómo ese soberbio trasero se deforma al contacto con tu mano, como absorbe la energía del impacto, como tiemblan las nalgas tras el impacto, como la carne se enrojece ligeramente.
- Diosss, que placer, podría pasarme así horas y horas.
- A partir de ahora nadie te lo impedirá. Podrás disfrutar del culo de tu bella esposa de cuantas formas desees.
Poco a poco el culo de Sara y el de Svet van tomando un ligero tono rosáceo allí donde los azotes caen de forma más frecuente.
Tras un rato nalgueando esos dos imponentes culos, Manuel se queja diciendo.
- Buff, como pica la mano al cabo de un rato.
- Tranquilo, poco a poco te saldrá callo –me burlo un poco de Manuel.
- Como verás esto es un suave entretenimiento, algo en lo que pasar el tiempo mientras ves un partido, una película… Subamos un poco de nivel. Dolores –ordeno.
La madura morena bien entrenada se acerca con dos pesados cepillos del pelo.
- Manuel, este aditamento es imprescindible en el bolso de una esclava, debe llevarlo siempre encima para estar dispuesta en todo momento a ser disciplinada por su amo –le comento mientras le entrego el pesado cepillo.
- En estos casos, y dado que la esclava puede ser disciplinada en cualquier lugar y momento, prefiero en vez de estar sentado utilizar un escalón, escabel lo que sea apoyar el pié derecho en ese soporte y así la pierna queda en L. Acto seguido la esclava debe apoyar el coño sobre mi rodilla y que así su culo quede totalmente expuesto. Dolores acércate y le mostramos a Manuel como proceder.
La esclava morena adopta la posición indicada quedando a horcajadas sobre mi rodilla, inclinando su cuerpo hacia adelante y exponiendo totalmente su culo al ataque del cepillo.
- Esta posición es muy útil porque por mucho que se mueva la esclava puedes sujetarla firmemente por su cintura con la mano izquierda o llevar su brazo atrás para impedir que huya del cepillo. Además la pierna bloquea su huida hacia debajo de tal forma que no se puede dejar caer.
- Que interesante –exclama Manuel mientras obliga a Svet que con cara de resignación adopta la misma posición que Dolores sobre la rodilla de su Amo.
- Ahora subimos de nivel, no te preocupes por el culo de Svet, aunque no lo creas el culo de las esclavas es tremendamente resistente y soporta una cantidad de castigo increíble –le digo mientras suelto un fuerte azote sobre el culo de Dolores que lo recibe con un grito ahogado.
Manuel realiza la misma acción sobre el culo de Svet pero sin imprimir tanta fuerza al golpe como yo.
- Vamos Manuel, esto no es un juego, estás castigando de verdad a tu esclava. Estoy seguro que puedes hacerlo mejor.
Nuevamente Manuel alza el cepillo y descarga un nuevo golpe sobre las ya encarnadas nalgas de la rusa que es recibido con un gruñido de dolor por parte de Svet. A mi juicio aún con poca fuerza.
- Manuel, ¿no crees que el jardinero, con el que esta zorrita te ha puesto los cuernos, azotaría con más fuerza a esta perra?
En esta ocasión sí que he conseguido picar lo suficiente a Manuel y descarga un tremendo trallazo sobre la nalga derecha de Svet que inmediatamente se torna violácea allí donde el cepillo ha impactado violentamente, un grito de dolor que surge de la garganta de la indefensa esclava resuena en la casa.
- Muy bien Manuel, esa es la actitud, prosigue.
Poco a poco Manuel le toma el pulso y lentamente el culo de Svet pasa a llenarse de cardenales violáceos allí donde el cepillo ha impactado más duramente. La bella rusa no para de aullar de dolor, se nota que no está acostumbrada a este tipo de tratamiento.
- A mí me encanta acabar con una o dos docenas de golpes duros y rápidos que hacen bailar a la esclava al son de la música que toca el cepillo – adiestro a Manuel mientras descargo una docena de duros y rápidos azotes sobre las nalgas de Dolores que a pesar de su entrenamiento no puede evitar revolverse sobre mi rodilla.
- Qué bueno –exclama Manuel mientras imita mi técnica.
Los aullidos de Svet resuenan por todo el salón mientras se agita furiosamente para intentar evitar las sádicas caricias del cepillo, pero Manuel la tiene firmemente sujeta por la cintura y parce que le ha cogido el gustillo porque no se conforma con tan solo una docena de azotes, sino que le propina unos cuantos más.
Finalmente sucede lo inevitable y Svet sobrepasada por el dolor deja escapar un chorro de orina sobre la rodilla de Manuel lo que hace que éste eyacule escupiendo semen por todas partes.
- Joder, me he corrido como un quinceañero cuando la profesora le toca la polla.
- Es normal Manuel, y también es normal que la perra se mee de dolor. Svet, normalmente te haría limpiar el desastre que has realizado con la lengua pero como aún eres una esclava novata no te lo tendré en cuenta. Chicas limpiad este estropicio.
Dolores acude solícita a limpiar a Manuel introduciendo su flácida polla en la boca y limpiando hasta el último resto de semen. Mientras tanto una servicial Sara limpia las piernas de Manuel y Svet con unas toallas húmedas.
- De momento ya has visto como se puede castigar el culo de la esclava, pero ésta tiene muchas más partes para castigas, y hoy las exploraremos todas.
El terror se manifiesta claramente en la preciosa cara de la rubia mientras sus ojos se encuentran anegados en lágrimas.
- Por favor, no más –suplica la imponente rubia, ya he visto lo que me espera y seré una esclava obediente.
- Seguro que lo serás –le digo mientras me acerco a ella y levantado su barbilla rozo sus labios ligeramente con los míos- pero esto lo hacemos por tu bien, te aseguro que cuando acabemos contigo nunca más pasará por tu bella cabecita desobedecer a tu Amo.
- Manuel, después del culo cual es la parte que más te gusta de Svet.
- Por supuesto sus impresionantes tetas, me impresionaron desde el momento en que las vi, esos dos inmensos torpedos, con un 100 de pecho y que a su edad todavía se mantienen erguidos desafiando a las leyes de la gravedad.
- Mucha gente piensa que las tetas son delicadas, pero están equivocados, se pueden castigar y maltratar durante largos periodos de tiempo. Sara –ordeno.
La linda pelirroja se acerca a mí con dos pares de pinzas de cocodrilo.
- Toma Manuel -le digo mientras le tiendo un par de pinzas sujetas por una cadena – lo más delicioso es colocar las pinzas, para ello primero debes excitar el pezón, nada más efectivo que cogerlo entre tus labios y lamerlo, succionarlo –le indico mientras saboreo uno de los deliciosos pezones de Sara.
Manuel se amorra cual niño de teta al pezón derecho de Svet y lo devora con pasión.
- Cuando el pezón se encuentre duro tan solo tienes que pinzarlo, para el ensayo de hoy coge la mayor cantidad de carne posible que la pinza muerda la máxima superficie –le digo mientras la pinza muerde ferozmente el pezón de Sara cuyos labios se curvan en un rictus de dolor.
- Que delicioso – exclama un ilusionado Manuel, mientras realiza la misa acción con el erecto pezón de la esclava rubia que gruñe profundamente debido al dolor que le causa tan cruel mordisco.
Una vez hemos pinzado el otro pezón indico a Manuel.
- Como ves esta cadena es de lo más útil ya que con ella puedes dirigir a la esclava a tu antojo –mientras tanto llevo a una dócil Sara de un lugar a otro del amplio salón tan solo tirando de la cadena. La esclava pelirroja se afana por seguir mi paso para evitar dolorosos tirones en sus delicados pezones.
- Muy útil – replica Manuel mientras hace lo propio con la imponente rubia.
- Bien esclavas, es hora de hacer ejercicio –les ordeno mientras hago un guiño a Manuel – Quiero que hagáis unas cuantas sentadillas. Abajoooo –ordeno mientras tiro de la cadena de Sara hacia abajo – Arribaaaa – ordeno nuevamente mientras ahora tiro en sentido contrario.
Las dos esclavas se afanan en el duro ejercicio para evitar innecesarios y dolorosos tirones. Pero al cabo de un rato las fuerzas empiezan a desfallecer y ahí es donde las pinzas hacen su trabajo de forma efectiva.
- Ya no puedo más –suplica Svet a Manuel.
- Seguro que con el profesor de yoga te esforzabas más sucia perra. Arriba –le increpa Manuel mientras tira con saña de las pinzas hacia arriba.
Manuel, empieza a comportarse como un Amo cruel y lleva a Svet hasta el desfallecimiento, los pezones de la rubia son salvajemente tironeados hasta que ya no puede más y cae de culo arrancando salvajemente una de las pinzas de su pezón debido a la fuerza con la que Manuel aguanta la cadena. Los sollozos de dolor de la rubia inundan toda la sala y raudales de lágrimas caen de sus bellos ojos verdeazulados.
- Svet, por suerte hemos cogido pinzas de presión extrema pero sin dientes, si no en estos momentos estarías sin un pezón. Manuel tienes que tener mucho cuidado si pones pinzas dentadas, pero poco a poco irás aprendiendo. Ahora toca sacar la otra pinza y dado que Svet está en el suelo te sugiero que tires firmemente de la cadena hasta que la arranques.
Los aullidos de Svet cada vez más roncos ya que tiene rota la garganta de tanto gritar y llorar ero aun así resuenan en la sala mientras Manuel pega un fuerte y rápido tirón de la cadena.
- Otras cosa que me gusta –indico a Manuel mientras hago señas a Sara para que se acerque – es retorcer 360º las pinzas antes de soltarlas de los pezones de la esclava.
Informo mientras realizo la acción con los níveos pechos de la pelirroja. Esta debe hacer los máximos esfuerzos para no tratar de sujetar mis manos que tan cruelmente están tratando sus delicados pezones. Al soltar las pinzas la joven esclava se derrumba en el suelo.
- Pero esta no es la única forma de disfrutar de los pechos de una esclava – alecciono mientras una solícita Dolores que ha ido al vestidor de Manuel se me acerca y me entrega un grueso cinturón de cuero de primerísima calidad.
- Otro instrumento que me encanta para disciplinar a una esclava es el cinturón, es algo que siempre llevamos a mano y el gesto de desabrocharse el cinturón, el sonido que hace al correr por las presillas del pantalón para liberarlo hacen que la esclava sienta pavor y adelante en su interior el castigo al que va a ser sometida.
- Vaya – reflexiona Manuel – siempre había pensado que para estos temas tenías que tener una mazmorra pero veo que con muchos objetos cotidianos puedes disciplinar seriamente a la esclava.
- Por supuesto, aunque ya verás cómo te aficionas y acabas montando tu propia mazmorra –le digo con franca camaradería.
- Dolores sujeta a Svet porque no creo que sea capaz de soportar este castigo sin moverse.
Dolores sienta en una silla a Svet que aun sigue sollozando en el suelo, físicamente no opone resistencia porque ya está rota pero aun tenemos que llevarla más allá para que el sufrimiento se fije en lo más profundo de su mente de esclava.
A continuación obliga a Svet a cruzar las manos tras la nuca para que proyecte sus senos hacia adelante y pasando sus brazos por entre los codos de Svet la inmoviliza.
Los portentosos pechos de la rusa se proyectan desafiantes.
- Como te decía Manuel los pechos de una esclava son capaces de soportar un tremendo castigo, habitualmente los tratamos con menor dureza de la que pueden soportar. Sara adopta la posición.
La disciplinada esclava cruza las manos tras su nuca y espera la cruel caricia del cinto sobre sus lechosos pechos.
- Sara ¿porque te resignas al castigo que gratuitamente te voy a administrar?
- Amo, soy su esclava y mi cuerpo y mente están a su disposición. Además sé que si me niego las consecuencias serán terribles. Yo ya pasé por el sufrimiento que está pasando Svet y no quiero que se vuelva a repetir, ese temor hace que sea una esclava disciplinada, y aunque el dolor que me va a suponer este castigo es grande no es nada comparado con el que podría llegar a ser.
- Svet esta es la razón de la sesión de hoy no lo olvides nunca. Manuel el objetivo es también que sepas manejar a la esclava y que no la trates como si fuera una delicada muñequita de porcelana sino como la resistente yegua que es. Fíjate en cómo se azotan unos pechos.
Bajo la atenta mirada de Manuel y la aterrorizada mirada de Svet llevo hacia atrás el pesado cinto y descargo un tremendo golpe en los pechos de Sara que recibe la cruel caricia con un bramido de dolor e inmediatamente una franja violácea cubre la zona donde ha impactado terriblemente el cinturón.
- Gracias Amo –replica cuando consigue recuperarse.
- Bien Manuel, tu turno –le digo mientras le cedo amablemente el pesado instrumento.
Imitando mi técnica Manuel descarga un tremendo lonjazo en la parte superior de los increíbles pechos de Svet que se deforman con la terrible fuerza del impacto.
Svet se revuelve violentamente, por suerte Dolores la tiene firmemente sujeta y al estar sentada en la silla no puede desplomarse, ya que debido al terrible dolor las piernas le flaquean.
Tras soltar un tremendo quejido, la rubia es incapaz de respirar, boquea como un pececillo fuera del agua intentando aliviar el tremendo dolor que devora su pecho, los sollozos se han convertido en histéricos hipidos, poco a poco la mente de Svet se va rompiendo.
Uno tras otro Manuel suelta hasta cinco tremendos cintarazos, Svet es un despojo humano que tan solo gime de dolor, por lo que decido que la hermosa eslava se merece un poco de descanso para poder recuperarse.
- Tanto esfuerzo físico me ha dejado extenuado. Chicas traednos un pequeño refrigerio mientras Svet se recupera. ¿Manuel qué opinas de lo que vivido hasta ahora?
Las chicas nos traen dos ligeros refrigerios y cada una se acomoda entre nuestras piernas para proporcionarnos una suave mamada.
- La verdad es me siento como el semental que hace años que no era. Tengo el pene constantemente erecto y con unas ganas de follar tremendas. Los límites a los que llegó ayer Svet fueron increíbles, jamás supuse que me pudiera comer la polla con esa ansia y la degradación a la que llegó devorando mi culo fue extrema. Verla frotarse como una perra en celo contra mi pie fue un placer inmenso. Y cuando ya creía que nada me podría sorprender más hoy me obsequias con esta nueva faceta en la que puedo abusar de su cuerpo en miles de formas.
- Hasta hoy nunca había pegado a una mujer ni creo que fuera capaz de hacerlo ahora, pero Svet ya no es para mí una mujer es una esclava y como tal debe de ser tratada. Aun no llevamos ni un par de horas de entrenamiento y la estoy azotando con toda mi alma. Su culo ya ha sido martirizado y sus tetas han sido cruelmente tratadas. ¿Y sabes lo mejor? Que tengo unas ganas inmensas de seguir.
- Bueno pues creo que Svet ya está lista. Ahora ataremos a Svet tal y como está sentada en la silla y chicas ponedle una mordaza estoy harto de sus gritos.
Las chicas proceden a inmovilizar a Svet, atan sus muñecas por debajo del asiento de la silla, su torso al respaldo y los pies los atan juntos.
- Como te decía Manuel hay muchos instrumentos para torturar a una esclava, pero con los objetos cotidianos te puedes hacer respetar enormemente y lo mejor es que los llevas encima en todo momento, nadie sospecharía de un inocente cepillo o del ya mencionado cinturón. Y con él vamos a seguir ya que queremos grabar en la mente de la esclava que el cinturón es dueño de su dolor. Para que cuando te vista por las mañanas lo vea y le recuerde su gran poder. Para que cuando te lo desabroche para hacerte una mamada tenga presente que si no se esfuerza lo suficiente él está ahí, presente, para recordarle amargamente cuáles son sus obligaciones.
- La verdad es que empuñar el cinturón me hace sentir poderoso y me excita en gran manera.
- Otra de las zonas en las que se puede castigar a la esclava es en sus muslos y las preciosas, torneadas e infinitas piernas de Svet quedarán excitantes marcadas con el cinturón. Por otra parte verás que la posición en la que se encuentra es ideal ya que tan solo debes descargar el cinturón de arriba abajo, prácticamente no tienes que apuntar tan solo te tienes que concentrar en imprimir al golpe la mayor dureza.
Sin ningún atisbo de duda un ansioso Manuel descarga el primer golpe que cruza los dos bellísimos muslos de la potra eslava, el cuerpo de Svet se tensa por el dolor, agarra fuertemente con sus manos el asiento de la silla buscando un alivio inexistente a su dolor, sus hipnotizadores ojos se deshacen en lágrimas.
Una banda violácea cruza ambos muslos tiñendo la piel donde el cinturón ha mordido con saña la piel de la esclava.
A este zurriagazo, con una cadencia casi matemática le siguen infinidad de ellos, Manuel ya no es ese maridito pusilánime al que le tiembla el pulso a la hora de castigar a una esclava, se está convirtiendo en un temible Amo al que hay que respetar si no quieres pagar las consecuencias.
Los otrora níveos muslos de la esclava ahora están totalmente cubiertos por franjas violáceas debido a los violentos golpes del cinturón. En algunas zonas muestran un morado casi negro, es allí donde más cruelmente se ha ensañado Manuel y el cinturón ha golpeado carne previamente maltratada.
Svet permanece gracias a las ataduras semiinconsciente en la silla. En su mente tan solo existe la agonía que está sufriendo.
Al cabo de unos 15 o 20 azotes un sudoroso Manuel para considerando que el castigo en los muslos ha sido suficiente.
- Creo que la esclava ya ha recibido suficiente castigo –informa Manuel.
- Perfecto. Lo importante ahora es que Svet te agradezca con una mamada el tiempo que has invertido en educarla.
Svet, entre las nebulosas de su mente entiende la orden y sumisamente abre la boca para que la nuevamente erecta polla de Manuel violente su boca.
Casi sin fuerzas Svet traga la polla de Manuel y debido a la tremenda excitación de este prácticamente no tiene que hacer nada para que inmediatamente escupa chorros de semen directamente a su garganta.
- Chicas llevaos a Svet, dadle de beber y comer, que se duche y cuando esté ligeramente recuperada traedla de nuevo.
Dolores y Sara desatan y ayudan a levantarse a la derrotada esclava que apoyada en mis dos chicas abandona el salón arrastrando los pies.
- Podríamos haber torturado infinitamente más a Svet, que hubiera conocido el cruel mordisco de la caña en sus pezones, en su culo o que pensara que su pies se han roto tras azotarlos sádicamente con ella.
Podríamos haber azotado su coño y pinzar su sensible clítoris para luego golpear sádicamente la pinza que lo sujeta.
Podríamos haberla colgado de uno de los árboles que tienes fuera y haberla hecho bailar al son del látigo.
Pero tiempo habrá para ello, veo que sabes cuándo detenerte para no dañar de forma permanente a la esclava, tanto física como mentalmente y eso es muy importante, con el tiempo te darás cuenta que Svet es tu bien más preciado.
- Muchas gracias Juan, la verdad es que cada vez me siento más cómodo en este papel y si bien a primera hora de la mañana me encontraba terriblemente nervioso le he pillado el gusto a esto de castigar a la esclava y cada vez me siento más cómodo en ello.
En esta instructiva charla nos encontrábamos cuando una pálida Svet se presenta escoltada por mis dos esclavas. La paliza ha hecho mella en el estado de la impresionante rubia, su cuerpo se halla cubierto de cardenales y su demacrada cara refleja el gran cansancio que siente.
Sin que se lo tenga que decir Manuel se dirige a Svet:
- Podría seguir torturándote, hacer que sientas una y otra vez el dolor que te mande a los infiernos. Tu coño aun no ha sido castigado, al igual que tu cara o espalda, podría azotarte los pies hasta que pensaras que no podrás volver a andar, hacer que te vuelvas a mear por el dolor que tengo la capacidad de producirte, y quiero que recuerdes esto, he sido un Amo magnánimo que no ha querido castigarte más de lo necesario.
- Gracias Amo –agradece con un ronco susurro la rubia.
- Pero tengo que estar seguro que has aprendido la lección.
- Si Amo, la he aprendido, seré la mejor esclava posible.
- Bien, si es así apóyate en la mesa y ofréceme ese magnífico culo para que sea conquistado por mi ariete.
- Por favor Amo, el culo no, sabe que soy virgen –solloza Svet.
Sin dudarlo Manuel se acerca a Svet y mientras con su mano derecha retuerce el pezón de la cansada esclava con la izquierda le arrea unos tremendos bofetones que hacen volar su preciosa cara de izquierda a derecha y de derecha a izquierda.
- Tan solo son las doce de la mañana y estos amables señores tienen libre hasta bien entrada la tarde así que tú dirás qué prefieres o poner el culo o seguir con el “entrenamiento” de esta mañana.
- El culo, el culo –se apresura a ofrecer Svet inclinándose sobre la mesa y ofreciendo su grupa a su Amo.
Dolores solícita se apresura a engullir y lubricar la polla de Manuel. Cuando esta ya está llena de babas la abandona para que Manuel con cara de sátiro avance hacia su objetivo.
- Zorra, ábrete las nalgas para que pueda follarte –increpa Manuel a Svet que totalmente derrotada abre sus nalgas para que el ariete de Manuel conquiste su hasta ahora inexpugnable fortaleza.
Apoyando el glande en el cerito de Svet de un solo empujón introduce gran parte de su polla en el hasta ahora virginal culo de la esclava que ruge de dolor por tan violenta intromisión.
Con un par de empujones más Manuel consigue conquistar hasta el fondo el derrotado culo de Svet y tras unos cuantos empujones que son recibidos con gritos de dolor por parte de Svet Manuel se corre nuevamente.
- Límpiame la polla –ordena Manuel a Svet sacándola de su culo y poniéndosela delante de la cara.
Como podréis imaginar la polla está llena de restos de semen, mierda de Svet y algo de sangre pero la esclava está totalmente rendida y ya no queda ni un atisbo de desobediencia en su mente por lo que obedientemente lame y chupa la polla de su Amo hasta dejarla reluciente.
- Podéis llevaros a Svet para que descanse –ordena Manuel.
Cuando se van las esclavas continuo departiendo con mi ya amigo Manuel.
- Lo has hecho muy bien, te veo seguro tomando el mando. La prueba de obediencia que has exigido a Svet haciendo que ella misma te ofrezca su culo ha sido realmente impesionante. Como has podido comprobar la sesión de hoy ha hecho que esté totalmente entregada a ti.
- Entonces ¿ya está? ¿Ya has acabado con tu trabajo?
- Aun no. Ya has roto a Svet sexualmente sacando a la zorra que lleva dentro y físicamente has hecho que te tenga máximo respeto y te obedezca, pero aun queda una tercera pata, pero para ello necesito que se recupere. Esta semana voy a mandarte a Sara y a Dolores a días alternos para que curen y mantengan a Svet en estado de total excitación, siéntete libre de utilizar a cualquiera de las dos como si fueran Svet, pero debes dejar que Svet se recupere totalmente de la paliza de hoy. El próximo sábado debe ofrecer su máximo esplendor.
- ¿No me vas a contar nada más? –Me suplica ansioso Manuel.
- Tú relájate y disfruta de Sara y Dolores, lo único que tienes que saber es que yo me encargo de todo y que el próximo sábado pondremos la última pata del taburete. Va a ser tan firme como las dos que ya hemos puesto para que puedas gozar de Svet en su máxima magnificencia. Vas a tener una esclava de la que sentirte realmente orgulloso, pero para ello y una vez has comprobado mis métodos necesito que me des carta blanca que confíes totalmente en mí.
- Por supuesto te doy carta blanca seguro que haces lo debido. Nos vemos el próximo sábado.