Reeducación de la esposa (1 de 4)
Transformación de la escultural esposa de un potentado a su sumisa esclava en tres fases. Fase 1 Romper a la esclava sexualmente
- Sr. Juan ha llegado el Sr.Ortega y su esposa –suena en el interfono de mi pequeña oficina la juvenil voz de Sara.
- Hazlos pasar –le ordeno
Sara, mi joven empleada acompaña al Sr. Ortega y esposa. Mientras tiendo la mano amistosamente al Sr. Ortega, lo evalúo discretamente. Hombre de éxito en los tempranos cincuenta, traje a medida de diseño italiano, reloj Vacheron en la muñeca, zapatos impolutos que solo han pisado moqueta. Exhala dinero y lujo por cada uno de sus poros.
- Lamento conocerle en estas circunstancias Sr. Ortega –le digo mientras le tiendo amistosamente la mano.
- Llámeme Manuel –me dice con voz grave mientras estrecha firmemente mi mano – Juanjo me recomendó sus servicios para estas circunstancias tan especiales.
- No se preocupe Manuel, con la información que nos proporcionó Juanjo, y discretas indagaciones que hemos realizado tenemos una foto clara de la situación. Por favor tome asiento – le indico mientras vuelvo a mi confortable sillón tras el escritorio – Su mujer le ha estado engañando con el monitor de yoga y el jardinero desde hace unos seis meses.
- Eso es mentira – chilla la rubia que le acompaña y que ha debido permanecer de pie dado que en la estancia tan solo hay dos cómodos sillones.
- Calla zorra –le espeta su marido.
- Manuel, en estos casos, y no se ofenda por lo que voy a decirle, dado que su mujer es una zorra, lo que le proponemos es una reeducación de su esposa para que se adapte totalmente a sus deseos sexuales, básicamente su papel pasará de ser la amantísima esposa a una sumisa sexual con la que usted podrá hacer lo que quiera.
- Y quien le ha dicho que yo voy a permitir esa humillación - me grita la rubia.
- Sra. Ortega – me dirijo con mirada reprobatoria a la rubia - en este dossier tenemos fotos de sus encuentros del último mes con esos dos sementales y dos documentos firmados y certificados ante notario en los que confiesan haber mantenido relaciones sexuales de forma habitual con usted. Si su marido pide el divorcio se quedará sin un euro.
- Eso no me preocupa, con este cuerpo puedo conseguir a otro imbécil que mantenga mi tren de vida.
- Manuel -me dirijo al Sr. Ortega ignorando a la rubia - en estos casos el procedimiento es el siguiente, su esposa firma un contrato en el que se obliga a cumplir todos sus deseos, a ser su sumisa, usted a cambio se obliga a cuidarla. Para que tanto usted como su esposa se hagan una idea de lo conseguirá permítanme presentarles a mi mujer. Dolores por favor, preséntate al Sr. Ortega.
De debajo de la mesa sale a cuatro patas mi mujer, tal y como a mí me gusta tenerla, desnuda a excepción de unos altísimos zapatos de tacón, medias de rejilla y ligueros negros ajustados a su cintura.
Dolores es una morenaza de 46 años, su cuerpo maduro desprende sensualidad mientras felinamente gatea hacia el asiento de Manuel. La larga melena morena se desparrama por su espalda mientras sus profundos ojos negros se alzan hacia el Sr. Ortega y con voz grave se presenta.
- Hola Sr. Ortega estoy a su completa disposición para todo lo que usted necesite.
Ante el asombro del Sr. Ortega, Dolores debidamente aleccionada por mí, con los dientes atrapa la cremallera del pantalón de Manuel y lascivamente tira de ella hacia abajo. Con sus delicadas manos hurga dentro de los calzoncillos dejando libre en todo su esplendor la polla del Sr. Ortega.
Golosamente le da lametones como si fuera un helado y con mirada lasciva se la introduce hasta la campanilla y la deglute ansiosamente.
- Oh Dios, podría acostumbrarme fácilmente a esta vida –suspira el Sr. Ortega mientras se repantinga en el sillón para dejar un mejor acceso de su polla a Dolores.
- Manuel si desea follarse a Dolores o encularla no tiene más que ordenárselo.
- Juan, quizás más tarde, ahora esta perrita está haciendo excelentemente su trabajo.
- Dolores está bien entrenada y sabe lo que le conviene, también sabe que si no cumple diligentemente sus obligaciones esta noche dormirá con el culo y quizás algunas otras partes de su sensual cuerpo marcadas por el látigo.
- Svetlana – me dirijo a la Sra. Ortega – usted decide, ser la sumisa sexual de su marido o la calle.
- Me toma por idiota, no necesito pasar por estas humillaciones, como ya le he dicho puedo cazar a cualquier hombre que me proponga– me grita Svetlana.
La verdad es que la rubia tiene razón. Está en su máximo esplendor. Es la típica eslava de piel blanca, pelo rubio y fríos ojos azules. Alta, prácticamente 175 cm, a sus 31 años su voluptuoso cuerpo desprende lujuria por todos sus poros. Carne jugosa y madura lista para ser degustada, es una yegua pura sangre que pide ser domada y montada.
- No deseaba llegar a este extremo, pero Sra. Ortega no me deja usted otra salida – le contesto mientras acciono el interfono – Sara, ven al despacho.
- Ahora mismo señor –se oye la voz de Sara.
Inmediatamente se presenta en el despacho Sara, una joven pelirroja de 21 años.
- Sara por favor enseña al Sr. Ortega lo bien educada que estás.
La joven pelirroja se tiende de espaldas sobre la mesa del despacho mientras con sus manos se agarra las piernas por detrás de las rodillas quedando su joven coño totalmente expuesto.
Mientras Sara adopta la posición yo me desabrocho el cinturón y lentamente tiro de él y lo doblo en dos y acercándome a la temblorosa muchacha.
- Sara, ya sabes cómo va esto.
- Si Amo –responde Sara.
Sin más dilación descargo un fortísimo cintarazo en el coño de la bella pelirroja cuyo grito resuena en el pequeño despacho, mientras apretando los dientes dice:
- Uno, gracias, Amo.
El golpe también influye en los dos espectadores, mientras que el Sr. Ortega eyacula abundantemente en la garganta de Dolores que bien adiestrada traga la leche y mantiene la polla del Sr. Ortega en su cálida boca mientras pierde consistencia, Svetlana se tapa la boca horrorizada mientras ahoga un grito de terror.
Sin dejar que se repongan de su asombro descargo un nuevo golpe en el coño de Sara que vuelve a gruñir:
- Dos, gracias, Amo.
Los golpes continúan y tanto el Sr. como la Sra. Ortega no salen de su asombro. Al llegar a nueve los labios del juvenil coño de Sara están tremendamente hinchados.
- Imagínese que placer follarse ahora a esta jovencita con el coño tan hinchado –me dirijo a Manuel- su ya de por si estrecho coño aprisiona aún más fuertemente la polla produciendo más placer, claro está que para Sara es más doloroso. Sara vamos a por el último.
Sara mantiene las piernas en alto abiertas mientras que dirige las manos a su clítoris desalojándolo de su capuchón y dejándolo totalmente expuesto.
- El último golpe siempre se lo doy en el clítoris –le digo a Manuel mientras el cinto golpea sádicamente el delicado clítoris de Sara que con un tremendo grito se aovilla sobre sí misma.
- Dios es increíble – reacciona el Sr. Ortega.
- ¿Le gustaría tener así a su esposa?
- Daría la mitad de mi fortuna por poder castigar a esta zorra –me responde Manuel.
- Sara, cuéntale a nuestro amigo Manuel como llegaste a esta situación.
- Verá Sr. Manuel, hace un año atraqué con mi pareja el coche que transportaba dinero de unos narcos en México DF, la idea era atracar en México y desaparecer en España, pero el atraco salió mal y en él murieron los ocupantes del coche y mi pareja. Yo cogí el dinero y huí del escenario, pero no me di cuenta que alguien había observado el atraco y me seguía.
- Manuel, los que habíamos observado el atraco y seguíamos a Sara éramos mi mujer y yo que estábamos de turismo, mi muy ya bien educada esposa grabó todo la escena mientras seguíamos a Sara en su huida. Grabamos como se despojaba de su careta y su identidad quedaba totalmente expuesta. La seguimos hasta el hotel en que se alojaba y por unos cuantos dólares en recepción nos dieron sus datos.
Manuel y Svetlana me escuchaban atentamente, cada uno por sus propias razones.
- Lo demás fue fácil, mandamos una copia de la grabación a la habitación de Sara y le ordenamos que se reuniera con nosotros en el bar del hotel. En el bar le expuse claramente la situación, podía hacer llegar la cinta a la policía lo que haría que tuviera una larga condena en una sórdida prisión mejicana, también podía hacer llegar la cinta a los narcos con lo cual su vida y la de sus seres queridos no valdría ni un dólar o bien podía ser mi esclava durante un periodo de cinco años. Ya puede usted imaginar cual fue su elección.
- ¿Y el dinero?
- Manuel, soy ambicioso pero no tonto, obligamos a escribir a Sara una nota de su puño y letra reconociendo el error y diciendo que en señal de respeto devolvía el dinero. Se lo mandamos a los narcos mientras nosotros abandonábamos el país. Una prueba más de que fue Sara la que perpetró el golpe.
- Hijo de Puta – exclama Svetlana - ¿Cómo cree que me va a poder chantajear? – me interroga duramente.
- Manuel – me dirijo al Sr. Ortega ignorando nuevamente a la rubia -¿Ya ha hecho testamento a favor de Svetlana?
- Estoy en ello, pero la estructura de mi holding es complicada y es una tarea laboriosa.
- Eso, Sr. Ortega, le ha salvado la vida. Irina alias Svetlana, alias Dasha, alias Laika era una timadora de poca monta hasta que engatusó a un jefe local de la mafia rusa que a instancias de esta bella señora robó a sus jefes. Cuando empezaron a investigar a Svetlana, seguiremos con ese alias ya que es tan válido como cualquier otro, se puso nerviosa y en el momento en que los jefes estrechaban el cerco de su cómplice decidió matarlo y huir con el botín. La forma más discreta era engatusar algún hombre de mediana edad y montar la farsa de un matrimonio hasta que se calmaran las cosas.
- Que pardillo que he sido –se lamenta el Sr.Manuel.
- Lamento ser yo quien tenga que darle tan aciaga información. Pero aquí la “señora” viendo que había pescado un pez gordo decidió explotarlo y continuó con usted para engatusarle y en cuanto hubiera hecho testamento, un desgraciado accidente habría hecho que toda su fortuna pasara a ella.
Svetlana, pálida como la nieve es incapaz de articular palabra.
- Ahora Manuel, la decisión es suya. No creo que nuestra bella Svet quiera reencontrase con los mafiosos rusos a los que timó. ¿No es así preciosa? –me dirijo a Svet cogiéndola de la barbilla y obligándole a mirarme.
- Por favor, no me mande con los rusos –solloza Svet.
- Bien Manuel, esto es como en los concursos, en la puerta 1 puede dejar libre a su esposa, en la puerta 2 puede convertirla en su esposa sumisa y en la puerta 3 puede tener una bella esclava. ¿Qué elige?
- La tres por supuesto.
- Tú eliges Svet, cinco años purgando tus culpas con Manuel o la mafia rusa.
- ¿Acaso tengo opción? –se lamenta una triste Svet – Me quedo con Manuel.
- Manuel, Svet firmen aquí, para que todo quede legalizado –les comento mientras les acerco un contrato que ya tenía previamente preparado – y por favor firme el cheque con mis honorarios.
Tras la firma del contrato me dirijo nuevamente al Sr. Ortega:
- Manuel, las dos primeras fases del entrenamiento como esclava de Svet son romperla física y sicológicamente, hasta que no sea más que una muñeca en sus manos. Van a ser días muy duros, sobre todo para Svet. ¿Cuándo quiere empezar?
- Inmediatamente.
- Perfecto. Sara ¿Por qué has soportado los diez azotes en el coño?
- Porque si no lo hago el castigo sería peor –responde la joven pelirroja.
- Comprendes Manuel, el primer paso es hacer que la esclava tema el castigo físico, que aunque esté soportando un infierno con el castigo actual que sepa que si falla las consecuencias van a ser espantosamente peores. Para ello estos días vamos a torturar a Svet de todas las formas posibles, físicamente la vamos a romper para que acepte cualquier cosa que usted desee, para que se adelante a sus deseos ansiando tenerle satisfecho porque sabrá que de no hacerlo las consecuencias serán terribles.
- Si no le importa proseguiremos mañana el entrenamiento en su mansión. Los recuerdos de estos días van a quedarse grabados a fuego en la mente de Svet y si éstos se producen en el sitio en que vivirá habitualmente no podrá intentar enterrarlos en lo más profundo de su subconsciente. Día a día los recordará con terror obligándose mejorar como esclava ya que sabe que si no volverá a sufrir estas experiencias. Aprovechando que es viernes y que para los dos primeros días necesitaremos intimidad absoluta, le sugiero que conceda un fin de semana libre a todo el servicio.
- Y para ti Svet no te vamos a permitir ninguna tontería. No sé si recuerdas la exploración ginecológica que te hicieron el miércoles. Aprovechamos para implantarte un localizador GPS así que cualquier intento de huida nos lo tomaremos muy a mal.
Fase 1 – Romper a la esclava sexualmente
Al día siguiente nos dirigimos a la mansión de Manuel que como no podía ser de otra manera se encontraba en una lujosa urbanización a las afueras de la capital, por suerte Manuel ya había dado orden a los vigilantes de la entrada.
La mansión se encuentra en un espectacular terreno de 10.000m2 a la que no le falta de nada piscina, gimnasio, jardín e incluso una pequeña zona arbolada, totalmente vallado por lo que la intimidad de sus moradores queda totalmente asegurada.
- Buenos días Manuel. ¿Ansioso por empezar la doma? –saludo a mi anfitrión mientras estrecho su mano.
- Ilusionado como un niño con zapatos nuevos –me responde Manuel con una gran sonrisa dibujada en su cara, y no es para menos ya que la potra que vamos a domar es de lujo.
- La doma tiene varias fases y la primera de ellas es romper sexualmente a Svet, dado que es una hembra de rompe y rasga estoy casi seguro que siempre ha impuesto su satisfacción sexual por encima de su pareja.
- Ahora que lo dices tienes toda la razón Juan – me interrumpe Manuel – en la cama siempre he tenido que esforzarme por satisfacerla pensando antes en su placer que en el mío, por ejemplo nunca se ha comido mi polla dice que le da asco, y si no quedaba satisfecha tenía que aguantar malas caras y desprecios.
- Para romperla sexualmente tenemos que conseguir dos cosas:
- Llevarla al mejor orgasmo de su vida
- Denegarle los siguientes orgasmos para que esté salida como una perra y haga lo que sea para conseguir el siguiente.
- Lo mejor hubiera sido tenerla una semana al borde del orgasmo, permitirle uno y luego tenerla un mes de abstinencia pero excitándola continuamente, con vibradores introducidos en su culo y coño, balas vibradoras en los pezones, continua exposición a escenas de alto contenido sexual ya sea trayendo a otras mujeres a casa, llevándola a clubs de intercambio como espectadora…
- Al final se trata de conseguir que Svet le adore y vea en usted la única manera de aplacar sus ansias sexuales. Desgraciadamente su tiempo es muy valioso y tendremos que seguir el método corto, gracias a una serie de drogas (ketamina, popper, GHB, metanfetamina) combinadas con algunas técnicas de mis dos esclavas llevaremos en muy pocas horas a Svet a esa situación.
Mientras tanto mis dos esclavas han ido a por Svet y ahora la presentan ante mí. Aún recién levantada con un sencillo conjunto de pantaloncito y camiseta está para devorarla.
- Buenos días Svet, la lección de hoy es que Manuel, tu Amo es dueño de tu cuerpo y mente, y por lo tanto de tu placer sexual. Aprovecha para disfrutar de tu último orgasmo en mucho tiempo, tanto como desee tu Amo. Tómate estos comprimidos y déjate llevar por Dolores y Sara.
- En el contrato no ponía nada de drogas –protesta Svet.
Plassss, resuena el tremendo bofetón que Manuel ha sacudido a Svet y que la ha tumbado en el suelo.
- Tú te tragas lo que se te diga y punto en boca –le espeta Manuel con gélida voz.
- Muy bien Manuel –le animo- vas tomando la actitud correcta y esto es fundamental para el éxito del entrenamiento.
Una vez que Svet se ha tomado las drogas y que son de efecto casi inmediato ordeno a mis dos esclavas:
- Sara, Dolores ya sabéis como hay que proceder.
La joven pelirroja y la madura morenaza se lanzan como lobas ansiosas sobre el cuerpo de una desorientada Svet que ve como la lengua furiosa de la morena Dolores asalta su boca fundiendo cabellera rubia y la morena en un amasijo de placer. Mientras tanto la crin pelirroja de Sara se desparrama sobre la blanca piel de Svet al tiempo que ataca sus pezones succionándolos, estirándolos con los dientes, mordiéndolos y éstos agradecidos se ponen duros como rocas.
La cara de Manuel refleja el asombro por tal batalla sexual y me veo obligado a comentarle:
- Hace dos meses que mis esclavas no se corren, le he prometido que si consiguen llevar a Svet al borde del mejor orgasmo de su vida esta noche se van a poder correr las veces que quieran. Ese es el objetivo de estas sesiones, que estén tan desesperadas por un orgasmo que hagan lo que sus amos quieran sin planteárselo.
Mientras tanto la batalla continua, Sara ha cedido su lugar en los pechos de Svet a Dolores que los muerde y retuerce sin delicadeza alguna mientras Sara ha descendido a la gruta del placer de Svet. La rubia ondea lascivamente sus caderas al ritmo que marca la lengua de Sara intentando llegar al climax que la libere de esta deliciosa tortura sexual.
- Por favor, no puedo más, llenadme el coño con lo que sea – suplica la jaca rubia deseando ser empotrada.
El bulto de la polla de Manuel se hace evidente y viendo que la rubia ya está madura hago una seña a Dolores y a Sara paren.
- Svet ¿quieres que Manuel rellene tu asqueroso coño con su polla?
- Si, por favor, Manuel estoy totalmente dispuesta, como a ti te gusta – suplica la rusa mientras se ofrece a cuatro patas apoyando sus tetas y su cabeza para que sus dos orificios queden totalmente expuestos y sean fácilmente accesibles. El olor a hembra en celo inunda el salón.
- Lo siento pero ahora mismo estoy muy bien –responde Manuel, al que Sara tras haber abandonado el coño de Svet se ha lanzado a comerle la polla.
En el momento en que Svet se apercibe que Sara está comiéndose la polla de su señor, se abalanza sobre ella y la aparta de un empujón, Sara con su metro sesenta no es rival para la potranca rubia y se acerca a Dolores que está succionando ávidamente mi polla para engancharse con sus labios a mis cojones cual garrapata.
Svet chupa como una aspiradora la polla de Manuel que está extasiado.
- Juan, solo por ver a esta perra comiéndose con estas ansias mi polla, ya te has ganado el sueldo.
Manuel aprovecha para follarse la boca de la rubia mientras la sujeta cruelmente por los pezones y ésta castiga furiosamente su coño buscando el tan ansiado orgasmo.
Repentinamente Manuel pone a la rubia a cuatro patas y de un solo golpe, sin esfuerzo introduce la polla en su chorreante coño, no pasan un par de empujones cuando la rubia comienza a encadenar un orgasmo tras otro y en el momento en que Manuel descarga su abundante corrida en el coño de Svet ésta se desmaya de placer.
- Te invito a unos chuletones –me comenta Manuel tras limpiar con la rubia cabellera su polla e introducirla de nuevo en sus pantalones – el mejor orgasmo de mi vida y sin haberme sacado los pantalones –reflexiona Manuel.
- Acostúmbrate porque de estos vas a tener cuando quieras. Chicas ya sabéis lo que hay que hacer- ordeno a Dolores y Sara- nosotros nos vamos a comer.
Mientras nosotros nos fuimos a comer Dolores y Sara aplicaron en el tratamiento completo a Svet, le insertaron un huevo vibrador a poca velocidad, un plug anal también vibratorio que le daba muy ligeras descargas eléctricas y tras atarla en cruz a la cama se dedicaron a sobarla, manosearla, comerle el lóbulo de la oreja, mordisquear su cuello, lamer sus tetas, pellizcar sus pezones, recorrer sus muslos, juguetear con su clítoris, han sido horas y horas de placenteras sensaciones que han mantenido a Svet al borde del orgasmo, deseando cada vez más una polla que rellene su coño y la lleve hasta tan deseado éxtasis.
Nada más llegar tras ponernos cómodos mis dos esclavas acompañan a Svet delante de su amo. Svet sin poder aguantar más la calentura se lanza a los pies de Manuel que tan solo lleva un batín:
- Por favor Amo, fóllese a esta esclava –le suplica, asumiendo ya que Manuel es el dueño de sus orgasmos.
- Como ves Manuel, Svet está ansiosa porque le rellenes alguno de sus agujeros, seguro que está dispuesta a hacer lo que quieras.
- Si Amo, ordene lo que quiera que esta perra lo hará –suplica ansiosa la eslava, ya sin rastro de su superioridad en la cama.
- Pues la verdad es que siempre he deseado que hicieras algo por mí.
- Lo que sea mi Amo –replica anhelante Svet.
- Siempre he deseado que me hagas un beso negro –replica Manuel mientras se despoja de su batín y se pone a cuatro patas.
La impresionante rubia se lanza ávida sobre el trasero, porque no decirlo sudado de todo el día y vete a saber que más, hundiendo su lengua entre las dos nalgas de Manuel.
- No te olvides de los alrededores –grita entre risas Manuel.
- Juan, si me hubieras dicho ayer que esta zorra me estaría comiendo el culo te habría despedido ipso facto por mentiroso.
- Como ves tan solo necesitan cierta motivación –le replico disfrutando de una suave mamada de Sara y Dolores.
Tras un rato en que Manuel se cansó de la actividad de Svet se sentó en su sillón orejero y adelantando un pié le ordena a Svet:
- Zorra, frótate el coño contra mi pie, no puedes utilizar las manos. Tienes 3 minutos para llegar al orgasmo, si no lo consigues no tendrás uno hasta mañana.
Es un sensual espectáculo ver como esa beldad se agarra a la pierna de Manuel y ansiosa frota su coño contra el pie como un animal en celo. El salón se llena de los gemidos de Svet que frota despiadadamente su coño intentando llegar a tan ansiado orgasmo.
Dolores, atenta como siempre, para poner un poco más nerviosa a la deidad rubia cuando han trascurrido 30 segundos informa:
- Dos minutos y medio.
- Dos minutos
- Un minuto y medio
- Un minuto
La cara de Svet es todo un poema, mezcla de lascivia, deseo y nerviosísimo. No está acostumbrada a aislarse para conseguir sus orgasmos y la situación la está sobrepasando.
- 30 segundos, 29 segundos…
Desesperada Svet intenta introducirse el pie de Manuel en el coño, pero este aún es demasiado grande para su pequeña entrada, todo se andará.
- 5, 4, 3, 2, 1
Un grito de frustración sale de la garganta de Svet en el momento en que Manuel le empuja haciéndola caer y antes de que sus manos puedan intentar acariciar su clítoris Sara se abalanza sobre ella para inmovilizarla.
- Por favor Amo, no aguanto más, haré lo que sea, pero por favor permítame correrme.
- Dolores, Sara llevadla a la habitación y encadenadla boca arriba en cruz a la cama para que no se pueda tocar ni frotar sus muslos, mantened el huevo a baja potencia en el coño, el plug anal y poned unas balas vibradoras en sus pezones. Para que no moleste ponedle una mordaza polla en la boca –es una mordaza que introduce una polla hasta la garganta de la sumisa.
- Si Amo –replican mis bien dos entrenadas esclavas.
- Manuel cuando vuelvan las dos esclavas elige una de ellas para que te amenice el resto de la tarde y la noche que debes tener los huevos bien cargaditos.
- Pues la verdad es que si, Svet va salida como una perra pero no te creas que yo voy mucho mejor, he tenido que contenerme para no volver a ponerla a cuatro patas y follarla hasta reventar.
El resto del día transcurrió sin mayores incidencias, Sara acompaño a Manuel a su cuarto pero como este aún no tiene mucha experiencia como Amo tan solo se escucharon gemidos de placer, ni una triste azotaina y para no molestar yo también me contuve de explayarme con Dolores, ya que al día siguiente tocaba romper físicamente a la esclava.