Reecreación de encuentro en el ascensor (1)

Este nuevo relato es para tod@s l@s que me leen, pero sobre todo para aquell@s a los que el primer relato no les gustó,este relato es con el que comencé esta historia, pero ahora está bien escrito y ampliado gracias a la experiencia adquirida con el tiempo, espero que os guste.

Dormía profunda y plácidamente cuando de repente un sonido estruendo y ruidoso me sacó de mis sueños y me despertó, apoyé la mano en la mesilla y tras varios intentos conseguí poner la mano sobre el despertador, lo apagué y di media vuelta en la cama, que bien se estaba en la cama con el frío que hacia fuera, eran las 7:30 del Viernes, la explicación de porqué levantarme tan pronto, tengo que ir a la universidad, me da pereza salir de la cama con lo calentita que estoy, cierro los ojos, pero mi cabeza no me deja, levántate, te estás durmiendo, venga, ¡vamos!, entonces hago acopio de todas mis fuerzas y dispongo a levantarme, me levanto dando tumbos y con los ojos entrecerrados voy hacia la ventana y levanto la persiana, mis ojos tardan un rato en acostumbrarse a la luz y cuando ya me he acostumbrado miro el paisaje y el día que hace.

Son las 7:30 del Viernes, y a estas horas ya hay gente en la calle, van bastante abrigados y los árboles se balancean de un lado para otro, hace viento y frío, pero aún así está saliendo un sol espléndido, eso me levanta el ánimo, y digo en voz alta sonriendo, hoy va a hacer bueno.

Al decir esto en voz alta, me volví a acordar, como si el recuerdo fuese el encuentro de una fotografía escondida en el fondo del cajón, ese recuerdo volvió a reproducirse en mi cerebro, imagen por imagen, palabra por palabra.

Todo esto empezó hace dos meses, cuando me dejo Celeste, mi novia, bueno ahora mi ex novia, desde ese día en el que se marchó por mi puerta llorando.

El día después de irse, sonó el despertador, y cómo hacía cada mañana, me levantaba, me dirigía hacia la ventana, levantaba la persiana y decía si iba a hacer un día bueno o un día malo, entonces la miraba a ella, todavía tumbada en la cama y sonriendo, ahora veía la cama vacía, cuando la decía el tiempo que hacía, día tras día, cogió un día y me dijo, me da igual si hace bueno o si hace malo, para mí, todos los días son buenos mientras tú estés conmigo.

Desde ese día, daba igual el día que me encontrara tras la ventana, daba igual si hacía bueno o si hacía malo, no me importaba nada en absoluto, después de decirme eso, un día levanté la persiana y la dije "hoy va a hacer bueno", yo sabía lo que ella me iba a decir, entonces ella miró a la ventana desde la cama y me dijo, si hace un día terrible, la verdad es que lo hacía, llovía a cántaros y el cielo estaba de un gris muy oscuro, casi negruzco, se veía que iba a ver una fuerte tormenta, entonces yo cogí, me tumbé a su lado en la cama, me acerqué a sus labios, la miré a los ojos y la dije, todos los días son buenos mientras tú estés conmigo, me sonrió, la sonreí, nos besamos e hicimos el amor dulcemente, ese día la amé como nunca antes había amado a nadie.

No sé porqué lo sigo diciendo "hoy va a hacer bueno" si ya no está, qué más dará si hace un sol radiante, como si caen chuzos de punta, todos los días desde que me dejó sigo haciendo lo mismo, mañana tras mañana, supongo que será para no olvidarme de ella, o tal vez porque no quiero aceptar la ruptura,  aún no la he olvidado, y todavía me acuerdo de algunos momentos con ella, dirigiéndome hacia el baño, mi mente seguía pensando, ya han pasado tres meses, es hora de olvidarla, pero no, mi mente me traiciona y se sigue preguntando ¿en qué fallaría?, esa pregunta me asalta desde aquel momento.

Me desnudé, me metí en la ducha, abrí el grifo y el agua cayó sobre mi cuerpo, que fría estaba, necesitaba una ducha para despejarme, la pregunta de antes asaltó ese recuerdo a mi cabeza, ese recuerdo ya formaba parte de mí, era como un video visto una y otra vez, del cual quería obtener respuestas, las cuales por supuesto no se encontraban allí, pero mis ojos y mi corazón se negaban a aceptar esa verdad.

El recuerdo comenzaba una tarde, con la tele enfrente de mí, me encontraba sentada en el sofá del salón viendo una serie de la tele, entonces escuché la cerradura de la puerta del piso, sonreí de felicidad, pues supuse que era Celeste que volvía de la compra, y cuando la vi entrar sin la compra, supe que algo no iba bien, tras cerrar la puerta, sin echar la llave, pensé que se la había olvidado algo, pero ya llevaba como media hora fuera, así que pensé que eso no podía ser, fue el remate cuando la vi durante un rato en la puerta con la mano apoyada todavía en el manillar y mirando para el suelo, parecía como si necesitara coger las fuerzas necesarias para hacer algo cuyo pensamiento se contradecía, mi corazón se encogió, me asusté, qué la pasaba, entonces me levanté del sofá y la pregunté "¿Celeste estas bien?", "¿te ha pasado algo?", ella no contestó, me disponía a acercarme a ella, cuando quitó la mano del manillar, entró en el salón, no me miró y se fue directa a la habitación, la perseguí por el pasillo.

Celeste entró en la habitación, llegué al marco de la puerta cuando miré y la vi haciendo su maleta apresuradamente, me acerqué a ella, la pregunté con un tono de voz quebradizo y asustado "¿qué haces Celeste?", ella no me contestó, iba de acá para allá, recogiendo sus cosas y metiéndolas en la maleta, no pude aguantar y la agarré por los dos brazos, la paré en seco, y entonces la vi la cara, tenía todo el maquillaje corrido, estaba llorando, me hundí, tragué saliva y como pude la pregunté, ¿qué pasa Celeste?, entonces la solté, esperando que hablara, estuvo un segundo quieta y me dijo "lo siento Iris" y rápidamente cogió lo que la quedaba por meter en la maleta, la arrastró como pudo por el pasillo e iba directa a salir por la puerta pero yo se lo impedí, me puse entre ella y la puerta, la miré, "no te vas sin darme una explicación convincente", y ella comenzó a decir llorando

"yo no soy buena para ti Iris, tu lo has dado todo en nuestra relación y yo te he engañado con otra, ¡no puedo seguir mintiéndote!, me duele, he metido la pata, y para que tarde o temprano se descubra la verdad, prefiero que sea antes, para que no pierdas el tiempo conmigo, en nuestra relación, estando ya perdida", yo la contesté "¿me quieres?", y ella me contestó "sí, te quiero", y yo la dije "¿y entonces por qué no luchas por nuestra relación?", ella me contestó "me estoy enamorando de la otra chica, y quiero lanzarme a esa relación, ahora apártate de la puerta", y yo la contesté que "no", ella se acercó hacia la puerta, puso su mano en el manillar y dijo "no me lo hagas más difícil", " no quiero que te vayas Celeste mi corazón no permite dejarte marchar", ella tiró del manillar hacia abajo, "sé que es difícil pero pronto lo superarás".

La miré a los ojos, me puse a un lado de la puerta y la dije "quédate conmigo, te quiero" noté como una lágrima resbaló por mi mejilla izquierda y como mi corazón se estaba resquebrajando, a lo que ella contestó en un suspiro eterno "no" y salió por la puerta dando un portazo, mi corazón se rompió, tras suceder esto, volví al salón, me volví a sentar y miré la tele, pero mi cabeza no estaba atenta a la serie, sino que estaba asimilando lo ocurrido.

Terminé de ducharme y me encaminé a la cocina, puse la cafetera, y de nuevo otra vez, el mismo recuerdo cada vez que encendía la maldita cafetera, yo solía irme a preparar el desayuno después de abrir la persiana y decirla el tiempo, ella se quedaba un rato más en la cama, cuando olía el café se levantaba y cuando lo estaba sirviendo en las tazas, ella venía, me abrazaba por la espalda y me decía "me encanta como preparas el café", después me besaba y nos sentábamos a la mesa para desayunar, cada rincón de la casa me recuerda a ella, creo que me estoy volviendo loca.

Tras desayunar y vestirme, me dirigí hacia la puerta, cerré, me metí en el ascensor, entré en el coche, encendí la radio y puse rumbo a la universidad, llegué y aparqué, antes de ir a clase me fui a la cafetería a tomar el segundo café para poder aguantar todo el día, cuando llegué me encontré con una nueva camarera.

Iris: hola, ¿me pones un café con leche?

Camarera: sí (me sonrió)

Mientras lo preparaba, miré el móvil, ningún mensaje de nadie, tras la ruptura con Celeste, ese día tirada en el sofá, por la noche me emborraché, y la dejé como unos 50 mensajes en el buzón del móvil, aquello tuvo tres consecuencias, la primera como estaba claro, ningún mensaje me fue respondido, la segunda, cuando me llegó la factura del móvil de ese mes se me salieron los ojos al ver el gran pastizal de dinero que me gasté, y la tercera, el arrepentimiento por enviarla tales mensajes, a la mañana siguiente me acordé de algunos de ellos, y he de admitir que eran lamentables, pasé por todas las emociones aquella noche, rabia, furia, tristeza, lamento, desesperación, hasta llegar a la súplica, desde ese día no he encontrado a otra chica, tampoco es que haya insistido mucho en buscarla.

La camarera llegó con un café en la mano, la pagué, me quedé en la barra y comencé a tomarme el café, la camarera me seguía mirando, comenzó a limpiar la barra con un trapo y cuando estuvo lo suficientemente cerca de mí, la pregunté.

Iris: ¿Eres nueva?

Camarera: sí, he comenzado hoy (me sonrió)

Paró de limpiar y se quedó cerca de mí, por lo que capté como una señal para seguirla hablando, opté por presentarme.

Iris: no me he presentado, me llamo Iris (la sonreí)

Camarera: yo soy Eva, un placer conocerte.

Iris: el placer es mío.

Me seguí tomando el café y cuando terminé la dije.

Iris: ahora me tengo que ir a clase, el café estaba delicioso, te veré por aquí.

Eva: gracias, estoy segura de que verás por aquí, sobre todo por las mañanas que es cuando estoy, por las tardes no estoy.

Iris: por las tardes yo tampoco estoy.

Entonces nos miramos y se produjo un silencio incómodo que yo no supe romper y ella en un principio tampoco, la decisión que elegí fue marcharme pero antes de que diera un paso me dijo.

Eva: espera Iris.

Cogió una servilleta, apuntó algo en ella, la dobló y se disponía a dármela pero antes me dijo.

Eva: no la abras aquí, tienes que abrirla fuera de la cafetería, ¿de acuerdo?

La miré a los ojos y la respondí de acuerdo, la dije adiós y me dirigí hacia clase, cuando llegué y me senté, abrí la servilleta y ponía:

"por ser la primera persona que me pregunta si soy nueva

y sobre todo porque me has gustado desde que te he visto

entrar y me has sonreído, te entrego mi número de móvil

para que me llames cuando tú quieras.

Que tengas un buen día Iris

Numero de teléfono        Firmado

7845242174            Desde hoy y para siempre,

tu camarera preferida

besos <3 "

Al instante me salió una sonrisa, sin pretenderlo había ligado, el día lo pasé pensando en Eva, la camarera, cuando salí de clase, me dirigí hacia la cafetería, estaba a punto de marcharse a casa, pero la pillé justo a tiempo.

Cuando estuve a su lado, comencé a hablar.

Iris: me ha encantado tu nota, y la verdad es que me gustas pero me parece muy precipitado, yo no quedo con las chicas el primer día que me dan su teléfono, bueno es que es la primera vez que me dan un teléfono de esta manera,  no sé lo que quieres que sea yo para ti, si simplemente un rollo, una relación seria, hace dos meses me dejó mi novia, estaba muy enamorada de ella y la verdad es que desde entonces no he pensado en salir con otras chicas, no paraba de hablar y cuando me di cuenta de su cara de pánico, paré.

Cuando paré, su reacción fue reírse, yo también me reí.

Me miró y me dijo.

Eva: yo que pensaba que estabas acostumbrada a recibir números de teléfono, te lo he dado, pero por lo visto me he equivocado, tranquila Iris, no era para que me llamaras hoy, incluso no pesaba que lo hicieras, he dado mucho mi móvil a chicas que sé que solamente voy a pasar una noche loca con ellas y que luego me van a olvidar, pensaba que tú eras una de esas chicas.

Iris: ¿yo, porqué?

Eva: no lo sé, es algo que no puedes describir, tienes esa aura sexy, esa mirada tan profunda y esa sonrisa, y tu encantadora voz al hablar, que volverías loca a cualquier chica aunque no te lo propusieras, pero por encima de todo eso hay algo más que produce una atracción hacia ti.

Iris: eres la primera que me dice esto.

Eva:(me sonrió)no sé que responder a eso...Iris sé lo que es una ruptura, créeme, el problema es que siempre me enamoro de chicas como tú, y las chicas como tú soléis estar con una chica diferente cada día.

Iris: yo nunca he estado con una chica cada día.

Eva: porque no sabías que podías y de esa chica de la que te enamoraste, seguramente tenía algo que ninguna otra chica podría tener, a veces a las chicas como tú las pasa eso, están con cualquier chica, hasta que un día se enamoran y sufren, porque a esa chica no le gustas, o porque es inalcanzable, luego está la opción de que te puedas enamorar de otra chica como tú, que volvería a cualquier chica loca como lo podrías hacer tú y si te encuentras a alguien así alguna vez, entonces comprenderás porqué les gustas a todas, tendrá ese aura, voz, encanto, ese algo tan especial que tú tienes.

Iris: sabes mucho del amor.

Eva: si sabes mucho sobre el amor, es porque también has sufrido todo eso que sabes.

Iris: ¿entonces entre tú y yo?

Eva: solamente puede ser un lío, así que si algún día te aburres y quieres llamarme para divertirnos, llámame.

Iris: pero si hago eso, existe la posibilidad de que te enamores de mí.

Eva: estoy enamorada de ti desde que has entrado en la cafetería y me has sonreído, así que esa posibilidad ya no existe.

Iris: pero sí existe la posibilidad de hacerte daño.

Eva miró hacia abajo, sí, esa si existe.

Iris: de momento prefiero no hacerte daño, espero que no te importe (la sonreí)

Eva: me encanta la opción que has elegido.

Llegaba el autobús, en unos instantes se marcharía, pero antes de eso me dijo.

Eva: sabes Iris, estás dentro del grupo de las chicas que puede estar con cualquier chica, pero sin embargo eres diferente, porque te impulsas con lo que te dicta tu corazón.

Iris: ¿y eso es mejor?

Eva: yo lo considero como algo único que hasta ahora no había encontrado, pues tú podrías haber decidido llevarme a la cama y pasártelo bien, sin embargo has pensado en las consecuencias que supondrían en mí, y has decidido no pasártelo bien por mí.

Eva se iba a subir al autobús, antes de hacerlo me dijo.

Eva: la chica a la que quieras con el corazón será muy afortunada, adiós Iris (me besó en la mejilla y se subió al autobús)

Yo me quedé unos instantes ahí parada, pensativa, hasta ese momento no me había dado cuenta de lo especial que era.

Luego, al subirme en el coche, me acordé que tenía que ir a comprar unos libros para la universidad, era la 13:00, por lo que me daría tiempo antes de irme para casa.

El trayecto duró aproximadamente unos 15 minutos, tuve suerte y encontré aparcamiento nada más dar un par de vueltas, había otras librerías más cerca de casa, sin embargo una compañera de la universidad me recomendó esta, nada más entrar, me saludó una chica muy joven, tendría mi edad aproximadamente, unos 20 años, supuse que era la dependienta puesto que estaba detrás del mostrador, era preciosa, ocultaba su belleza, pero, tras esas gafas se veían unos ojos azules cristalinos preciosos, y aunque llevara la melena recogida en una coleta, se la veía una chica hermosa, las facciones de su cara me recordaron a las diosas griegas. Me puse a buscar los libros, encontré dos de tres de mi lista, el tercero no lo encontraba, por más que buscara, parecía esconderse de mí, entonces la chica al verme de pasillo en pasillo me preguntó, "¿te puedo ayudar?", yo la contesté "sí, por favor" tras decirla esto, la sonreí y le di el título del libro, tras unos segundos de espera, ella volvió con un libro entre las manos.

Me dijo "estaba escondido" me mostró una amable y encantadora sonrisa, yo la respondí con otra sonrisa y la dije "seguramente el libro quería que lo encontrarás y cogieras tú", no me di cuenta de lo que la había respondido hasta que lo pensé, tras decirla esto, la chica se sonrojó, yo intenté solucionarlo, "quiero decir", "mmm", "que el libro quería que lo encontrases tú", "vale no lo he solucionado" (me reí), la chica también se rió, tras pagar y coger los libros, me despedí y salí por la puerta, es verdad que yo surtía cierto efecto en ellas.

Después de salir de la tienda me dirigí a casa a prepararme algo de comer, aparqué, subí las escaleras, entré en el portal, y allí estaba ella, esperando el ascensor, mi vecina, la había visto un par de veces antes, pero nunca antes habíamos coincidido.

Iris: Hola.

Mi vecina: Hola (todavía no sabía su nombre).

Entonces mis ojos marrones se encontraron con sus ojos verdes y ese preciso instante de conexión provocó un paro en el tiempo, nuestro alrededor desapareció completamente, tan solo quedamos ella y yo, frente a frente.

En ese momento sentí muchas cosas que nunca antes había sentido, sentí mi corazón palpitante, acelerado, desenfrenado, alocado, ilusionado...,también la sentí a ella, sus ojos me condujeron a su interior, supe exactamente como era sin ni siquiera conocerla, supe que era inteligente, simpática, divertida, ordenada, detallista, puntual, apasionada y un sin fin de más cualidades, cada una más increíble y especial que la anterior.

La conexión de nuestras miradas, los espejos de nuestra alma nos mostraron que éramos las dos partes de un puzle que encajaban a la perfección, ella era para mí, lo que yo era para ella, simplemente perfecta, nuestra búsqueda en encontrar a nuestra media mitad ya no tendría sentido, pues ambas sabíamos que la teníamos delante.

De repente apareció el ascensor, nuestras miradas no se separaron, ni tampoco nuestros cuerpos se movieron, las dos sabíamos que el ascensor estaba allí pues lo habíamos sentido llegar, no sabíamos cómo reaccionar con lo que había pasado tan solo hace un segundo, tampoco intuíamos cómo íbamos a reaccionar dentro del ascensor, a menos distancia, a un palmo de sus labios, deseaba sus labios, para que engañarnos, deseaba sus manos, su cuerpo, su mirada a dos centímetros de la mía, y sus labios a menos de un milímetro de los míos, mi cuerpo estaba ardiendo de impaciencia, mi cabeza me decía que me contuviese, y de momento cuando entrara en ese pequeño cubículo, así lo haría, así que aunque no supiésemos lo que allí pasaría, nos lanzamos al abismo.

Ella abrió la puerta.

Mi vecina: pasa.

Iris: sí.

Pasé, me puse en la pared cerca de la puerta del ascensor, ella se colocó enfrente de mí, en la pared donde se encontraban los botones de los pisos.

Mi vecina: ¿al séptimo? (estaba señalando el panel de los botones)

Iris: sí.

Pulsó el botón, el ascensor cerró las puertas y comenzó a subir.

Esta vez de cerca me llamaba más la atención, era guapísima, sus ojos miraban para todos los lados menos para mí, sobre todo para mis ojos.

Iris: Lo siento, no me he presentado, me llamo Iris.

Entonces me miró a los ojos.

Mi vecina: yo me llamo Celia (sonrisa)

Su sonrisa era preciosa y ahora no separó sus ojos de los míos, ni yo de los de ella, su mirada me estaba volviendo loca.

Y de repente pasó, yo me acerqué a ella, y sin apartar mi mirada de sus ojos, apoyé mi mano derecha en la pared encima de su hombro izquierdo, ella tragó saliva, miré sus labios y otra vez sus ojos, mi corazón palpitaba cada vez más deprisa, me acerqué más a sus labios, hasta tenerlos tan solo a un centímetro de los míos, entonces nuestras miradas conectaron, sus labios se entreabrieron y yo la besé, ella me abrazó tan fuerte que caímos en la pared de enfrente dónde yo había estado antes, una de mis manos la acarició el pelo mientras con la otra la agarré la cintura, ese beso paró el tiempo.

Nos separamos un segundo para respirar, pero como dos imanes que se atraen inevitablemente, nos volvimos a besar, cuando nos volvimos a quedar sin aire, separamos nuestros labios tan solo unos centímetros.

Celia: Esto no me había pasado nunca.

Iris: a mí tampoco, notaba su respiración, se mordió el labio inferior y no pude resistirme a besarla, me encantaba, me agarró la espalda con tanta fuerza que me hizo estremecer, jamás había sentido una atracción física tan fuerte por nadie.

Nuestras lenguas se movían, bailaban, mi mano se metió debajo de su camisa, suspiró, la bese  en el cuello, mientras mi mano seguía debajo de su camisa acariciándola.

Notaba sus contracciones, se estaba poniendo muy cachonda, inesperadamente, ella se apartó un poco de mí y me arrancó la camisa, me besó frenéticamente, me desabrochó el sujetador que se desabrochaba por delante y comenzó a lamerme un pezón, me volví loca, luego subió hasta mi boca y me besó, la llevé hasta la otra pared, la arranqué la camisa, la puse contra la pared de espaldas hacia mí, la quité la camisa, la desabroché el sujetador, y mis manos subieron por la cintura hasta rodear y apretar sus pechos, se excitó, mientras mi boca estaba en su cuello, la mordí suavemente casi en una caricia, ella se dio la vuelta y se juntó contra mí, nos fuimos a la otra pared, nuestros pechos se tocaron y nuestros pezones se erizaron del placer que provocó el juntarlos, cuando dejó de besarme, cogí un pecho y chupé su pezón, estaba delicioso, lo mordí, ella cada vez estaba más cachonda y yo cada vez más mojada, ya no aguantamos más, ella estaba más desatada que yo y su mano desabrochó el botón de mi pantalón, se deslizó dentro de mis bragas y comenzó a acariciarme el clítoris, me excité, la sujeté el pelo con la mano derecha, eché para atrás su cabeza lo que dejó su perfecto cuello al descubierto y comencé a besarlo, se estremeció, mientras su mano seguía jugando, me contraía cada vez que lo acariciaba, sentía mucho placer, con la mano hice que sus labios se acercaran con los míos, pero sin besarnos, y con mi otra mano desabroché el botón de su pantalón y la introduje dentro de ella, comencé a moverla en círculos, masajeando su clítoris, estaba muy mojada, me encantaba, escuchamos nuestra respiración a la vez aashhh aaa y la besé.

Nuestros labios se separaron y nos concentramos en darnos placer mutuamente.

Celia: como me estas poniendo….

Iris: y tu a mí…

Nuestras manos comenzaron a coger ritmo, cada vez iban más deprisa y daban más placer, gemíamos todo el tiempo, de vez en cuando parábamos, nos besábamos y volvíamos con la misma rapidez o incluso mayor, la metí dos dedos y note su contracción, ella me hizo lo mismo, el cuerpo se me estremeció del gran placer que produjo dentro de mí.

Celia: mmm, me encanta, te quiero dentro de mí.

Noté como su respiración se aceleraba y como gemía de placer.

Movíamos las manos cada vez más deprisa, en consecuencia nuestras contracciones iban en aumento.

Celia: no pares, aaa, me encanta…

Las dos nos dábamos placer mientras nos íbamos moviendo de pared en pared, estábamos a cien, el orgasmo cada vez estaba más cerca, las contracciones de placer cada vez eran más intensas, ella me pedía más y yo se lo daba, en consecuencia ella también me daba más.

Celia: espera no llegues todavía dame más.

Iris: si te doy más, dame tu más.

Ya estábamos a punto.

Celia: fóllame más deprisa, sí, así, no pares.

Me arañó la espalda, me puse como una moto.

Iris: sigue, más, más fuerte.

Celia: ya llego.

Iris: y yo.

Celia: un poco más.

Iris: venga.

Mi cuerpo junto al suyo, ardiente y desenfrenado, buscando el placer en aquel ascensor caluroso y pequeño.

Unos movimientos más rápidos de nuestras manos y se produjo el mayor orgasmo de mi vida, noté su vagina contrayéndose varias veces al igual que la mía, fueron unas contracciones muy intensas y placenteras, al mismo tiempo la suya y la mía, lo que intensificó el placer de aquel orgasmo, ya no éramos dos piezas por separado, sino que formamos una sola pieza, sus ojos clavados en los míos junto con nuestros labios rozándose, noté el fuego que desprendían nuestros cuerpos y esa atracción irrefrenable que lo puede todo, acabamos en un beso perfecto, dónde ya no importa nada más.

Tardamos un tiempo en volver a la realidad y cuando volvimos...

Mis querid@s lectores, este relato sabéis como continúa, sino es así, leer encuentro en el ascensor(2), espero que os haya gustado y lo hayáis disfrutado, algun@s de vosotr@s os preguntaréis el porqué he vuelto a escribir de nuevo el relato, la verdad es que me apetecía volverlo a escribir, añadirle cosas nuevas, sobretodo escribirlo bien, con mi experiencia adquirida en la escritura durante todo este tiempo, también porque seguramente habrá algun@s que leyeron mi primer relato, no les pareció bueno y dejaron de seguir leyendo mis relatos.

Os comenté en otro de mis relatos anteriores, que tenía pensado acabar con esta historia, sin embargo, de momento voy a seguir con ella, me divierte y me gusta escribirla, además se está desarrollando sola, así que no veo necesario acabar con ella todavía, pero me apetecía comenzar una nueva historia distinta, con muchos más matices, fijándome en diversos aspectos, por ello he creado

el blog(tenéis el enlace en mi perfil donde pone web)

, creía que esta semana me iba a dar tiempo a comenzar la historia, pero por lo visto no me ha dado tiempo, incluso he andado muy justa para conseguir acabar este relato, he subido un par de cosas al blog, esta semana subiré alguna cosa más, pero de momento la historia no, ya que no me he puesto a escribirla todavía, lo lamento mucho.

Gracias a tod@s por leerlo, comentar y valorar.

Vuestras opiniones, valoraciones, comentarios, son muy importantes para mí.

¿Os ha gustado más este que el primero que escribí?

¿Os parece bien que siga escribiendo esta historia?

¿Qué os parece la idea del blog?

Estas son algunas preguntas que me he planteado, podéis responderme alguna si queréis.

Muchísimas Gracias!!!:)