Reecontrando a Bastet

Cristal se encuentra con un simbolo del pasado que significa mucho para ella. Estara dispuesta a aceptarse a ella misma con tal de conseguirlo?

Reencontrando a Bastet

Recorro como en otras ocasiones la plaza central de mi ciudad doy vuelta en una de las calles y me encuentro con el aparador del monte de piedad.. Desde hace años me gusta pararme a ver las piezas, hay algunas realmente exquisitas.

Mi vista acaricia lentamente anillos, cadenas, pulseras cuando se topa con un dije.. no, no es posible.. la figura de un gato atrapa mi mirada. Cientos de pensamientos atacan mi cabeza, recuerdos, cambio, evolución... deseo.

Entro precipitadamente al establecimiento y llamo a una de las demostradoras, que exaltada por mis gritos, se acerca para preguntarme que deseo.

-Quiero que me muestre el dije de gato que tiene en el aparador.

Va rumbo al aparador lentamente y busca entre las piezas.. mi mente vuela y me veo sentada en aquel parque calmando mis ansias.

La demostradora coloca el gato frente a mí. Lo tomo es liviano.. tal vez en otro tiempo lo hubiera sentido con mayor peso. Lo giro lentamente.. con cuidado..mi corazón late rápido y con fuerza.. siento un nudo en el estomago al ver una A grabada.. y también una G.. qué extraña coincidencia.

La chica pega en el vidrio del mostrador con los dedos en señal de impaciencia.

¿Cuánto cuesta?, extiende su mano para que le entregue el gato... Mi mano tiembla al extendérselo. Checa el costo en la computadora y veo que una señal como de alerta aparece en su monitor. Vuelve a mí y me menciona la cifra..

-¿Se lo lleva?

Hago cuentas en mi mente.. demonios.. no me alcanza.

-Guárdalo por favor. Voy al banco y regreso.

Salgo precipitadamente, no me alcanza.. me siento en la primera banca que encuentro mientras pienso como conseguir el dinero.

No sé cuantos minutos pasan cuando veo una sombra parada delante de mí. Alzo la vista y veo a un hombre de pie.

-Vi que pediste el pendiente de Bastet.

-Si, así es.. perteneció a alguien muy querido para mí.

-Lo supuse por la cara que hiciste cuando lo giraste y viste la A grabada.

Abro grande los ojos y lo miro atentamente. Sus ojos obscuros me miran fijamente.

-El sabia por increíble que parezca que tu vendrías algún día. Eres Cristal o me equivoco?

Me agarro de la banca para no caerme. Asiento mirándolo incrédula.

-Ven conmigo.

Me tiende su mano. La tomo sin pensarlo y me pongo de pie dejándolo conducirme.

Entramos nuevamente al monte de piedad. Busco mi gato con la mirada, ya no esta ahi.. ¿que está pasando?

Subimos por unas escaleras viejas y entramos a las oficinas de los directivos.

Pasamos frente a una secretaria y entramos a un despacho alfombrado, con muebles de caoba, muy elegante.

Me indica donde sentarme. Al tiempo que él se sienta en el sillón de piel.

-Veo que has olvidado tus lecciones.

Lo miro sin entender inmediatamente. Pero un shock mental me sacude. Mis manos bajan se extienden hacia arriba al tiempo que separo las piernas.

-Perdone, Señor.

-Sabes, El me confió esta pieza hace unos 3 años aproximadamente.

-Cuatro.

Me atrevo a decirle.

-Cuatro- Sonríe.

El sabia que tarde o temprano vendrías y la verías. ahora la pregunta es si ya la mereces.

Bajo la vista. Recuerdo que El desapareció cuando mi actual pareja entro a mi vida. Sus últimas palabras fueron que mi novio/Amo me educaría y amaría.

-Sigues con tu novio Cristal?

-Sí señor. Sigo con él, tenemos planes de casarnos ya.

Guarda silencio un momento y mirándome fijamente me pregunta

-¿y te has entregado a otros amos?

Demonios, temía esa pregunta..mis ojos ven al piso y siento que el calor sube a mis mejillas sonrojándome.

-No Señor.

El hombre se pone de pie y se acerca hacia mí. Se agacha frente y su mano se introduce debajo de mi falda tocando mi braga.

-Entiendo. Aunque supongo que no ha sido por falta de ganas. Estas húmeda.

Se pone de pie nuevamente y se sienta de nuevo en su sillón negro.

-No Señor no ha sido por falta de ganas. Ha sido por lealtad y fidelidad.

El hombre suelta una carcajada y sonríe sin quitarme los ojos de encima

-Sí, supongo.. Aunque ciertamente tu pareja sabe lo que eres. Aquí la pregunta seria

si tu sabes lo que eres?.

Lo miro un instante a los ojos y bajo la vista.

-Cristal, me temo que niegas tu naturaleza, sofocas tus instintos, te sometes a una moral que no debería existir en ti.

En ese momento recuerdo todas las veces que en los últimos años he dicho que no.. que he sofocado los deseos por temor a lastimar a quien amo y por temor a sentir el deseo de otros como mi propio deseo.

-Señor, Lo único que deseo es el dije del gato. Vi que estaba a la venta y quiero comprarlo.

-La pieza no está en venta.

-Pero si estaba en el aparador.. ¿cómo que no está en venta?

-No, Cristal. Esta pieza no está en venta y lo sabes. No hay dinero que pueda comprarla.

Bajo la vista y una lagrima recorre mi mejilla. El hombre se pone de pie y acercándose pone una mano sobre mi hombro.

-La única forma que tu tengas este símbolo es aceptando tu naturaleza y comprendiendo que tu voluntad no es tuya. Cuando estés preparada ven.

Regresa a su sillón y veo como guarda nuevamente el gato.

Me pongo de pie y cabizbaja me dirijo a la puerta. sus palabras retumban en mi mente. Me detengo sosteniéndome del marco de la puerta.

No puedo dejar que pase más tiempo, tengo casi seis años más que cuando conocí a mi primer demonio y en que he avanzado?, que he hecho de mi?. Volví a dormir mi cuerpo, volví a dormir mis deseos, olvide lo aprendido.

Volteo al tiempo que cierro la puerta nuevamente.

El hombre me mira sorprendido mientras yo desabotono mi blusa y me quito el sostén dejándolo sobre una silla. Después retiro mi falda, la braga y me descalzo.

Me acerco y me pongo lentamente de rodillas frente a él. El se pone de pie y baja su zipper, es entonces cuando me percato del anillo que tiene en la mano, ahora comprendo todo.

Abro la boca y recibo su verga caliente dentro. Mis labios la recorren y mi lengua la humedece.

Siento una mano tomándome por el cabello fuertemente y obligándome a tragarla aun más. De pronto para y sin soltarme del cabello me pone en cuatro sobre la alfombra. Me obliga a pegar la cara contra el piso para quedar completamente expuesta para él.

Sin miramientos me embiste bruscamente por el coño. Me duele, me siento invadida, su cuerpo se estrella en mis nalgas una y otra vez. A pesar de que estoy muy húmeda me sigue lastimando, abriéndose paso.

Por un momento para, respira profundamente, saca su verga y siento como me separa las nalgas y siento un dolor desgarrador cuando entra por mi culo. Lanzo un grito y las lagrimas acuden a mis ojos. Pero el dolor comienza a convertirse en placer, lo escucho jadeante, excitado. Me está usando. Así lo hubiera querido mi primer demonio.

El solo pensamiento me invade y estalla un placer incontrolable, mis sentidos se tornan a negro.

Abro los ojos y el hombre está ya fuera de mi y se acomoda la ropa.

-Vístete-

Me pongo la ropa y me siento con la vista clavada en el escritorio.

El acerca el dije del gato deslizándolo por el escritorio.

-Es tuyo.

Levanto la vista y veo aquel símbolo tan preciado para mí. Lo tomo, lo acompaña una cadena que de inmediato paso alrededor de mi cuello abrochándola.

-Gracias, Señor.

Digo al tiempo que me pongo de pie y me dirijo hacia la puerta. Ya en la puerta alcanzo a escuchar.

-Y no lo olvides.. te aman por lo que eres y no por lo que haces o dejes de hacer. Vete tranquila y se feliz con tu verdadera naturaleza. Disfrútate.

Volteo y lo miro -no lo olvidare-

Salgo del edificio. Me encuentro parada exactamente en el zócalo de mi Ciudad, debajo del asta bandera. Mi mano aprieta fuerte a Bastet. Ahora lo entiendo. Ansiaba ese dije no porque fuera el símbolo de propiedad de mi primer demonio. Si no porque fue el símbolo de mi despertar hace casi 6 seis años. Y es el símbolo de mi despertar nuevamente. Pero ahora con alguien a quien amo y comparte mi vida sin importarle si entrego o no mi cuerpo a otros. Porque después de todo.. el sabe lo que soy.