Recuerdos...xxii
Nos metimos dentro de la bañera, entonces sin previo aviso le di la vuelta haciendo que su cara se apoyara sobre las baldosas, levanté su pierna derecha apoyándola sobre el borde de la bañera,
RECUERDOS...XXII
Estuve toda la semana con Edgar, le mostré parte de La Coruña y también lo llevé al Club, presentándolo a mis amigos, que estaban casi todos, unos nadando, otros en las saunas y otros en el bar interior, dormíamos en mi casa, disfrutaba de dormir acompañado, el domingo me dijo que si quería acompañarlo a ver Santiago de Compostela, pero besándole me disculpé, diciéndole que quería descansar un poco, él asintió y muy temprano se marchó, al no tener clases de baile.
Desayuné en casa, me duché, vistiéndome después y salí a dar una vuelta, a media mañana me senté en la terraza del bar de los Portalones y tome un refresco, hacía bastante calor, saludé a varios conocidos del cuartel, que pasaron cerca, las mesas se fueron llenando, yo observaba a la gente pasear, cuando de pronto una voz bastante suave preguntó ¿Me puedo sentar, está todo lleno? Levanté la mirada y delante mío estaba, uno de los componentes del grupo de baile folclórico, un joven no muy alto, pelo moreno, cara aniñada, labios carnosos, lo había visto tocando la gaita y también nos enseñaba algún baile regional, junto a otros bailarines, reaccioné y señalé la silla, levantó su mano llamando al camarero y pidió un granizado de limón.
Estuvimos hablando de los bailes y un poco de todo, me dijo que tenía 26 años y se llamaba Antón, pero los amigos le llamaban Tono, me disculpé un instante y fui al lavabo, al volver y pasar por delante del camarero, le pedí la cuenta, pero dijo que mi compañero había pedido otra ronda y lo había pagado todo, al sentarme le di las gracias, seguimos charlando y bebiendo, pasado un buen rato comencé a encontrarme indispuesto, me disculpé con él y al intentar levantarme fui dando traspiés, él se levantó y se ofreció a acompañarme a mi casa, se lo agradecí, al llegar le di las llaves, abrió y entramos. Preocupado dijo ¿Puedo hacer algo por ti, llamo al médico o quieres algo? Le di las gracias, diciéndole que tal vez había sido un golpe de calor, que me acostaría un rato y seguro que más tarde estaría mucho mejor, entonces me ayudó a llegar a mi cuarto, me sacó los zapatos, la camisa, me aflojó el pantalón y me quedé adormilado, en mi subconsciente me pareció oír ruidos, pero la somnolencia pudo más.
Pasado un tiempo, noté que me acariciaban el cuerpo y levantaban mis brazos hacía arriba y unos labios se apretaban sobre los míos, metiendo la lengua dentro de mi boca con bastante voracidad, incluso mordía mis labios, intenté despertar, pero no podía abrir los ojos, ni mover los brazos, esos labios me iban devorando todo el cuerpo, los dientes se clavaban en mis pezones causándome dolor, cada vez con más intensidad, notaba dolor por diferentes partes del cuerpo, mi parte inferior del cuerpo parecía estar en suspenso, entonces en mi duermevela oí una voz suave, que decía ¡Relájate y lo pasaremos muy bien! Unos dedos hurgaban en mi ano, mientras que los labios devoraban mi verga, notaba dolor en mi culo, pasaba el rato y el dolor era cada vez más intenso, yo me quejaba de dolor y oía ¡Shiii, sin dolor no hay placer! Levanté ligeramente la cabeza, pero la dejé caer de nuevo, como si fuera de plomo, cada vez me dolía más el ano, como si tuviera un hierro ardiendo, esa boca estaba depositada en mis ingles mordiéndome y chupando alternativamente, poco a poco se me fue aclarando la vista, entonces me pusieron una botellita cerca de la nariz, provocándome alteraciones cardiacas, ahora el dolor casi había desaparecido, reconocí el olor a Popper.
Fui abriendo los ojos gradualmente y entonces vi a Tono, estaba totalmente desnudo entre mis piernas, su mano desaparecía dentro de mi culo, me acercó otra vez la botellita y el dolor cesó de nuevo, ahora me retorcía, para soltarme, pero mis manos estaban atadas en la cabecera con una corbata, debajo de la zona lumbar un gran cojín, que me levantaba el culo hacia arriba, forzando a tener las piernas dobladas y solamente se apoyaban los pies sobre la cama, la cara de lujuria de Tono, hizo que lo tomara todo con calma, su boca volvía a chupar mi verga frenéticamente, entonces se colocó sentado sobre sus rodillas y se fue clavando mi verga en su culo, su brazo izquierdo hacia atrás seguía metiendo su mano en mi culo, la sacaba y la volvía a meter, inhaló de la botellita y también me la puso en mi nariz, comenzó a acelerar sus movimientos su cuerpo subía y bajaba sobre mi verga, al mismo ritmo que su mano penetraba mi culo, no pude aguantar más y moviendo mi pelvis hacía arriba solté mi semen dentro de su culo, él al notar mi corrida, movía su cara de lado a lado gimiendo convulsivamente, siguió un rato más cabalgándome y poco después sacó su mano de mi culo dolorido.
Ahora sus rodillas estaban en ambos lados de mi cabeza, su mano levantaba mi cabeza forzándome a chuparle la verga, que estaba muy endurecida, volvió a oler la botellita y casi al mismo instante soltó todo su semen encima de mi cara, mientras la golpeaba con su polla, seguía sacando semen y después la metió dentro de mi boca, para que la chupara de nuevo, sus gemidos eran bastante audibles, ahora apoyando sus manos sobre el espejo de la cabecera forzaba su verga dentro de mi dolorida boca y él seguía mirando el reflejo de ambos, mientras me forzaba la boca, no sabía la hora que era, pero comenzó a sonar el teléfono insistentemente, entonces Tono sacó la verga de mi boca y soltó las ataduras de mis manos, me acompañó junto al teléfono, descolgué, era Edgar, que había regresado del paseo por Santiago de Compostela, me iba diciendo que como estaba bastante cansado se quedaría a dormir en su hotel y nos veríamos al día siguiente en las clases de ballet y colgamos el auricular.
Entonces girándome me enfrenté a Tono, bajo su mirada, entonces lo agarré de la muñeca y lo llevé al dormitorio, le di un empujón tumbándolo encima de la cama, él se enroscó gimiendo ¡No me pegues, por favor! Seguía repitiendo ¡No me pegues! Cayéndole lágrimas de los ojos, me tumbé en la cama poniendo su cuerpo boca arriba y me coloqué encima de él, comencé a besar sus carnosos labios, separé sus labios metiendo mi lengua dentro de su boca, buscando su lengua, que parecía querer huir, solté saliva dentro de ella, entonces apareció su lengua saboreando mi saliva, mis manos apretaban sus muñecas con los brazos hacia atrás rozando el cabezal, mi boca insistía sobre la suya forzándola a saborearla profundamente, mi lengua fue devorando su cuello por ambos lados, Tono se retorcía, mi boca fue bajando mordisqueando sus pezones, sin apretar, la lengua se deslizaba sobre ellos mojándolos, los succionaba, ahora su cuerpo se estremecía, continué bajando y coloqué mis labios en una de sus caderas mordisqueándole, se retorcía aún más, continué llegando a su verga cogiéndola con mis labios, fui chupándola con insistencia, cada vez estaba más erguida, mis manos apretaban las tetillas, al tiempo acariciaba su pecho, solté saliva que se fue deslizando sobre sus testículos.
Ahora una de mis manos le bajaba los huevos apretando suavemente la bolsa de los mismos, gemía entonces mi boca engulló uno de los huevos y al poco el otro, en ese momento mis manos se colocaron detrás de sus rodillas, forzándole a levantarlas, dejándome su culo delante de mi cara, enterré mi boca en su orificio, pasando repetidamente mi lengua dejándolo bien mojado, incorporé mi cuerpo y cogiendo mi verga me clavé de golpe dentro de su culo, gimió, pero movió ligeramente las caderas y comencé a penetrarlo con frenesí, al poco entraba y salía de su culo que estaba muy dilatado, pero noté que su verga había bajado de tamaño, me incliné y del suelo cogí la crema lubricante, que él había usado conmigo y poniéndola sobre los dedos, los fui metiendo junto a mi verga, cada vez, que empujaba, los dedos también, cada vez estaba más y más abierto, su verga volvía a trotar sobre su vientre, saqué la verga de su culo y mojándome con la crema fui metiendo mi mano dentro de tan apetitoso culo, ahora se quejaba, pero seguía moviendo sus caderas, mi mano entró en su totalidad hasta la mitad del brazo, la fui retirando, pero una de las manos de Tono agarró mi muñeca, para que no la sacara, su ano palpitaba sobre mi mano, entonces soltó mi muñeca y la fui retirando, pero instantes después volví a meterla, cada vez más adentro, su verga goteaba de gusto.
Entonces, me senté sobre su verga a pesar de tener el culo dolorido, mientras mi mano entraba dentro de su culo, igual que él había hecho conmigo, mi cuerpo cabalgaba sobre su verga, entonces él incorporó su cuerpo hacía arriba, agarrando sus brazos alrededor de mi espalda, buscando su boca la mía, ahora su pelvis también subía contra mi culo, sus labios no me mordían eran cálidos, jugosos y me pasaba saliva dentro de mi boca, yo notaba la aceleración de su corazón, entonces comenzó a soltar su semen dentro de mi culo, mientras sus gemidos finales morían dentro de mi boca, notando su corrida, fui soltando mi semen entre ambos cuerpos, sin tocarme, solo con los roces de nuestros cuerpos, continué saltando sobre su verga un rato más y al poco fui retirando la mano del interior de su culo, ahora totalmente dilatado, nuestras bocas continuaban saboreándose. Entonces pasé mi mano sobre mi semen derramado en nuestros cuerpos y puse la mano dentro de su boca, iba a retirarla, pero lo apreté sobre el semen de la mano obligándole a chuparlo, al poco rato chupaba con devoción toda la mano dejándola limpia, levanté mi culo de su verga, ahora flácida y tendiéndole la mano fuimos al baño.
Nos metimos dentro de la bañera, entonces sin previo aviso le di la vuelta haciendo que su cara se apoyara sobre las baldosas, levanté su pierna derecha apoyándola sobre el borde de la bañera, me masturbé un poco y clavé de nuevo mi verga en su culo, mi mano derecha pasada por encima de su pierna buscaba desde delante su orificio y mis dedos fueron entrando dentro de su ano junto a mi verga, esto fue tan rápido que apenas pudo decir nada, entonces comencé a mearme dentro de su culo, mientras empujaba mi verga dentro, Tono notando el calor de mi orina gimió, soltando la suya sobre las baldosas de la pared, al terminar nos duchamos los dos juntos y al secarme miré mi reflejo en el gran espejo y solté ¡Joder! ¡Cómo voy a explicar la marca de los mordiscos y el chupetón en la ingle, aparte de los pezones muy colorados, sin olvidarme de mi culo totalmente dilatado! Tono respondió ¡Lo siento! Al tiempo que miraba hacia abajo, nos secamos y volvimos al dormitorio, me tumbé apoyando mi espalda en la cabecera y cogiendo a Tono lo coloqué encima de mi cuerpo, dándome la espalda, ésta reposaba encima mío, su cabeza un poco más baja que la mía, mis manos le acariciaban el pecho, entonces con voz suave le pregunté ¿Cómo has llegado a esto? Mi pregunta le sorprendió y dijo con voz baja ¡Todo es bastante complicado! Yo sacándole hierro al asunto añadí, mi apellido es “complicado”, igual puedo ayudarte en algo, giró su cara mirándome a los ojos diciendo ¡No creo, que puedas ayudarme! ¡Inténtalo! Replique.
Nací y me crie en una pequeña aldea en la provincia de Orense, sólo habían unas 15 casas, todos se dedicaban al ganado y los huertos, casi toda la gente era bastante mayor, la gente más joven se iban de allí, sólo quedábamos dos o tres niños más pequeños, uno de ellos era Andrés, caminaba con una pequeña dificultad, había tenido la polio y cojeaba de una pierna, era mi mejor amigo, siempre estábamos juntos, cuando no ayudábamos en las tareas de los mayores, sacando a pastar a las vacas, limpiando las cuadras de ellas, de los cerdos, las gallinas y conejos, sacando las mulas y el asno, darles de comer, pasear con ellos y darles de beber en el abrevadero. Éramos muy jóvenes y no sabíamos nada de sexo, ni se nos pasaba por la cabeza.
Un día mi padre estaba con una vaca que estaba preñada, nosotros estábamos cerca de él mirando lo que hacía, se untó la mano y el brazo con una grasa, que parecía manteca y fue metiendo su mano por el culo de la pobre vaca, ésta al principio mugía, pero mi padre me dijo, que me agachara y le acariciara las ubres, que limpiara una y la chupara, para que la vaca se quedara tranquila y eso hice, limpié la ubre y comencé a chupar, salía leche de la misma, entonces Andrés me sustituyó chupando la teta de la vaca, mi padre seguía hurgando dentro de su culo, poniendo bien al futuro ternero. Al terminar, le pregunté a mi padre ¿Por qué el culo? Mi padre riendo dijo que no salía por el culo, sino por la vagina y levantando el rabo de la vaca nos lo enseñó, dijo más serio ¡Ahora el ternero saldrá bien, de la otra manera hubiera muerto! Entones pregunté ¿No le ha dolido? Él respondió ¡Un poco al principio! ¡Pero no hay placer sin dolor! ¡Cuando nazca el ternero será en placer para los dos!
Por las noches me venía a la cabeza la mano de mi padre entrando dentro de la vaca, estábamos en verano, Andrés y yo fuimos a darnos un chapuzón en una gran charca, cerca de donde abrevaba el ganado, después cuando el sol calentaba mucho nos fuimos al pajar que era muy fresco, nos tumbamos sobre la paja amontonada, estábamos uno al lado del otro, entonces Andrés se medió incorporó y acercando su cara a la mía me beso en los labios, mientras decía ¡Te quiero, eres el mejor amigo! Sus calientes labios hicieron mella sobre mi cuerpo, cuando iba a retirarse, abrí mi boca y le devolví el beso abrazándome a él, sin saber cómo nos estábamos besando con las bocas abiertas, Andrés para poder respirar mejor sacó un poco su lengua y yo la agarré con mis labios y así fueron nuestros primeros besos, nuestras lenguas entraban dentro de la boca del otro, nuestros pitos se ponían duros, llevábamos solamente unos calzoncillos blancos y se notaban más abultados de lo normal, decidido bajé mi mano y la metí dentro de su prenda, cogiendo la verga, entonces me deslicé hacía abajo y comencé a chuparla como había hecho con la vaca, Andrés gemía y poco después comenzó a soltar leche, que yo escupí sobre la paja, ya que el sabor no me gustaba, entonces él hizo lo mismo conmigo, pero yo le acariciaba la cabeza y cuando comencé a soltar mi leche, apreté sin darme cuenta su cabeza sobre mi pito, obligándole a tragarse mi leche, al terminar le pedí perdón por forzarle, pero él solamente sonrió diciéndome ¡Estaba buena, no como de la vaca, pero me ha gustado!
Casi cada día disfrutábamos de esa intimidad, un día llevé en un pequeño tarro un poco de la crema que usó mi padre para la vaca y tumbados de nuevo en el pajar, muy alejado de la casa donde hacían la siesta mis padres, fuimos experimentando con la crema untada en nuestras manos, al principio le dolía mucho y sólo había metido dos dedos, pero me acordé de chupar la ubre de la vaca y fui chupándole el pito mientras mis dedos hurgaban dentro del culo de Andrés, gemía de dolor y yo seguía chupando su verga con más intensidad, poco a poco se iba abriendo y mis dedos comenzaron a penetrarlo, le caían lágrimas de los ojos, pero sus gemidos eran diferentes, no parecían de dolor y pasado un buen rato los fui retirando, sacándolos del todo él dio un largo suspiro, pero volví a meter mis dedos con cuidado dentro de su adorable culo y entonces comenzó a correrse sin tocarse la verga, su ano apretaba mi mano, con sus palpitaciones ya que tenía cuatro dedos dentro, con sumo cuidado fui retirando mi mano y acercándome a él besé su cara, por donde habían resbalado sus lágrimas y saboreé su boca.
Ahora me tocaba a mí, sentir sus dedos y a pesar de ir con mucho cuidado, también me dolió, pero al final cuando tenía sus dedos enterrados dentro de mi culo, yo me retorcía de gusto, estaba más dilatado que él antes, también me iba chupando el pito, ahora la mitad de su mano entraba y salía de mi culo con facilidad, el placer que yo sentía, quería que él también lo sintiera, entonces solté mi leche dentro de su hermosa boca, que vorazmente se fue tragando, pasado un buen rato se tumbó a mi lado. A partir de entonces nuestros deseos de placer fueron en aumento y comenzábamos a conocer nuestros puntos más sensibles, pasados unos días nuestros culos se fueron acostumbrando y dilatábamos con más facilidad, ahora metíamos toda la mano, dándonos un gran placer, nos gustaba mucho darnos placer mutuo.
Pasaron los años y cada vez lo nuestro iba a más, ahora Andrés se había vuelto más exigente, me mordía los pezones y alguna otra parte del cuerpo, que hacía retorcerme de placer, nuestras manos eran ya maestras entrando y saliendo de nuestros culos provocando que nos corriéramos sin tocarnos, también nos penetrábamos con las vergas y practicábamos como un 69 metiéndonos las manos y medio brazo, uno al otro mientras chupábamos nuestras vergas y terminábamos soltando nuestro semen en la boca del otro, teníamos una relaciones muy placenteras entre ambos, pero la dicha nunca dura. Mientras éramos pequeños íbamos andando unos dos kilómetros al pueblo de al lado, para asistir a la escuela, con el tiempo fuimos a estudiar a otro pueblo más grande y más lejos, pero siempre juntos, entonces cuando ya habíamos cumplido los 18 años, Andrés se clavó un clavo oxidado, se lo sacó después se curó el mismo la herida y no le dio más importancia, poco tiempo después fue ingresado de urgencia por tétanos ya que se iba gangrenando, poco tiempo después murió, dejándome sólo, aunque él último día me reconoció diciéndome delante de todos ¡Te quiero mi niño y siempre estarás conmigo! En ése momento no me importó la gente que estaba allí y lo besé en la boca, él cerró los ojos y se quedó dormido para siempre...
Yo notaba la humedad de sus lágrimas que resbalaban de su cara sobre mi cuerpo, le besé la frente y él continuó, he estado buscando alguien que tal vez fuera un amigo como él, pero todos me rechazaban después del primer encuentro, se asustaban de lo que les proponía, mi único consuelo era machacarme la polla pensando en Andrés, entonces te encontré, cuando bailabas, tu cuerpo y sobre todo tu culo me atraía en demasía, incluso me equivoqué tocando la gaita, por estar pendiente de tu trasero, lo que me regañaron, pero no me importó, entonces observaba todos tus movimientos, hablabas con todos, miraba sus caras mientras hablabas con ellos y todos fueran chicos o chicas estaban encantados contigo, yo sentía celos ¡Te deseaba a cualquier costa! Os vi hablando Edgar y tú, que le decías que no irías con él a Santiago de Compostela, estuve mirando a distancia tu casa y te seguí, esperando el momento oportuno para sentarme contigo, cuando fuiste al lavabo puse en tu refresco unos polvos sedantes, pero debían sedarte al completo, tal vez mezclado con la cola del refresco hizo menos efecto, el resto ya lo sabes ¡Lo siento! ¡Mejor dicho, siento haberte drogado, no lo que hicimos después! ¡Tal vez si te hubiera conocido mejor, no te lo habría hecho, porque eres puro vicio!
Entonces le dije, que tal vez tendría que trasladarse a una gran capital, que había más personas y tal vez allí encontrara lo que ansiaba, como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla, se quedó pensativo y asintió, añadió ¡Espero que no me guardes rencor! Comenzamos a vestirnos y antes que saliera por la puerta le di la vuelta y lo besé fuertemente mordiéndole los labios, al separarnos le dije: ¡Para que sueñes con este beso!
Al día siguiente, al encontrarme con Edgar, nos dimos un abrazo, aunque yo tenía los pezones doloridos y gran parte del cuerpo, debido a los mordiscos, que los había tapado con un poco de maquillaje, pero el chupetón de la ingle imposible de tapar y estando en el vestuario Edgar notó lo rojizo e hinchadas tetillas, al poco vio mi ingle marcada y preguntó, en ése momento le conté a medias el encuentro con Tono, le dije, que él me acompañó a casa después de encontrarnos casualmente, ya que yo me encontré indispuesto, me ayudó a acostarme y al final tuvimos sexo, pero de una forma bastante peculiar, no hizo más preguntas, cuando terminamos las clases de baile, se entretuvo en la sala y mientras yo me duchaba, se acercó Tono preguntándome cómo me encontraba, Edgar se acercó por detrás, le bajó el slip y comenzó a lamerle el culo al tiempo que lo iba empujando dentro de la ducha donde yo me encontraba.
Ambos entraron conmigo bajo el chorro de agua, ahora Edgar agachado seguía comiéndole el culo separando las nalgas y yo me agaché delante de él chupando su bonita verga, el chorro de agua acallaba sus gemidos de placer mientras nos resbalaba el frio líquido de la ducha, Tono me hizo levantar mientras inclinaba su cuerpo comenzando a lamer y chupar después mi verga, por su lado Edgar cogió su buena herramienta y la clavó de golpe dentro del culo glotón de Tono, éste seguía chupando fuertemente mi verga, tuve que pararlo para no correrme de gusto, miré a Edgar a la cara, estaba disfrutando igual que yo, entonces sacó su verga del culo y dándole la vuelta, lo puso enfrente de él, dándome a mí la espalda, le cogió las manos y se las hizo colocar alrededor de su nuca, a continuación agarrándolo por el trasero lo fue subiendo a pulso, obligándole a colocar sus piernas alrededor de los muslos de Edgar, yo agarré la verga de éste y dirigiéndola fue entrando dentro del travieso culo de Tono, se quejó ligeramente, cogí mi verga y acercándome por detrás la coloqué en la entrada de su agujero empujando mi pelvis y penetrándole el culo junto a la polla de Edgar, mis brazos abarcaban a ambos mientras los acariciaba, Edgar le dijo a Tono ¡No quiero que maltrates ni te folles a mi marido sin estar yo presente y menos sin permiso! Yo sonreí entonces comenzó a subirlo y bajarlo a pulso, clavando nuestras vergas dentro del culo de Tono, ahora gemía de placer y se oía más que el sonido del agua, puse mis brazos pegados a los de Edgar y entre los dos lo subíamos y bajábamos, al mismo tiempo de que gemía nosotros también, el roce de nuestras vergas dentro del ano nos daba un inmenso placer, entonces el ritmo fue en aumento y los gemidos también, por fin se corrió encima de Edgar, éste y yo lo hicimos dentro del culo de Tono que se había estado besando con Edgar, me uní a ellos en los besos y pasado un buen rato sacamos nuestras vergas, entonces se agachó juntándonos comenzó a lamer y chupar nuestras vergas, después de dejarnos las pollas bien limpias fue lamiendo su corrida del pecho de Edgar, en ése momento soltó: ¡gracias chicos! poco después nos duchamos los tres juntos y nos vestimos.
Cuando nos separamos de él, le entregué una tarjeta del Club, citándole allí el sábado por la tarde, que le enseñaría el local, que suele estar bastante animado. El resto de la semana hablábamos pero nada más y yo seguía disfrutando con Edgar todos los días, el sexo con él era genial nos adaptábamos uno al otro, penetrado con dolor y placer, igualmente de fábula cuando lo penetraba y veía su rostro gemir de placer, entonces llegó el día señalado para el encuentro con Tono en el Club.
Llegué un poco antes y lo esperé en el vestíbulo mientras hablaba con Nando, Tono llegó puntual, entró bastante indeciso, le presente a Nando que le entregó la llave de su casilla, el joven recepcionista mí guiñó el ojo al ir a los vestuarios, Tono me preguntó: ¿Qué hacemos aquí, esto es un gimnasio? Yo le respondí: ¡Sí, es un centro de gimnasia y algo más...! ¡Primero te lo mostraré y nos pondremos cómodos! Le fui enseñando todo el local, que él no conocía y se quedó maravillado, del gran tamaño de las salas, de la piscina, le gustó muchísimo el gran mural que nos habían hecho, me miró y señalando una figura en el centro dijo: ¡Eres tú! Yo asentí, le presenté a los musculosos chicos del bar y también a Hiro Tanaka, el masajista, también miró con interés las saunas, de vapor y finlandesa, entonces entramos en el vestuario, le señalé su taquilla y al abrirla se encontró con un diminuto bañador blanco, unas toallas, grandes y pequeñas, también un albornoz.
Se giró a mirarme y viendo que yo me desvestía y me colocaba otro bañador igual al suyo, hizo lo mismo se cambió, poniéndose su bañador blanco, cogimos una de las toallas y salimos, entonces entramos dentro de la sala del masajista, allí estaba Hiro, acercándome a éste le comenté ¡Hazle tu tratamiento especial! Al mismo tiempo le guiñaba el ojo y éste asintió, le pidió a Tono que se sentara sobre la camilla y yo me senté en una silla cerca de la cabecera de la camilla, entonces Hiro le cogió las manos inspeccionándolas, sacó una lima y la pasó por alguna de las uñas después hizo lo mismo con las de los pies, Tono me miraba con preguntas en sus ojos, pero se dejaba hacer viendo mi tranquilidad, entonces Hiro soltó ¡Listo! Le hizo bajar de la camilla dándole una palmada suave en el trasero y salimos de allí, entonces siempre siguiéndome nos dirigimos a otra gran sala, que no le había mostrado, en esta las luces eran más tenues de un tono rosado claro, salían de las esquinas y enfocadas hacía el techo, a pesar de todo se veía con mucha claridad, en el centro una gran tarima de unos tres x tres metros, encima una enorme colchoneta plastificada, el suelo cubierto con linóleo, excepto los bordes de alrededor de la tarima, que habían unas piezas de acero inoxidable con pequeños agujeros a modo de desagüe, en las paredes asientos de obra embaldosados y cojines también plastificados, al altura de la tarima era como de una cama, al entrar nos sentamos encima de la inmensa colchoneta.
Tono me miraba extrañado, entonces le dije que esta habitación era la sala de la sabiduría, así la llamaba Hiro, entonces me puse de pie encima de la dura colchoneta y tendiéndole la mano a Tono lo puse también de pie, en ese momento entró Hiro y acercándose a la tarima comenzó a explicarle a mi amigo lo que tenía que hacer: ¡ soltarse, luchar contra mí, nada de mordiscos, ni puñetazos, sería como lucha libre, de esta manera los demonios que uno lleva dentro, salen y se dispersan! Entonces entró el joven Tomás, también con un diminuto bañador blanco, subió a la tarima y me besó en la boca, le presenté a Tono se saludaron con un gesto de cabeza, Hiro le dijo a Tono que se sentara en una de las esquinas y observara, entonces acercándose un poco más a nosotros, soltó: ¡Podéis empezar! Fue la señal, Tomas me agarró y yo a él, comenzamos a forcejear, él quería derribarme, pero mi rapidez de movimientos se lo impedía, entonces Hiro comenzó a mojarnos con la botella que llevaba, era aceite corporal, así cada vez que nos agarrábamos nuestras manos resbalaban, nuestros cuerpos se iban empapando del viscoso aceite, mientras luchábamos nuestros cuerpos se juntaban rozándonos a placer, pero ninguno de los dos quería ser el primero en ser derribado.
Mero mi corpulencia y mi agilidad me dieron el premio y conseguí que se cayera al suelo, aunque rápidamente intentó levantarse, pero poniéndome detrás de él se lo impedía, nuestros brazos resbalaban, ahora mi verga acariciaba su culo, Tomás de rodillas, intentaba zafarse de mí pero sus manos mojadas de aceite resbalaban al igual que las mías, el joven Tomás no dejaba de sonreír y yo también, al final después de una gran cantidad de revolcones y llaves, agarrones teníamos todo el cuerpo aceitoso incluidos los bañadores, que ahora eran casi transparentes, terminamos la lucha y se sentó al lado de Tono y le soltó: ¡Ahora te toca a ti! Dubitativo se incorporó acercándose a mí y cuando lo tuve cerca le solté: ¡Guarrote, te has puesto cachondo viéndonos luchar! Entonces él se miró el abultado bañador y efectivamente tenía la verga endurecida, sonrió, Hiro soltó más aceite sobre nosotros, Tono puso un brazo alrededor de mi nuca y el otro pasándolo hacía detrás de mi espalda, quería hacerme una llave de judo, pero yo me anticipé a él y girando mis piernas lo volteé, haciéndole caer sobre la colchoneta, se cayó de lado y aproveché la ventaja colocándome a horcajadas encima de su cadera, agarrándole fuertemente las muñecas, él se debatía con fuerza intentando derribarme, su cuerpo estaba caliente del esfuerzo, pero seguía luchando frenéticamente, Tomás le animaba, fueron llegando más gente, Bruno, Juanjo, Ricardo y Martín, iban igual que nosotros con su bañador blanco, Hiro se despojó de su bata blanca quedándose también con su bañador blanco.
Subieron a la tarima, se fueron mojando con el resbaloso aceite, mojándose unos a los otros, Tomás se puso en pie y se acercó a ellos dándose besos y abrazos, después de tan efusivos saludos se acercaron a nosotros que seguíamos luchando, cambiando movimientos, entonces comenzaron a luchar entre si y de alguna manera terminamos luchando todos contra todos, nos apartábamos a empujones, ahora nuestras manos sobaban todas las partes del cuerpo del que teníamos debajo o al lado, ahora Ricardo estaba sobre Tono, mejor dicho su trasero reposaba sobre el pecho de Tono, su abultado bañador delante de la cara del joven tumbado, le agarraba la cabeza levantándola y acercándola a su abultado bañador, forzándolo a lamer su verga, mientras su amigo Martín deslizaba el bañador de Tono hasta conseguir quitárselo, todo esto mientras luchaba con frenesí, por otro lado Juanjo, Bruno y Tomás luchaban entre sí despojándose de los bañadores, quedándose totalmente desnudos. Por mi parte estaba absorto con Hiro, que se frotaba frenéticamente con mi cuerpo, parecía una anguila, pero seguía los movimientos y encuentros de Tono, le hacían sudar de lo lindo, al fin todos estábamos desnudos y agotados.
Todos estábamos muy ocupados besándonos, aunque Tono tenía su boca muy ocupada con la inmensa verga de Ricardo, mientras Martín chupaba la verga del joven gaitero y sus dedos profundizaban dentro del apetitoso culo, por su lado Juanjo lamía la verga de Bruno, éste la de Tomás y el más joven la de Juanjo, formando un buen triangulo, por nuestro lado yo degustaba la hermosa verga de Hiro, que arrodillado entre mi cara mi ofrecía tan apetitoso manjar, una de sus manos hurgaba mi culo y la otra detrás de mi cabeza me la forzaba a tragarme su verga, los gemidos eran bastante sonoros y eso excitaba más a todos. Tomás se deshizo de sus compañeros y se colocó con los pies a cada lado de la cabeza de Tono ofreciéndole una agradable visión de su gran y gruesa verga, que se la ofrecía a Ricardo, que apenas tardó en alcanzarla con sus labios y comenzaba a chuparla, mientras Juanjo se puso detrás de Martín y le iba chupando el ano y la verga que tenía agarrada con su mano tirándola hacia atrás y metiéndole los dedos dilatándolo, por su lado Bruno se acercó a nosotros y colocándose detrás de Hiro sentado sobre mi verga que iba frotando con su exquisito culo, agachó su cuerpo y fue lamiendo el ano del joven nipón.
Ricardo se atragantaba con la verga de Tomás, el joven la sacó de la boca y agachando su trasero depositándolo enfrente de la boca de Tono, al mismo tiempo la suave mano de Tomás fue empujando el cuerpo de Ricardo hacía atrás e inclinando su cuerpo fue degustando la verga de Ricardo mientras Tono iba lamiendo su ano con deleite, Ricardo con su cuerpo reclinado para atrás saboreaba la boca y los besos de su amado Martín, mientras Juanjo alternaba su boca con la verga de Martín y Tono.
Entonces para mi sorpresa Bruno agarrando mi verga se la fue metiendo dentro de su culo mientras gemía y soltaba ¡Hacía mucho que no la tenía dentro! ¡Qué gozada! Entonces Hiro fue retrocediendo y colocándose pegado al cuerpo de Bruno inclinó un poco su cuerpo dejando su ano frente a la verga de Bruno, éste sacudiendo su dura polla sobre el trasero la fue metiendo dentro del culito de Hiro, él gemía sobre mi boca que iba chupando con fuerza, mi pelvis subía clavando mi verga dentro de Bruno y éste arremetía con la suya a Hiro, estábamos gimiendo los tres, mientras mi mano masturbaba al joven nipón, nuestro ritmo se fue acelerando y mi mano también, Hiro no pudo aguantar más y fue soltando chorros de semen sobre mi cuerpo salpicándome la cara, y nosotros fuimos corriéndonos Bruno dentro del culo de Hiro y yo en el de Bruno, ambos dejaron caer su cuerpo sobre el mío mientras nos acariciábamos.
Giré la cara para observar al otro grupo, parecía insólito pero el grupo era un movimiento continuo, Tono de rodillas y apoyando sus manos sobre la colchoneta, encima de él, Martín, su cuerpo sobre la espalda del joven gaitero y sus pies apoyados en la mullida colchoneta, detrás de ellos Juanjo iba alternando ambos culos penetrándolos, mientras penetraba a Tono sus dedos dilataban el ano de Martín, y cuando se follaba a Martín, los dedos entraban en el culo de Tono, pero ellos tenían sus bocas ocupadas con las vergas de Ricardo y de Tomás, que chupaban con deseo, pasado un buen rato Juanjo se retiró de la parte trasera dejando su lugar a Ricardo, que hizo lo mismo penetrando primero a uno y después al otro, ahora los gemidos eran intensos, pero seguían chupando las vergas de Tomás y Juanjo, poco después fue el turno de Tomás de penetrar ambos culos, ahora sí gemían de gran dolor y placer, con una verga de más de veintitrés centímetros y gruesa como un vaso de tubo y de color muy oscuro, la verga entraba en el culo hasta el fondo produciéndoles gemidos sonoros, ahora uno, después el otro, pero seguían chupando las vergas de Ricardo y Juanjo.
Nosotros nos acomodamos viéndoles follar y en ése momento Juanjo soltó su semen dentro de la boca de Martín, Ricardo dentro de la boca de Tono y Tomás sacando su verga mojó con su semen los dos anos perforados, mientras soltaban resoplidos de placer, entonces la montaña se desmoronó, quedando Toño debajo agotado, encima Martín y sobre él, Tomás, tanto Juanjo como Ricardo se tumbaron cerca de ellos respirando acalorados. Entonces Tomás rodando bajó de los cuerpos follados, quedándose de lado de espaldas a Ricardo, Martín hizo lo mismo hacía el otro lado quedando delante de Juanjo, Tono viéndose libre delos cuerpos se dio la vuelta colocándose boca arriba, su verga seguía erecta, no se había corrido al igual que Martín, que también la tenía dura, Tono mirando a Tomás le pidió: ¿Puedes ponerme tu grandiosa verga en la boca mientras me corro? Tomás bajando de la tarima y colocándose de pie, tiró del cuerpo de Tono, dejando su cabeza colgando hacia abajo y ofreciéndole su gran verga, que éste engulló con voracidad, Tomás inclinó su cuerpo comenzando a chupar la verga de Tono, que tenía las piernas medio dobladas y había empezado a masturbarse, en ése momento Hiro se colocó entre sus piernas y se unió a Tomás para saborear la verga de Tono, con la botella de aceite fue mojando el cuerpo del joven gaitero, hizo lo mismo con sus manos y empezó a meter los dedos dentro del ansioso culo recientemente penetrado, estaba bastante dilatado, pero poco a poco fueron entrando más dedos y con suavidad fue entrando también la suave mano del joven nipón, cada vez entraba más adentro, ahora gemía fuertemente.
Mientras teníamos nuestra sesión de sexo, habían entrado más gente en la habitación, sentándose y mirando el espectáculo que ofrecíamos, había de todas las edades y físicos, jóvenes, de mediana edad y alguno más mayor, algunos se masturbaban solos, otros entre ellos mientras se besaban, alguno se acercaba y tocaba nuestros cuerpos, las vergas las agarraban las chupaban y luego se retiraban, no queriéndose meter en medio del jaleo, pero me sorprendió uno que su cara me sonaba, éste se acercó a Ricardo y agarrándole la verga, que volvía a tener vida propia, se arrodilló encima y se la fue clavando, mientras miraba el trio formado por Tomás, Tono gimiendo de gusto e Hiro que también chupaba la verga mientras su mano entraba y salía del culo de Tono, Martín se colocó detrás de ése joven, que tendría más o menos 30 años y obligándole a inclinar su cuerpo sobre su amado Ricardo, le clavó su verga bien dura, el treintañero se quejó, pero poco después comenzó a disfrutar de ambas vergas dentro de su culo, mientras besaba a Ricardo y recibía las caricias en su espalda de Martín, éste no tardó mucho en soltar su semen dentro del culo, después de unas cuantas sacudidas más la sacó, quedándole un hueco, momento que fue ocupado por Bruno, que metió su verga de un solo golpe, haciéndole gemir de nuevo y fue penetrándolo con brusquedad, cada vez más acelerado no tardando mucho en soltar su semen también dentro de tan gustoso culo, al sacar su verga del mismo lo ocupó Juanjo, que también lo penetraba fuertemente.
Mirando tan exquisito panorama no me di cuenta que alguien se había colocado detrás de mi espalda y sujetando su verga intentaba penetrarme, giré la cara y vi a Edgar, entonces me acoplé más a él y me penetró con bastante potencia, de golpe y su boca acalló mis quejas de tal brusquedad y fuimos disfrutando ambos de la penetración, estábamos de lado, pero dándome la vuelta me puso boca arriba y levantando mis piernas se clavó de nuevo dentro de mi culo y continuó follándome intensamente, entonces se acercaron Bruno que se colocó detrás de Edgar y clavó su verga en su culo después de chupárselo un poco y Martín, que colocándose de pie fuera de la tarima metía su verga dentro de mi boca, Edgar agachando su cuerpo fue lamiendo la verga de Martín mientras yo la chupaba y nos besábamos con ella dentro, nuestras lenguas le daban un gran placer.
Estábamos tan absortos que nos sorprendió el gemido de Tono mientras soltaba todo su semen en la boca de Tomás, que seguía chupando fuertemente, éste al notar el sabor de la corrida comenzó a soltar su leche dentro de la ansiosa boca de Tono, la mano de Hiro se fue retirando del interior del culo y mientras se masturbaba acercó su cuerpo al joven tendido y fue soltando todo su semen sobre Tono, al notar el calor del viscoso semen Tono se volvió a correr, con menos intensidad, pero los suspiros eran muy audibles, por su lado Ricardo se había corrido dentro del culo del joven de 30 años y lo mismo había hecho Juanjo al notar el semen de Ricardo por su parte el joven desconocido terminó soltando su semen sobre el cuerpo de Ricardo salpicándole hasta la cara de tanta cantidad de semen que soltó, mientras gruñía de placer sacudiéndose la verga, nosotros estábamos muy lanzados y nuestros cuerpos acelerados, las embestidas y Edgar a mí, y Bruno en el culo de Edgar, provocaron que yo soltara mi semen que fue recogido por la boca de Martín, al mismo tiempo fueron derramando su simientes Edgar en mi culo y Bruno dentro de Edgar, Martín se volvió a correr dentro de mi boca...
Estábamos extenuados todos, nos fuimos deshaciendo de las difíciles posturas y cogiendo las toallas nos dirigimos a los vestuarios, para darnos una buena ducha, Tono tenía cara de felicidad, estaba en su cubículo cuando se le acercó el joven de 30 años y se metió dentro con él, se miraban mientras hablaban, entonces el joven desconocido se puso de espaldas a Tono apoyando su cabeza contra las baldosas y levantando una rodilla y apoyándola también sobre la pared, vi que Tono mojándose la mano con jabón fue metiéndola poco a poco dentro del ano dilatado del otro, éste gemía, pero no de dolor, sino de placer y un poco después soltó otra vez más semen salpicando la pared, sin apenas tocarse, cuando terminó se dio la vuelta y lo besó Tono respondió fuertemente al beso y luego se ducharon, cuando Tono se estaba vistiendo me dijo: El chico que has visto pertenece a nuestro grupo folclórico, nunca hubiera pensado que le gustaban los chicos y ésta tarde me siguió al entrar, se quedó deslumbrado por el espectáculo que ofrecíamos, se fue calentando y se decidió a meterse por medio, de vez en cuando se escapa a Madrid, donde conoce algunos clubs, que se dan el placer de la manera que yo aprendí, pero tengo que agradecerte, el que probara dos vergas al mismo tiempo y más las de tu protegido Tomás, aunque pareces tú el padre de todos, oigo comentarios por todas partes de ti y me alegro de haberte conocido, me besó profundamente y al terminar de vestirse salió con el otro joven, que nunca supe su nombre, Edgar y yo fuimos a mi casa, ésa noche el sexo fue más relajado, sin prisas, pronto dejaríamos de vernos, él volvía a Bélgica con la compañía de ballet moderno y yo al Cuartel.
Unos días después el curso de baile magistral terminó, Edgar, se fue, Tono desapareció y yo volví al cuartel, el Comandante, me preguntó como lo había pasado, pero solamente me encogí de hombros sonriéndole, yo sabía que sus hijos, le contaban todo, tanto Bruno como Tomás, no dejaban de contarle todo lo que hacían y hacíamos, por otro lado yo sabía a través de ellos que se veía a menudo con el Sr. Conde y su secretario-amigo, así que él también sonrió.
Entonces me dijo que tenía dos sorpresas, una buena y la otra no tanto, le pedí que me dijera la mala primero y soltó: Dentro de una semana nos vamos de Maniobras Nacionales, que se harán en Zaragoza, irás como parte del Alto Mando como Jefe de Oficinas dada tu rapidez con la máquina de escribir, harás de enlace con las otras unidades, te alojarás cerca de los Mandos, yo estaré también allí... Y la buena, es que al terminar las Maniobras te vas a licenciar definitivamente, casi un mes antes de lo previsto, ya que el Comandante de la Región está muy orgulloso de tu papel en las Competiciones de Natación en Toledo y esa es su recompensa...
Nos miramos sonriendo, me tendió la mano y al cogerla me arrimó a su cuerpo dándome un beso en el lateral del cuello mientras soltaba: ¡Te debo mucho, me has unido a mi hijo mayor, los has unido a ellos, como si fueran de la misma sangre y me diste a conocer otros placeres...! ¡.Por todo ello gracias! Ahora sí me besó tiernamente en la boca y nos separamos mirándonos...