Recuerdos...xviii

! Comencé a retirarme y clavarme de nuevo dentro de él, al poco la sacaba toda, para clavarla de golpe, él soltaba gemidos cada vez que lo traspasaba ¡Genial, eres un dios! Susurraba quedamente, fui acelerando el

RECUERDOS...XVIII

Estamos a mediados de Junio, estoy tumbado en el sofá grande, llevo puesto el pantalón cortito en la parte superior no llevo nada, hemos tenido una semana un poco trágica, ya que la madre del joven Tomás ha fallecido y hemos ido al entierro, le hemos dado ánimos además del pésame al chaval y también al Comandante Esteban, al final el cáncer la venció, Tomás muy deprimido solo quería estar en su casa, por la que iba cada día su padre D. Esteban y su hermanastro Bruno, quedándose con él, yo le dije, que si quería hablar, que estaría en casa, ya que él conservaba una copia de la llave.

Debido al éxito de los Campeonatos de Natación en Toledo, nos dieron permisos a todos, 15 días a los del equipo de nuestro Cuartel, y 15 más a los que fuimos a Toledo, pero al ser yo el entrenador me dieron 15 días más y de Capitanía General un mes entero, así disponía de dos meses y medio de permiso, en el Cuartel colgaron un reportaje nuestro con fotos del equipo en los Campeonatos, entonces pensé en volver a casa, pero pensándolo bien me dije, que los amigos y familia de alguna forma comenzarían a planear sus vacaciones, entonces decidí no decirles nada y quedarme, así iba conocer más la región.

Tengo puesto el televisor y daban una peli de un profesor, bastante déspota, que castigaba a los alumnos, bajé el volumen un poco y me fui adormilando, tal debido a la película fui recordando como en un sueño, unos hechos que me pasaron de muy joven, los párpados se me cerraban pesados y rememoré...

Si no recuerdo mal fueron los meses de Julio y Agosto, yo tenía 13 años, había suspendido dos asignaturas, fue en la época de mi violación por los compañeros y el cura del colegio, que estaban en el equipo de natación, ahora estaba en otro equipo pero fuera del colegio, un joven nadador muy buen estudiante de 15 años, daba clases particulares así se sacaba dinero extra para sus gastos y yo para la recuperación de septiembre, mis padres decidieron que me diera clases, para mejorar las notas cara al próximo examen.

Las clases las daba en su habitación, muy amplia, ya que la cama era un sofá cama, que sólo abría cuando se acostaba, como tenía dos asignaturas me daba dos horas de clase tres días alternados por semana,  pero no estaba sólo con él había otro chaval de otro colegio, pero de mi misma edad, que había cateado cuatro, pero también le daba dos horas de clase, mientras uno estaba con él en la gran mesa de estudio, el otro estudiaba sentado en el gran sofá cama, pasada una hora nos intercambiábamos, cuando me tocaba estar en la mesa, juntaba mi silla a la suya y sus piernas separadas rozaban las mías, a veces pasaba su mano por mi espalda, acercándose mucho a mí, mientras me iba explicando ése o aquel problema que estábamos estudiando, a veces descansaba su mano sobre uno de mis muslos, sin mover apenas la mano, como hacía calor él solía llevar un pijama de verano era hilo, de manga corta y el pantalón igualmente corto, debajo no llevaba nada más, porque se le notaba cuando se levantaba o se movía, mientras nos daba las lecciones era bastante severo, no de mal carácter, pero nos regañaba, él se llama igual que yo Jorge, pero en la piscina le llamaban Tete, el otro alumno se llama Alejandro, pero lo conocíamos por el apellido Velasco, ya que en el equipo había otro Alejandro.

Un día Velasco no había preparado la lección que tenían que dar y tampoco los deberes que nos ponía para hacer en casa, entonces separó su silla de la mesa y cogió a Velasco lo colocó de frente delante suyo entre sus piernas, de rodillas le hizo agachar el cuerpo y le bajó un poco el pantalón por detrás y con una regla ancha y larga de dibujo de madera, le dio algunas palmadas en las nalgas, el chaval se quejó, pero no se oía mucho, ya que su cara estaba enterrada en la entrepierna de Tete, volvió a repetirlo dándole otras palmadas más, entonces vi que por el camal del leve pantalón del pijama sobresalía su verga que se estaba poniendo dura, yo para que dejara de castigarle, me acerqué, mostrándole los pantalones que yo llevaba y que habían sido suyos, se le habían quedado pequeños y se los habían regalado a mi madre, tiró de mí y poniendo su mano en mi entrepierna, soltó: ¡Te falta llenarlos más de aquí! Mientras decía esto me acariciaba por encima del pantalón la verga que iba creciendo por momentos, pero ya no castigaba a Velasco, al poco rato dijo: ¡Ya lo vas llenando más, ves ahora está mucho mejor!

Su mano seguía la forma de mi verga acariciándola mientras su otra mano inclinaba la cara de Velasco apretándola sobre su propia verga, el chaval, que apenas podía respirar, sacó la lengua y la fue pasando sobre la punta del gran cipote de Tete, fue subiendo su cabeza mojando con saliva toda la forma de la verga, ahora el pantaloncito estaba totalmente empapado, entonces la sacó por la bragueta de la minúscula prenda y le hizo que se la chupara, creo que no era la primera vez, ya que Velasco puso su mano en la base del rabo y comenzó a chupar como si la vida le fuera en ello, todo me sorprendió un poco, pero animándome, abrí mi pantalón y saqué mi verga al aire, entonces Tete, agachó un poco su cabeza y comenzó primero a lamerme la totalidad del tronco, y al poco rato se la puso dentro de su boca, su cabeza subía y bajaba con mucha lentitud, él quería disfrutar de la mamada, mientras recibía la suya casi con el mismo ritmo que él con la mía, yo acariciaba su largo y lacio cabello, le pasaba las manos por la nuca y la espalda, notaba que le daban escalofríos y ronroneaba, parecía que le gustaban las caricias.

Me dejó un momento y le quitó la camisa a Velasco, volvió a chuparme la verga y fue abriendo mi camisa, me la fui quitando, deslicé el pantalón hasta el suelo, Velasco se fue quitando los suyos, Tete, se sacó el pantalón cortito y también la parte superior, entonces me agaché junto a Velasco y comencé a chupar la verga de Tete, Velasco se puso de pie ofreciéndole su verga, que la introdujo dentro de su boca, en ése preciso momento oímos la voz de su madre, diciéndole: ¡Jorgito, nos vamos a dar una vuelta, tardaremos un buen rato! Y él sacándose el rabo de Velasco de la boca, contestó: ¡Vale mamá, no tengáis prisa, que tenemos que adelantar clases! Y se oyó el ruido de la puerta al cerrarse.

Entonces Tete, se levantó y se sentó en el sofá cama, yo me coloqué entre sus piernas separadas y seguí chupando su magnífica verga, bastante gruesa y un poco más larga que la mía, Velasco se colocó de pie en el sofá, con las piernas separadas y le dio a chupar su verga, las manos de Tete agarraban con fuerza las nalgas de mi compañero de estudio, con un dedo le hurgaba su orificio anal, dándole masajes, mientras yo dejaba caer saliva sobre la verga del profe, que se deslizaba sobre los testículos, que yo también iba lamiendo, como estaba bastante tumbado sobre el respaldo del sofá dejaba su agujero bastante a la vista y comencé a deslizar mi lengua sobre ese manjar tan suculento, entonces comenzó a gemir sin reparos, iba moviendo el culo más hacía abajo, para que yo pudiera acceder mejor en mi función.

Seguimos un buen rato así, ahora volvía a chupar la verga mientras que mis dedos abrían su ano, acariciándolo, Velasco se arrodilló encima del sofá frotando su verga delgada contra el cuerpo bien formado de nuestro profe y yo seguía hurgando su ano, pero no metí los dedos en su interior, pero los masajes le hacían ronronear, Velasco comenzó a gemir y fue soltando todo su semen sobre el cuerpo de Tete, éste acarició el semen esparciéndolo sobre su cuerpo mientras que su otra mano seguía masturbando la verga de Velasco, entonces su mano intentó apartarme de su verga, pero yo me resistí y continué chupando apretando mis labios y soltó gran cantidad de semen dentro de mi boca, que fui tragando a duras penas, pero de una manera continuada y le dejé la verga bien limpia.

Velasco se bajó del sofá y me puso de pie frente a Tete y éste comenzó a chupar mi verga, al mismo tiempo mi compañero sentado en el suelo entre las piernas del profe, me acariciaba y lamía los huevos, apenas tardé en soltar todo mi semen, pero yo sí le retiré la cabeza y todo mi líquido seminal fue sobre su cara y sus labios, resbalándole sobre la barbilla, agaché un poco mi cuerpo y  le fui lamiendo toda la cara, eliminando todo mi semen, seguí descendiendo y fui limpiando con mi lengua la corrida de Velasco sobre el cuerpo del profe, éste se levantó y de un armario sacó una toallita y se limpió la cara y el cuerpo, luego nos la pasó para secarnos y volvió a vestirse, me percaté que en ningún momento nos dimos besos, pero estábamos satisfechos, nos vestimos y nos dio instrucciones sobre los deberes del próximo día, después nos fuimos, apenas hablamos de lo ocurrido.

A partir de ése día durante los entrenamientos en la piscina, Tete casi siempre estaba cerca de mí, me rozaba con la mano, el trasero o el bulto de mi verga como al descuido, en las duchas que eran individuales y solo había una cortina frontal, me hacía poner detrás de él, yo era un poco más bajo de estatura, él delante mío me daba la espalda, pero una de sus manos se metía dentro de mi bañador masturbando mi verga dentro de la prenda, de esta manera si alguien separaba la cortina apenas me vería a mí y una de mis manos acariciaba su verga, que se la colocaba dentro del bañador hacía abajo y hacía atrás, en medio de los huevos, al acariciarlo por detrás no se notaba su erección, no solíamos corrernos allí pero durante las clases soltábamos todo el semen acumulado.

Velasco dejó de venir en Agosto a las clases, se fue con la familia de vacaciones, también los padres de Jorge (Tete), aunque se reunía con ellos los fines de semana, la escusa eran los entrenamientos y mis clases, ahora estábamos solos. Uno de esos días yo había ido a la playa por la mañana y me había quedado dormido boca abajo y me quemé un poco la espalda, aunque me había puesto bastante crema para hidratar, me molestaba un poco, al llegar para la clase, él advirtió el tono de mi piel, al ser uno de los primeros días que iba a la playa, me dijo que me sacara la camiseta y fue a buscar una crema contra las quemaduras, me hizo tumbar en el sofá y me dio un masaje con la crema, se estaba deleitando con el masaje y yo también lo disfrutaba, me hizo sacarme el resto de la ropa, él también se quedó totalmente desnudo, se colocó detrás mío y siguió con el masaje, acercó su cara a la mía preguntándome si estaba bien, yo asentí, entonces dejó resbalar su cuerpo encima de mi espalda.

Yo notaba su dura verga, que iba frotando contra mis nalgas, entonces se levantó y me hizo levanta a mí, estiró el sofá cama abriéndolo y me depositó en ella, se volvió a colocar de nuevo encima mío, en un momento dado incorporó su cuerpo y soltó saliva entre mis nalgas y mojándose la mano frotó su verga con saliva y apuntó en mi agujero, entonces dejándose caer encima me susurró: ¡Te va a doler un poco, pero no te muevas! Eso hice, se fue ensartando dentro mío, me dolió debido al grosor, pero me mordí los labios y aguanté, ahora estaba totalmente dentro de mí en aquel momento acercó su boca a mi oreja suplicándome que le diera la boca, giré más la cara y le ofrecí mi boca y mi lengua, que él fue saboreando como si fuera un manjar, entonces comenzó a mover su pelvis sacando y metiendo de nuevo su verga, cada vez se retiraba más y se clavaba de nuevo, entonces mis manos separaron mis nalgas y cuando entró de nuevo él gimió de placer, movía sus caderas abriendo más mi ano, sus manos por debajo de mis axilas me apretaban los hombros, como para fundirnos en uno solo.

Cogiendo mi cuerpo con suavidad me giró siempre enganchado a él y quedamos de lado, mientras él me seguía penetrando empezó a masturbar mi verga con suma lentitud, nuestras bocas ahora se deleitaban mejor de los besos y las lenguas pugnaban entre ellas, la mano que estaba debajo de mi cuerpo acariciaba mis tetillas, me hacía gemir, era todo muy lento pero increíblemente bueno, notaba la dureza de su falo y cada vez arremetía con más fuerza y fue acelerando cada vez un poco más el ritmo de la penetración y también su mano sobre mi pene, iba todo al unísono, aceleró y aceleró, dijo: ¡Voy a sacarla para correrme! Pero yo no lo dejé, apretando mi culo contra él, entonces no pudo aguantar y comenzó a soltar gran cantidad de semen dentro mío, mientras seguía entrando y saliendo, notando el calor del preciado jugo y la rapidez de su mano solté todo mi semen encima de mi cuerpo, mientras seguía masturbándome no dejando dentro de mi verga ni una sola gota más de semen.

Al terminar totalmente agotados me dio un largo y húmedo beso, su lengua buscaba con ansia la mía y yo respondí de la misma forma, me dijo: ¡No había penetrado nunca a nadie, ni chico, ni chica, tú eres el primero y he disfrutado mucho contigo! ¿Te ha molestado que te follara?  Añadió: ¡Siento haberte hecho daño, perdóname! Yo respondí: ¡No yo también lo he disfrutado! Y le pregunté: ¿Dónde lo has aprendido, siendo tu primera vez? Mientras seguíamos abrazados, me dijo que en el vestuario nuestro de la piscina, está el cuarto del entrenador, pero no cierra la puerta bien si no es con la llave y mientras me duchaba un día vi a dos de nuestros nadadores más mayores, que se acariciaban y tuvieron sexo dentro del cuarto, igual que nosotros ahora.

Le pregunté quiénes eran y me dijo: ¡Uno era Kike (Enrique) era penetrado por Marín y parecían disfrutar los dos! Ambos tenían unos 18 o 19 años, Kike es rubio, bastante delgado y alto, muy bonito cuerpo, Marín es de pelo ensortijado y negro, su piel es bastante más oscura, creo que los padres eran de las Islas Canarias, su cuerpo era de infarto algo más bajo que Kike, pero su cuerpo es perfecto, un culito respingón y pequeño, pero su abultada entrepierna cubierta del minúsculo bañador era para soñar. Añadí: ¿Porque no lo has hecho con Velasco? Tete sonriendo respondió: ¡Porque no eras tú!

El relato y las imágenes que pasaron por mi mente, de los nadadores me habían calentado de nuevo, noté que Tete también tenía una leve erección, me puse frente a él y acariciándolo, su verga se endureció de nuevo, nos besamos ardientemente saboreando de nuevo nuestras bocas y lenguas, estuvimos un buen rato, entonces decidí tomar la delantera y con suma suavidad lo puse boca abajo, me senté a horcajadas con su cuerpo entre mis piernas y comencé a besarlo y pasar la lengua desde el lateral del cuello, siguiendo por la nuca y fui bajando por toda su espalda, su cuerpo se estremecía, seguí descendiendo y coloqué mi cara entre sus nalgas, oliendo el suave aroma de él, saqué la lengua y la fui pasando sobre ése culito tan adorable deteniéndome en su agujero, que comencé a lamer con mucha intensidad, el ano iba despertando de su gran letargo, al principio palpitaba levemente, pero después era con más frecuencia, mis manos le separaban los glúteos y hundía más mi lengua, dejando un reguero de saliva, escupí sobre mi mano y froté mi verga, apuntando a su orificio, le pasé varias veces mi verga por encima, a la tercera vez me fui introduciendo en su estrecho agujero, Tete resoplaba, le dolía bastante, sus manos estaban crispadas sobre el cubrecamas, le fui acariciando y besando su espalda, aguantó muy bien, pero tenía los ojos acuosos a punto de caer una lágrima, le fui besando la nuca, yo permanecía sin moverme, el dolor le fue cediendo, giró un poco su cara y besé su ojo, deslizando mi lengua en busca de la suya, él comenzó a mover su trasero, intentando acomodar mi verga dentro de él, con lentos movimientos de mis caderas y la pelvis, fui sacando mi verga, la saqué toda y apoyado sobre mis codos volví a meterla dentro del exquisito culo, él gimió, pero esta vez no de dolor, continué haciendo lo mismo una y otra vez, cada embestida era seguida por un gemido, entonces le separé las nalgas clavándome hasta el fondo, soltó un largo y profundo gemido, fui acelerando mis embestidas seguidas por sus gemidos.

Ahora estaba bien dispuesto, lo coloqué boca arriba y separando sus bonitas piernas me clavé de golpe dentro de él, volvió a gemir, su verga estaba enrojecida, como a punto de explotar, mientras yo le penetraba su verga palpitaba, él ni se acordaba de ella, no se la tocó para nada, agaché mi cuerpo encima suyo y nos besamos, cada vez fui acelerando más mis envestidas, él mordía mi lengua y los labios, yo le fui pasando saliva de mi boca a la suya, eso le cogió por sorpresa y cada vez empujaba mi verga con más fuerza y gimiendo soltó su semen mojando nuestros cuerpos, al hacerlo apretó su culo y entonces solté todo el semen que me quedaba, dejándole el ano totalmente inundado, continué un rato más entrando y saliendo de él, pero al poco saqué mi verga del ansiado culo, levanté sus piernas, comencé a lamerle de nuevo el ano dolorido y violado, ahora volvía a gemir de placer, después de dejarlo limpio, chupé su verga, seguí subiendo lamiendo y tragando todo el semen derramado sobre su cuerpo, después miré mi cuerpo y pasando mis dedos sobre restos de su semen me los metí en la boca chupándolos con fruición.

Alargando sus manos tiró de mí, me dejé caer sobre él y metió su lengua dentro de mi boca, buscando el sabor del semen de ambos, al separar nuestras bocas me preguntó: ¿Has disfrutado igual que yo? Respondí afirmativamente, él continuó: ¿No te ha dado asco chuparme el culo, ni  tragarte y lamerme el rabo mojado de semen? Yo respondí mirándole a la cara: ¡No, porque es todo tuyo, al igual que yo he sido tuyo! Apretó mi nuca contra él y nos besamos de nuevo más pausadamente, después nos vestimos, me dio un rato de lecciones y nos separamos.

Cada vez que estábamos en su casa volvíamos a tener la misma experiencia, pero siempre probábamos posturas distintas, las que  estábamos más cómodos los dos o que nos llenaban más al fondo, en la piscina disimulábamos, estuvimos dos semanas disfrutando de nuestros cuerpos, incluso estuvimos todo el fin de semana juntos en su casa, yo dije a mis padres, que íbamos de acampada Tete, y algunos de los alumnos, íbamos cerca de la playa, por su lado él dijo a sus padres, que iba de acampada con unos compañeros de natación, eran mentiras a medias, pero fue fabuloso ése fin de semana, nuestras manos nunca paraban quietas, nos acariciábamos a cada instante y nos besábamos como si fuera la última vez o tal vez como la primera.

Una tarde, fuimos a la piscina, el entrenador no estaba y había pocos nadadores, claro era verano y preferían la playa, después de entrenar bastante estábamos agotados, Tete me dijo que se iba a la ducha, al poco fui tras él y nos metimos dentro de la última ducha, la que estaba frente a la puerta del cuarto del entrenador, nos estábamos manoseando y la cortina no estaba echada del todo, por el reflejo del espejo vimos la puerta un poco abierta y a Kike y Marín besándose mientras acariciaban sus vergas metidas dentro  del bañador, estaban totalmente duras, Marín chupaba las tetillas del guapo y rubio Kike, éste acariciaba la cabellera del joven amante, al tiempo que gemía, debimos hacer algún ruido, que se dieron la vuelta mirando a través de la abertura de la puerta y nos vieron también por el reflejo del espejo, se envolvieron en una toalla alrededor de su cintura y cruzaron la puerta, en lugar de marcharse, apartaron nuestra cortina y se metieron dentro de la ducha con nosotros dentro, volvieron a correr la cortina quedando ésta vez bien cerrada.

Colgaron sus toallas por encima de la barra de la cortina, así la gente sabía que estaba ocupada, nos quedamos callados, a mí me pillaron con la mano encima de la entrepierna de Tete, por encima de su bañador, la mano de éste girada hacía atrás metida dentro del mío, nos miraron socarronamente y Marín soltó: ¡Tendremos que enseñarles a estos críos, algo más que sobarse sus pichitas! Sin esperar respuesta, se agachó delante de Tete, bajándole el bañador y cogiendo con sus carnosos labios la verga de éste, Kike acercándose a mí se agachó y sacando su lengua fue lamiendo mi verga enfundada dentro del bañador, ésta iba creciendo cada vez más, pasado el estupor anterior, ahora Tete gemía y yo también, el rubio de Kike había sacado mi rabo y lo engullía con ganas, paró un momento diciendo a su colega: ¡Esta no es una pichilla, está muy bien para su edad! Marín respondió: ¡Pues éste no desmerece nada al tuyo, que fiestón nos vamos a dar!

Kike deslizó mi bañador sacándomelo por los pies, me puso de cara a la pared de baldosas y agachándose de nuevo comenzó a lamer y chupar mi culo separando mis nalgas y buscando mi agujero, su lengua entraba y salía del ano cada vez más dilatado, miré a mi izquierda y Tete estaba siendo violado por la lengua y boca de Marín, estiré mi mano hacía Tete u éste se metió tres dedos dentro de su boca chupándolos con cariño, él estiró la suya e hice lo mismo, metiéndome sus dedos en la boca mientras nos mirábamos con ardor, Marín se levantó y apuntando su verga la clavó dentro del culo de Tete, mientras le intentaba tapar la boca, para que no gritara, Kike viendo a su colega, hizo lo mismo conmigo y me penetró, entonces mirándose ambos comenzaron sus embestidas al mismo tiempo, parecían sincronizados, ya no notábamos el dolor sólo placer de ser embestidos por alguien mayor que nosotros y lo hacían de maravilla, nuestros gemidos eran acallados por sus bocas, que satisfacían a placer el sabor de nuestros besos, en ningún momento dejaron que nos masturbáramos, con sus cuerpos nos apretaban los hombros contra las baldosas, Kike con un gemido gutural, soltó su viscoso líquido dentro de mi culo mientras seguía entrando y saliendo de él, al rato sacó su verga, mientras respiraba muy agitado, me dio la vuelta y entonces me besó mirándome a los ojos, fue agachándose y cogiendo mi verga se la puso dentro de su caliente boca, apretando fuertemente los labios, la mamada era soberbia, con sus labios apretados alrededor de mi verga, yo volvía a gemir de placer, miré a mi lado y Marín aún penetraba a Tete, pero en ése momento gruñendo se corrió dentro del culo de éste, continuó penetrándolo un rato más.

En mi salón tumbado durante mi duermevela, notaba la verga mojada por la saliva, pero no conseguía despertar gracias al placer que sentía, volví a las duchas de antaño, la verga de Tete era degustada por Marín, su cabeza iba endiabladamente rápida mientras chupaba la verga de mi amigo, nuestras manos estaban entrelazadas, debido a su apretón supe, que fue soltando su semen dentro de la boca del joven morenazo, casi al mismo ritmo estallé dentro de la boca de Kike, que se fue tragando todo mi semen. Nos dimos una rápida ducha y salimos los cuatro, entonces abrieron la puerta del cuarto del entrenador y nos metieron dentro. Marín se sentó en el banco de madera, apoyando su espalda en la pared y tirando de mí me puso de espaldas a él me hizo separar las piernas y agarrándose la verga me hizo descender clavándomela dentro de mi ano dilatado, sus manos acariciaban todo mi cuerpo, luego dejándolas en mis caderas me fue dirigiendo arriba y abajo, sacando su verga y clavándola de nuevo, mi verga despertaba de nuevo   mientras se bamboleaba al ritmo de nuestra follada.

Por su parte Kike y Tete, se besaban, se acariciaban, mientras nos miraban de lado, entonces Kike agachó su cuerpo y engulló mi verga, seguía el ritmo de nuestra penetración, Tete, escupió sobre su mano y frotándose la verga apuntó en el ano de Kike y comenzó a penetrarlo éste ni se inmutó, no se quejó, le puso las manos en las caderas y lo folló a conciencia empujando fuertemente su verga dentro del joven rubiales, que seguía el ritmo de mi verga endurecida, mojé mis dedos con saliva y bajando mi mano entre mis piernas busque y encontré el ano de Marín, comencé a darle masajes y al poco le fui metiendo uno, luego dos y hasta  tres dedos, dilatándolo bien, los metía y sacaba en su totalidad, Marín mordisqueaba mi espalda, mis dedos iban más acelerados y él gemía de gusto, por su lado una mano de Tete masturbaba la verga de Kike, mientras disfrutaba con la penetración que le ofrecía y su otra mano extendida, introducía sus dedos en mi boca, que yo saboreaba como si fuera su propia verga, nos mirábamos a los ojos, estábamos saboreando cosas nuevas y disfrutábamos, mis dedos hurgaron bien adentro del culo de Marín, entonces me tumbó en el banco boca arriba y levantando mis piernas sobre sus hombros entró dentro de mí, Kike se colocó a la inversa  de mí, Tete volvió a penetrarlo y siguió chupándome la verga, Marín aceleró y se volvió a correr, pero ésta vez dentro de mi culo, notando el calor dentro de mí, fui soltando mi semen dentro de la apetitosa boca de Kike, yo gemía de gozo y entonces Tete, apretó el ritmo de su penetración y su mano masturbando a Kike, que se quejó levemente y se corrió sobre mi cara, mientras mi amigo lo hacía dentro del culo apetitoso del rubiales de Kike, estábamos totalmente exhaustos.

En ése momento mi boca seguía degustando unos besos, mi culo era penetrado por una gruesa y larga verga, abrí los ojos y delante mío besándome estaba Tomás, con mis piernas sobre sus hombros, me besaba y penetraba a la vez, se fijó que yo había abierto los ojos y sonrió mientras seguía con sus ardientes besos, fue acelerando sus embestidas e irguiéndose soltó un bufido mientras los trallazos de semen de su verga, se derramaba dentro de mi culo, saliendo un poco del preciado líquido con sus movimientos de embestida y yo que tenía la verga a tope solté todo mi semen encima de mi propio cuerpo, salpicándome hasta la barbilla y cara, tal era la cantidad que solté.

Estiré mis piernas sobre el sofá, quedando el joven Tomás encima de mi cuerpo, mientras continuaba besándome con mucha intensidad, limpiando con su lengua los rastros de mi semen sobre la cara, después bajó sobre mi cuerpo y lamió todo el  resto de mi semen, cuando acabó, me incorporé y agarrándolo lo senté encima de mis muslos, él tenía sus brazos alrededor de mi cuello abrazándome, me levanté, con él agarrado a mí, le hice cruzar las piernas sobre mis caderas y me dirigí con tan preciada carga a mi habitación, lo deposité allí y me tumbé a su lado mirándole, entonces comentó: Me dijiste, que viniera, cuando quisiera hablar contigo, abrí con la copia de la llave, que tengo y tú estabas totalmente dormido, te estuve acariciando, para despertarte, pero te agarrabas fuertemente al sueño, estabas tan duro, que no lo pude evitar, te fui chupando la verga sobre el pantaloncito, luego los deslicé, pero tú seguías en sueños gimiendo, te fui chupando la verga y te corriste en mi boca, mientras yo me masturbaba sobre mi mano, abriste la boca cuando te acerqué mi mano llena de semen y lo lamiste totalmente sin abrir los ojos.

Te seguías relamiendo los labios, cuando doblaste las rodillas mientras seguías dormido y tu verga volvía a la vida, eso me animó y levantando tus piernas te penetré, igual que tú habías hecho conmigo  la primera vez, me fui deslizando por el placer, sin prisa muy contenido, disfrutaba mirándote la cara era de total sumisión placentera, eso me enardecía, seguí metiéndote mi verga más profundamente, seguías gimiendo de gozo, te cayó una lágrima y acercándome la sorbí y me quedé besándote, entonces llegó el final al despertarte, todo fueron fuegos artificiales.

Le pregunté qué pasaba realmente, entonces abrazado a mi comenzó: ¡Mí padre Esteban, tu Comandante y mi hermanastro Bruno, no paran de preguntarme cómo me encuentro! ¡Me tienen hasta el gorro! Hemos estado separando de  las cosas de mi madre, algunas para Cáritas y otras para llevarlas a su casa, ahora estaremos juntos, ya que su mujer los ha dejado, se fue a casa de su familia en León, no quería tenerme con ellos y se ha marchado, cada diez minutos uno u otro me preguntaba cómo estaba y me ponían más nervioso. Yo sonriendo le dije: ¡No seas tontín, se preocupan por ti, te quieren con locura, incluso Bruno y tu padre Esteban está muy orgulloso de ti!

Su mano fue bajando sobre mi pecho, acariciando mis abdominales, metió un dedo dentro del ombligo, que me produjo un escalofrío, mi verga volvía a responder de nuevo, él lo notó, se puso sentado sobre sus rodillas y cogiendo mi verga la colocó detrás de su trasero, moviéndose hacía que se pusiera más dura todavía, cuando lo consiguió, se tumbó boca abajo y coloqué mi cuerpo sobre el suyo, agarré mi rabo y lo fui penetrando, gemía, mordía la almohada mientras susurraba: ¡Siiii, que bueno eres, clávala hasta el fondo, me gusta cómo lo haces! Comencé a retirarme y clavarme de nuevo dentro de él, al poco la sacaba toda, para clavarla de golpe, él soltaba gemidos cada vez que  lo traspasaba ¡Genial, eres un dios! Susurraba quedamente, fui acelerando el ritmo, levanté su trasero y apoyándose sobre los codos y las rodillas, pasé mi mano por su cintura, agarrando su verga, la apretaba y aflojaba, al tiempo que le masturbaba ¡No pares, sigue así todo el rato, así, así! Sus palabras me enardecían y no pude aguantar mucho rato más vaciándome dentro de él, mientras él soltaba su semen sobre las sábanas. Al retirarme de su culo me agaché lamiendo su semen de las sábanas, él se unió a mí, después nos besamos.

Antes de quedarnos dormidos me preguntó: ¿Puedo volver aquí unos cuantos días? Yo respondí: ¡Claro cariño, el tiempo que te haga falta!...