Recuerdos...xvii
Le separé las piernas y se las levanté poniéndolas dobladas sobre su cuerpo y comencé a chuparle el ano que ya palpitaba de nuevo
RECUERDOS...XVII
Ya nos encontramos en Toledo para la Competición Militar de Natación entre todas las Regiones del país, como no cabemos todos en el Cuartel, han colocado tiendas de campaña grandes, para cada región. Nos han colocado al lado del Regimiento de Legionarios de Ceuta y Melilla, al otro lado los de Aragón, las tiendas muy amplias, en la nuestra había cuatro literas, una larga mesa metálica con sillas, taquillas metálicas y también una estantería, una bombona de butano y un fogón portátil.
Nuestro grupo está formado por Lino, Josep, Felipe el canario, Lolo, Rubén el bilbaíno y yo, además Javián que era de Caballería, junto a nosotros de carabina se encontraba un joven Alférez de Imec, de nuestra edad, pero estudiaba para la carrera militar, se llama Santiago. El Comandante D. Esteban había decidido llevar a un compañero más, como refuerzo. Íbamos a estar durante cinco días, nos enseñaron las instalaciones y teníamos toda la tarde de permiso para visitar Toledo, después de dejar todo en las taquillas, nos pusimos en marcha, nadie conocía la Ciudad y fuimos preguntando, a la gente , llegamos a una gran Plaza con bares y terrazas, nos sentamos a tomar algo.
Santiago, el joven Alférez, siempre muy tímido con nosotros, pero parecía cómodo oyéndonos hablar distendidamente, al sentarnos en una terraza se relajó, yo me había colocado a su lado e intentaba que compartiera la charla con nosotros, se fue uniendo poco a poco a la conversación, su voz era cálida con un poco de acento gallego, pero se le notaba a gusto, no como los primeros días, cuando nos lo presentó el Comandante, ya que pensábamos que sería un peñazo. La tarde fue agradable, al volver fuimos a entrenar un poco y por la noche después de cenar el Comandante, me dio la lista con las pruebas de natación del día siguiente, no competían Lolo y Javián el resto teníamos alguna prueba.
Nos acostamos temprano para estar descansados, pero Javián y Lolo junto a Santiago, el alférez, se fueron a la tienda de los legionarios a jugar a las cartas un rato, ya que estos solo eran cuatro y no competían al día siguiente. Me despertó un ruido en el exterior de la tienda, miré la hora, habían pasado dos horas, salí y me encontré a Santiago vomitando al lado de la tienda, le pregunté por los otros dos y me señaló la tienda de al lado, fui en esa dirección, al entrar en la tienda de los legionarios supe lo que debía haber ocurrido, ya que vi a Javián tumbado encima de la mesa metálica totalmente desnudo adormilado y a Lolo sentado en una silla apoyando la cabeza sobre la mesa, también desnudo en su totalidad y en dos camastros estaban haciéndose arrumacos, los legionarios entre ellos, seguían con su juerga particular, di un vistazo a su tienda, vislumbré un cubo lleno de agua y mojándome las manos, se las pasé por la cara a Javián y a Lolo, se fueron despertando poco a poco, estaban un poco aturdidos, en voz baja les dije que se pusieran el pantalón y saliéramos sin hacer ruido, después de recoger su ropa se apoyaron en mí y salimos sigilosamente.
Al entrar en nuestra tienda Santiago, sentado en una silla con las manos sobre su cara nos miró, poniéndose totalmente colorado y lo mismo ocurrió con Lolo y Javián, que miraban al suelo como avergonzados, insté a los tres que se refrescaran con el agua fresca de un gran bidón y se cambiaran de ropa, ya que teníamos que descansar un poco, para ése mismo día, aunque ellos no tenían que nadar, les preparé café con leche y después nos acostamos todos, pero antes de acostarme me acerqué a la litera que compartían Lolo y Javián, les pregunté si se encontraban bien, ambos asintieron, pero enseguida noté leves sollozos en mi litera, era Santiago, baje de arriba y me metí en su cama abrazándole, intentaba calmarlo, dejó de sollozar y balbuceando se disculpaba diciéndome: ¡No supe defenderlos de esos brutos que los estaban forzando! ¡No sirvo para esto, me quedé bloqueado! ¡No soy apto para nada! Yo le susurraba: ¡Tranquilo, no fue culpa tuya, no sabías lo que iba a ocurrir, yo avisé a Lolo y Javián, que fueran con cuidado, pero ha ocurrido! ¡Ahora es importante descansar, mañana lo hablaremos con más tranquilidad!
Me separé de él, pero me dijo que me quedara un rato más, me lo pidió de tal manera, que me llegó al corazón y me quedé un rato más abrazándole, mientras le susurraba: ¡ Cálmate y descansa tu mente! Mi mano le fue acariciando su cuerpo, su prieto trasero se iba acercando más a mí y mi verga comenzaba a despertarse, mientras él seguía frotándose con ella, con mi otra mano fue descendiendo y toqué su verga dentro de la prenda, estaba totalmente endurecida, fui bajándome el pantaloncito corto militar sacándomelo, puse bien mi verga para que la notara y sin decirme nada su mano fue deslizando su pantaloncito, dejándolos en el fondo de la cama.
Se giró y mirándome a la cara, acercó sus labios a los míos dándome un beso de lo más casto, pasé mi brazo por debajo del lateral de su cuello y mi mano apretó su cabeza sobre la mía, nos fundimos en un gran beso, le fui metiendo mi lengua dentro de su cálida boca, su respiración estaba muy agitada, fui degustando esa boca inexperta, mi lengua recorría todo su interior, ahora sentía sus leves gemidos y su lengua comenzó a despertarse buscando la mía y batallando dentro de nuestras bocas, mis manos lo acariciaban y una la deslicé hasta su verga, que estaba totalmente rígida, agarré con firmeza ése hermoso falo y lo fui masturbando suavemente, mojé los dedos de mi otra mano y fui buscando su agujero, dándole leves masajes y metiéndole un dedo dentro de su ano, comencé a moverlo en su interior y cogiendo su cuerpo lo coloqué debajo mío boca arriba separándole las piernas.
Agarré mi verga y apunté comenzando a introducirme dentro del joven alférez, mientras acallaba sus quejas con mis besos y mi lengua, fui abriéndome camino clavándome bien adentro, me quedé quieto un momento, moví mi pelvis dando rotaciones para que su culo aceptara al intruso y me fui retirando y clavándome de nuevo, ahora los gemidos eran de placer, su verga había vuelto a la vida, que estaba entre nuestros cuerpos y palpitaba. Ahora sus piernas estaban alrededor de las mías apretándolas mientras yo entraba y salía de su culo cada vez más dilatado, empecé acelerando el ritmo de la penetración, mientras seguíamos besándonos ahora con furia, separé mi cara de la suya y lo miré, él me sonrió y su mano apretó mi nuca contra él fundiéndonos en otro prolongado beso, aceleré y aceleré cada vez más fuerte y entonces con un sonido gutural de su boca supe que se estaba corriendo entre nuestros cuerpos, noté el calor del espeso semen y al apretar su esfínter mientras se corría yo desparramé todo mi semen dentro de tan preciado tesoro, un culo tan virginal que se había abierto para darme placer, seguí un rato en su interior sacando y metiendo mi verga, al rato me separé de él y agachándome sobre su cuerpo fui saboreando el semen derramado por él sobre su cuerpo, después nos fundimos en un cálido beso, cogí mi pantaloncito, me lo puse y después de besarlo de nuevo me subí a la litera, pero antes de cerrar los ojos oí susurrar: ¡Gracias!
Por la mañana, les pregunté a Javián y a Lolo, como se encontraban, contestaron que se encontraban bien, les aconsejé de no hablar de lo ocurrido con nadie, lo mismo hice con el alférez Santiago, comentándole que si se decía algo caería sobre todos nosotros una gran vergüenza, él se lo pensó un momento y asintió dándome la razón, nos colocamos el chándal verde militar, para ir a la competición, cuando nos vio Santiago el alférez, no pudo reprimirse y soltó: ¡Si no fuera por el color parece que vayáis desnudos, pero estáis todos muy bien! Bromeamos entre nosotros diciendo que nos follaríamos de lo bien que nos quedaban, tan ajustados, tanto el pantalón como la chaqueta, todo gracias a la Sra. Elena mi casera, que había hecho los arreglos y realmente nos quedaban como una segunda piel, marcando bien las piernas, el culo, la estrecha cintura y el amplio pectoral, eran muy seductores, salimos en grupo para la piscina, al entrar encontramos al Comandante D. Esteban, que nos dio un repaso de arriba a abajo y sonrió, mientras decía: ¡Si no ganamos nada, no importa, pero seguro que no pasaremos desapercibidos!
Después de un pequeño desfile nos sentamos en la zona destinada para nuestra Región y comenzó la competición, la colocación de las calles donde nadábamos estaba derivada a los tiempos que habíamos hecho en los Regionales, yo éste día tenía dos carreras, una de 100 metros libres y la otra más dura 200 metros mariposa, aunque bastante separadas entre ellas, mis otros compañeros tenían una cada uno. En mi primera carrera la de 200 metros mariposa, quedé el primero con el mejor tiempo, en la de los 100 metros quedé segundo, fui superado por un nadador del equipo de Cataluña, que ya habíamos competido muchas veces y era campeón de España en ésa modalidad, el resto de mis compañeros quedaron entre los tres primeros, para satisfacción de todos, como no nadamos en todas las pruebas, en un momento fui a los lavabos del vestuario.
Oriné en los urinarios y al terminar y darme la vuelta, me encontré de cara con uno de los legionarios apoyado en la pared, había estado mirándome todo el rato, yo lo había notado, pero hasta ése momento no sabía quién era, al pasar por delante de él, me cogió del brazo y puso mi espalda contra la pared, él enfrente mío y sus fuertes brazos apoyados en las baldosas a la altura de mi cara, sonriendo soltó: ¡Anoche tendrías que haber estado en nuestra tienda, te habría arrancado la ropa a mordiscos y te hubiera follado salvajemente! Yo fui deslizando mi mano hasta su entrepierna agarrándole fuertemente la verga y los huevos por encima del chándal, mientras le respondía: ¡Y yo te hubiera abierto la bragueta, sacado tu potente rabo, me lo pondría en la boca y lo chuparía, de tal manera que te saldrían los ojos de las orbitas, te colocaría a cuatro patas y te follaría hasta que pidieras perdón por lo que les hicisteis a mis amigos! Aflojé mi mano y dándole un tirón lo metí dentro de uno de los cubículos de WC, sin darle tiempo a nada, agarré su nuca y metí mi lengua dentro de su boca, que se resistió levemente, pero al poco degustó mi beso, le deslicé el pantalón de chándal y el bañador.
Le di la vuelta, apoyando su cara contra las frías baldosas, me agaché y le hice una muy buena comida de culo, su ano ya palpitaba, igual que mi verga que estaba dispuesta, me levanté y apoyando mi cara sobre la suya apunté mi verga y comencé a penetrarlo, él se revolvía, pero yo sujetándole con fuerza, conseguí mi meta clavarme totalmente dentro de él, una vez abierto, ya no opuso resistencia, dejó que lo follara a mi placer, creo que no lo habían desflorado nunca, por lo cerrado que tenía su culo, pero una vez domado se dejó hacer, iba soltando leves gemidos, mientras le pasaba con mi lengua por el interior de la oreja, deslicé mis labios por su cuello, eso lo excitó mucho, ahora acompasaba mis embestidas moviendo sus caderas, mi mano derecha la pasé por delante agarrando su verga y comencé a masturbarlo, ahora él giraba su cabeza hacía atrás buscando mi boca, que fue saboreando mientras gemía y en ése momento soltó su semen contra las baldosas del WC, apretando su culo mientras se corría yo descargué mi semen dentro de su prieto culo.
Continúe entrando y saliendo del mismo, al poco rato me separé y dándole la vuelta me agaché cogiendo su verga con mis labios, aprisionándola fuertemente, conseguí que se endureciera de nuevo, fui acariciando sus huevos y metí dos dedos dentro de su culo recién desflorado, volvió a correrse en mi boca, pero en menor cantidad, lo degusté y me puse de pie, dándole un gran morreo, me subí mi ropa y lo dejé allí plantado. Salí sonriendo y me acordé que no sabía su nombre, pero ya lo averiguaría.
Al volver a la piscina pregunté cómo había ido todo, me dijeron que muy bien, de momento por puntos íbamos los quintos, pero aún quedaban cuatro días más de competición, yo estaba sentado al lado de Javián, entonces cruzó por delante de nuestro sitio, el joven y musculoso legionario, que acababa de salir del vestuario, entonces Javián sonriente me susurró: ¡Parece que esta escaldado, anda con las piernas un poco arqueadas! Yo repliqué: ¡Igual lo ha follado un negro! A lo que Javián dijo: ¡Lo dudo, era el más macho de todos y el más salvaje follando, no se cansaba nunca!
Al terminar el Comandante nos felicitó efusivamente a todos, diciendo que nunca Galicia había quedado tan arriba en una Competición, entonces me cogió aparte y me preguntó si todo iba bien, ya que Javián tenía mala cara, yo le contesté que había pasado mala noche, por los nervios, si pasa algo quiero saberlo por ti, no por rumores, ya sé que lo controlas todo o casi todo. ¡De acuerdo! Yo asentí, me dio una palmada en la espalda, deslizando su mano por la misma en plan cariñoso, nos separamos y se fue con los otros oficiales de alto rango.
Por la tarde, después de dar un paseo por el centro, volvimos a nuestra tienda, al pasar delante de la tienda de los de Aragón, nos dijeron, que a los legionarios les debía haber sentado mal la comida, ya que no paraban de ir al baño constantemente, entonces Javián al verme sonreír me preguntó: ¿Tú sabes algo de todo esto, no? Tal vez se algo de esto- respondí sonriendo. Durante el resto de la noche se oyeron ir y venir a los cuatro componentes de los legionarios, una vez en nuestra tienda junté a Lolo, Javián y el alférez Santiago y les relaté: Ésta mañana temprano, fui a la tienda de los legionarios y en la cafetera que siempre tiene café deshice unas pastillas de hierbas, que son para evacuar, se les suele dar a las embarazadas antes de dar a luz, tarda unas 8 o 9 horas en hacer efecto, luego quedan tan limpios por dentro, que solo echan agua por el culo.
Todos soltaron una risotada mientras me felicitaban, se acercaron los otros, que no sabían nada de lo ocurrido, entre Javián y Lolo les contaron las repetidas penetraciones que habían sufrido por parte de los cuatro legionarios, en ningún momento hablaron del alférez Santiago, pero al terminar, Santiago dijo, que por su graduación lo habían atado con toallas en una de las literas, poniéndole una mordaza y cuando pudo escapar fue a buscar ayuda, pero antes de llegar vomitó y por el ruido que yo hice salió vuestro amigo y entrenador, que se encargó de todo, sacándoles de la tienda, trayéndolos de vuelta, los refrescó y acostó, como si fuera su padre, continuó con la mirada baja diciendo, después de acostarlos para calmar mis nervios me poseyó, de tal forma, como si yo fuera una figurita de porcelana a punto de romperse, eso fue todo lo que pasó la noche anterior y no me arrepiento de lo último, pero sí de lo primero por no atreverme a ayudarlos.
Todos le dieron ánimos y le reconfortaron, comenzaron a contar anécdotas y de lo ocurrido en mi casa al ganar los Regionales, el ambiente se respiraba excitación, cada uno relataba algo que les había ocurrido durante sus jóvenes años, después de cenar se fueron retirando, les avisé que los quería bien para el día siguiente, ellos entendieron y respondieron afirmativamente.
Comenzaron los movimientos, Javián y Rubén se acostaron juntos, lo mismo que Lino con Josep y Lolo con el canario Felipe, por mi parte me acerqué a la cama de Santiago, me senté en ella y acercando mi cara lo besé en los labios, él abrió su boca recibiendo mi glotona lengua, que buscaba la suya desesperadamente, fundiéndonos en un prolongado beso, entre en su cama y nos quitamos el pantalón corto, nos acariciamos mutuamente, él separaba sus piernas cruzándolas sobre las mías, pero yo quería que disfrutara algo más que un simple polvo, después de saborear su boca fui deslizando mi lengua, por su cuello bajando sobre su pecho deteniéndome en sus pezones, lamiéndolos y mordisqueándolos, seguí descendiendo introduje mi lengua en el agujero de su ombligo, lo que le produjo cosquillas, seguí bajando tirando de los pelos del pubis con mis labios, oliendo el aroma juvenil, continué poniendo la punta de su verga entre mis labios mientras bajaba mi cabeza chupándole la hermosa verga, larga y no muy gruesa, pero muy bonita, mis labios lo descapullaron del todo, una de mis manos acariciaban su pecho y subía hacía su boca entrando dentro de ella, la otra mano acariciaba sus genitales, que mi saliva se derramaba encima de ellos, él gemía gustoso.
Le separé las piernas y se las levanté poniéndolas dobladas sobre su cuerpo y comencé a chuparle el ano que ya palpitaba de nuevo, ofreciéndose a mí, también le mordisqueaba las nalgas y mi lengua se iba metiendo dentro de su agujero, agarré mi verga y fui entrando en el ansiado culo, esta vez él miraba mi cara y yo la suya, estaba pendiente de todo lo que yo hacía, notaba el placer en su rostro, mis embestidas lo hacían gemir y yo lo besaba con ganas mordiéndole los labios, le soltaba mi saliva dentro de su boca, que él devoraba con ansia, durante bastante rato mis penetraciones fueron aumentando en rapidez soltando mi semen dentro de su culo, él se estaba masturbando, pero le detuve la mano impidiendo que se corriera, salí de su culo, se lo limpié con mi lengua, con restos de mi semen y saliva mojé mis dedos los pasé por mi ano frotándolo, me coloqué con las rodillas a la altura de sus caderas y agarrando su verga la fui metiendo en mi culo, que estaba necesitado de ése placer, mis manos separaron mis nalgas clavándome toda la verga de Santiago.
Me fui levantando y bajando a un ritmo acompasado, después incliné mi cuerpo sobre el suyo acercando mi boca a la suya y dejando que él cogiera su propio ritmo, su pelvis subía y bajaba con mucha fuerza, sus gemidos entre nuestras bocas vaticinaban una pronta corrida y no tardó en derramar su semen dentro de mi culo, mientras se convulsionaba de gusto, cuando ya había terminado continuó un rato más penetrándome, hasta que su verga comenzó a perder rigidez, en ése momento la sacó de mi culo, me tumbé a su lado y nos besamos. Iba a salir de la cama, pero su voz me detuvo pidiéndome que me quedara con él toda la noche y nos dormimos.
El segundo día de competición, fue mejor ya que nadamos casi todos y mejoramos la puntuación, yo participé y gané en los 400 metros libres, Javián gano en primer lugar los 100 metros espalda y también en los 1oo metros braza, entonces fui al baño de los vestuarios y apoyado en la pared estaba el musculoso legionario del día anterior, sonriendo me soltó: ¡Has tardado un poco en venir! Me puse a orinar y él se acercó a mí, estirando su mano agarró mi verga sujetándola mientras yo terminaba de soltar la cálida orina, mientras frotaba su verga contra mi nalga, sin guardarme la polla tiré de él y nos metimos en el último cubículo del WC, apoyé su espalda en la pared y agachándome saqué su verga y comencé a lamerla, al poco rato la fui chupando como si de alguna golosina se tratara, él apoyaba sus manos sobre mi cabeza acariciándola, mi mano buscó su ano dándole masajes y abriéndolo de nuevo.
Sin pedirle nada se dio la vuelta apoyando su cara contra las baldosas ofreciéndome de nuevo su trasero, masajeé mi verga y levantándome se la clavé profundamente, separándole las nalgas y como el día anterior, me ofreció su boca mientras lo embestía cada vez con más fuerza, esta vez no se masturbó no hizo falta ya que se corrió contra las baldosas sin rozarse su verga y yo derramé mi semilla dentro de su culo, luego de darle unas embestidas más saqué mi rabo del culo y agachándome de nuevo le chupé su verga, dejándosela totalmente limpia, no volvió a correrse, al levantarme me cogió la cara fuertemente con sus dos manos y me besó con un salvajismo inusitado, ésta vez él salió el primero y al poco salí yo.
Las pruebas seguían, Felipe quedó en segundo lugar en las mismas pruebas que Javián, Lino y Rubén quedaron en segundo y tercer puesto en 800 metros libres, Josep quedó segundo en 200 metros braza, el Comandante nos felicitó de nuevo, ahora estábamos los terceros clasificados y ésa noche nos invitó a cenar en la ciudad, ya en los postres el Comandante preguntó sobre lo ocurrido a los legionarios, entonces le conté lo ocurrido y la represalia del día siguiente con el café, soltó una carcajada, que nosotros coreamos, después volvimos a nuestra tienda, pero nos detuvimos a charlar el Comandante y yo cerca de la entrada de nuestra tienda, habíamos estado hablando más de media hora, al entrar me encontré a Santiago dando un masaje en la espalda a Felipe mientras hablaban con Lino, en la cama estaba Javián, Josep, Lolo y Rubén hablando, me acerqué a ellos y les dije que no se acostaran tarde, debido a las pruebas del día siguiente, dirigiéndome a Rubén le dije: ¡Sobretodo tú, que mañana te espera una gran carrera, solo recuerda que yo soy el cebo y tú eres la liebre! Me di media vuelta y me acosté en mi litera, cerré mis parpados y me dejé llevar por el sonido de besos, caricias y chupadas, sabía lo que estaba ocurriendo pero no quería intervenir y me quedé dormido.
Estamos en el tercer día de los campeonatos, me tocaba nadar los 200 metros junto a Rubén, pero hicimos un cambio y en lugar de Rubén participó junto a mí Lolo, que había venido de reserva, yo quedé el primero y Lolo el tercero, pasado un buen rato venía la prueba más dura los 1500 metros libres, ahí sí que nadaría Rubén junto a mí y llevamos mi plan a cabo, yo salí disparado por delante del resto, obligándoles a ir más rápido, para ponerse a mi altura, lo que les causó más desgaste para una prueba tan larga y al terminar, Rubén fue el primero y yo el segundo, todos nos felicitaron efusivamente, me senté un momento, pero al rato me deslicé y me dirigí al baño del vestuario.
Cuando entré en el baño, me esperaba de nuevo el guapo y musculoso chándal y el bañador legionario, nos metimos dentro del cubículo del día anterior, me bajó el pantalón de y se metió mi todavía flácida verga dentro de su boca, comenzando a chuparla con mucha desesperación, lo que provocó que se pusiera rápidamente muy dura, él se bajó su pantalón y el bañador, luego la ropa de arriba ,sacándoselo quedándose desnudo en su totalidad, se sentó encima de la tapa del WC, me acerqué a él y lo besé en la boca, levanté sus piernas musculosas y clavé mi verga dentro de él mientras le miraba el rostro y le acariciaba su amplio pectoral, pellizcándole los pezones con suavidad mientras nos besábamos, pero mis embestidas aceleradas le hacían sacar largos gemidos y comencé a soltar mi semen dentro de su caliente culo.
Cuando saqué mi verga de su culo, me agaché delante de él tragándome su endurecida verga que pedía a gritos el terminar, apretando mis labios alrededor de su hermosa y gruesa verga conseguí que soltara todo su semen dentro de mi boca, hasta la última gota de semen, que fui tragándome en su totalidad, dejándosela bien limpia, nos arreglamos la ropa y él se vistió, cuando abrí la puerta del cubículo, enfrente de la misma estaban los otros tres legionarios, esperando a su compañero, entonces me giré hacía atrás y le solté: ¡Tío, me has partido el culo en dos, tardaré en poder sentarme! A lo que él replicó: ¡Tu culo virginal era muy estrecho, pero cuando estaba dentro tuyo no te quejabas! Le sonreí y me fui, dejándolo con sus compañeros legionarios.
Me reuní con mis compañeros de equipo, que celebraban nuestra remontada y estábamos los segundos en la clasificación general, el Comandante nos invitó a cenar de nuevo con él, luego al volver a la tienda, se me acercó Javián y me susurró al oído: ¡Llevas tres días escabulléndote al vestuario y sales contento, además casi al mismo tiempo sale el legionario! ¡Menudo pendón eres! Entonces le conté lo ocurrido durante mis ausencias en la piscina y replicó: ¡El muy zorrón se ha encaprichado de ti! Fue deslizando su mano de mi pecho hacía abajo, parando sobre mi verga que había cogido dureza durante el relato, giró su cara y me besó en los labios, notando su frescor abrí los míos degustando su lengua, nos fuimos quitando la ropa, sin importarnos si el resto nos miraba y nos metimos en su cama, me tumbó boca arriba, él se colocó encima mío y mientras nos besábamos, nos acariciábamos, al poco noté una manos que acariciaban mi cabeza y otras manos descendían por la espalda de Javián, separamos nuestras bocas y miramos alrededor.
Detrás de mí estaba Rubén y detrás de Javián se encontraba Santiago el alférez con su cara metida dentro de su culo chupándoselo mientras sus manos separaban las nalgas del joven Javián, doble la almohada en dos a lo largo y la puse debajo de mi nuca, dejando mi cabeza colgando hacía atrás, acaricié con mi mano la verga de Rubén y la acerqué a mis labios, sacando mi lengua fui lamiéndola, al mismo tiempo separaba mis piernas, dejando mi agujero cerca de la ansiosa verga de Javián, que agarrándola la introdujo dentro mío, se clavó hasta el fondo, unió su boca a la mía chupando la verga de Rubén, éste estaba de pie sujetándose a los barrotes de la litera, las embestidas de Javián eran acompasadas con gemidos por todos los componentes del grupo.
Santiago se incorporó y blandiendo su verga la clavó en el culo de Javián, tardaron poco en acoplar el ritmo de las penetraciones, ahora mis pies estaban apoyados en los alambres del somier de la litera superior, Rubén y yo nos hacíamos un buen 69 chupándonos las vergas mutuamente, mientras yo era perforado, por mi amigo y éste por el alférez, ahora empezaban a acelerar el ritmo de la follada y nosotros nuestras mamadas, avisé a Rubén y él siguió chupando cada vez con más fuerza apretando sus labios alrededor de mi verga y solté todo mi semen dentro de su boca, que casi se atraganta, pero no dejó de chupar, al segundo soltó él su querido néctar derramándolo dentro de mi boca, que fui tragando con celeridad, al apretar mi esfínter Javián soltó sus trallazos del preciado líquido dentro de mi culo y por los gemidos, intuí que Santiago había soltado su semen dentro del culo de Javián, ambos siguieron con sus vergas dentro de los culos que habían perforado, pero sus cuerpos se desplomaron encima del cuerpo de Rubén que todavía estaba lamiendo mi verga y mis huevos.
Nos fuimos separando y cada uno se fue a su cama, al separarnos vimos que los otros cuatro se estaban chupando las vergas unos a otros, formando casi un circulo tumbados en el suelo sobre dos colchonetas, se debían de haber calentado viéndonos a nosotros, al poco rato se oyeron gemidos y supimos que estaban corriéndose, pasado un momento se acostaron en sus camas todos muy, pero que muy satisfechos y dormimos, a la espera del último día del Campeonato.
Desayunamos ligero y al poco entró el alférez Santiago y me dio un sobre, sin que nadie lo viera, me senté en la cama para leerla, en la parte del sobre rezaba: Para el entrenador del equipo de Galicia, la letra era muy cuidada, abrí el sobre y salieron varias hojitas de papel, cogí la primera y comenzaba de esta manera:
Queridísimo Jorge:
No creo que podamos disfrutar de nuevo como estos últimos días, nuestro equipo se marcha hoy después de las pruebas de natación y no sé si podremos tan solo hablar, sin ser observados. Gracias por el detalle que tuviste delante de mis compañeros, echándote tú la mierda encima para dejarme en buen lugar, te lo digo de corazón.
La famosa primera noche, debo reconocer, que nos pasamos bastante con tus amigos, pero estábamos colocados a tope, ya sé que no es excusa, pero lo siento, te vi entrar en nuestra tienda y con sumo cuidado, acariciaste a tus amigos, los vestiste y les ayudaste a salir de la tienda, la manera de tratarlos con tanta dulzura y cariño, me dio por pensar, que tal vez eran tus amantes. Apenas pude dormir, entonces me puse a contemplar a vuestro grupo y todos, pero todos se desvivían para hablar contigo, se reían de cualquier cosa que les dijeras, bromeabas con todos sin que yo detectara alguno preferido, me dieron celos y al levantarte para ir a los vestuarios te seguí.
Mi intención era acobardarte, como había hecho con ellos, pero tu desenvoltura ante mi acoso, me dejó descolocado de tal forma que fuiste tú quien me dominaba a mí y cuando me clavaste primero tu lengua en la boca y después tu verga en mi culo, te juro por lo más sagrado, que me dolió muchísimo, pero supiste como tratarme, sin dañarme y fue una delicia, me hiciste gozar de lo lindo y después de corrernos tus labios abrazaron mi verga dejándola limpia del todo, no pude dejar de pensar en ti todo el día y por eso cuando terminaste al día siguiente te esperé, quería volver a estar contigo y disfrutar de nuevo, ése segundo y el tercer día, mi ano palpitaba ya de placer esperando ése momento y los tuvimos con brevedad, pero para mí muy intenso, lo único que me duele no haber podido disfrutar contigo en una buena cama y poderte lamer ése esplendido cuerpo que tienes, mi boca se hace agua por degustar tu potente verga, que me dejaba sin aliento. Tus labios ¡Oh Dios! Que placer tener mi verga dentro de tu boca, mientras apretabas ésos labios tan golosos y tu lengua paseando por mi dolorido ano, que parece estar deseando más el frescor de tu lengua, limpiando tu propia corrida, pasando luego a besarme, notando por primera vez el sabor del néctar de los dioses.
Te echaremos de menos, mi cuerpo y mi mente, nunca se lo dije a nadie ¡Te deseo y te quiero! Buena suerte y espero que algún día te acuerdes de mí. Muchos BESOS....
RAMIRO
Cabo Primero del Cuartel de Legionarios de Ceuta
Guardé las hojas dentro del sobre y nos fuimos a la piscina, mi mirada buscaba a Ramiro, lo vi sentado en las gradas de enfrente junto a sus compañeros de equipo, comenzaron las pruebas de relevos 4 x 100 metros libres y quedamos segundos detrás de Cataluña, por pocas décimas, hubo otras carreras pero no participábamos y casi al final los relevos 4 x 100 estilos y quedamos los primeros, en segundo lugar los de Cataluña, hicieron alguna carrera más pero yo no dejaba de mirar al sitio de Ramiro, pero no fue a los vestuarios y yo tampoco. Al terminar las pruebas hicieron el recuento de puntos y quedamos empatados con Cataluña en la suma total, estábamos todos muy contentos, ya que Cataluña había llevado más nadadores que nosotros y habían participado en casi todas las pruebas, el Comandante estaba eufórico, nunca Galicia había hecho tan buen puesto, nos invitó a comer, pero teníamos que cambiarnos y volvimos a nuestra tienda.
Nos estábamos cambiando, cuando entró Santiago, dándonos prisa para salir, algunos de mis compañeros ya habían salido, les metió prisa a Javián y a Rubén, pero a mí no me dijo nada, ellos salieron y casi al mismo instante se apartó la lona de entrada, levanté la mirada encontrándome a Ramiro frente a mí, me levante de la cama, como si fuera a cámara lenta y lo abracé, sus manos cogieron mi cara, me miró fijamente y me besó, fue un beso de lo más tierno, pero insistente, mi lengua buscó la suya, tan ansiosa como la mía y nos besamos con mucha lujuria, de tal manera que estábamos los dos empalmados, me abrió la cremallera del pantalón y comenzó a chupar mi verga, mientras yo acariciaba su cabeza, intentaba tragársela toda, pero le daban arcadas, pero siguió insistiendo hasta que lo consiguió y en ése momento comencé a correrme dentro de su cálida boca, continuó chupando y la dejó totalmente limpia. Yo quería corresponderle, pero no me dejó, me besó de nuevo, con el sabor de mi semen en su boca y dijo: ¡Ahora me voy feliz, me masturbaré con el sabor de tu semen dentro de mí! Y salió de la tienda con su petate.
Durante la comida y el paseo, todos estaban muy contentos, pero yo estaba meditabundo, al volver a nuestra tienda, todos habían notado mi estado e intentaban hacerme participe de sus bromas y juegos, Javián se sentó a mi lado en la cama, le alargué el sobre y leyó las hojas al completo, entonces entendió mi estado de ánimo.
Pero a mi pesar, comenzó a hacerme cosquillas, más para levantarme el ánimo, que otra cosa, entonces se unieron a él Rubén y Felipe y casi sin darme cuenta estábamos todos desnudos besándonos y chupándonos las vergas, de un tirón puse a Rubén debajo mío y lo penetré sin contemplaciones, se quejó levemente, pero mis besos lo acallaron y Javián puso su verga dentro de la boca, me acerqué al fabuloso rabo de Javián y fui lamiendo la parte inferior de su verga, Felipe estaba concentrado con mi culo, metiendo su larga lengua bien adentro mientras me separaba las nalgas, depositó sus manos en mis caderas y me clavó su verga al tiempo que pasaba sus brazos hacía delante abrazándome y acariciando mi pecho, fuimos acompasando el ritmo de la penetración, vi que se acercaba Santiago al lado de Javián, éste se apartó y dejando la boca de Rubén vacía, pero no por mucho tiempo, ya que Santiago ocupó el lugar de Javián metiendo su verga en la boca de Rubén.
Javián se agachó detrás del alférez y comenzó a chuparle el culo enterrando su cara totalmente en él, pasado un buen rato éste se puso de pie metiendo su verga dentro del joven alférez, ahora Santiago y yo nos sujetábamos por los brazos uniendo más todas la penetraciones, Felipe fue acelerando y gimiendo se corrió dentro mío, yo estaba alargando mi placer dentro de Rubén, al retirarse Felipe, se colocó detrás mío Lolo y me clavó su gruesa verga y comenzó a follarme, ahora ya nadie tenía el control, Lino estaba chupando la verga de Rubén mientras se masturbaba y era penetrado por Josep, todo eran gemidos de placer, estábamos empapados de sudor, pero comenzamos a soltar gemidos de que el final se acercaba, yo derramé mi semen dentro de Rubén, Lolo dentro mío, Lino se tragó el semen de Rubén, Josep soltó el suyo dentro del culo de Lino, lo mismo ocurrió con Javián que soltó su semen dentro de Santiago mientras Rubén derramaba el suyo en la boca de Rubén, Felipe, se había tumbado en el suelo y se tragó el semen de Lino, nos fuimos separando agotados, pero felices nos miramos a la cara unos a otros y nos echamos a reír, nos fuimos pasando una toalla y nos limpiamos.
Nos fuimos besando y nos dimos las buenas noches, mañana volvíamos a nuestro destino militar en La Coruña...