Recuerdos que trae la lluvia 3

La lluvia tras la ventana indicaba la continuidad del mal clima.

Los vidrios de la habitación estaban empañados. Eli se acomodó junto a Fernanda acariciando su cabello mientras los últimos rasgos del orgasmo iban desapareciendo.

Se miraron un largo rato casi sin parpadear y entonces Fernanda susurro "te amo". Los ojos de Eli se abrieron como platos y el corazón se le aceleró al grado de causarle una taquicardia. Ella también lo hacía, claro que lo hacía. Pero, ¿Qué le impedía susurrarlo en su oído mientras continuaba besándola?

Fernanda se levanto con la sensación de haberse encontrado en el lugar incorrecto y momento. Un mareo la apaciguo unos segundos por la rapidez de sus acciones pero en cuanto se recupero recogió su ropa y se marcho. No quería estar donde no era bien recibida.

Eli se quedo sentada en la cama junto a la pared, no entendía su actitud y al parecer sentía que algo había hecho mal. Sin terminar de comprenderlo se acerco a la computadora para medio segundo después salir corriendo tras esa mujer por la que su corazón latía desbocado.

Un par de tropiezos para llegar a la puerta principal y el asomarse por la puerta sin que nada más allá de una blusa cubriéndola fueron suficientes para dar pie al primer estornudo de la tarde y noche.

La diviso a lo lejos y se acerco corriendo lo mas que pudo hasta situarse frente a ella. Sus ojos estaban rojos y no volteaba a mirarla directamente, pero Eli sabía que era su culpa.

Intento levantar su rostro y no dejo que siguiera avanzando. No hubo palabras, Eli situó sus manos en las mejillas de su amor no tan imposible y acerco su rostro mientras en un susurro decía "también te amo".

No hicieron falta mas preliminares. Sus cuerpos mojados y sus labios unidos.

Y aunque la separación fue otro estornudo de Eli se tomaron su tiempo para verse a los ojos antes de regresar a casa de la anfitriona.

Preocupándose una por la otra (aja, con mi mente perversa me lo voy a creer…) se despojaron de la ropa húmeda antes de que hiciese mas daño. Llegaron al sofá en la recamara de Elizabeth y cubrieron el cuerpo de la otra con besos y algunas palabras de amor intercambiadas.

Es decir que es una mala suerte cuando un teléfono suena… ahora ¿qué pasa cuando suena un teléfono y el timbre de la casa no deja de sonar? Les aseguro que más de una grosería se llevo el dueño de esa locura de timbrazos.

Si piensan que fue un vendedor un tanto loco bajo la lluvia temo decirles que se han equivocado. Iván se encontraba tras esa puerta de metal que separaba al jardín de la calle.

La sorpresa que se llevaron Iván y Fernanda al verse mutuamente podría ser indescriptible; nervios, sentimientos encontrados, recuerdos.

En ese instante Eli dejó de existir para los dos. Es inútil negar que los celos llegaron, que las miradas parecían interminables a momentos. Por desgracia el malestar en Elizabeth apareció de manera mas pronta de lo esperado, fue al levantarse y tambalearse cerca de la escalera que llamo la atención de ambos.

Fernanda se levanto a prisa corriendo junto a la dueña de sus besos unas horas atrás, mientras que Iván… en silencio situó esa guitarra que rara vez soltaba tras su espalda y con paso sereno se acerco a Fernanda para despedirse de un beso en los labios y ver con aquella mirada que pareciera capaz de matar a Eli.

El malestar se transformo en ganas de querer desatar la furia que sintió en su interior. Se libro un poco de aquello que la mantenía contra la pared para saltar sobre ese hombre que apareció para torturar sus planes una vez mas.

Alcanzo a asestarle un golpe en el vientre antes de que esa visión negra y los oídos zumbantes la desconcertaran e hicieran perder la fuerza unos instantes. Iván se la saco de encima en cuanto se libro de sus manos y tras darle una bofetada salió de esa casa que difícilmente lo recibiría una vez más.

Eli despertó en su cama con un intenso dolor en la cabeza. La fiebre comenzaba sus estragos en su cuerpo y al parecer el golpe de su mejilla había hecho mas que un cardenal, su labio partido estaba un tanto hinchado. Pero aquello que mas le llamo la atención fue que, en medio de esa oscuridad, fue el calor junto a su cuerpo.

No se atrevía a moverse por miedo a que fuese una alucinación causada por la fiebre. Fue hasta que Fernanda la rodeo con su brazo que Eli se dio cuenta de que esto no tenía nada que ver con la fiebre, y en la oscuridad de su habitación la contemplo dormir.

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[Un anillo sobre mi mano y el corazón en la otra]

Sé que dije q intentaría subir el sábado, pero el viernes acabe casi muerta (si mi fan #1 mira estas palabras sabrá a q me refiero), y ayer en la noche las repercusiones de el viernes aun siguieron causando estragos. Por error no le di click en la opción de enviar y al despertar mi computadora comenzó a recibir estragos en los que me he estado encargando todo el día.

Perdonen el retraso y espero no decepcionar :S

Gracias

J