Recuerdos Oníricos IV (…/…Final)

Castigos y prostitución a distancia del esclavo de Ama X... fin de la historia y comienzo de la serie (ya publicada previamente aquí) "El Esclavo domestico" Partes 1 a 5

Recuerdos Oníricos IV (…/…Final)

“..y en el mundo en conclusión

todos sueñan lo que son

aunque ninguno lo entienda...”

Calderón de la Barca en La vida es sueños

Preámbulo

No entendemos los sueños ni tampoco la razón de nuestros mas oscuros deseos y fantasías. El BDSM deja fluir esos sueños libremente acompañados de la plenitud de la liberación de tabúes y convencionalismo aunque nos ponga, a los sumisos, otras cadenas más concretas, pero al final más ligeras de sobrellevar.

XI La narración de la entrega anterior (ruego ver Recuerdos Oníricos III) culminaba así:

otra vez el Deja Vu , … no, no estoy soñando, tampoco lo imagino, volveré a poner el audio, debo discriminar entre fantasía y realidad, entre temor y deseo:

-“ Slave, puedes bañarte, y después

Donde la relación D/s con Ama X adquiría otra dimensión: tipo  cyberdominacion 24/7; tan original como mórbida.

Permanecer expectante, cuasi desnudo, en el rol y vestimenta de esclavo, permanentemente en casa, humillado y degradado, sucio y lleno de barro, cuando no castigado con pinzas en el escroto y pezones, y violado con consoladores y otros objetos, es un frenesí. Un morbo que trasporta a uno al subespacio D/s tan nombrado en las relaciones BDSM. El punto original es que esto estaba ocurriendo por tele-dominación con Ama X, muy distante de mi localidad y sin contacto físico directo con Ella, gracias a su inventiva y creatividad.

Cada día al llegar a casa debía ponerme el collar, brazaletes de cuero en tobillos y muñecas luego de embarrarme de tierra y barro, y tener a la mano el teléfono móvil junto a un consolador y pinzas, de modo que si Ama X ordenaba un selfi, pudiera rápidamente colocármelos y completar mi apariencia de esclavo. Podían pasar varias horas entre un contacto de Ama X y otro, como también aleatoriamente habían dos o mas mensajes seguidos:

-Selfi esclavo.. de rodillas que se vean las pinzas en las tetillas

-Otro selfi…que se vea tu culo violado con el consolador

a veces a intervalos de menos de 10 minutos o de media hora entre uno y otro, o de tres a cinco horas entre ellos…de mañana, de tarde , a media noche…era realmente impredecible. A veces solo conversamos y compartíamos otras cosas generales de sus actividades o las mías, nada que ver con dominación ni BDSM; Y de pronto al final de la conversa o tiempo después, que podía ser varias horas o varios segundos aparecía de nuevo el rol de Ama bajo la forma de nuevo mensajes D/S.

- video cogiéndote con el vibrador ..en el jardín a cuatro patas

-manda 5 fotos seguidas a intervalos de tres minutos con pinzas en tu lengua.

- video  en la mazmorra, encadenado y comiendo como perro tu cena del piso

- Fotos en la montaña en short y franela, vestido de esclavo y lleno de barro

Y tormentos similares, más o menos exigentes. Unos más mórbidos que otros. La excitación que me producía aquel aquelarre de dominación continua,  fácilmente  la drenaba por orden de mi Ama X una o dos veces por semana, cuando llegaba la ansiada humillación:

-esclavo, video en cuatro patas, violándote con consolador y masturbándote

Que usualmente venia con las órdenes adicionales hiper degradante:

- selfi: tu cara llena de semen y no te lo quites…te pediré otra igual en unas horas

O bien:

-Video encadenado en la mazmorra en cuatro patas lamiendo tu corrida del piso.

XII Claro que secretamente yo podía transgredir el control de Ama X, estando libremente fuera de casa, incluso con alguna otra dama, o bien descargar sin su permiso de la forma que mejor se me antojara y eso difícilmente podría controlarlo Ama X. No pasó mucho tiempo así, al cabo de dos semanas de tele dominación, ocurrió lo que me temía y acabó la diversión:

-Slave, en la tarde te visitara una amiga, debes atenderla y obedecerla como si fuera yo… no quiero quejas, te someterás y agradecerás lo que te dé y lo usaras siempre.

-Gracias Ama X, no le defraudare, beso sus pie

Cierto temor me invadía, quien era la visitante? Como era: joven, madura, mayor? Como exhibirme en la facha de esclavo: sucio y embarrado de tierra frente a esa desconocida? Aparte de la humillación de tal exhibición era mas que degradante tener que compartir mi secreta relación con Ama X y la degradación a la que me sometía…que otras experiencias me esperaban? Porque eso de “agradecerás lo que te dé y lo usaras siempre”?

XIII Pasadas las tres de la tarde, recibí el anuncio de la llegada de la Señora, le espere cabizbajo esperando no asustarla al ver mi aspecto desnudo sucio de pies a cabeza, cuasi desnudo y con collar de perro como un legendario esclavo de película. No se inmutó, la Señora  extendió sus pies, algo regordetes y desnudos para que los besara cuando entró. Apenas si distinguí que estaba enfundada en una licra negra ajustada a sus tobillos y sus pies de mediano tamaño tan llenos de polvo como el resto de mi cuerpo. Le seguí hacia el interior de la casa gateando tras Ella, mientras me halaba por la cadena  de mi cuello a su mano. Pude distinguir su figura, no tan esbelta aunque femenina, su cabello corto a la altura de los hombros, de espalda algo anchas y su blusa rosada ajustada. Jugaba en la mano con las llaves del auto que guardo en su bolso. Me arrodille en posición de atención: con las piernas en ángulo recto, manos tras la espalda y cabizbajo, en silencio. Su mano sujeto mi mandíbula con firmeza para levantar mi cara hacia Ella, y advertí, muy fugazmente su rostro, algo adusto, femenino pero sin maquillaje y de una mujer de unos treinta y tantos años.  La saliva que arrojó varias veces sobre mi rostro  me hizo cerrar los ojos y mi lengua intentaba inútilmente de recoger restos el elíxir alrededor de mi boca.

-gracias Señora, dije a la vez que me arrodille a besar sus pies nuevamente.

-Vamos camina y enséñame la mazmorra, sucio esclavo, que voy a marcarte por pedido de tu Ama

Dijo sin preámbulos, con la misma diligencia con la que me ató con los brazos en alto a las cadenas del techo de la mazmorra, estirándome al punto que apenas si podía tocar el suelo; vendó mis ojos y espere varios minutos en completo, silencio, verdaderamente asustado, la sentía caminar a mi rededor y quizá examinaba el lugar y los juguetes. Solo escuche decir:

-Cuenta y agradece

Y zas un soberbio azote choco con mi espalda, seguido de otro y otro con igual y sonora fuerza, de arriba abajo y de abajo a arriba, en espalda, glúteos, piernas brazos y mi cuenta cada vez en voz mas aguda junto a compulsivos giros de mi cuerpo como intentando esquivar el castigo.

-veintiochooo, gracias Señorra!...veintinueve gracciias Señoraaa!

La piel parecía que se partía, la excitación inicial de mi miembro ya comenzaba a desaparecer y en su lugar el dolor agudo de los azotes hacían mella en mi cerebro, sonaban con su zas, plas!! , y de mi boca salían ya gritos de dolor

-CUARENTA Y TRES GRACIAS SEÑORA, CUARENTA Y CUATRO GRACIAS SEÑORA

A los cincuenta mis piernas flaqueaban, temblaba y mis ojos estaban enrrojecidos…me azotaba con el látigo de cuero, bifig: .como una lengüeta o correa que culmina en dos hebras planas, y con la misma fuerza y maestría que  usaba Ama X y que dejaba unas marcas muy pronunciadas por varios días.

Se detuvo por momentos, que aproveche para recomponerme. De no ser así hubiera usado, a mi pesar,  las palabras de seguridad. Yo quería aguantar todo lo posible, ya era un castigo y no una sesión mórbida, pero no quería estropear la iniciativa de Ama X

Al cabo de unos minutos, la visitante nuevamente abrió mi boca apretando fieramente mis cachetes y  escupió dentro de ella un par de veces, y sin más  continuó con el castigo: “ cuenta perro”, y zas, plas, sentí el desgarrador golpe de la vara estrellarse en mis glúteos, una tras otros:

-“cincuenta y uno, gracias señora, cincuenta y dos gracias señora..

A los ochenta y tantos mis lágrimas corrían abundantemente por mi rostro, mis pies y brazos estaban casi acalambrados por los certeros, espaciados y lentos golpes. Los últimos veinte antes del centenar los recibí con toda rudeza en las plantas de los pies, haciéndome tambalear por lo inestable al tener que levantar la pierna para recibir el castigo.

La jornada fue extenuante, mi piel quedo como una cebra, marcada con trazos rojos y violáceos y en algunas partes de las piernas y glúteos, medio levantada y con huellas de sangre coagulada a punto de romperse. El dolor había sido realmente insoportable y mi garganta estaba seca y cansada de tanto lamentos y de contar a gritos la gratitud del tormento.

XIV Finalizado el castigo me liberó y me eche sollozando a sus pies repetidamente, lamiendo y mojándolos con mis lágrimas. Me ordenó quitarme el cinturón de cuero, ponerme en cuatro patas y masturbarme, mientras tanto la señora permanecía sentada, fumando y jugando con el teléfono móvil. Cuando acabe, sus pies pisaban mi cabeza obligándome a lamer del piso todo el semen derramado y su mano me introducía rudamente un consolador en el ano.

-Ya estas marcado, esclavo, ahora tendrás el obsequio de tu Ama

Y arrojó al suelo un objeto de cuero. Era un arme de cintas de cuero que debí colocar en mi pene ajustándolo y que atrapaba también mis testículos. Acababa de descargar de modo que al ajustarlo estaba en su mínima expresión, pero seguro apretaría horrores  y refrenaría cualquier erección posteriormente.  Se me ordenó colocarme encima el Arnés de cuero que tapaba el área escrotal que usaba comúnmente como esclavo. Y este fue sujetado por la Señora con un candado, haciendo ahora imposible de quitar a menos que rompiera el cinturón de cuero.

- ya no podrás tocarte ni jugar con tu cosito a menos que tu Ama lo desee. Cuando Ella decida premiarte, enviará a alguien para liberarte el candado no sin antes recibir la  marca de cien azotes como hoy…sucio esclavo!

Debí seguir a la Señora hacia el patio como perro encadenado, gateando tras ella, me ordenó tumbarme en la arena  en posición fetal, y sentí como su liquido caliente me bañaba por completo, empapándome, tuve que voltearme boca arriba y se la señora se agachó colocando su vulva aun goteante sobre mi boca, donde se quedó por largo rato mientras yo multiplicaba los esfuerzos para darle el mayor placer que mi hábil lengua podía y a la vez me esforzaba por respirar, estaba ahogándome con sus fluidos y la presión de sus carnosos labios vaginales sobre toda mi cara. Se levantó satisfecha:

-Revuélcate en el barro, cerdo!! y jadea con la lengua afuera

Dijo mientras hacia un video para Ama X, Cuando juzgó que yo estaba otra vez embarrado, aun mas que antes, se despidió pisando mi rostro sin decir nada más.

Por minutos quede aturdido allí en el piso, humillado, sucio, derrotado, sometido y degradado por Ama X. Me dolían mucho los azotes y más aun el escroto Era un tormento  la erección refrenada por el arnés de cintas de ‘cuero, bajo el otro arnés que cubría la zona inguinal, y no podía liberarlo ni alcanzarlo por el candado que apretaba el cinturón de castidad. Me dieron ganar de orinar y descubrí en ese instante otra dificultad, no podía sacarme el pito para orinar, así que tenía que hacerme encima, eso suponía además de quedar todo empapado bajo el arnés, que debía agacharme o echarme, y que era inevitable bañarme las piernas en mi propia orina cada vez lo hiciera. Una humillación mas que se sumaba a las ya existentes.

XV Los días posteriores fueron tan difíciles como excitantes, todos los días sentía el dominio de Ama X a través del ritual de vestirme de esclavo para Ella y de permanecer sucio y humillado constantemente, enviando selfis y fotos tan bizarras como mórbidas, algunas de las cuales compartió mía Ama en las redes sociales y web-site mostrándome como un cerdo, un perro o un esclavo real a su servicio. Cada día me sentí sometido y limitado por el arnés y el cinturón de castidad, ya no tenía control sobre mi sexualidad sino que lo tenía Ama X.  Cuando suplique, solo en dos ocasiones, la liberación por el deseo de descargar, Ama X  me ordenó hacer ejercicio de 30 sentadillas empalado sobre el Tótem del patio, y que le enviara el video. El Tótem del patio era  una estaca enterrada firmemente en el suelo, de modo que sobresaliera unos cincuenta centímetros sobre la cual había ajustado un enorme consolador de goma consolador. Terrible e hiperhumillante tener que violarme empalándome sobre ese instrumento con los brazos en el cuello, acuclillado, en un mete y saca tan degradante como doloroso.

Del resto de las veces tuve que esperar mas o menos cada tres semanas en promedio,  las visitas itinerantes de los enviados de Ama X, la forma aleatoria de las citas en días, horas e intervalos hicieron la espera tan agónica como sorpresiva. En cada caso  fue marcado como una bestia, con cien azotes fuertes que me dejaban doliendo la piel por mas de una semana y las marcas incluso mucho mas, juntándose las viejas estrías y rosetones con los producidos por los nuevos azotes. De mas que mis corridas fueron muy copiosas y a borbotones por la castidad forzada. Las visitan fueron diversas, la Señora de la última vez, algunas Amas conocidas de la comunidad BDSM, la pansexual Beta del relato anterior e incluso una ex de Ama X que fue especialmente ruda en sus azotes.

Como imagina el lector han transcurrido ya casi seis meses desde que inicio la última etapa de 24/7 de tele dominación; que soporte estoicamente porque sabía que al final de ese periodo vendría mi premio mayor; el mensaje especialísimo y anhelado de Ama X

- Esclavo, prepara todo, incluido pasaporte, para la fecha …, un día antes cortaras el arnés, te limpiaras y vestirás normalmente y vendrás a servirme aquí donde vivo…te envió el boleto aéreo, instrucciones  y detalles el próximo Lunes.

Continuación:El esclavo doméstico (partes 1 a 5) publicadas previamente en Todorelatos.com