Recuerdos

Antes de tomar un vuelo hacia el reencuentro, sus recuerdos se vuelven a cruzar por su camino, recordanddo un excitante momento de su pasado junto a ella

Recuerdos.

Desde la cama, apoyado sobre su almohada, contemplaba como el agua-nieve caía  sin parar agitadas por el viento, le gustaba ver como las gotas golpeaban el cristal de su venta, mientras su habitación se calentaba por la estufa, que hacía  media hora se había dignado a encender.

En gran parte, le agradaba esa sensación de estar  semidesnudo cubierto por el nórdico, mientras fuera, el termómetro marcaba los -5ºC.

Aarón hacía 5 años que estaba en la ciudad, le encantaba, sus bonitos parques, su gente su gastronomía, lo limpia que estaba. Desde luego había acertado al elegir ese destino, aunque no las causas por las que lo eligió.

En pocos días tomó el vuelvo hacia su nuevo destino , le habían roto el corazón, esa noche en la que todo paso, no pegó ojo, sus recuerdos iban y venían, desde su primer beso, hasta lo que vio aquella tarde, aquella misma noche, mientras las lágrimas de despecho, ira y tristeza llenaban su rostro, pensaba que lo más acertado para él era irse lejos, muy lejos, para no tener que sufrir, y mucho menos verla, porque si la veía, recordaría todo el dolor que le causó.

Se marchó sin meter ruido, solo se despidió de aquellos más cercanos al él, algunos de los cuales consideraba como padres.

A sus 18 años se encontraba solo en una nueva ciudad, con el corazón en un puño, pero con la esperanza de comenzar una nueva vida. Donde conocería a gente nueva, un nuevo idioma, y por extraño que le pareciera, nunca pensó en enamorarse de nuevo, aborrecía el amor, le había demostrado, que entregar todo por aquello que amas no merecía la pena.

Lo único que no le agradaba de la ciudad era que siempre estaba nublado, extrañaba el sol, la brisa del mar, el calor sofocante del verano, y el poco frío de invierno. Una sonrisa se dibujó en su rostro pensando el mar.

Recordó la primera vez que fue con Emma a la playa. Lo bien que se lo pasaron juntos. Abrazados dentro del agua, y charlando en la arena, le maravillaban sus ojos verdes, su pelo castaño, su nariz respingona, su sonrisa, el suave tacto de sus labios, su cadera moldeadas por las clase de baile, su personalidad siempre alegre, y cuando se enfadaba, eso le gustaba aún más. Le gustaba recordar ese momentos íntimos que pasó a su lado, sobretodo uno muy especial.

Una mañana de sábado le llamo temprano, diciéndole que fuera a casa, pues quería hablar con él, eso no se lo esperaba,  estaban bien, no habían discutido en mucho tiempo lo cual le extrañó. Llego a pensar lo peor, hasta que se llevó una agradable sorpresa. Desde luego ese día lo recordará eternamente.

E: (desde su habitación), pasa y espérame en el salón, ahora salgo.

A: vale, ¿pero de qué quieres hablar? (asustado como el que más)

E: tú no te preocupes, anda, ve al salón y espérame allí.

A: vale.

Cinco eternos minutos pasaron, sentado en ese amplio salón comiéndose el cabeza, pensado de que quería hablar, ¿habría dicho o hecho algo?, no lo recordaba.

De pronto el equipo de sonido lo sobresaltó, al encenderse pero se dio cuenta de que la música que salía era de uno de sus cantantes favoritos (Aqualung: con la canción stange and beautiful: http://www.youtube.com/watch?v=djSPdZmZtds . Pero más se sobresaltó al verla a ella caminando con una amplia sonrisa y disfrazada, si disfrazada de lo que parecía ser una enfermera.

Estaba inmóvil en el sofá, con la vista pérdida en el atuendo de su novia, una camisa blanca y transparente, que no dejaba nada a la imaginación, pues se veía sus pechos, una minifalda roja, que por lo que pudo ver tendría años, pues apenas le tapaba el trasero, unas chanclas blancas y una especie de diadema pintada de blanco con una cruz roja que le hacía parecer un  gorrito blanco, (de esos que usaban las enfermeras en los años 50).

Se esperaba de todo menos eso. Ella aprovechando el estado en el que se encontraba el, decidió sentarse entre sus piernas, y darle un tierno beso en los labios, y le dijo:

E: por tu cara de  sorpresa, veo que te esperabas cualquier cosa, menos esta pequeña sorpresita.

A: pero.. pero… (sin atinar  a decir nada más).

E: bien prepárate, porque tu enfermera te va a cuidar, pues estos días  has estado malito

Todo esto se lo soltó con una vocecilla que le derritió. Su amiguito de allí abajo, empezó a despertar a marchas forzadas a sabiendas del festín que se le venía encima.

Acto seguido, ella se puso en  pie o cogió unas mantas que tenía en el otro sofá, y las coloco cuidadosamente en el suelo con algunas almohadas, de hecho, estas últimas las coloco al azar, poniéndose a gatas, regalándole una inmejorable vista de su tanga rojo, que se unía en una especie de corazón metálico. Escogió este tanga, pues sabía perfectamente que era el que más le gustaba a su chico, sabía que le ponía como una moto.

E: bien enfermito, quiero que se recueste aquí, y que me vaya indicando que es exactamente lo que le sucede, o por ende, que me indique si le duele algo.

Sin acabar de creérselo aún, el siguió las instrucciones de su “enfermera”, y empezó a relatar lo que ella le consultó.

A: estos días me ha estado doliendo la cabeza, señorita, creo que a pesar de que ya me, bueno se podría decir que casi recuperado, aún tengo un poco de jaqueca.

E: bien eso se puede arreglar. (y le dio un tierno beso en la frente). Bien prosiga señor

Y se puso encima de él, como si estuviera montando en bicicleta. Eso fue para él el acabose, ahora si su polla estaba que reventaba debajo de sus pantalones de chándal.

A: he de añadir, es estos días también me ha estado molestando el cuello, y de hacer fuerza por toser, el pecho y parte del estómago me duelen que no vea. Es como si tuviera agujetas, como cuando haces abdominales, después de mucho tiempo sin hacerlo.

E: (quitándole poco a poco su camisa, algo en lo que el colaboraba sin pensárselo) bien entonces déjeme quitarle la camisa, para auscultarle, y ver qué es exactamente lo que tiene, y para que me  pueda indicar donde le duele.

Cuando le quitó la camisa, se aproximó a su cuello, y empezó a besarle, el dejándose llevar por la cada vez excitada sorpresa que le había dado su chica, cerro lo ojos, y se dejó hacer. Ella con una radiante sonrisa le pregunto si aún le dolía en dicha zona, continuo bajando al ver la respuesta de su improvisado paciente, empezó a jugar  con sus pezones, mordiéndoselos, y continuando con su expolio de preguntas, antes las cuales él afirmaba su “medicina” le estaba curando. Ella no obstante continuó bajando y llego a su estómago,  fue ahí cuando él se sobresaltó, pues siempre que lo hacían y ella jugaba con él, y llegaba a dicha zona, le hacía cosquillas, por eso siempre le gustaba martirizarlo cuando estaba por allí, comenzó a darle pequeños mordiscos,  y a cada mordisco que le daba le preguntaba si le dolía, él aguantándose la risa como buenamente podía le decía que sí, que un suplicio, entonces como buena enfermera que era, le comentaba que entonces tenía que curarlo, y seguía dándole besos y mordiscos pasa su desgracia. Cuando vio que no podía más ella paro de incidir en dicha zona y se irguió y con cara pícara le pregunto…

E: bien como se encuentra, espero que estos cuidados que le he brindado hayan hecho efecto.

Con los ojos cerrados y recuperándose de las carcajadas provocadas por las cosquillas.

A: Si, por favor, continúe.

E: Por lo que puedo apreciar, por aquí arriba todo marcha estupendamente, pero puesto que es una revisión total, tendré que pedirle, que se desprenda de sus pantalones, no se preocupe, es una simple rutina.

No se hizo esperar, deshizo del chándal en menos de 2 segundos. En sus bóxer ya se notaba una sugerente erección, que a ella le encantó, pues su juego estaba dando los resultados que ella quería.

E: Visto lo visto, puedo ver el motivo de su dolor de cabeza, creo que para que  le pase, hay que solucionarlo desde aquí abajo.

Alargó su mano sobre su entrepierna, y con dos dedos recorrió la magnitud del miembro de su chico.

E: Uff, veo que aquí hay algo muy pero que muy duro, creo que necesita una revisión más a fondo.

Lentamente le iba quitando los bóxer, y centímetros de carne iba apareciendo hasta que por fin apareció el glande, su herramienta estaba en forma, lista para dar un sensual combate.

Emma si apartar la mirada de su chico,  empezó a lamer la magnitud de su miembro desde los huevos hasta el capullo, repitió ese movimiento unas 3 o 4 veces y a la 5ª se metió todo su miembro para empezar hacerle una mamada de campeonato.

Era una delicia, la forma comerle la polla, mientras le masturbaba, succionaba y jugaba con la lengua sobre su glande. Y luego bajar rauda y veloz a sus huevos. Algo que  ella sabía de sobra, que volvía loco a su novio.

Cuando el determinó que iba a correrse, hizo que se detuviera.

A: perdone enfermera, pero más o menos, se me ha pasado. Pero creo necesario devolverle el favor, pues veo por su tono de piel y su agitada respiración, que la que no está bien de los dos es usted.

E: ¿ah sí? ¿y cómo piensa “curarme”? si puedo saberlo claro.

A: mientras se le dibujaba una sonrisita perversa en el rostro, algo que a ella le gusto ver, el de alguna manera se las había ingeniado para bajarle la falda hasta los tobillos.

Ante el apareció un tanguita rojo que lo dejó “ko”. Un tanga semi-transparente por delante y que en la parte de atrás, se unían tres cadenitas, por medio de un pequeño corazón, el  que creía haber visto antes.

Ella quería recuperar la situación que había creado, pero ganó más la excitación de su chico y la suya propia que se dejó hacer, él la tumbó con delicadeza, sobre las mantas.

A: ahora es mi turno de cuidarla…..y le dio un tierno beso en los labios, para posteriormente, darle pequeños mordiscos en la oreja y bajar entre susurros hasta su cuello.

Mientras sus manos empezaban a jugar, una con su entrepierna, que ya estaba empezando a mojarse, mientras la otra le quitaba los botones de su camisa. Los gemidos y el olor a excitación ya empezaban a caldear el salón.

Sus labios bajaron hasta sus preciosos senos, a cuyos pezones empezó a devorar con devoción mientras sus dedos  empezaban a jugar con sus labios vaginales, su clítoris y su perineo, ella apretaba la cabeza de su chico contra su pecho mientras su cadera empezaba un sensual baile al ritmo que marcaban los dedos de él.

Su lengua se deslizaba rauda hacia su pelvis, mientras sus manos terminaban de desnudarla, cuando vio que estaba desnuda se detuvo, pudo ver la inmensa hermosura de su novia, era perfecta, increíblemente hermosa, y su pecho se irguió orgulloso al saber que estaba con esta preciosa chica. Le excitaba ver como su cuerpo se retorcía por el placer que estaba sintiendo, acto seguido, inició lo que estaba deseoso hacer.

Primero besó con extrema delicadez sus muslos, y daba pequeños soplidos en su entrepierna, para delirio de ella, que esta vez sus caderas empezaron a descontrolarse.

Acercó su rostro y olio la excitación, y antes de que ella perdiera los estribos, deslizó su lengua desde el perineo hasta el clítoris, lo que provoco que desde el más profundo de su ser saliera un  espectacular gemido, algo que a él lo animó a seguir devorando su coñito sin piedad.

Su lengua estaba haciendo auténticas  maravillas, jugaba con sus labios vaginales, y pasaba  a prácticamente succionar su clítoris, para volver a bajar y beberse sus jugos, y volver a subir a su ya hinchado clítoris.

Un movimiento brusco de sus caderas y un gemido de placer le indicó a Aarón que Emma terminaba de correrse. Con  un movimiento tan rápido que le sorprendió ella se lo comió literalmente  a besos.

E: cariño ha sido espectacular, pero esto aún continua y créeme no voy a ser la única que disfrute de este convite.

Lo empujó de tal manera que su espalda dio al sofá, abrió sus piernas y se puso a horcajadas sobre él, mientras le besaba asió con su mano derecha la polla de su chico, y para torturarlo hacia que su polla rozase por su coñito mojado, para desesperación de él, que ansiaba de una vez ensartarla.

Lentamente guio el glande a la entrada de su coñito, y bajaba sus caderas sin apartar la vista de los ojos de Aarón que se moría de ganas por martillear esa delicia que lo envolvía.

Cuando se ensartó del todo, empezó a cabalgarle mientras cerraba los ojos y se dejaba llevar por el placer, aumentado el ritmo, dejando que saliera toda la polla, y dejándose caer de nuevo hasta metérsela entera, y una vez toda dentro, le apretaba con las paredes vaginales haciendo que de su garganta, el soltara suspiros de un placer incontrolable.

Cuando el notó que ella descendía los movimientos de su cadera, empezó a tomar la iniciativa de la situación.

La asió bien de la cintura,  la levanto levemente, y comenzó a bombear con dureza, imprimía un ritmo salvaje a sus caderas mientras sus boca devoraba sus senos con locura, mordisqueaba sus pezones, mientras ella lamía su cuello, sus orejas.

Dejándose llevar por la pasión desenfrenada la tumbó sobre las sabanas, y puso una de las piernas de su novia sobre su hombro e inició un mete-saca  sin parangón mientras sus dedos martirizaban a placer su botoncito. Ella inició algo que sabía enloquecía a Aarón, sabía perfectamente que a él le gustaba ver cómo mientras se acariciaba las tetas, jugaba con su lengua sobre sus labios. En cuanto la vio en ese plan aumento el ritmo a más no poder, enterrándosela ente entera sin piedad, haciendo que ella se corriera por segunda vez. En cuanto termino de correrse, hizo que se girase alzando sus caderas, y dejándola a 4, rozó unas cuantas veces su glande en el coñito de su chica, algo a lo que ella empezó a reaccionar moviendo sus caderas, cuando notó que estaba desquiciada, se la metió de un solo movimiento.

Eso la dejó boqueando, lo suficiente para que él pasara su mano por su encharcado chochito, llegando a su botoncito del placer, siguió martilleándola desde detrás por un buen rato, cuando el entendió que iba a correrse, determino que no quería correrse desde atrás.

Ella le tumbó de nuevo, y se ensartó la polla en su totalidad, pero en vez de empezar un rito frenético, le quiso obsequiar con un ritmo imprimido con más sentimiento.

Mientras cabalgaba sobre él, empezó a besarle, y susurrarle cositas cariñosas al oído, lamiendo su cuello, y pecho.

Él le aviso de que iba a correrse, a lo cual ella aumentó su ritmo para que ambos lleguen al clímax…

Aarón desayunaba unas tostadas con huevo y bacón y una taza de café, sus maletas esperaban en la puerta, junto a su billete de avión estaba su reloj favorito, su móvil y sus llaves.

Nunca pensó que tendría que volver y más por una niñería como es una fiesta de reencuentro entre viejos compañeros, si lo aceptó fue por la insistencia de su amigo.

¿Estaría preparado para volver a verla después de tanto tiempo?, es pregunta cruzó su cabeza antes de cerrar la puerta.

CONTINUARÁ…