Recuerdos desde lo más profundo de la memoria
Ante la extrañeza al haberse silenciado las voces, baje a averiguarlo, encontrándome con una de esas escenas que te dejan marcada, mis ojos vieron como mi padre estaba sodomizando a la chica, la cual se mostraba tendida sobre la mesa del salón, semi desnuda entre llantos y gemidos.
Recuerdos desde lo más profundo de la memoria
Hola, me llamo Susana, ante todo gracias a todos los que me habéis leído, sobre todo aun más agradecida a aquellos que me habéis escrito. Agradezco de corazón, que os haya gustado e incluso que os haya sido tan placentero, como a mí relatarlos.
Soy una ardiente chica del sur de Andalucía, de Sevilla (España), de 22 años, morena de cabellos, de ojos castaños, y bisexual. Soy conciente que mi forma de vestir, me hace ser más destacable para ser manoseada, aunque no soy ni fetichista, ni exhibicionista, simplemente me gusta vestir de forma que realce mi cuerpo. Me definiría como extrovertida, una sin vergüenza integral, simpática, muy buena gente, bastante loca... Vamos una chica con la que se puede pasar un buen rato. Me gusta conocer gente, descubrir cosas nuevas, divertirme, lo típico (tengo una manera especial de ver la vida creo, que os habéis dado cuenta).
He de explicaros, que mis gustos en general, aunque lo niegue es la morbosidad que me produce ser manoseada en publico, el sentirme acariciada, en todo tipo de transporte y en lugares públicos (joder, es tal la morbosidad, que nada mas imaginarme sus intenciones, notaba mis braguitas húmedas). El sentir como entre la multitud, se atrevan a manosearme, a introducir vuestras manos entre mis piernas, me excita enormemente, e incluso aun mas cuando soy observada, mientras estos lo hacen, y más cuando lo hacen contra mi voluntad (joder, es una excitación, que difícilmente os la puedo describirlo, os la recomiendo). El sentir como me humillan, la vejación, las miradas lascivas, como entre la multitud soy observada, y como no hacen nada por remediarlo más que disfrutar ellos mismos (son tan culpables, como yo de dejarme hacer o incluso aun más, de los que manosean).
Solo recordarlo, es tal la calentura que me invade, que no puedo evitar el introducir mis manos entre mis muslos, con la necesidad de masturbarme, el solo sentir como mis dedos acarician mi pubis, me estremecimiento es tanto que me tengo que satisfacer al momento, el sentir como mis dedos se enredan entre mi vellosidad, como mis dedos alcanzar mi vagina y las yemas de juegan con mi vulva, con la necesidad de satisfacer ese picor tan grande hasta el punto de no darme tiempo ni alcanzar la puerta del aseo (joder, hasta los curiosos de mis compañeros, disfrutan del espectáculo, pues a veces se me es algo difícil de callar mis jadeos).
Hace un tiempo, que mi relación con mi chico ha evolucionado, ya no solemos masturbarnos el con el otro, sino uno frente al otro mientras nos relatamos nuestras experiencias, a modo de confesión, eso si sin en escatimar detalle alguno, chicas os lo recomiendo. Mis experiencias que he mantenido con maduros, han sido totalmente satisfactorios (chicos aprender, han cumplido todas mis exigencias y han cumplido, alguno me ha enseñado lo que es un hombre, coño un verdadero macho), son minuciosos a la hora de darme placer, e incluso sus caricias son diferentes (no solo por el tacto, joder que solo pensáis, que un viejo no sabe hacer gozar).
Explicar mis relaciones respecto a ellos, me es algo difícil, pues quizás es el morbo que me producen, o quizás, sea mi búsqueda por el amor paterno, aunque desde mi punto de vista, mis relaciones son puramente sexo, pues ellos saben hacerme disfrutar, y no buscan su propia satisfacción, os puedo asegurar que no significa, que los chicos seáis menos amantes, sino que olvidan esos pequeños detalles (haber si pensáis, que entre vuestras manos no tenéis la consola de la Game, coño que somos personas, pensar que tenéis a una chica frágil, y no un coche por usar. Joder, haber si sois más sensibles y atentos, que tenéis más ternura cuando tenéis el móvil en la mano).
En una de mis sesiones con mi psicólogo, este me comento, que mi conducta en este tipo de situaciones, es debido a lo sucedido en mi adolescencia. Los manoseos causado por algunos de mi familiares, es la causa de mi búsqueda del placer morboso, e incluso aun mas si soy observada, quizás podría ser motivo, que algún familiar sabría lo ocurrido y no hizo nada por evitarlo. Lo positivo, es que no tengo daño emocional y menos traumático, pues aunque mi conducta es peculiar no es obsesiva, por otro lado mi gusto por estas situaciones, desaparecerá en cuanto deje de causarme placer. Aunque a veces, pienso si cuando deje de hacerlo, me convertiré en una mujer frígida. Dice que me dejo manosear, más bien en venganza hacia mi padre, aunque también es una manera de reprimir esa necesidad, una manera de poder desfogarme, no solo la necesidad del morbo, sino la de satisfacer mi libido, y quien no lo hace.
He de reconocer aunque me pese, que todos los hombres no sois iguales, aunque la mayoría tenéis la necesidad de querer penetrarnos por mas que insistimos que queremos caricias (joder, que cuando hacéis el amor si le llamáis de alguna manera, estéis mas atento a nuestras necesidades). Otros en cambio, son los tipos de hombres, que aunque no abundan mucho por no decir escasos, son atentos tanto dentro como fuera de la cama, que la palabra ternura la sabéis utilizar con bastante maestría, detallista y derrochadores de tacto (coño, los que nos sabéis tratar, son aquellos que decimos nosotras o están casados o son maricones), por ultimo y no por ser los peores, a otros son los que se contentan con acariciarnos entre la multitud, con masturbarnos, este tipo de hombres en su mayoría maduros, son aquellos que les excita caricias ocultas, los manoseos, y en todo caso si nos mostramos sumisas, hasta llegan hasta el punto de forzarnos, y he de reconocer que en este punto, es cuando mas gozo, os tengo que admitir que yo soy una de ellas.
Siempre digo, que las mejores experiencias son aquellas que son inesperadas, las que no nos esperamos siendo más excitantes y aun más satisfactorias, que ni tan siquiera tenemos en mente, y solo ocurren en nuestros sueños. No siempre os relatare mis confesiones que tuve durante mi adolescencia, sino que alternare con algunas mas reciente. Esta en particular me ocurrió la semana pasada, tan inesperada como extraña me resulto, pero por toda lo absurda que se me pueda presentar no me negare a probarla, pues quien me dice a mí, que en un futuro no tendré una tan satisfactoria o quizás tan gratamente placida.
Aunque a veces me sienta confusa por mis pensamientos, por que me acostumbre a las visitas en la noche de mi padre, los días se me hicieron semanas las semanas en meses y más tarde en años. He de reconocer, que con el paso del tiempo me ha llegado a gustar, e incluso os digo mas cuando dejo de visitarme le eche de menos, extrañada comencé a levantarme para ir averiguar el por que. La primera vez lo sorprendí haciendo el amor con mi madre, algo muy normal y bastante notable, aunque la hija de puta de mi madre sea una estrecha (cabron, siempre se escudaba, en que mi madre no le permitía hacer el amor, pues decía que mi madre son de pensamientos muy religiosos, la opinión de mi madre era que el sexo es pecado, y proviene del cuerpo).
No se por que, pero en esa época las noches eran muy diferentes, se me hacían muy largas e incluso a veces frías, cuando no me quedaba pronto dormida, comenzaba mi castigo al escuchar los jadeos de mis padres, los golpes del cabezal de la cama contra la pared, para después de casi algo mas de una hora se quedaba en silencio, e incluso a veces sentía como la puerta se abría y la sensación de ser observada, pero no ocurriendo nada mas.
En los meses consecutivos era más de lo mismo, cansada de escuchar los jadeos de mis padres, sonidos que taladraban mis oídos si no me quedaba pronto dormida. Pero como en toda familia, la paz no es duradera, comenzaron de nuevo las discusiones ya sean por celos o que coño seria, el separamiento de ellos comenzó de nuevo no solo emocional sino sexual. Recuerdo que me extrañaba mucho que mi padre se acostara sin su ración de sexo, por lo que una noche me levante, dirigiéndome al cuarto de mis padres, me extrañe muchísimo al no escucharlos por lo que abrí la puerta con mucho sigilo, observando que solamente se encontraba mi madre, recuerdo que sentí en cierta forma algo contenta, e incluso aliviada, por lo que corrí rápidamente a mi cama con las ansias de que me visitara, pero la noche se me hizo muy larga esperándole, quedándome dormida.
Las siguientes noches, me acostaba con la insertidumble de que si me visitaría o no en la noche, en el día me trataba mal por no decir con maldad. Creo que fue una actitud con la chica (la chacha para entendernos), la que detono mis sospechas, le veía demasiado con ella, con regalos, por lo que una noche cuando me levante e ir primero a su cuarto y cerciorarme que no se encontraba me quede pensativa, me dio la sensación de saber donde posiblemente se encontraba, por lo que dejando las zapatillas atrás camine descalzas sin hacer ruido hacia la cocina, donde a medida que me iba acercando comencé a escuchar jadeos, sentí como un nudo en el estomago, a medida que llegaba a la puerta, encontrarme con la una visión que no quería ver, la nueva distracción de mi padre.
Todavía está fresca mi memoria, se encuentra la visión de aquella noche, asombrada por escuchar los gemidos procedentes desde el otro lado de la puerta. Recuerdo que acerque la oreja aun mas a la puerta, pudiendo oír las voces de la chica pidiéndole que te detuvieras, que no siguieras mas, en cambio la voz de mi padre, en tono amenazante con acusaciones de echarlas con el pretextó de haber robado, forzaba a la chica hasta hacerla suya. Os debo confesar que aunque me sentía mal, no pude evitar llevar mis manos a mi pubis, comenzando a masturbarme hasta alcanzar varios de mis mejores orgasmos. En las siguientes noche, era mas de lo mismo, me quedaba detrás de mi puerta de mi dormitorio escondida, a la espera de que mi padre saliera de su dormitorio, para ir detrás suya después de varios minutos de espera, sin hacer ruido hasta llegar al dormitorio de la chica, a veces pienso que sabia que los espiaba va, pues dejaba la puerta encajada en vez de cerrarla como hacia antes.
Ya no solo los escuchaba sino los observaba, como me quedaba espiándolos, envidiosa de que esa ternura debía de ser mía, de que esas caricias fueran hacia otra, la envidia me corroía al ver como sus manos recorría otro cuerpo, como su miembro permanecía a otra aunque sea durante media hora, como ella lo hacia desaparecer por distintos orificios de su anatomía, hasta que saciados ambos, dejaba a la chica aunque siempre la escuche llorando, no negaría que había disfrutado. Yo en cambio si había disfrutado con la escena, como introducía mis dedos por debajo de mi pijama, dándome placer, y si me avergonzaba de lo que hacia pero si supierais lo que disfrutaba.
Recuerdo que cierto día, sin querer escuche una conversación de mi madre con su mejor amiga, me entere entre cuchicheos, de algo que ya intuía, de que mi madre había mantenido una relación con mi abuelo (joder, con el viejo, que machote mi abuela, mi madre y después yo, vaya semental). De que le hacia vestir con ropa de quinceañera, para después seducirla y hacerla suya e incluso acababa por sodomizarla, eso me hace pensar en mis gustos por los uniformes de colegialas, y como a medida que pasa el tiempo, note como a los machos les pone una chica de uniforme.
Durante años, coño durante mi adolescencia me lo estuvo haciendo a mi, lo peor de todo es que lo disfrutaba, ha veces me muestro como una puta en celo mientras me lo hacen, e incluso os digo mas lo deseaba a diario, y me siento frustrada cuando va en busca de cualquiera de las chicas que han pasado por casa. Como recuerdo cuando me bañaba, entrando mi padre en el baño con el pretexto de ayudarme a pasarme la esponja por la espalda, como después de girarme fue bajando la esponja por mi cuerpo, como pasaba alrededor de mis pechos sintiendo como las yemas de sus dedos rozarme los senos, como descendía pasando por mi ombligo hasta llegar cerca de mi pubis, deteniéndose en una mancha que tengo de nacimiento, en un antojo que tuvo mi madre, y que tanto le gusta a mi padre, para descender aun mas recorriendo la zona poblada de vellosidad, e ir introduciendo la esponja entre mi entrepierna pasándola varias veces, hasta que mas tarde se entretenía con mis nalgas, sobre todo con mi orificio anal, no dejando de comentarme que con mi cuerpo conseguiré cualquier cosa.
Recuerdo que a finales del mes de mayo, días previos a mi cumpleaños, recuerdo que mi madre salió por la mañana muy temprano, mi padre en teoría no vendría hasta el siguiente día por estar de viaje, por lo que me quede sola en casa a excepción de la chica, la cual estaba en la planta baja limpiando, yo me quedé en casa pues debía de acabar una memoria, recoger mi cuarto y debía de acabar unos mandados antes de salir. En el silencio de la casa, escuche la puerta minutos después voces proveniente en la planta baja, creí en un principio que la chica tenia la radio o la televisión alta, pero extrañada pues el tono de las voces cada vez iban en aumento, minutos después escuche como un grito, asustándome un poco pensando que habían entrado ladrones, en ese momento por mi mente pasaron imágenes de la chica luchando con ellos, y como estos la someten acabando en pasiones (que cabrona soy verdad), pensé en bajar y con un poco de suerte que me lo hicieran a mi también, aunque mi corazón se me hizo un puño, sentí mis braguitas húmedas).
Ante la extrañeza al haberse silenciado las voces, baje a averiguarlo, encontrándome con una de esas escenas que te dejan marcada, mis ojos vieron como mi padre estaba sodomizando a la chica, la cual se mostraba tendida sobre la mesa del salón, semi desnuda entre llantos y gemidos, mientras mi padre la tenia sujeta con sus manos en las caderas, marcándole el ritmo de penetración (joder, como se movía el muy hijo de puta). Tal visión os debo admitir que me excito bastante, pero mi padre advirtió mi presencia deteniéndose, y actuando como si en vez de ser descubierto por mí, hubiera sido mi madre, con frases entrecortadas y balbuceando algo que apenas entendí. Actuó rápidamente, sacando su miembro del culo de la chica, se la guardo dentro de sus calzoncillos, subiéndose el pantalón, para girarse dirigiéndose hacia la puerta y desaparecer tras ella, no antes al pasar junto a mi, sus ojos se clavaron en los míos los cuales reflejaba su maldad, al tiempo que trague saliva algo muy dentro de mi me hizo sentir que lo iba a lamentar.
En ese momento no se que se me paso por la cabeza, pero me acerque hacia ella, ayudándola a incorporarse y con un gesto por mi parte creo que inconciente, cuando me arrodille ante ella para sujetarle las braguitas y colocársela, recuerdo su mirada mas de ternura que de agradecimiento. Disculpe a mi padre por su acción (coño, me comporte como una chiquilla, y dando a entender que lo sabia), se dice que sendos momentos de nuestra vida, nos damos cuenta de sentimientos e incluso de futuras amistades. No se recuerdo bien el por que de mis acciones e incluso menos de mis palabras, pero como un gesto de generosidad le ofrecí mi dormitorio para que pudiera descansar y si deseaba asearse. Recuerdo cuando subió las escaleras hacia mi cuarto, la vi diferente o acaso seria con otros ojos, me encontraba excitada y no puedo explicar la causa, entro en mi dormitorio para dirigirse al baño, donde cerro la puerta tras de si quedándome un poco defraudada, creo que esperaba algo o quizás me ice demasiada ilusiones.
Con el paso de los días entre nosotras creció una amistad, e incluso creo que mi padre le cojio inesperado, una atracción la una con la otra, quizás seria las circunstancias o quizás la experiencia ocurrida a ambas. Aunque eso no le detuvo en sus visitas por la noche, donde yo seguí observándolos en sus folleteros, me masturbaba observando como mientras mi padre la poseía, tiraba de su cabello rubio hacia atrás, dándole salvajemente hasta acabar, y cuando se dirigía hacia su cuarto, el muy cabron se metía en mi dormitorio, notándolo como se sentaba en la cama junto a mi, notando sus manos recorriendo mis muslos, sintiendo sus dedos húmedos del néctar de la chica en mi piel, echándose sobre mi cuerpo hasta sentir sus labios muy cerca de los míos, para solo decirme buenas noches.
Pero como todo llega su día, llegue a casa del Instituto cansada y cabreada, motivo obvio me líe con mi chico con el que salía, el cual nos liamos dejándome a medias (cabron, va como todos los tíos a meterla, corredse y luego se va), me dirigí hacia mi cuarto sin reparar si había alguien en la casa, la verdad que me importo poco, debía de preparar los apuntes para ponerme a estudiar ya que estaba de exámenes. Además para más inri, me dolía la espalda por la posición que habíamos estado follando, algo incomoda, por lo que no me apetecía sentarme en la silla, por lo que me tumbe en la cama.
No mas de 15 minutos, la puerta se abrió apareciendo Alexya, que es como se llamaba la chica de la casa (perdonadme, creo que hasta ahora no la os presentado, pero cuando estoy escribiendo lo doy por sentado que sabéis como es ella. Es una chica de 21 años, de Bratislava, Slovakia mis padres la contrataron mediante una agencia de contratación, creo que son uno de esos países de los que salen mas baratas, bueno sigo de estatura 1.69m aproximadamente aunque tampoco la he medido, cabellos cortos hasta los hombros y de color rubio, pechos pequeños pero firmes, y eso si buenas nalgas, motivo que tanto gusta a mi padre).
Desde que le ofrecí mi dormitorio como modo de ocultarse de mi padre, y de descanso, ella lo a cogido como algo habitual, aparte es que ya no es como antes, desde que tenemos mas confianza nuestra relación es diferente, hasta el punto de que le dejo mi ropa, eso si el sujetador no le esta bien. En otras palabras, la muy hija de puta se aprovecha, de cómo amiga desprotegida tiene derecho a algunas cosas, comentando "debo aprovecharme de mi situación, de las cosas que no tengo y a ti te sobra, ya que nuestra posición no muy distintas y no son las mismas", para entendernos, ella viene muy asiduamente a mi dormitorio a ducharse, a utilizar la ducha hidromasaje que tengo, y de vez a tenderse en mi cama.
Recuerdo ese día, como nada mas entrar en mi cuarto, me encontró tendida sobre la cama, mirando las escenas que salía desde la pantalla de mi PC, mientras estaba todavía con el uniforme puesto, es decir la falda de cuadros, los calcetines azul marino, la camisa blanca, en otras palabras que lo único que me había quitado era la corbata y los zapatos. Su comentario en plan jocoso, era referido a mi chico respecto que me había dejado a medias, y que debía de vez en cuando ser la sustituta de satisfacer a mi padre (cabrona, sabiendo lo mucho que lo deseaba, creo que mi búsqueda del macho, ponía como modelo a mi padre). Como una boba la escuchaba mientras no perdía detalle de las escenas subidas de tono, mientras rechupeteaba un bolígrafo, imaginaros lo que tenia en mente.
Recuerdo la cara de Alexya, sonriente y picarona mirándome mientras se desnudaba delante mía, como simulando que no la veía se quedaba sin nada, mientras entraba en el baño. Escuche el abrir de los grifos, y el agua caer sobre el suelo de la bañera, deduciendo que se metía dentro, mientras observaba la escena me imaginaba a Alexya, como se introducía debajo de la ducha y el agua caía sobre su cuerpo, mientras se enjabonaba con sus manos, como manoseaba sus pechos, deslizando sus manos por sus nalgas, caderas, uuummm. Imaginaba sus pechos como sus manos amasaba sus mamas, como pellizcaba sus pezones, como descendía hasta sus muslos sin detenerse en su pubis, mi imaginación no me dejaba ni siquiera centrarme en las escenas del PC, y lo peor es que me calentaba cada vez mas, maldiciendo a mi chico.
Lo peor de esto es que apenas me acordaba de mis estudios, pues mi calentura mezclado con mis pensamientos iba en aumento, joder encima la muy hija de puta, comenzó a comentarme si debía de depilarse o no, pues si fuera a sin debía de ayudarla. Ese era el detonante, joder ella sabe lo caliente que me pongo, de nuevo centro mi mirada en las escenas del PC, donde aparecía una chica chupándosela a un chico, nada mas comienzan las imágenes no puedo evitar reírme, pues a veces recuerdo que no son tan grandes, y aun mas que nosotras somos mas retraídas a comernos un miembro, somos algo cortitas y que lo diga una chica dice bastante. Pero poco a poco mis expresiones van cambiando, mis ojos se fijan en el miembro del chico, como dejo caer el bolígrafo de la mano al tiempo que pasó mis dedos por las comisuras de mis labios. Al tiempo que una de mis manos desciende por encima de mi camisa hasta llegar a mis muslos, comenzándome a tocar por encima de mis braguitas, tocándome levemente con dos de mis dedos, deslizando las yemas por encima la zona de mi pubis, oprimiendo sobre mi botoncito para entendernos sobre mi clítoris, cerrando segundos los ojos al tiempo que mordí mis labios, ahogando mi placer.
Note como mi calentura me llevaba, no pudiendo aguantarlo mas baje mi otra mano dirigiéndola hacia mi entre pierna, hasta tocar la tela de mis braguitas la cual sujetándola por el borde de esta, la aparte hacia un lado, manteniéndola hay mientras me acariciaba con las yemas de mis dedos sobre mis labios vaginales. Sin perder tiempo, mientras sujetaba mis braguitas al mismo tiempo frotaba mi vulva y mi clítoris, alternando muy suavemente el introducir de uno de mis dedos dentro de mi vagina. Dios, que bueno, echaba a un lado mis labios superiores para pellizcarme los inferiores, mi cuerpo va pidiéndome mas, notándome que me sobra algo, al tiempo que voy acariciando mis muslos, me voy quitando las braguitas, dejándolas aun lado, abriéndome totalmente mis piernas.
Ya ni me acuerdo que Alexya estaba en el baño, humedezco mis dedos acercándomelo a mi boca al tiempo que saboreo el sabor de mi néctar. Recuerdo como la incomodada de estar aun con el uniforme, voy retirándome de la prenda que en ese momento me incomoda, quitándome la falda, echándola con el pie al final de cama, quedándome en ese momento con la blusa y el sujetador, me sentía de los mas excitada, estaba como una perra encelo, comienzo de nuevo a frotarme incesantemente mis labios vaginales, notándolos ardientes, húmedos. Haciéndome pensar de nuevo en Alexya al no escuchar la ducha, pienso que cara pondría ella al verme en este estado o que haría, mis pensamientos como mi cuerpo deseaban estar con ella, estaba impacienté por verla aparecer. Nada mas aparecer ella desnuda por la puerta, nada mas observarme en el estado que me encontraba, recuerdo que su primera acción no era la que yo esperaba, pues dirigiéndose al PC lo primero que hace es apagarlo, llamándome pervertida y sabia a quien había salido yo, mientras abriendo uno de los cajones de la cómoda, cojio una de mis braguitas. No se como explicaros, por que motivo me excusaba, por que le pedía disculpa por algo tan natural como masturbarme, pero es muy cierto que mientras me excusaba por mi comportamiento, me fui abriendo la camisa, mostrándome el estado de mi excitación.
Recuerdo como la muy hija de puta, no solo se coloca mis braguitas delante mía, sino además lo hacia con sonrisa picarona, sin dejar de mirarme se gira caminando hacia el armario cogiendo una blusa y una falda, mientras yo seguía como poseída, introduciendo mis dedos dentro de mi vagina al tiempo que me frotaba mi vulva. Ella de temperamento y comportamiento frío, mientras acaba por colocarse la falda, no puedo mas y acabo explotando suplicándole que deseo estar con ella, sentir sus labios aunque sea un minuto nada mas, mientras ella con tono de despreció solo me suelta a modo de patada, que donde esta mi amiguita Andrea (hija de puta, que bien sabia ella, quien me consolaba). Sentándose sobre la cama, comienza a ponerse los calcetines dándome la espalda, lo que aprovecho tirando de ella hacia atrás hasta colocarme a horcada sobre ella, entre un tira y afloja acabamos por reírnos, ella no deja de decirme que me quitara, que la dejara ir, pero recuerdo que no podía, ahora que había dado este paso no podía dejarla.
Por lo que aprovechando que estaba a horcada sobre ella, comentándole que no le dejaría usar mas mi baño, ni la piscina y nada mas, a no ser que me de algo a cambio, sin dejarla contestar buscando mis labios los suyos, rehusándolos al principió pero poco a poco fue cediendo, hasta notar la humedad de sus labios sobre los míos. Notándola como su cuerpo va cediendo a mis pretensiones (joder, me estaba comportando como mi padre, en el fondo veo que tengo su misma agresividad), uno de mis brazos deja de sujetarla, desciendo por su cuerpo al tiempo que la iba acariciándola hasta llegar hasta su entre pierna. Retiro mis labios de los suyos, deslizándolos por su rostro hacia su cuello, oliendo el olor que desprende su cuerpo, no pudiendo resistirlo mordiéndole el cuello a modo de marcar mi presa. Al tiempo que noto uno de sus brazos rodeándome por la cintura, hasta notar su mano sobre mi cintura y como tira de mi, girándome violentamente hasta tenerme debajo de ella, comencé a rehusar de ella al tiempo que fui despojándola de su blusa y su falda, eso si con algo de colaboración por su parte, que sino no habría forma de quitárselo.
Echándose ella sobre mi hasta colocar sus labios sobre los míos, recuerdo lo bien que besa como su lengua recorre mi boca en busca de mi lengua, mientras mis manos no se detienen acabo por retirar de su cuerpo la única prenda que le quedaba las braguitas, quedándonos iguales. Dejándonos de besar dirijo mi rostro hacia sus pechos, aunque pequeños son bastantes apetitosos, con la poca ternura que le muestra mi padre le enseño el amor que se impartir. Soltándome me coloco sobre ella, arrodillándome entre sus piernas, abriéndolas hacia mi, comenzando a frotar mis dedos sobre sus labios vaginales, recorriendo su vagina al tiempo que frotaba y lamía su vulva, tan fuerte como rápido hasta hacerle gritar de placer, a escuchar sus gemidos. Entre mis dedos noto la presencia de sus dedos, abriéndose los labios vaginales para podérselo lamer y chupar bien, hasta introducirse la lengua dentro de su vagina y con la punta de la lengua frotar su clítoris (a modo de hacerla comprender que se hacerle gozar mejor que mi padre).
Sus manos alternaban tanto su pubis ayudándome a masturbarla como en sus pechos, mientras que mis dedos frotan su entrada vaginal tan húmeda como chorreante, era tal su dilatación que nada mas tocárselo resbalaban hacia dentro de su orificio vaginal, dando pequeñas convulsiones, hasta notar como venia su orgasmo, pidiéndome que no me detuviera, que quería mas. Mi intención no era detenerme, pues mi dedo corazón la penetraba salvajemente mientras chupaba y lamía su vulva, le penetro una y otra vez hasta escucharle de nuevo gemir, con gritos cada vez mas continuo entre jadeos hasta acabar con una flacidez de su cuerpo. Cuatro manos entre sus piernas, mientras una introducía sus dedos dentro de su orificio vaginal, la otra frotaba sus labios vaginales recorría sus orillas y lo entre abría facilitando la penetración, y las otras dos se alternaban en frotar su vulva y su clítoris, hasta dejarla para el arrastre, como me comento Alexya, ha sido una cosa bestial.
Nada mas acabar con ella, me pidió que me colocara echada sobre la cama, comienza ella a masturbarme, a frotarme mis labios vaginales, e introduce sus labios a modo de follarme con la lengua (bueno, no es una maestra pero lo intenta, joder en ese momento si echaba de menos a Andrea), comenzó a pasarme su lengua e arriba hacia abajo, tuve que fingir de vez en cuando que me gustaba a modo de algún comentario irónico (algo que he aprendido, con los chicos haciéndole creer que gozo con ellos "ooohhh que placer, que bueno", ya sabéis). Apenas había comenzado a gozar, cuando el sonido de un portazo nos cortó el rollo, por la fuerza no hizo pensar que se trataba de mi padre, por lo que rápidamente nos vestimos. Esa noche cuando baje a espiarlos, la encontré sola e ignoraba donde se encontraba mi padre, recuerdo que ella se encontraba llorando, por lo que mas tarde supe que estaba embarazada y que mi padre la echaría de casa, sustituyéndola por otra.
Meses después todo volvió a la rutina, como a media noche sin apenas escuchar la puerta, pero si notar como una mano se posaba con fuerza en mi boca, mientras la otra comenzaba a manosearme mi cuerpo, como salvajemente tiraba de mi camisón con fuerza hasta quitármelo, comentándome que no me lo pusiera mas, como notaba sus manos en mi inocencia como hurgaba en mis orificios como en antaño, hasta hacerme humedecer como el solo sabe hacer, apretándome con su mano hacia atrás a modo de notar algo duro y soltando algún liquido viscoso y caliente entre mis nalgas, hasta que poco a poco se va encajando entre mis glúteos, hasta notarlo como va introduciéndose en mi orificio anal y comenzar a cabalgar, hasta después de un tiempo, noto como me llena dentro de mi, sacándola de mi interior escupiendo todavía su néctar, llenando mi piel, y retirándose a descansar, no sin decirme hasta mañana.
Tanto mi psicólogo, como amigos, siempre me han aconsejado que lo denuncie, pero aunque se que lo hacen por mi bien y que todo lo que dicen es cierto, hay algo en mi interior como si fuera una promesa de no acusarle, de no decir palabra alguna contra el, de pensar que de mis labios no palabra alguna de traición hacia el. Nunca contaré a nadie, lo que sentí durante las noches que me visito, de cómo me sentía sola con la única ayuda o acompañante del silencio de mi dormitorio. Como mis oídos pedían estar sordos, por no escuchar sus comentarios, sus gemidos y su respiración agitada (lo peor de todo, era el notar como mi cuerpo se entregaba, y sentía mis orgasmos). No contaré a nadie, como noche tras noche descubría el placer de mano de mi padre, cómo lo notaba que entraba en mi cuarto a escondidas, como se acostaba junto a mi cuerpo sintiendo el calor de su cuerpo desnudo pegado al mió, y aprovechándose de mi inocencia, me obligaba a ceder ante todos sus caprichos, dejándome vejar por puro placer, acabando siendo humillada.
En mi mente siempre se quedara las escenas de quien se trataba, de en vez de comportarse como un padre se comportaba como un violador, y lo peor de todo es que con el tiempo se lo consentía, que como una droga la necesitaba cada noche. Echaba de menos ese cuerpo viejo junto al mió, esos roces de piel con la mía, los movimientos de sus músculos, como su torso lo sentía detrás mía hasta que un dolor agudo se convertía en placer intenso, mientras manoseaba mis senos, mientras oía su respiración, como babeaba mi cuerpo. Haciéndome olvidar, como a pocos metros de nosotros, se encontraba mi madre su esposa, el cual le debía de importar poco lo que hacia, pues debía de escuchar los jadeos que salían de mi dormitorio. Él siempre ha sido así, decía mi madre cuando en una ocasión se lo comente, que debía de perdonarlo pues era una enfermedad, como anteriormente lo hacia su padre, la muy hija de puta lo sabia, y nunca hizo nada por evitarlo.
Ha veces hasta me atraía, su rudeza, su falta de sensibilidad, de ternura, haciéndome buscar en los hombre precisamente eso, la falta de cariño, su violencia y mostrarse como primarios que son, animales sin escrúpulos. En mi vida ha habido chicos cariñosos, tiernos y los cuales me han tratado con delicadeza y ternura, pero he sido yo quien siempre a estropeado, siendo yo infiel y cruel con ellos. Se que no existe hombre capaz de resistirse, cuando una chica como yo les provoca, le enciíta a hacer una locura, utilizando mi cuerpo como reclamo, mi cuerpo de pecado. Nunca diré, cuando Él se presenta, como sin decirme de quien se trata, se acurruca junto a mi, como en las noches de frió se introduce bajo mis sabanas, aunque me de su calor. Como entre sufrimientos llena mis noches de placer y de gozo, como en cada noche me hace sentir mujer, entre sus dedos, sus labios, convirtiéndome en una hembra ardiente, deseosa de volverlo a sentir en mis noches.
Nunca diré a nadie, como hoy día con solo 22 años, en alguna de mis noches he notado como la puerta de mi casa se habré, como un extraño camina recorriendo el pasillo hacia el salón y desde aquí hasta mi dormitorio, como entra en el hasta dirigirse hacia mi cama, noto como se ahonda el colchón hacia un lado por el peso de este extraño, como echa las sabanas hacia atrás para echar hacia arriba mi camisón o retirar la poca ropa que lleve, y mientras sus manos se apoderan de mi cuerpo, de mis senos, de mi pubis, como mi cuello siente la ardiente lengua babeante. Como ese extraño todavía en su vejez es mi padre, calienta no solo mi vagina sino mi orificio rectal, dilatándolo hasta notar como un artilugio caliente se introduce dentro de mi, al tiempo que acaricia mis labios vaginales hasta sentir el preludio de un orgasmo, y sentirme a la vez como inserta su flujo dentro de mi, derramando parte entre mis nalgas. Para una vez a acabado, limpiarse e irse sin decir buenas noches, y por suerte para mi nunca dejarme marcada.
Ante todo, debo deciros referente a los comentarios de mi forma de explicaros mis historias. Que si mi escritura, no esta bien redactada, que apenas es legible, que tiene dificultad a la hora de leer o incluso que da mal sentido, a la hora de explicar los placeres obtenidos o sentidos. Lo siento enormemente, pero intentare redactaros lo mejor que pueda mis experiencias, me cuesta a veces escribir todos mis sensaciones, pues el plasmarlas creo que es lo mas difícil.
Espero que os haya gustado, si queréis que siga contaros me lo comentáis pues me gusta mucho recibir vuestros email. Aquellos que queráis contactar conmigo hacedlo a mí dirección de email: susanabix@hotmail.com