Recuerdos del primer anal de una adolescente.

A mis 30 años aún recuerdo una apasionada vivencia que tuve con mi primer amor a la dulce edad de 18 años, es una historia real.

Actualmente cuento con 30 años de edad, casada y en proceso de separación, mi matrimonio se fue a pique por muchos problemas sobre todo sexuales, la libido se fue perdiendo hasta hace poco que intentando socavar en mi mente se vinieron tantas imágenes de lo que alguna vez fue mi primer amor, ese amor mágico de adolescencia con el que se experimenta las primeras sensaciones de pasion y de deseo, como extraño esos tiempos.

Era un día fin de semana en el que yo visitaba al que era mi novio de aquel entonces, un joven de aproximadamente x 1.80 cm de estatura, trigueño, delgado de ojos claros, yo era una jovencita 30 cm mas bajita que el, de piel blanca y cabellos largos y negros, recuerdo que ese dia yo tenía puesto un vestido  recatado de esos que tanto le encantaban a el, le generaba morbo que yo aparentara tanta pureza  por fuera y por dentro me consumía un incendio a la hora de hacer el amor, decidimos irnos a un lugar íntimo, solos el y yo donde sin tapujos podiamos gritar de placer sin ser juzgados en definitiva vernos era iniciar con suaves caricias que nos llevarían a estar envueltos en la cama, era tan detallista a la hora de quitarme la ropa, con paciencia me desvestia, ello le generaba muchas ansias y yo simplemente me dejaba llevar por sus caricias, yo iba ese dia a experimentar algo que ya habiamos intentado muchas veces pero sin éxito alguno, el sexo anal, yo quería entregarme entera a ese hombre, estaba nerviosa pero decidida.

Sus labios recorrían mis mejillas, mi cuello y regresaban a mi boca, un besos frances, profundo, me juntó a su pecho sus grandes manos recorrian mi espalda baja hasta mis glúteos apretandolos, sus manos seguian bajando y luego subían entre la falda de mi vestido y así tener un tacto mas directo con mis nalgas, yo le desvestia botón por botón en su camisa mientras besaba su pecho, noté entre su pantalón una ereccion muy firme, muy dura, mis manos se fueron hacia ese lugar desabotobando aquella prenda que me apartaba de su miembro tan firme y tan dispuesto, el no pudo mas y me despojó de mi vestido y sentada en la cama y el de frente liberé entre la ropa interior su intimidad tan latente, tan grande entre mis manos y con aquellas ganas lo llevé a mi boca, escuché un suspiro, empecé a masajear su contorno entrando y saliendo de mi boca, aquello le volvía loco, acariciaba mis cabellos mientras sentía el sabor de su preseminal en mi lengua con movimientos lentos y firmes de arriba a abajo, me miró y me tomó del mentón para darme un beso antes de tumbarme a la cama y quitar mi lencería que tanto le estorbaba, bajó desde mi boca hasta mi cuello, mis pequeños senos que succionó, mi abdomen, mi vientre en un camino de besos y lamidas muy exquisito, llegó hasta mi intimidad repasando su lengua al rededor de mis labios vaginales, aquello sencillamente me desesperaba, jugaba un rato, me hacía suplicarle hasta que su lengua cálida y humeda repasaban cada pliegue mi ser, aquel juego avivaba aún mas mi deseo y poco a poco se concentraba aun mas en mi clitoris y estando al borde del orgasmo le dije que se detuviera, quería sentir aquel estallido de placer pero con su miembro dentro de mi.

Sonrió, se terminó de quitar el pantalón y totalmente desnudo se fue sobre mi, palpó la punta de su miembro sobre mi entrada vaginal rozando de arriba a abajo, el tenía siempre la costumbre de mirarme fijamente al rostro para ver mi expresión al momento de penetrarme, lentamente fue hundiendo su ser dentro de mi, esa sensación era exquisita, lancé un gemido, el sonrió, y empezó aquel vaivén de placer, sentía en la humedad su gran miembro entrar y salir de mi, sus besos invadian mis labios y saltaban a mis mejillas y mi cuello, sus manos tocaban mi espalda, estabamos fuertemente conectados y compenetrados, dando y recibiendo pasión y placer, yo tocaba mi clitoris siempre quedando al borde del orgasmo pero sin llegar el pues siempre intento estimularme lo mas posible y cuando no pueda mas estallar por completo, morir y tocar el cielo por largos segundos.

Se apartó un poco me puse de lado y el detras de mi penetrandome nuevamente, siempre masajeando mi punto de placer y besando mi espalda, yo seguía al borde de mi orgasmo y le dije - hazlo atrás, estoy lista- él sin titubear sacó su miembro de mi vagina y se puso lubricante, también untó un poco en mi zona anal y de inmediato empezó a rozarme, le dije que fuera suave, lento y así lo hizo, poco a poco fue introduciendo la cabeza de de su grueso miembro, senti un dolor latente muy fuerte, respiré, empecé a estimular mi clitoris, el sacaba y volvia a meter hasta que entró, lancé un fuerte gemido, le dije que me dolía pero igual quería seguir, volvió a sacarla y a meterla pero esta vez fue un poco mas lejos, yo sentí que me invadía por dentro, cada vez iba mas y mas adentro hasta meterla por completo, el suspiraba del placer y yo del dolor que poco a poco se fue transformando en delicias, aquel ardor desapareció, empecé a gemir con agonía, agonía de tanto placer que estaba experimentando, me sentía en las nubes, siempre al borde del orgasmo con su gran miembro entrando y saliendo completo de mi culo, deslizandose por mis paredes, mi orgasmo estaba cerca, ya no podía retenerlo mas y en medio de un fuerte grito de placer dejé que aquel cúmulo de sensaciones estallara, era el orgasmo mas fuerte que había sentido en toda mi vida, sentía las contracciones de mi intimidad , él no aguantó el sonido de mis gemidos y se corrió dentro de mi, ambos envueltos en tanto placer, terminamos aquel encuentro agotados, satisfechos y amándonos.

A estas alturas recordando aquellas vivencias se me vienen intensas ganas de repetir este episodio de mi vida, llevo sin ver a mi ex novio 8 años, esta fue una de las tantas veces que experimentamos amandonos, yo en medio de un divorcio, él soltero, hemos estado hablando nuevamente, tal vez mas adelante les comente si mi sueño se hace realidad.