Recuerdos de Zolst - 04

Donde nuestra protagonista es destinada a una nueva ubicación con un nuevo rol que le permite experimentar nuevas e intensas vivencias.

Recomiendo encarecidamente leer las entregas anteriores si se quiere tener una visión completa del universo. Es una historia continuada por lo que se hace mención a elementos y personajes que son explicados en los capítulos previos.


La siguiente vez que desperté en la calidez del abrazo de la vaina, me noté distinta. Al principio pensé que se debía a que no era la vaina en la que dormía y me recuperaba habitualmente sino un modelo instalado en los laboratorios del doctor Hojo. Tenia recuerdos difusos sobre mi último servicio, pero algo me sonaba de haber oído un cambio de destino. Claro que me era difícil recordar algo con precisión sobre aquella jornada dada la inmensa calentura con la que terminé y posteriormente la larguísima sesión de sexo lésbico con la que me premiaron. No pude iniciar mi rutina diaria de revisar mi estado físico en el espejo y ponerme las habituales medias negras con liguero que eran mi única vestimenta porque no veía nada de eso por ningún lado. Caray, es complicado ser una buena esclava sumisa y servicial si luego la dejan a su aire. Al final hice lo que pensé que haría cualquier esclava en mi situación: buscar a un amo y solicitar nuevas instrucciones.

Di un par de pasos y seguía notándome rara. Por ejemplo, los piercings en mi pezones siempre me habían hecho sentir más sensible en esa zona pero ahora me notaba tan hipersensibilizada en las tetas que notaba hasta el peso metálico de los aretes. Cosa rara cuando llevaba anillada más de dos años y jamás había notado molestias en ese aspecto. Entré silenciosamente en la habitación contigua y me encontré un escenario idéntico al que había visto la primera vez que pasé al interior de los laboratorios del doctor Hojo: una mesa de aspecto cristalino, el doctor concentrado en varios equipos informáticos a la vez y aquella esclava de tetas enormes y corta de entendederas con la cabeza enterrada en su entrepierna haciéndole una mamada lenta. Al principio pensaba que sería algún alivio ocasional pero parece que era la rutina de trabajo habitual del doctor. Permanecí en silencio y sin molestar con las manos en la espalda y las piernas bien abiertas como dictaba la norma aunque era evidente que había notado mi presencia.

Pude oír el murmullo de una puerta al abrirse y a los laboratorios pasó una presencia imponente. Era otro Amo, pero este mucho más alto y fornido que el doctor Hojo. Rondaría los dos metros, anchos hombros, pelo rubio y un rostro jovial poco acostumbrado a los rigores del frente bélico. Que fuese grande no significaba que fuese soldado, pensé. Carraspeó un par de veces para hacerse notar pero Hojo seguía inmerso en sus cálculos así que se encogió de hombros y decidió romper el silencio.

—Doc, entiendo que tienes cosas más importantes que hacer, pero ya que me haces subir hasta aquí lo mínimo sería invitarme a un café. Veo que tus aptitudes sociales siguen tan flojas como de costumbre. Te he dejado los suministros habituales en la cocina, ya que eres tan tan misántropo de no bajar al comedor de oficiales.

—Soy un científico, no un militar, Fried. Estoy acabando una serie de simulaciones no lineales fascinantes mientras el replicador termina de imprimir una cosa. Dame un minuto. —Y sin más miramientos apartó de una bofetada la cabeza de la esclava de su entrepierna y guardó su miembro de vuelta a sus pantalones. Se levantó y tras recoger una cosa se acercó a mí y noté como me colocaba una especie de etiqueta en mi oreja izquierda para a continuación dejarla permanentemente fija con una hexograpadora. Al menos no me dolió mucho. Si hubiese tenido en la oreja la sensibilidad que ahora mismo tenía en las tetas, habrían oído mi grito de dolor seis plantas arriba y abajo. Finalmente, el doctor colocó una correa en mi collar de esclava y se la tendió al recién llegado, el llamado Fried.

—Bueno, unidad 2B67K4T19, bienvenida a tu nuevo destino. Espero que en él puedas realizarte personalmente y provoques tanta felicidad como has estado haciendo durante tu servicio como retrete.

Asentí obediente como era mi papel y fui acompañando al nuevo Amo al exterior de los laboratorios y por los pasillos. Parecía un Amo bastante popular pues la mayoría de los tripulantes lo saludaban al paso o incluso lo paraban para charlar un rato y él correspondía con toda amabilidad. A mí no me prestaban ninguna atención a pesar de que me paseaba correa en mano, claro que yo era una esclava de nula importancia. En un turboascensor con un trayecto bastante largo me dirigió por primera vez la palabra, quizás porque se aburría.

—Hay que ver lo que le gusta el teatro y la ceremonia al Doc Masa. Siempre que me entrega una nueva chica monta el mismo espectáculo de poner la etiqueta con la nueva numeración en directo. En fin, supongo que todos los genios tienen sus manías. ¿Cómo te llamabas?

—Mi denominación hasta ahora es de Unidad de Alivio Sexual 2B67K4T19, Amo.

—Ya, pero todo eso es jodidamente difícil de recordar. ¿No hay nada mas corto?

—Mi compañera de vaina me llamaba 2B67, por acortar. Algunos amos me llamaban también coñito, agujero o tragaleches. ¿Prefiere alguno de estos?

—Mmm... siguen siendo bastante genéricos y muy poco prácticos. Cuando gestionas a treinta como tú si llamas a una coñito me responderán todas a la vez. ¿Recuerdas como te llamabas antes de tu conversión?

Aquello me dolió. No quería recordar aquella etapa de mí misma. —Mi nombre anterior era Naomi, Amo. Era mi nombre de antes de formar parte del Imperio Zolstiano, antes de conocer los gozos de la esclavitud y la alegría de servir. No es un nombre digno del Imperio.

—Pero es un nombre que me resulta fácil de recordar así que a partir de ahora responderás por ese nombre. Es una orden directa de un Amo así que espero que la cumplas o te mandaré de vuelta con el Doc para que te reprograme como robot de cocina.

Ejecuté una reverencia profunda y contesté —Se hará como ordenéis, Amo. —A joderse y aguantarse tocaba. Se me ocurrían cosas mucho peores que podía hacerme aquel tipo que cambiarme el nombre. Muchas de ellas tenían que ver con abstinencias y denegación del orgasmo.

Estábamos descendiendo mucho y no tenía ni idea de adónde íbamos. Además, había un elemento que me desconcertaba y es que me estaba paseando por la nave con la correa al cuello. Realmente no era necesario ya que todas las esclavas zolstianas estábamos más que condicionadas para obedecer sin chistar y jamás se nos habría pasado por la cabeza huir. Aquella correa no tenía mucho sentido aunque he de reconocer que me daba un punto de morbo que sumaba a la eterna humedad que tenía entre mis muslos. No me importaba que me llevasen así, la verdad.

El turboascensor se detuvo al fin y nos adentramos en lo que parecían unas instalaciones bien ordenadas y cuidadas. Se componían de diversos pasillos paralelos, con una especie de apartados o reservados en intervalos regulares. Me condujo hasta uno de ellos y al acceder al interior y ver los contenidos pude comprender rápidamente en qué consistían aquellas instalaciones.

Aquello era un establo y lógicamente estaba ocupado por vacas.

No me refiero a las vacas propiamente dichas de las que tienen cuernos. Dudo mucho que alguno de esos animales haya pisado alguna vez la estación Helms Tertius. Las vacas que aquí vivían eran de una familia muy distinta. Cada reservado estaba ocupado por una esclava debidamente estabulada, la mayoría de ellas con ordeñadoras funcionales acopladas a sus tetas. Deduje que mi nuevo destino consistía en formar parte del rebaño así que me inquieté durante unos instantes. No obstante, un rápido vistazo a las vacas allí estabuladas disipó todos mis temores pues la mayoría parecían bastante felices e incluso algunos rostros mostraban un gesto de placer evidente. El amo Fried me introdujo en un recinto vacío y a continuación pasó a explicarme mis nuevas obligaciones en ese tono jovial y lleno de confianza propio de las personas que conocen muy bien su trabajo.

—Muy bien Naomi, te voy a ir explicando un poco. A partir de hoy esta será tu nueva casa. Como no has podido mirarte a un espejo pero has visto a tus nuevas compañeras, ya habrás intuido que la etiqueta que te han puesto en la oreja recoge tu número de serie, tu ubicación en la estación y ya iremos añadiendo más datos según evaluemos tus capacidades. En este cubículo vivirás, dormirás y servirás. La cosa es la mar de simple: estos cubículos tienen un tamaño de 1,5x2 metros y están abiertos por su fondo y semiabiertos por delante. En su parte delantera, que es donde te colocas tú, tienes un par de barras donde puedes apoyarte por si te cansas de estar de pie. De hecho tu posición recomendada será con las piernas rectas y con el tronco doblado en 45º apoyada en la barra central. Como si estuvieses apoyada en una ventana, pero un poco más inclinada por el peso de tus nuevas tetas. En esta posición tus agujeros quedan cómodamente accesibles para cualquiera que quiera usarte y que vendrán por el fondo abierto. La mayoría de las veces ni verás a tu usuario, simplemente notarás sus manos sobre tu cuerpo y su polla entrando. No podrás volverte para mirarlo porque tu correa va atada a la barra central así que no te preocupes pues no será necesario que les hagas la mamada de limpieza después de que te usen. Si te aburres puedes hablar con tus compañeras, tienes una justo enfrente y también a cada lado. No os está prohibido hablar si no os están usando a ninguna pero si la están follando e interrumpes el servicio te ganarás un buen castigo. Como habrás notado, el piso del pasillo que separa tu cubículo del de tu compañera de enfrente está más alto de lo normal. Esto se debe a que los amos también pueden pasear por él para veros los rostros y, en caso de desearlo, usaros por la boca. Así la altura queda justa para que vuestras cabezas queden a la altura de la entrepierna de un soldado zolstiano medio. El ser usada como alivio sexual por parte de los amos es tu segunda obligación más importante en tu nueva vida.

—Pasemos ahora a cosas más novedosas. Como habrás notado al salir de la vaina, el buen doctor ha hecho algunas modificaciones en tu organismo. El aumento de sensibilidad que habrás notado en tus mamas es porque los nanites están alterando tu sistema hormonal mientras hablamos. En menos de una semana tus hermosas tetas estarán produciendo abundante leche. Esta leche se extrae y recoge con las ordeñadoras que has visto así que te las iré colocando para que luego no desperdiciemos nada. Te aviso que se sujetan por succión pero también van enganchados a los piercings de tus pezones así que no hagas ninguna tontería como tratar de quitártelos. Si tienes algún problema o dolor pulsa este botón de la pared y vendré yo o alguno de mis subordinados para atenderte. Te aviso también que este botón es para emergencias, si nos llamas simplemente porque te aburres y quieres polla lo único que conseguirás es una buena paliza. Ah, se me olvidaba: tienes el limitador de orgasmos desactivado en gran medida. Puedes correrte todas las veces que quieras sin que haga falta que un amo te autorice. La única condición es que tiene que ser provocado por algo que no seas tú. En otras palabras: puedes correrte diez veces en cinco minutos si te están follando pero no podrás correrte si empiezas a masturbarte tú sola. Producir leche es tu tercera obligación más importante en tu nueva vida.

—Siguiendo con las novedades, te presento a tu nuevo mejor amigo: el dispositivo de nutrición y reciclaje K1UV33, conocido informalmente en la estación como El Tapón o Papá Supositorio. Como verás, no parece muy distinto a lo que sería un vibrador común de unos 30cm conectado por su base a un cable grueso aunque posee funcionalidades muy distintas. Este amiguito va insertado en tu culo, como estarás deduciendo al notar como te lo estoy metiendo. Una vez alojado por completo se va a quedar ahí durante mucho, mucho tiempo. Entre sus muchas funciones están el seguimiento de tus constantes vitales, encargarse de los excrementos que suelte tu cuerpo y proporcionarte alimento mediante suero que será absorbido por las pared mucosa de tu recto. Antes era la vaina la que te proporcionaba nutrientes por via intravenosa pero ahora los recibirás por via anal. Por raro que parezca vas a poder experimentar de primera mano lo que es comer por el culo. De todos modos puedes ingerir comida normal aunque dudo que encuentres algo de eso acá abajo más allá de algún chorro de semen ocasional. Otro aviso: este pequeñín también puede emitir unas descargas eléctricas de lo más desagradables así que pórtate bien. Según me han contado son particularmente dolorosas; golpean muy cerca de la columna vertebral y suben directamente al cerebro donde explotan en un mar de dolor. Te contaré un pequeño secreto: las primeras versiones de Papá Supositorio no estaban enfocadas al cuidado del ganado como tú; simplemente eran otro método más que usábamos para interrogar a tus compatriotas capturadas hace cien años y por lo visto cantaban a la primera. Eso sería todo en principio, Naomi. ¿Tienes alguna duda?

—Ninguna, Amo. Parece todo bastante sencillo.

—Realmente lo es, aunque esperamos que te esfuerces para que nos proporciones rica y abundante leche. Pronto descubrirás que te resultará bastante sencillo correrte con tus tetas gracias al cosquilleo de la succión de las ordeñadoras. A más leche que nos des, más rato estarán encendidas y más orgasmos tendrás. Que no se diga que no os tratamos bien. Ábrete de piernas, voy a comprobar si te adaptas bien al nuevo entorno.

Era lo más bonito que me habían dicho en todo el día. Tal y como me habían indicado, incliné mi tronco 45º y posé los antebrazos en la barra central poniendo mi coño sediento a su completo capricho y dejando mis tetas ahora unidas a las copas de las ordeñadoras colgando libremente. Para mi deleite, el amo Fried me penetró hasta el fondo de un solo empujón violento, justo como más me gustaba. Me corrí inmediatamente, tenía el coño como un grifo abierto. El amo estaba brindándome una follada bien vigorosa, tan dura y con un miembro tan bien dotado que hubiese jurado que con cada empujón la punta de su glande me hacía cosquillas en el útero. Cuando empezó a manosear con igual fuerza mis tetas bamboleantes me creía morir de gusto. Estaba dando pequeños saltitos sobre las puntas de mis pies para acompañar el ritmo de la penetración. También estaba profiriendo gritos de éxtasis a todo pulmón, pero a juzgar por las caras de mis compañeras de establo cada una de ellas estaba también inmersa en su pequeño mundo de placer merced a los amos situados fuera de mi vista. Cuando un rato más tarde el amo Fried descargó una abundantísima corrida en mi interior, yo ya había perdido la cuenta de la cantidad de veces que había llegado al clímax. Me derrumbé agotada sobre las barras, casi colgando de aquella cosa enorme que me habían metido en el culo. Oí como el amo se subía la bragueta y me dirigía unas palabras finales.

—Naomi, hay una cosita que aún no te he dicho y que no me has preguntado así que repasemos. ¿Cuál es tu tercera prioridad en el establo?

—Producir leche rica y abundante con mis tetas, amo.

—Bien. ¿Cuál es tu segunda prioridad en el establo?

—Satisfacer con mi cuerpo y mis habilidades las necesidades sexuales de todo aquel que decida usarme, amo.

—Muy bien. ¿Y cuál es la primera prioridad que tienes en el establo?

Me quedé perpleja. No tenía ni idea. No me sonaba siquiera que lo hubiese mencionado.

—No lo sé, amo. ¿Enseñar a las nuevas esclavas la alegría de servir al Imperio?

—No, pero te has acercado. Hace cuatro horas que el Doc Masa ha ordenado a los nanites de tu cuerpo que dejen de bloquear la producción de óvulos. Tu primera prioridad como vaca será dar al imperio preciosas terneras de cabello albino natural que salgan tan obedientes y tan putas como tú. Espero que te quedes embarazada muy pronto. Al ritmo que vas a llevar no creo que tardes más de un par de meses.

Y con estas palabras se marchó, cediendo su lugar a otro Amo que me indicó que me pusiese en posición porque también iba a follarme de inmediato.

Continuará.


Como siempre, agradeceros vuestras opiniones, comentarios y sugerencias que me hacéis llegar sobre la saga. Es probable que el próximo episodio sea el último tal y como lo tengo concebido así que os queda poco por aguantarme :-).