Recuerdos de universidad: rumba, remate y verga.
Recordé a dos de mis amigas de la universidad y una salida a rumbear con tres ingenieros. Rematamos en el apartamento de uno de ellos y recibimos una buena dosis de .
Estaba ebria, muy ebria. La sala del apartamento era iluminada por un par de lámparas, la luz era tenue pero en medio de la borrachera podía observar. A mi derecha Carol, en cuatro, detrás de ella Víctor penetrándola con su gran verga. Podía ver ese pene erecto, grueso y largo entrando y saliendo de su vagina.
Cada vergazo de Víctor la lanzaba hacia adelante, donde la recibía la polla de Javier, un pene responsable, ella se lo chupaba como podía.
Un poco más allá, Cata, cabalgaba otra gran polla, una verga negra, subía y bajaba mientras gemía.
Todos éramos compañeros de universidad, ellos ingenieros, nosotras comunicadoras, nos conocíamos y ese fincho decidimos ir de rumba. Bailamos y bebimos, los tres nos echaban los perros, nos restregaban sus miembros, se insinuaban.
Nosotras jugábamos con la situación, la excitación crecía y no sabíamos dónde y como terminaría todo. Al final decidimos rematar en el apartamento de ……
Llegamos, seguimos bebiendo, bailando, nadie rompía el hielo, hasta que llegó el juego de prendas. La suerte estaba echada.
Carol era una mujer despampanante, senos naturales, una cola preciosa. Nuestros amigos se dieron a la tarea de hacerla perder para desnudarla. Cuando sus senos quedaron al aire y una mano después su tanga, el uff de admiración fue general.
En esa estrategia Víctor termino perdiendo demasiada ropa. Estaba en interiores, totalmente erecto. El bulto era inmenso, la excitación general crecía al bailar y percibir como el se lo restregaba en su cola, como ella pegaba sus senos en su espalda. Al perder la siguiente mano, su interior cayo al piso, y pudimos ver la majestad de verga que tenía.
Carol no resistió, la tomo con la mano y armó el despelote. En cinco segundos estábamos desnudos, bailando, besando, tocando. Después, caímos de rodillas y empezamos a mamar vergas. Ellas se rotaban, nos dejaban degustar sus miembros, nosotras chupábamos.
Cata no resistió, se paro y exclamo quiero verga. En ese momento se la mamaba a Carlos, lo saco a un costado, lo acostó y comenzó a cabalgarlo.
Víctor no resistió, puso en cuatro a Carol y se la hundió, Javier dejo que mi amiga siguiera chupando.
La escena era surrealista, morbosa, los gemidos y las palabras sensuales comenzaban a atenuar la música, fui hacia el equipo de sonido y le baje volumen.
Javier se percató de mi presencia, me tomo de la mano y me puso en cuatro, quede de frente a Víctor y de espaldas a Carol. Víctor dirigió su polla hacia mi boca, se la chupé, sentí el sabor al sexo de Carol. Javier hizo lo mismo con Carol, comenzó a follarsela por la boca y una vez una vez la tuvo bien dura me clavo.
El pene de Javier entro sin contratiempo, estaba juagada, me lo enterró hasta los huevos y me lo saco, para volverlo a enterrar. El juego de mamar y recibir se prologó un rato largo. El gemido de Carlos y ver como de su verga salía chorros de leche que caían a las tetas de Cata nos desconcentró.
Miré a Víctor y le dije que quería montarlo, Javier expresó que quería clavarse a la buenona de Carol. Ella aceptó y lo monto. Las dos comenzamos a cabalgar a nuestros sementales.
Cuando me senté en la verga de Víctor sentí la diferencia, que pene delicioso, terminó de abrirme y de llegar a lo más profundo de mi coño. Carol gemía, subía y bajaba vertiginosamente sobre la polla de Javier. Víctor me amasaba las tetas y me daba nalgadas. Javier chupaba los senos de Carol. Carlos y Cata nos miraban relajados.
Javier comenzó a gemir, Carol se lo pidió en la cara, cuando iba a eyacular se desmontó abrió su boca y su semen cayó en sus labios, nariz, ojos y pelo. Víctor no resistió el espectáculo, su chimbo cabeceo y me lleno de leche. Quedamos en silenció, dormitamos.
Sobre las cinco o cinco y medio desperté, Carol dormía, Javier también. Cata se le estaba mamando a Víctor y a Carlos. Sus penes estaban erectos, sus manos acariciaban los pechos de nuestra amiga.
Víctor se acostó y ella lo montó. Gimió con la entrada del pene. Siguió mamando el de Carlos, él le dijo que le iba a dar por el culo, ella aceptó. Él se desplazó y comenzó a acariciar su ano, lo lubricaba con saliva. Después se lo beso, se lo chupo. Mientras esto sucedía ella seguía cabalgando a Víctor.
Una vez estuvo lista, Carlos empezó a puntearle el ano con su pene, Víctor esperaba la penetración. Cata se quejaba, gemía, y lo animaba a seguir. Cuando el glande atravesó el umbral de lo prohibido ella le dijo métela al fondo. La verga desapareció en el orto de mi amiga, una vez comenzó a salir, Víctor la clavó vaginalmente.
Los gemidos despertaron a Carol y a Javier. Él voltio a mi amiga y comenzó a besarle y chuparle el ano. Mientras tanto, Víctor y Carlos vergeaban a Cata, un chimbo entraba incesantemente por su coño y en otro por su culo. Ella gemía y se quejaba de placer. Mi chocha se había encendido y comenzaba a reclamar un pene erecto.
Por estar mirando la empalada de Cata no me di cuenta del momento en que Javier comenzó a encular a Carol. Sus gemidos me indicaron que una gran verga había entrado en su culo.
Carlos empezó a darle con fuerza a Cata por su ano, el pene de Víctor quedó inactivo, erecto, ella gemía de placer, sus gemidos se confundían con los de Carol. Mientras mis dedos jugaban con mi vagina, me masturbaba.
Carlos tomo por las caderas a Cata, la penetró con fuerza y eyaculó en sus intestinos. Él gemía, pero ella se incorporó rápido, solo escuchamos la puerta del baño que se cerraba. Carlos quedó exhausto, su pene empezaba a perder rigidez. La verga de víctor seguía erecta, era mi oportunidad. Me incorporé y fui hacía, me senté en ese gran chimbo. El placer de montarlo me invadió.
Carol seguía gimiendo y pidiendo que le dieran duro, Carlos se desmadejó y quedó en trance, pareciera que fuera a quedarse dormido. Continúe cabalgando, Víctor me estimulaba los senos con sus manos.
Los gritos de Carol y los gemidos de su amante me indicaron sus orgasmos, y el fin de esa culiada. Cata había regresado bañada, se sentó en el sofá, me observaba cabalgar sobre la polla de Víctor. Empezó a pedirme que le diera mas duro, que moviera más rápido mis caderas, que lo deslechara. Víctor me pidió el culo, se lo negué, y comencé a darle sentadones, no resistió, eyaculó.
Quedó aletargado, me desmonte, busque mi ropa interior, lo mismo hizo Cata, Carol apareció bañada, nos vestimos y salimos. Fuimos a desayunar y después cada una a su casa.