Recuerdos de mi segundo matrimonio 3

Descubriendo una infidelidad

Recuerdos de mi segundo matrimonio 3

Paso el tiempo de mi embarazo tuve otra niña, y pasaron un par de años nuestra vida seguía bien dos hijas divinas, una buena relación en la unidad que vivíamos que mas podíamos pedir, a mi esposo lo ascendieron en su trabajo. vivíamos bien pero sin lujos, llego el tiempo de presentar a la niña en la iglesia a sus tres añitos e hicimos una pequeña reunión en el deportivo de la unidad, fue una fiesta bonita hubo payasos para los niños, juegos una rica comida música para bailar y unas copitas para brindar, todo iba a pedir de boca, hasta que empezamos a bailar, como siempre sucedía en estas reuniones empezábamos en pareja y terminábamos bailando con todos.

Me encontraba bailando con Arnulfo cuando veo a mi marido que bailaba con Araceli y ésta le decía algo al oído y riendo los dos se alejaban de la pista, esto me saco de onda y terminando la pieza, fui a buscar a mi esposo,  había rumores de que Araceli se le insinuaba con frecuencia a mi marido, al principio no hice caso ya que creía que eran puros chismes.

Salí del salón y me fui hacia la alberca y al pasar por los vestidores oí unas risitas, que llamaron mi atención, me acerque sigilosamente y lo que vi me dejo impactada y de malas, pero no quise hacer un escándalo en ese momento ya que estaba de por medio el bienestar de mis hijas.

Era Juan y Araceli que se estaban acariciando y besando, como era posible en la fiesta de su hija me sentía indignada, me coloque en un rincón donde difícilmente me podían ver y yo los podía observar sin problema.

Araceli empezó acariciarle el pene a mi marido sobre el pantalón, diciéndole a ver que tenemos por aquí, y bajándole el cierre le saco el miembro que ya estaba parcialmente erecto, diciendo vaya que bien está esto y empezó a masturbarle y mi esposo no quedándose atrás levanto la falda de Araceli acariciándole las nalgas y bajándole las pantaletas hasta los tobillos ella levanto una pierna para zafarlas y mi esposo aprovechó para tocarle la vagina y al parecer meterle un dedo pues Araceli emitió un gemido de placer sin dejar de menearle el pene a mi marido, él le empieza a besar el cuello y la oreja diciéndole que se de vuelta, ella antes de obedecerle se agacha y se mete el pene de mi marido en la boca y empieza a darle una mamada de campeonato lamiendo con su lengua todo el tronco ensalivándoselo completamente hasta el glande como lubricándolo, dejándolo listo para la penetración, obedientemente se giro, inclinándose sobre la banca y abriendo sus piernas mostrando sus blancas nalgas y vagina la cual mi esposo abrió separándole los labios vaginales con dos dedos y depositando en la entrada de su vagina el glande amoratado por la acumulación de sangre debido a la gran erección que tenia, jamás se lo había visto tan grande, asi seria la excitación que sentía al tener la oportunidad de cogerse a Araceli, que siendo honesta tenía un buen cuerpo con unas nalgas redondas y paradas que hacían que todos en el vecindario volearan a verla.

Se la empezó a meter lentamente centímetro a centímetro como si quisiera que ella se la fuera midiendo y el poder disfrutar mas tiempo del cuerpo de Araceli, cuando ya se la metió completamente dejo de moverse y entonces fue ella quien empezó a moverse adelante y atrás penetrándose ella sola como diciéndole a mi marido dámela toda.

Juan la cogió de las caderas y empezó un mete y saca frenético que en pocos minutos hacia que ella gimiera y gritara diciéndole que sentía muy rico y que quería sentir como terminaba dentro de ella.

En ese momento me retire llorando, como había sucedido esto si nos amábamos y teníamos la familia que siempre habíamos deseado, me seque las lagrimas y me fui al salón.

Termino la fiesta acosté a las niñas y sin decirle nada me fui a dormir, me sentía defraudada y triste porque no sabia en que había fallado.