Recuerdos de mi segundo matrimonio 2
Sigo disfrutando mi nuevo matrimonio
Recuerdos de mi segundo matrimonio 2
Nuestra vida era buena no teníamos lujos pero éramos felices disfrutábamos plenamente nuestra relación, tuve a mi bebé fue una niña tenía Juan un trabajo estable y yo me podía dedicar a mi hija y a mi casa, un gran cambio en mi vida.
Pasó el tiempo sin muchas novedades, empezamos alternar con los vecinos de la unidad nos hicimos amigos de varias parejas donde con dos de ellas nos llevábamos muy bien, ellos eran Ricardo y Carolina del mismo edificio que nosotros y Arnulfo y Vicky del edificio de enfrente.
Hicimos un grupo muy unido estaban en el grupo otras pareja Araceli y su esposo, Claudio y su esposa Luz y Alberto que casi siempre iba solo a las reuniones que hacíamos.
Lo que voy a relatar ahora sucedió algunos años después, fuimos a una fiesta que hizo Carolina en su casa estuve bailando con mi esposo y Alberto inicio el cambio de parejas pidiendo al anfitrión bailar con Caro; Ricardo saco a luz y Claudio bailó conmigo, estábamos bailando una música suave y él me atrajo de la cintura pegándose mucho a mi, y diciéndome al oído que yo le gustaba mucho que envidiaba a Juan por tenerme etc etc, yo discretamente me separe de él pues empezaba a sentir como su pene reaccionaba al rozar mi pubis y le agradecí el piropo diciéndole que éramos buenos amigos y que por respeto a nuestras parejas deberíamos guardar las distancias, el me llevo a mi asiento pero antes de llegar m e dijo que trataría de conquistarme, yo no hice caso al comentario y me quede sentada hasta que regresara mi esposo a mi lado.
Le dije a Juan que me dolía la cabeza y que nos fuéramos a la casa, quería salir de ahí porque notaba que algunos platicaban con Claudio y me miraban, estaba incomoda.
Al llegar a la casa me puse mi baby doll y una bata transparente tan corta que apenas cubría la pantaleta del baby doll, sin querer el bailar con Claudio me había desequilibrado y quería borrarlo de mi mente estando con mi marido, Juan al verme así preparando la cena me dijo que mejor “comíamos en la recamara”, le sonreí y dije está bien.
Me toma de la mano y me lleva hacia la habitación posando su mano en mis glúteos, al entrar a la habitación se quita la playera y los pantalones de inmediato, al quitarme la bata se me queda viendo y me abraza, quedando mis nalgas expuestas con tan solo cubiertas con la pantaleta casi transparente, nos abrazamos y besamos sentía mis senos presionados por su pecho y moviendo mi cadera buscando su pene el cual empezaba a despertar en la prisión de la truza, nos subimos a la cama sin dejar de besarnos, me quito el baby doll y succionaba mis pezones con una pasión inusitada, creo que a los dos nos había motivado el cambio de parejas al bailar, parecíamos recién casados en lugar de una pareja de casi tres años de matrimonio, yo lo abrace con mis piernas y sentía muy rico el roce de su pene en mi vagina que si no tuviéramos prendas puestas ya me habría penetrado lo agarraba de sus glúteos y lo empujaba hacia mi moviendo mis caderas, tenía mis pantaletas totalmente mojadas.
Metí mis manos en su truza para bajársela, se despegó de mi y cada uno se quito su propio calzón quedando totalmente desnudos, puso mis piernas en sus hombros y sin necesidad de apoyo por lo excitado que estaba me introdujo su pene hasta la base pegue un gemido de sorpresa y satisfacción al sentirme completamente cubierta por semejante pistón, moviendo mis caderas en circulo y el dando me duro como si se fuera a acabar el mundo, resoplando en cada embestida que me daba, con lo mojada que estaba solo se escuchaba un splash splash cada que sus testículos golpeaban mis nalgas, asi estuvimos como diez minutos hasta que decidió cambiar de orificio y tomando mis nalgas con ambas manos me ensarto su pene de un solo empujón hasta la mitad en mi ano, yo abrí tremendos ojos por la sorpresa no me esperaba ese cambio tan repentino, introdujo el resto de su pene cadenciosamente y de continuo en mi ano hasta que sus vellos hacían cosquillas en mi nalgas.
Estuvo cogiéndome así y cuando sintió que terminaba cambio otra vez de lugar penetrándome vaginalmente dándome unas tres estocadas mas y de un golpe de cadera depositarlo hasta el fondo de mi canal vaginal expulsando en mi toda su esencia en tremenda descarga, que me hizo ver la gloria terminando en el mismo tiempo los dos.
Fue un coito muy placentero fructífero pues a los pocos días de este encuentro me hice la prueba de embarazo resultando positiva.