Recuerdos de Juventud. III
"Mi respiración se altera, mis pechos se elevan y se acomodan en sus manos; los pezones se me endurecen aún más. Su respiración es entrecortada como la mía, me penetra con sus dedos una y otra vez, estoy a punto de correrme"
Capítulo III.
Suena la alarma de mi móvil, con los ojos cerrados lo tomo y comienzo a buscar el botón de silencio a decir verdad eso suena como si fuera campana de iglesia. Ahora mismo son las nueve de la mañana, estoy hecha un desastre pelo alborotado, desnuda y deseosa de tener algún encuentro hoy. Me dirijo hacia le baño y escucho que suena mi móvil, como de costumbre, respondo sin mirar.
Carolina: Buenas. - voz de dormida.
Sarahí: Carolina, no puede ser que estés despertando a esta hora, dime cual es tu apartamento tenemos que hacer el proyecto. - si, siempre me esta regañando.
Le digo donde vivo, como llegar y toda la información. Ahora me dispongo a disfrutar de mi ducha, agua caliente en las mañana me refresca. Estando ahí tomo el grifo, lo colocó en mi sexo, siento como la corriente de agua hace choque con mi clitoris, con mi mano comienzo a mover el grifo y mis cintura comienza a tener un movimiento buscando la manera de como seguir sintiendo placer. Con mis dedos comienzo una exquisita masturbación, mis dedos comienzan su trabajo de jugar alrededor de mi clitoris, los movimientos cada vez son más rápidos, el grifo sigue haciendo su trabajo, mis manos ya pierden el control y mi cuerpo solo quiere estallar, siendo así muevo mis manos con destreza y el grifo por el otro lado esta endureciendo mis pezones, mi respiración se puede escuchar en todo el baño, mis suspiros se incorporan a este magnifico momento, hasta que mi cuerpo estalla en miles de pedazos que ahora solo quiero reponerme.
Ya paso dos horas desde que Sarahí llego, estudiamos, repasamos e hicimos un trabajo; es tarde, le dije que se quedara para la cena y me ayudara en la cocina. Ella aceptó y ahora nos dispusimos a cocinar y luego a comer.
Carolina: Oye, ¿cómo es posible que aun sigas soltera?- es una chica con un buen cuerpo, buenos senos grandes y en su lugar, tiene unas curvas de impacto, no es una mujer delgada pero se mantiene en su peso, un trasero de puta madre.
Sarahí: Sabes muy bien porque, yo te quiero a ti y para poder estar con otra persona primero debo olvidarte por completo. - su voz cambia, parece que tiene ganas de llorar; a esto me dispongo a darle un abrazo.
Carolina: Sarahí, sabes bien lo que esta pasando y de verdad... - me interrumpe con un beso. - Sarahí no es conveniente esto - cada vez se acerca más y más a mi - Sarahí, ya de verdad - estoy pegada a la pared y ella bien pegada a mi cuerpo.
Es imposible detenerla, ahora nos estamos besando como si este momento solo fuera de ella y mío, con la diferencia que yo no quiero nada serio, ella sí. Me roza la oreja con la nariz, desciende por mi cuello y va regando me el hombro de besos tiernos, suavísimos. Mi respiración se altera, mis pechos se elevan y se acomodan en sus manos; los pezones se me endurecen aún más. Su respiración es entrecortada como la mía, me penetra con sus dedos una y otra vez, estoy a punto de correrme; cada vez muevo mis caderas mas y mas rápido estoy a punto de llegar al orgasmo, me penetra mas y mas rápido hasta que me corro... entre gritos incoherentes, me agarra por las caderas y cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás con la mandíbula apretada se corre en silencio...
Nos quedamos profundamente dormida, al despertar la encuentro dormida, hundida en sus sueños. ¿Como es posible que una mujer tan hermosa haya pasado por tanto? Sarahí es una mujer que tiene todo lo que quiera tener y puede estar con cualquiera, pero un mala experiencia hizo que esta mujer cambiara tanto; aun lo recuerdo como si hubiera pasado ayer. Ella me llamo llorando contándome que el hombre con el que se iba a casar la dejo plantada en la iglesia. Ese mismo día se entero que el pertenecía a una asociación del bajo mundo por así decirlo, Sarahí lo buco por cielo, mar y tierra pero nunca le encontró. Ya ah pasado algunos años pero ella sigue lastimada. Luego, ella se fue de su casa a vivir sola y comenzó algo nuevo. Nuestra amistad siguió pero ella se fijo en quien no debía, en mi. No se en que momento me quede dormida y al despertar nuevamente, ella no estaba en la habitación decidí ir a buscar por el apartamento y cuando voy a la cocina ahí estaba, haciendo un desayuno que tenia un olor exquisito.
Sarahí: Buenos días, mi amor - me da un beso corto en los labios.
Carolina: Buenos Días, princesa - abrazándola por la cintura.
Sarahí: Tenemos que hablar de lo que anoche paso - noto que su voz cambia por completo - me encanto, siempre imagine que seria así tan maravilloso, pero no quiero que pienses que quiero una relación contigo porque no es así, sabes muy bien por lo que eh pasado y créeme que no quiero que esto vuelva a pasar, solo quería que fueras mía.
Carolina: Sarahí, yo.. - me da un beso largo - yo también quiero lo mismo.
Después de un gran desayuno, ella decide marcharse; me quedo tumbada en el mueble de la sala pensando en todo lo que había pasado, en la noche, en la conversación y en parte me sentía bien porque solo iba a pasar esa noche. Ya es hora de seguir y volver a a comenzar o quedarme como estoy.