Recuerdo

Carta al olvido de un ayer. Nada Erotico Sorry

RECUERDO

Te recuerdo como se recuerdan los momentos de vida, las ilusiones perdidas, alegrías y tristezas vividas por ambos.

Te recuerdo por que recuerdo la dicha que me prometían tus labios, por los besos que amando te di, por todas las horas que viví a tu lado, por tus falsos juramentos y por que sigo amándote.

Te recuerdo pues te siento aun en mí, en mi inspiración en nuestros días sin sol, en el calor que siento cada fría noche que apareces. Te recuerdo pues permaneces en los momentos de dicha en las horas vividas contigo y sin ti, en las huidas de colegio cuando contigo me perdí.

Si la luna el cielo y tú…. recuerdan lo nuestro ¡No lo sé! Si me amaste como yo te ame ¡Lo dudo! Mas juro que hoy vas acordarte de mí.

Te recuerdo hacia un Octubre del cual buscaba hasta el hartazgo la salida y en ti encontré esperanza y poco a poco olvide, pues contigo aprendí a vivir, despertó en silencio el deseo de amarte en lo profundo de tu ser.

Querer creer que hoy no te recuerdo es inútil… pues te encuentro sutil en el rostro de cada quien con quien pretenda olvidarte.

No sé como pudiste olvidar tantas horas de amarnos, como también las frases de amor que sin decirlas las expresaba en cada caricia, cada beso, cada gesto que decía que te amaba.

No quiero hacer de esta carta un tonto poema; pues se que piensas que miento al hacerlo, no quiero hacer falsas promesas para olvidarlas luego y borrar las huellas con los labios que un día escuche pronunciarlas. Pues las promesas son palabras que quizás algún día llegan a ser hechos, yo creí en tu promesa que decía claramente darme vida y he muerto.

No sabes cuan doloroso es un recuerdo que atormenta.

¡Tú que vas a saber!

¡Que saben las rosas de espinas! El infierno que es que alguien que ames te olvide y no saber la razón.

¡No! No me tengas compasión, soy yo quien debe tenerla pues nunca me humille al pedirte clamor para sobrevivir, la razón fue recordarte la promesa de amor que me pronunciaran tus labios, que me pronunciara tu piel, que me pronunciara el sentir de tu alma, alma traicionera y cobarde que mato el corazón de este triste bohemio.

No niegues la vida al moribundo, no niegues un rincón si te dieron un mundo, no niegues amor a quien te amo con el amor más rotundo que existió en mí, hasta ayer

Juan Francisco Centi Cabrera.

Agosto 92