¿Recuerdas nuestro primer encuentro?

¿Recuerdas nuestro primer encuentro?¿Recuerdas el placer de hacerme tuya por primera vez? Yo lo recuerdo muy bien, cierro los ojos y vuelvo a sentir el calor de tus manos recorriendo mi cuerpo, el sabor de tu piel, tu olor, tu voz susurrando en mi oído “eres mía, toda mía, mi esclava”

¿Recuerdas nuestro primer encuentro?¿Recuerdas el placer de hacerme tuya por primera vez? Yo lo recuerdo muy bien, cierro los ojos y vuelvo a sentir el calor de tus manos recorriendo mi cuerpo, el sabor de tu piel, tu olor, tu voz susurrando en mi oído "eres mía, toda mía, mi esclava"

Septiembre 2004, recuerdo tu rostro, cuando salías de aduana, buscándome con tu mirada y yo, un atado de nervios y excitación, por fin mi amo y yo juntos. Tu saludo fue gentil, tu porte me pareció imponente, me miraste de pies a cabeza, solo esperaste a estar en el auto para examinar si había cumplido tus ordenes "nada de bragas" ¿recuerdas?, sin mediar palabra llevaste tu mano entre mis piernas y yo diligentemente las separé para que pudieras sentir la humedad de mi coñito, mmm parece que fuera hoy , en este instante , cierro los ojos y puedo sentir nuevamente como tu mano recorre mi coñito, como tus dedos entran en mi vagina, lentamente, reconociendo cada centímetro de mi interior, no tenias prisa ninguna, mi cuerpo respondió a tu inspección en forma involuntaria y te diste cuenta de inmediato por las contracciones de mi vagina que presionaron tus dedos, era imposible para mi evitarlo, llevabas semanas provocándome,, todas las veces que me ordenaste masturbarme y deteniéndome antes de correrme acumularon en mi tal grado de excitación que con solo sentir tu presencia mi cuerpo perdió su control, pero tu no, permaneciste serio , solo tu respiración algo agitada me hacia saber que no te era indiferente , que me deseabas, "mmm ya arreglaremos eso", fue tu único comentario, era evidente que me había ganado mi primer castigo por correrme sin tu autorización.

En la habitación, solo te dirigiste a mi para ordenarme que me desnudara y que permaneciera parada a los pies de la cama, mirando hacia la ventana, mientras tu, te dabas una ducha para recuperarte del largo viaje. Cuantas cosas pasaron por mi mente en ese instante, me aprecio eterno, sentir la cálida brisa que entraba por la venta y que traía los olores de la primavera me distrajo por un momento, tanto que no sentí cuando saliste del baño, su mano húmeda en mi espalda me hizo dar un salto, aunque no vi tu rostro porque no me atreví a volverme, pude sentir su sonrisa.

Pusiste una suave venda sobre mis ojos, lo que me desoriento por algún instante,"arrodíllate", ordenaste, ayudándome con tu mano para no perder el equilibrio, mi cuerpo temblaba de la excitación que me inundaba, ya de rodillas, uniste mis manos, atándolas a mi espalda, pasaste el lazo por mis tobillos y diste un tirón que me obligo a quedar erguida. Mi sentidos alerta a tu presencia dibujaron tu imagen frente mío, no podía verte pero si sentirte, tu respiración agitada, el olor de tu cuerpo, el calor de tus manos que comenzaron a recorre mi cuerpo con energía, aprisionaste mis tetas,, pellizcaste mis pezones antes de poner en ellos las pinzas, logrando arrancar de mis labios un leve y tímido gemido, dolía, pero era un dolor diferente, excitante, un dolor mezclado con placer, un dolor con sentido, un dolor para entregar a mi amo.

Separaste un poco mis piernas para inspeccionar en plena libertad mi coñito que ya a esas alturas era un mar de humedad, jugaste a provocarme para que me corriera, me estabas probando una vez más, pero esta vez no te defraude, lo supe cuando te incorporaste y dijiste " bien, muy bien mi esclava".

Así, desnuda, atada de rodillas ante ti, con mis tetas pinzadas comenzó mi entrega, te entregue mi voluntad para que hicieras de mi lo que desearas, te entregue mi cuerpo para que usaras de él como quisieras, te entregue mi dolor para tu goce, me entregue toda para tu placer, para cumplir tus deseos.

"Abre la boca " ordenaste, casi no era necesario porque ya sentía tu pene rozando mis labios, los que reaccionaron permitiendo su entrada libremente, el sabor de tu sexo me inundo, era extraña aquella sensación, era cálido, firme, tus manos ayudaron a mantener mi cabeza en la posición que desebas, mientras tu pene entraba y salía de mi boca, cada vez con mayor energía y rapidez, yo me concentre en sentir el sabor de tu sexo, en aprisionar lo más posible tu pene dentro de mi boca para darte todo el placer que desearas, te detuviste sin decir palabra y me dejaste ahí por algunos minutos que me parecieron eternos, no podía verte pero podía sentir tu presencia cerca de mi, sentía tu mirada sobre mi, el humo del cigarrillo me dio tu ubicación.

Volviste a mi lado para desatarme y ayudarme a ponerme de pie, la libertada de mis manos no duro mucho, porque enseguida las volviste atar esta vez por delante de mi cuerpo, me llevaste a hacia la pared y elevaste mis manos sobre mi cabeza dejándome apoyada a la pared, puedo sentir ahora tu cálida respiración en mi oído susurrándome " mía, eres toda mía" mientras acariciabas con gran intensidad toda mi espalada, " Sí, toda tuya mi amo, tu esclava" te respondí sin vacilaciones, segura de que esa era mi condición, tuya, tu esclava.

No conté cuantos azotes diste a mi espalda a mis nalgas, solo sabia que cada uno de ellos me hacia más tuya, me sentía feliz, podía sentir tu goce de poseerme, estabas disfrutando ser mi amo y yo de ser tu esclava, llenaste mi espalada de besos y caricias aplacando el ardor de los azotes recibidos, la humedad y calor de tus labios fueron el bálsamo que calmo el dolor mis pezones provocado por las pinzas, así comencé a ser tuya ¿recuerdas?