Recordando 2

Tuvimos que hablar y volvió a suceder

RECORDANDO 2

Me saco de un sueño reparador la música del despertador y me incorpore de la cama, feliz y relajado, en ese instante oí un susurro, era mi tía que me preguntaba con voz soñolienta, si quería que se levantase para desayunar juntos, le dije que siguiese durmiendo con un tierno beso y me levanté; Después de una deliciosa ducha, y un buen desayuno, me fui al trabajo, tranquilo y contento, rememorando durante el trayecto, la maravillosa noche de placer y amor que acababa de disfrutar, y pasé la jornada laboral también muy excitado ya que se abría ante mí, un panorama increíble, mis incansables fantasías con mi tía se estaban haciendo realidad, y aunque yo nunca fantaseé con sexo, me di cuenta después de hacer el amor con ella, que era eso lo que más deseaba.

También estaba convencido de que para ella había sido algo maravilloso, ya que mi tía, me aseveró que gracias a la dulzura con que trate el tema y a ella misma, la hizo sentirse bien, aunque no cómoda por las circunstancias, así que yo estaba tranquilo al respecto y seguro de que no sería la última vez que disfrutaba con mi tía de sexo, pensando en esto y recordando sus increíbles tetazas, empecé a excitarme y mi mente voló a un sinfín de caricias, besos, posturas, etc., etc…..tuve que parar mis cavilaciones, ya que no me centraba en mi trabajo y ya se me notaba el bulto en la entrepierna.

Al volver a casa a mediodía, me encontré en la cocina una nota, que sin leer imagine instantáneamente que era su despedida, que se había marchado y no había tenido el valor de afrontar la delicada situación…desplegué la nota en la cual me indicaba, que me había dejado la comida preparada en una olla encima de la cocina, y que ella necesitaba salir, para pensar, para despejarse, que su cabeza durante toda la noche y esa mañana no había parado, confesaba que no había pegado ojo, me repetía que no me sintiese mal, que la culpa de lo que había pasado era de ella, que yo la había tratado con mucha delicadeza y me lo agradecía; Pero sobre todo necesitaba pensar, aclararse y lamentaba no poder decirme lo larga que iba a ser su ausencia.

….Me quedé perplejo, realmente no me sentía mal por lo que había pasado, lo que lamentaba era que aquella maravillosa noche, no se volviese a repetir, pero sobre todo, me dolió que ella se auto inculpase cuando había sido yo el que había propiciado la situación y recordé que mientras sucedía, ella misma había intentado detener varias veces lo que pasó esa noche.

Me senté allí mismo, ni siquiera comí, no se me ocurría que hacer, por una parte no quería que se fuese, y por otra me fustigaba con la idea de que la pobre había salido de su casa maltratada, que su vida estaba dando un vuelco, y yo no tuve escrúpulos……”pero, ¿qué escrúpulos?...lo que sucedió, sucedió porque lo quisimos los dos, ella si de verdad hubiese querido parar la situación lo hubiese hecho…es cierto que fui yo el iniciador, pero con un no, hubiese bastado…..” en fin, mi mente desvariaba y tampoco eso era bueno, así que, me marche a trabajar y resolví no hacer nada de momento, aunque en toda la tarde no se me fue el tema de la cabeza.

Regresé después del trabajo y al entrar, vi luz en la cocina, mi tía salió a recibirme con un beso en la mejilla…… (Me hubiese gustado más un piquito); Le pregunté como estaba, si había comido, que había hecho…..ella sonrió y me dijo, vamos a sentarnos al salón y hablamos.

El corazón se me salía del pecho, pero intente demostrar serenidad, me miró y acto seguido bajó la mirada al suelo, y me dijo, “mira Jose, a la tía jamás se le hubiese pasado por la cabeza lo que anoche sucedió, te prometo que cuando te dije que vinieras a la cama de matrimonio , lo hacía pensando en irme yo a la pequeña, mi intención no era preparar esto, ni darte a entender que lo deseaba, anoche no pude dormir absolutamente nada, y estoy dándole vueltas a esto toda la noche y lo que va del día… y la verdad, es que no he sacado nada en claro, estoy hecha un lio, a veces pienso que no sé porque dejé que sucediese, otras veces el recuerdo de lo que pasó me hace sentirme muy, pero muy bien, no ya por el sexo que tuvimos sino por cómo me trataste, hacía muchísimo tiempo que nadie me trataba así….” En ese instante se puso a llorar, la abracé y la acaricié con toda la dulzura que pude, le dije que se tranquilizase, que esto no era un problema, y que haríamos lo que ella creyese oportuno…(interiormente me jodía decirlo, pero era lo correcto), por mi parte, no había cambiado nada, era mi tía y en ese momento me necesitaba, le dije que sin problemas siguiese en la casa el tiempo que ella considerase necesario, que no se sintiese mal, pero que si decidía marchar, lo aceptaría, pero le dije que no lo hiciese a tontas y a locas y que meditase lo que creyese más oportuno.

Se tranquilizó y me lo agradeció, y me levanté a hacer dos infusiones para calmarnos ambos; mientras las tomábamos, le pregunté si le importaba que siguiésemos hablando de este tema o lo dejásemos así para que ella pudiese decidir, me contestó que hablase cuanto quisiera.

Le dije….tía,…te ¿gustó?... y ella me contesto un poco ruborizada…

  • hiciste que me sintiese muy deseada, y yo ya no soy joven, ni guapa, ni tengo un buen tipo, eso es muy importante para mí, me hiciste sentir que me deseabas, que era una persona importante para ti……..

  • es que fue así, le dije yo, y no me importa tu edad ni físico….- ¿te importa que te diga lo que yo pienso al respecto?

Ella me contesto…- por favor

Entonces le conté que por la mañana me sentí muy feliz, lleno de ella, y tranquilo porque para mí sucedió algo espontaneo que los dos aceptamos de buen grado y que nos hizo disfrutar de increíbles caricias y muestras de ternura.

Pero sin embargo al leer su nota al mediodía, me dio un vuelco el corazón, me sorprendió lo que leí…podía entender que la situación era delicada, pero que una vez aceptada, ya no había lugar a la duda….

…- no tenía claro si ibas a volver y me sentí muy mal….

En ese momento se quedó mirándome fijamente, acerco sus labios a los míos y me beso muy dulcemente acariciándome la mejilla. Note que me ruborizaba ya que no esperaba esa reacción, es más, llegue a pensar que la conversación era para despedirse y notando sus labios contra los míos, cerré los ojos y a través de los poros de mis labios y de mis manos intenté transmitirle toda la ternura de que era capaz.

Estuvimos besándonos dulcemente, durante un buen rato, cuando parábamos de besarnos, nos quedábamos mirando muy cerquita sin hablar, y volvíamos a besarnos, el deseo estaba renaciendo en los dos; La abracé fuertemente, abarcando todo su perímetro y empecé a acariciarle la espalda suavecito, y la nuca, comencé a besarle el cuello de forma dulce, con lamiditas intermitentes, le decía al oído, que me encantaba estar así, abrazados, que me encantaba sentirla cerca de mi….evidentemente la estaba excitando, pero cuando paramos de besarnos se levantó del sofá y de la mano me llevó al dormitorio y me dijo, - voy a darme una ducha, ahora vuelvo. Empecé a desvestirme, la sonrisa no me cabía en la cara, estaba hecho un manojo de nervios, casi tanto como la noche anterior que realmente era más riesgosa, pero no lo podía evitar, la deseaba, y me moría por estar dentro de ella.

Apagó la luz del dormitorio para entrar, me quedé momentáneamente cegado por el cambio de luz, pero cuando se dejó caer la toalla del cuerpo, vi aquellos inmensos pechos que me tenían loco; Ella se metió en la cama y se pegó a mi diciéndome, - abrázame que tengo frio; La abrace al tiempo que la besaba, ya sin comedir mi lengua, necesitaba recorrer toda su boca, necesitaba notar la humedad de su lengua que me decía que me deseaba muchísimo, inmediatamente mis manos buscaron sus pechos, me sorprendía cada vez que los tocaba, era como si mis manos quisiesen abrirse del todo para intentar abarcar un pecho, pero era imposible, eran enormes, estuve un rato tocándolos, acariciándolos, memorizando cada pecho, su tamaño, su turgencia, mi falo estaba a punto de estallar, estaba excitadísimo, mientras toqueteaba a mi antojo ese par de tremendas tetas, nuestras lengua no paraban de batallar, ora en mi boca, ora en la suya, y cuando no había besos, era susurros a su oído diciéndole lo excitado que estaba , lo que la deseaba, y lo que quería hacerle sentir esa noche….

Baje a devorar sus tetazas y empecé a oírla gemir, ahora ya no se mordía la lengua para que no la oyese, y cuanto más la notaba retorcerse y gemir más le besaba y le chupaba las tetas, fui bajando desde sus pechos, hasta su ombligo, sin parar de besar ese recorrido, cuando quise pasar del ombligo hacia abajo, ella me volvió a agarrar de las mejillas, pero esta vez no le hice caso, le acaricie las manos y le dije, déjame que te llene de placer tía…y seguí poco a poco bajando, bajando, y cuando note el inicio de su sexo, apenas roce con la punta de la lengua su clítoris, le daba como toquecitos, cortos, lamidas breves, ella se arqueaba cada vez que notaba mi lengua en su clítoris, no quise prolongar la tortura y ya empecé a darle lametazos largos y prolongados, apretando su clítoris con mis labios, en ese momento me volvió a coger de las mejillas llamándome, - - Jose, por favor, ven…

Subí a la altura de su cara, sin soltarme las mejillas me miró a los ojos y me dijo…

…- Te deseo, no puedo más, penétrame ahora, hazme el amor, acaríciame, bésame….te deseo.

Al subir desde su sexo estaba casi encajado en ella, así que besándola con extrema dulzura, empuje mi cadera hacía adelante y la penetré, lentamente, para alargar el placer, pero note que sus caderas querían más ritmo, ella jadeaba y gemía, y no paraba de decirme, que me deseaba, que estaba a punto de correrse….entre jadeos y gemidos, como pudo, casi sin poder hablar, a saltos, me dijo….-  en el mismo momento…. que notes que estoy…. teniendo el orgasmo….recórreme la boca con tu lengua ….que así…..el orgasmo es …..increíble……y tal como estaba acabando de decirlo su respiración apenas entrecortada me mostro que le llegaba el ansiado orgasmo, con lo que metí mi lengua en su boca, nuestros labios se sellaron, y nuestras caderas marcaban un  ritmo acompasado y hambriento solo los despegamos para expirar un tremendo orgasmo mutuo, que nos dejó exhaustos momentáneamente….Salí de su interior para tumbarme a su lado y nos cogimos de la mano acariciándonos las mismas con los dedos.

Después de un rato así, sin hablar, sin soltarnos las manos, nos miramos y sonreímos.

Le dije…- no quiero que te vayas, quiero hacer el amor cada día contigo, prométemelo.

Ella susurro…- Jose…déjame que digiera esto, me encanta, pero…….me da miedo que me encante,….. ¿Sabes?...jamás me habían hecho el amor así, con tanta dulzura, con tanta ternura….abrázame toda la noche por favor.