Reconciliación con Santi (barbacoa con amigos2)

Un oso llamado Santi que me ponía a 1000

RECONCILIACIÓN CON SANTI

Estuve todo el sábado por la noche dando vueltas en la cama sobre lo sucedido, precisamente ahí donde ahora no podía dormir. Aunque tenía genio , los enfados no me gustaban nada y decidí que cuanto menos durara esta situación mejor que mejor.

Así que bien pronto que se fue mi mujer a trabajar, llame a Santi.

  • Buenos días Santi.

  • Ángel eres tu?

  • Si, te he despertado?

  • Claro, tu que crees, son las 8 de la mañana de Domingo.

  • Perdona tío, quieres ir a dar una vuelta en bici?

  • Vale, sobre las 10h en la rotonda de la entrada.

  • Ok.

Me apetecía hacer las paces con Santi, me gustaba mucho su carácter de tío bonachón y a la vez rudo y basto. Tanta ilusión tenía que a las 9.30h yo ya estaba compuesto con mi maillot esperando a Santi en la rotonda. No paraba de mirar mi reloj cada 5 minutos, eran las 10.15h cuando veo un gran cuerpo montado en bici que se acercaba, era Santi sin duda alguna, con su maillot verde fosforito. Como si nada hubiera sucedido el día anterior.

-Buenas Santi, hacemos la ruta de siempre?

  • Si vamos.

Era una ruta circular, de unos 120km con buenas rectas pero también con algunas cuestas que hacíamos en poco menos de 3 horas. Santi estaba hecho un armario y parecía patoso, para nada era lo que aparentaba, era muy ágil y no veas cómo le daba a los pedales, si quería me dejaba atrás. Más de una vez le decía:

  • Santi afloja un poco tío!

Me gustaba ir detrás de él pero más pegadito a su trasero y ir viendo de cerca ese pedazo de oso en bicicleta. Al llegar a la altura de mi casa paró y espero que llegara yo.

  • Bueno yo sigo.

  • No Santi. Vamos a tomar unas cervezas.

  • No, no déjalo, voy a casa.

  • Joder Santi! Son sólo las 12.30h aún es pronto. Déjame que me desahogue!

  • Si no hay nada de que hablar.

  • Si por favor entra.

  • Vale pero un par de cervezas, no más que luego nos liamos.

Saque un par de cervezas al jardín y ninguno de los dos rompía el hielo y de repente Santi dijo:

  • Menudo calor hace, aquí bien sudados.

  • Si más que ayer creo, podemos darnos un baño?

  • No es mala idea, pero estoy sin bañador.

  • Mi hijo usas bermudas 2 tallas mas grandes que la suya seguro que te van bien.

  • No, no de tu hijo no quiero nada.

Se hizo de pronto un silencio que duró 5 segundos, hasta al mirarnos a los ojos y soltar una buena carcajada.

  • Pues en pelotas, total estamos hartos de ducharnos juntos no?

  • Si vale, pero me tendrás de ayudar a sacarme el maillot, que el condenado se arrapa a mi como una sanguijuela.

Entonces se levanto el maillot dejando ver esa massa esférica de su panza peluda que ni el ombligo se veía, inclinó su tronco hacia delante con los brazos estirados, cogí su maillot y empecé a tirar de él como si despellejara un conejo.El trabajo que nos dio ese maillot, lo tenía ya en su cabezota y me decia:

  • Tira, tira fuerte.

El tiraba hacia atrás y yo hacía delante y al final salió.

Los dos caímos al suelo de culo y otra vez soltemos fuertes carcajadas. Yo me saque el mío y me dijo:

  • Ayúdame Ángel.

Estaba patas arriba como un escarabajo pelotero.

  • Aprovecha y quítame el pantalón.

Yo me puse encima de el.

  • Levanta el culo, gordo!. Le dije cariñosamente.

Le cogí el maillot y lo saque de un buen tirón.

  • Uff que liberación! Me dijo tocándose los huevos.

Yo lo mire con cara de deseo y creo que se dio cuenta. Todo ese gran cuerpo peludo lo tenía a mis pies, yo tenia pelo pero el era todo una manta de pelo. Le presté mi mano antes de que cayera mi baba encima de él, para ayudarle a levantarse. Una vez de pie dijo:

  • Vamos. Empezó a correr y se tiró en bomba a la piscina, yo estaba a más de 5 metros y me llegaron las salpicaduras de agua. Rápidamente me quité el resto del maillot y hice lo mismo gritando.

Tras estar un buen rato en el agua haciendo chorradas, hacíamos la ballena tirando chorritos de agua con la boca, las focas panza arriba aplaudiendo y sacando medio cuerpo de la piscina, los delfines sumergiendo nos y mostrando nuestro culo peludo fuera del agua todo los dos a la vez parecía natación sincronizada de animalitos!

Cansados de reír mucho, nos pusimos al borde de la piscina nos miramos y volvíamos a reír, me quede mirando su cara fijamente.

  • Que miras? Dijo

  • Pues miraba y buscaba si tenías alguna señal del puñetazo de ayer.

  • Que cabron! Me diste bien eh! Si que tengo si, la tapa la barba. Señalándose su mejilla derecha.

Mientras hablábamos nuestras piernas se iban rozando debajo el agua.

  • Salimos que vamos a quedar bien arrugados. Me dijo

De un brinco el subió por el borde de la piscina y dijo:

  • Ahora el pingüino! Junto sus pies y sus brazos caídos pegados a su cuerpo empezó a andar hasta la mesa y se sentó.

A mi me caían las lágrimas de la risa.

  • Juas, Juas, jajaja.

Cuando salí, no pude imitarlo, me meaba encima de la risa.

Me senté en la mesa, dimos un par de tragos a la cerveza que ya estaba calentorra. Y me dijo:

  • A ver tu mano. Ese puño con el que me arreaste el golpe?

Le alargue el brazo con el puño cerrado, lo cogió con sus dos enormes manos y lo examinó bien.

  • Uff tienes hinchado los nudillos, ya te pusiste hielo?

  • No.

  • Pues deberías ponerte.

Entonces mi mano empezó a temblar al notar como su pie me acariciaba mi pierna pero el no la soltó es más puso sus manos de forma tranquilizadora encima de la mía. Me dijo:

  • Va vamos a dentro y nos secamos.

  • Si vamos.

Cogí dos toallas y le di una. La dejo sin desplegar en una silla y dijo:

  • No me hace falta. Ven tú y secame. Y se giró, separando sus brazos de su cuerpo y con sus piernas bien abiertas, dándome su espalda. Me acerqué y le puse la toalla en su cabeza donde había poco que secar, seguí con el su grueso y corto cuello, orejas alli con mis manos me recree un poco ya que me mostraba que le proporcionaba placer, con su inclinación de cabeza y pequeños sonidos de placer, mi polla se estaba poniendo dura y más cuando el movio su culazo hacia atrás para comprobar mi grado de felicidad rozando mi polla.

  • mmm que rápido. Estoy bien húmedo!

Baje con la toalla por sus hombros y frotando fuerte, lo tambaleaba como un muñeco luego pase a sus sobacos, tenía más pelos y largos en los sobacos que en la cabeza, fui bajando por su espalda lentamente por esa plantación de pelos, hasta llegar a sus nalgas. Y ahí de nuevo inclino su culazo hacia atrás y me dijo:

  • Sin miedo frota todo bien. Que esta bien húmedo!

Tuve un sexto sentido que me hizo girar, y te vi ahí sacando la cabeza por la puerta del comedor, yo te hice una mirada asesina y un gesto con mi mano en el cuello que entendiste a la primera y subiste a tu habitación disparado. Al notar que yo me había detenido Santi dijo:

  • Que pasa Ángel. No te gusta?

  • Claro que me gusta, si vieras como tengo el rabo!

  • Pues sigue!

Deje la toalla en el suelo y mis manos abrieron sus grandes nalgas peludas. Tanto pelo había entre ellas que su ojete no se apreciaba, metí una mano y delicadamente con un dedo iba por esa selva de pelos hasta llegar a su ojete. Tras observarlo unos segundos baje la mirada y entre sus piernas colgaban dos grandes huevos de toro, alargue mi mano para tocarlos y haciendo movimientos de arriba a bajo con mi palma de la mano los sospese. Quise pasar a su rabo y lo toqué ligeramente al contrario que el mío ese pollon estaba bien flácido. Noté que no le gustó ese intento de agarrar su pollon cuando volvió a echar su enorme culo hacia atrás y me dijo:

  • Agarra mis huevos fuerte y come mi culo!

Estruje sus cojones, enterré mi cara entre sus nalgas y empecé a comer su rico ojete, esa bestia se retorcía de placer!

  • Si a si macho!

Ese mastodonte quería ser dominado por mi, lamia su ojete con énfasis , apretaba bien sus huevos y los golpeaba, cuanto más lo hacía él más gemía. Acerqué un dedo otra vez a su ojete, lo tenía ardiendo y palpitaba deseando ser mi chochito. No podía más, su calentón hizo tirar su culazo hacia atrás y se introdujo mi dedo dentro. Era él con sus movimientos de cuerpo que introducía mi dedo y lo sacaba, una vez fuera puse tres dedos y cuando echo su culazo hacia atrás... gimió de veras. Pero sus movimientos no cesaron sino aumento el ritmo. Yo tenía mi rabo como una piedra y babeando. Entonces el cabron me dijo:

  • Recuerdas de lo de ayer, cuando me follaba a tu hijo?

  • Hijo de puta! Exclame. Me levante como una fiera y le hinque mi rabo hasta el fondo.

Ahora era yo quien montaba a esa bestia humana.

  • Te voy a dar tu merecido cabron.

Nunca había estado tan animal follando, le daba con todas mis fuerzas y le iba soltando algún buen cachete. El soltaba jadeos, chillidos, lamentaciones no se si de placer o de dolor, se me iba hacia delante pero yo lo tenía bien agarrado y seguía dándole buenos pollazos. De una fuerte empotrada llego a caer al suelo y yo aún enganchado a él, quedó a cuatro patas y seguí dando polla a ese culo bien fuerte sin parar. Entonces sin casi voz me dijo:

  • Dame tu leche, dame tu leche.

Saque mi rabo de su culazo, le hice dar la vuelta, quedo panza arriba yo me levante, lo miré , lo tenía a mis pies con la boca abierta y puse mi pie encima tus huevazos y rabo que seguía sin inmutarse, un buen pollon pero bien flácido. Pise bien fuerte hasta que se quejo y se retorció. Me sentía el tío más poderoso del mundo, con mi trofeo en los pies. Empecé a pajearme fuerte y rápido mientras seguía pisando sus huevazos.

  • Te voy a dar una buena ducha de leche calentita.

  • Si damela, la quiero.

Joder si, menuda ducha le hice, salió leche a presión directa a su cara, pecho y las últimas gotas fueron a su panza. Se estuvo esparciendo la leche rato con sus enormes manos peludas hasta que se disimuló entre su pelaje. Con la leche que le fue a la barba hizo lo mismo. Tras unos minutos ahí tumbado, le acerqué mi brazo le ayudé a levantarse, me dio un abrazo y una palmada en la espalda y me dijo:

  • Ahora estamos en paz.