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Los negocios van bien
Pasaron algunos días, casi un mes, que yo dediqué a mis asuntos particulares. Con lo que saqué de la venta de cuatro zorras (unos 100.000), me compré un coche nuevo y cambié la decoración entera de mi casa. Eran unas zorras que terminé de enviciar del todo en su día y que estaban de putas hacía casi un año provisionalmente en locales bajo el control de unos colegas que explotaban transexuales operados y sin operar y que iban a probar también con putas maduras de más de 50 años en su negocio, normalmente siempre me compran lo que les dejo para mercadear.
Os cuento...
Una de ellas era una peluquera asalariada, viuda, de algo más de 50 años, llena de deudas y a la que su jefa explotaba; era conocida de una vecina mía de 67 años, aún de muy buen ver, que sabe a que me dedico y que en su día trabajó de puta, pero que se caso con un pringado que la dejó viuda y con un montón de pasta. Yo le proporciono negros de pollas grandes y gordas cuando quiere que la follen, y ella me da toques de mujeres que me pueden interesar; me la presentó en una cafetería...quedé con ella para tomar una copa un día y... no me costó mucho enviciarla en el sexo...a la tercera follada ya vino más gente a “divertirse” con ella, y descubrí su debilidad por el sexo anal fuerte, dos pollas en el culo la devastaban completamente y también la doble penetración tipo “spit-roast” con las dos pollas en el culo y otra en la boca... se corría a gritos de manera que había que darla unas bofetadas para que se sometiera y cambiara los gritos por gruñidos más propios de una marrana que quiere más y más, además, se volvía loca de la muerte a rabiar cuando la meaba en la cara otro hombre mientras se corría...siempre con los ojos muy abiertos. Ahora ya “sabe” más cosas, ya está bien educada y es una puta bastante buena, sumisa; muy guarra, muy viciosa, muy cerda... como debe ser. Un día le enseñé una película de esta zorra a mi vecina...Me quedé a ver como la veía mientras se la follaban tres negros de mi “ejército” que me había pedido…Al final acabó chillando como la otra...A veces pienso en que le voy a sugerir si quiere trabajar en la calle algún día para recordar sus viejos tiempos. El dinero no le hace falta, pero tiene mucho vicio...posiblemente me presente en su casa un día con una de mis zorras para vestirla, maquillarla y llevarla a algún bulevar donde trabajan las guarras baratas que se dejan follar por 15 euros...si...iré de sorpresa...seguro que le gusta.
La segunda, era una divorciada adicta a las máquinas de monedas en los bares...hacía mamadas por 20 euros, y me avisó el camarero del bar donde solía ir uno de mis ganchos, pero yo me crucé en su camino y ya no solo hace mamadas, sino que se folla a los clientes de 4 en cuatro o en grupos mayores. Tardé poco en “captarla”... eso si, ya no juega...se lo quité de la cabeza...tiene como veis, otro vicio más rentable para mi, ahora solo piensa en estar maquillada constantemente a lo guarra “tope excess”, en ponerse pendientes de aro dorados grandes, ligueros, ropa de vinilo o PVC extremadamente corta y ajustada, tangas microscópicas de hilo, medias de red y taconazos de aguja sin plataforma de los más altos que haya, no los había usado nunca y ahora no se los quita ni para dormir; tiene asumido que para ser muy puta, que es lo que se le pide, hay que vestirse de “mucho muy puta...”el uniforme”, dice. Es la única puta de la que todavía conservo una parte de su explotación, un 15%.
A veces en fiestas privadas hay un pequeño escenario donde se representan espectáculos sexuales. Suelo llevarla a ella casi siempre a trabajar...cuando la fiesta ha terminado (suelen durar 6 o 7 horas) lleva dentro del cuerpo lefa de unos 50 o 60 tíos y corrida de coños de unas 15 mujeres...al principio hace gangbangs de 3, 4 o 5 hombres...cuando ya lleva media docena de ellos (son los del espectáculo), se va 5 o 10 minutos a retocarse el maquillaje y ponerse medias y zapatos nuevos y se pone en el escenario a hacerse pajas con dildos hasta que alguien o algunos que se la quieran follar suban y le den lo suyo. Solemos darle potenciador del deseo y algo de coca para que ella también se lo pase bien.
A veces, y según la fiesta, la ponemos a follar por el culo con un perro mientras tiene un dildo en el coño. Lo hace muy bien...y cuando el perro termina todo el mundo aplaude… Suele ser casi al final de la fiesta...un perro es la última carne que se mete la guarra en el cuerpo…en la fiesta. Luego la llevamos a la calle a que se la follen apoyada en la pared, junto con otras cerdas borrachas baratas de última hora de la noche a las que ponen en la calle para los clientes de última hora que solo quieren descargar su semen en el coño o en el culo de una puta y que luego les limpie bien el rabo.
Le encanta terminar en la calle...después la llevamos a un burdel de un colega para que se lave y descanse, al día siguiente alguien va a buscarla y la lleva al club donde está trabajando para que se arregle y empiece una nueva jornada….es incansable, se ha convertido en una enorme ninfómana capaz de cualquier cosa.
Me gusta esa puta, mucho. Le encanta lo que hace, yo diría que es vocacional... Por eso no la he vendido del todo.
La tercera era limpiadora de portales, entre ellos el de unos buenos amigos míos...andaba algo justa de dinero y ellos, que saben a que me dedico, y que tengo contacto con clubs y locales,me lo dijeron por si había un lugar para ella en la limpieza; bienintencionados ellos, y le ofrecí limpiar en un club. Lo que nadie sabía es que en su interior había una gran puta en potencia...y estuvo limpiando hasta que no aguantó mucho al ver lo que vio y un día que me pilló por banda en el club (suelo visitarlos todos de vez en cuando para tomar una copa con mis amigos y “vigilar mis inversiones”), al terminar de trabajar y antes de irse, se me tiró al cuello, toda provocativa, me dijo que se iba a casa todos los días con el coño chorreando, que se mataba a pajas en su casa durante horas viendo porno duro en la Televisión... me dijo que a veces miraba lo que las cerdas les hacían a los clientes y que quería ser como las otras, vestirse como ellas y tener las tetas así..., de modo que la contuve y le dije que volviera luego en un par de horas y hablaríamos; mientras tanto llamé a otros cuatro amigos del negocio que estaban por la sala y les conté la cosa, que vinieran para follarla sin compasión a una mujer que quería captar, follarla duro, muy duro, entre todos, y cuando volvió al club tras el tiempo que le dije, la hice pasar a una sala con sofás, una habitación con cámaras; allí estaban todos y, sin mediar palabra le arrancaron la ropa a tirones y le empezaron a hablar muy sucio, y a decirle que nada volvería a ser lo mismo para ella...ni chistó. Cuando terminaron de darle lo suyo, al cabo de más de dos horas y media (las primeras veces han de ser largas, ya lo sabéis) ya no era la misma, lloraba mientras se corría cuando les chupaba los dedos de los piés a dos de los chicos mientras los otros dos le metían dos pollazos en el culo y en el coño que ella tenía abiertos estirando sus nalgas hacia el exterior.
Al final se la llevaron, yo me fui de allí y según me contaron al poco creo que la llevaron a ponerle tetas nuevas y estirarla. En poco tiempo, lista para trabajar con un apropiado corsé para tapar alguna cicatriz. Esta puta la “vendí” por menos dinero porque el “trabajo” no lo hice solo.
Me han dicho que la tienen trabajando en un polígono, follando al aire libre casi siempre, que es una buena guarra de calle, y eso es porque se ganaba la vida limpiando interiores, y ahora ya no. Le gusta vestirse con zapatos de plataforma, botas de tacón de aguja por encima de la rodilla y se ha puesto aros en los pezones. Lleva una media de entre 10 y 15 clientes al día, y cuando la fichan entre dos o tres, pues más. Habla muy sucio y ya piensa al 100% como una puta.
La cuarta era una puta ya ocasional, de extracción social alta venida a menos por gastar más de lo que ingresaba y que aceptaba regalos en “cash” de caballeros que conocía; e iba tirando así mal que bien por la vida...se creyó que conmigo sería lo mismo y se equivocó; después de follar conmigo la llevé a un club exclusivo de gangbangs, allí no van más que grupos que usan a una o dos putas. Allí la educaron oportunamente...sabían que yo se la vendería luego a buen precio.
Pensé que nos costaría algún tiempo el que se acostumbrara a trabajar en clubs y en la calle...de hecho todas las zorras alternan con la frecuencia adecuada, según sus dueños, club y calle, pero fue bastante fácil...de hecho y de acuerdo con mis socios decidimos ponerla en la calle durante un mes para que se follara a lo más arrastrado y se le bajaran los humos de “señora”. Al principio no quería la calle y no trabajaba bien, de modo que tuvimos que hacer que “la quisiera”. Hubo que darle un fuerte e intenso tratamiento hormonal para aumentarle el deseo y, mientras, tenerla a palo seco vestida y maquillada como las cerdas de las películas que le poníamos, para que se identificara con ellas y matándose a pajas en la habitación en la que estaba encerrada, viendo porno durísimo con audio a alto volumen oyendo gritos y gemidos y llantos de placer, constantemente, de guarras de su edad o mayores a las que se follan muy fuerte y sin miramientos varios hombres de pollas enormes, así varios días... Fue suficiente para que se le bajaran los humos, y el primer día que la pusimos en la calle, salió escopetada, con unas tremendas ganas de rabo de hombre en cualquier agujero... tuvo más de 20 clientes y se le pasaron las tonterías. Asumió, por fin, que era una cerda que se vendía barata para darle dinero a un chulo, una puta de calle... y comprendió que para trabajar en el club algún día, tenía que pasar por esa etapa.
Ahora ya está centrada en lo que tiene que hacer, suele trabajar con otra puta y/o con algún travesti, para grupos, aunque también hace servicios individuales. Es muy solicitada por otras mujeres, lesbianas encubiertas y con tendencias “Dómina”. Se somete bastante bien y soporta el BDSM sin demasiados problemas.
Todas tuvieron su tiempo de despedirse ordenadamente de sus vecinos, amigos y conocidos antes de “desaparecer”...de hecho, al cabo de algunos meses (nunca más de 6) ya no están en clubs o calles de la ciudad, se las llevan a otros lugares. Van y vienen, y según me cuentan, no causan ningún problema.
A la única que veo de vez en cuando es a esa que aún no he “cedido” del todo…
Y de hecho estoy pensando en una idea, pero tengo que discutirlo con Ahmed…
Se trata de Perlita y la Monja…
Tengo que darle vueltas…
Otro día os lo cuento.