Recibimiento en Europa

Llegamos a Europa con todo el deseo de disfrutar una luna de miel llena de placer. Pero a veces el placer encuentra caminos extraños.

Mi esposo y yo viajamos de Luna de Miel a Europa. En el vuelo tuvimos algún tipo de incidente que podrás leer en la historia "Noche de Bodas en el Aire". Una vez llegados hasta nuestro destino, Javier y yo fuimos a un café dentro del mismo aeropuerto. Allí Javier me dijo que quería verme haciendo el amor con el hombre que me había buscado en el vuelo.

-Pero, podrías reconocer al hombre?- Pregunté sorprendida pues la silla desde la cual Javier le había visto era muy distante de la del intruso y las luces estaban apagadas.

-No, pero Tu si puedes reconocerlo-

  • Claro que puedo, jamás olvidaré esa cara-

-Era guapo ? -

  • Si, mucho- contesté indignada. La verdad aunque el hombre del avión no me había parecido muy guapo, la insistencia de Javier en verme teniendo relaciones con él me molestaba y quise causarle algo de celos para que dejara el tema.

  • Lo ves aquí? – Preguntó Javier dejándome claro que su fantasía pesaba más que sus celos.

Entonces mi mirada vagó por entre los pasajeros que llenaban el café. Pronto vi un hombre sumamente guapo que tenía sus ojos clavados en mí, lo cual no es de extrañarse ya que, por ciertos contratiempos antes del vuelo, debí abordar el avión con mi traje de novia que aún llevaba puesto. El traje incluía, entre otras cosas una coronita de flores que olvidé dejar en mi país y, ya echada a la pena de estar en traje de novia, me había puesto de nuevo para tener mis manos libres.

-Míralo, es Él- y le mostré a mi esposo el hombre alto y guapo que en ese momento pagaba su cuenta.

-Ve, háblale.-

-Qué quieres que le diga?-

-Dile que quieres verlo en privado, que yo quiero verlos haciendo el amor, dale el nombre del hotel y el número de habitación.-

-Estás seguro de esto?-

-Si, quiero verlo disfrutando de ti.-

-Está bien, pero luego no te quejas, eh?-

No lo haré- respondió con la cara de emoción que tiene un niño al que le han ofrecido el juguete de sus sueños.

Me puse en pie. Yo tenía muy claro que ese hombre frente a mí, no era el mismo del vuelo, pero ya había entrado en el juego y ahora no podría retroceder. Empecé a caminar hacia él, despacio, esperando que algo repentino me salvara de la situación.

Entonces él se giró dándome la espalda y caminó hacia los servicios. Le seguí, muy despacio para no alcanzarlo a tiempo. Mi idea era llegar hasta la puerta misma del baño y aparentemente decepcionada por haberle perdido allí, regresar con mi marido.

Todo funcionaba de acuerdo al plan. Llegué hasta la puerta misma de los servicios y me giré para regresar. Entonces, sorpresivamente, del interior del baño un brazo fuerte me aferró por la cintura y me haló hacia él.

-Por qué me sigues? – Preguntó el hombre guapo.

Yo estaba aterrada, ahora me encontraba en el baño de hombres y miré alrededor. Por un momento me sentí aliviada, estábamos sólo los dos en el lugar.

-Qué quieres de mi?- Insistió. Su voz era profunda, un poco ronca y me hizo estremecer.

-No lo creerías.- respondí

-Dímelo

-La verdad… es que mi esposo quiere verte follándome.- respondí avergonzada.

-Esto es una cámara escondida, verdad? En dónde tenéis escondida la puta cámara?- preguntó disgustado.

-No hay cámara, es cierto lo que te digo. – yo hablaba asustada. Tenía razón en temer que fuera una cámara escondida. A un hombre se le acerca una mujer en traje de novia a decirle que su esposo desea que él la folle. No suena muy creíble.

El hombre me empujó con fuerza hasta uno de los cubículos de los excusados. Una vez me tuvo dentro se metió él también y cerró la puerta.

Me presionó con fuerza de los hombros hasta hacerme caer arrodillada frente a él.

-Si estás dispuesta a que te folle frente a tu marido, estarás dispuesta a mamármelo ahora mismo, verdad?-

Asentí tímidamente con movimientos cortos y rápidos. Entonces el chico abrió su bragueta y de su bóxer sacó una polla flácida. Lucía muy pequeña pero en cortos espasmos iba adquiriendo tamaño. Me resigné a mi suerte; por jugar con los celos de mi marido ahora estaba en una situación muy complicada, tomé aire, miré al hombre a sus profundos ojos negros y tomé su verga en mi mano acariciándola con suavidad y apreciándola crecer y crecer. Algo que me llamó la atención es que era muy larga, mas no gruesa.

En cuanto tuvo suficiente dureza la puse en mi boca y empecé a jugar con ella sobre mi lengua. Cerré los ojos dejando en mi retina la imagen de ese chico guapo con cara de placer recibiendo mi mamada, cuando abrí los ojos de nuevo, él escribía un mensaje de texto desde su teléfono móvil.

-Qué haces?- Pregunté aterrada.

-Tu calla y chupa, perra- respondió poniendo bruscamente su mano derecha en mi nuca y moviéndome para follar mi boca.

Obedecí, seguí chupando, este hombre me gustaba y pronto me haría el amor frente a mi esposo. Pensé en lo afortunada que era de tener la polla de ese hombre tan apuesto en mi boca y de poder disfrutarla pronto, tanto como quisiera, la idea se reflejó en la humedad que empapaba mi tanga y ya rodaba en lentas gotas por la cara interna de mis muslos.

Entonces oí un murmullo afuera de la cabina del excusado.

-Ramón, eres Tu?- preguntó una voz masculina.

-Si Luis, aquí, en el primer excusado.

Ramón, que era el nombre del chico al que le chupaba la pija, soltó el seguro de la puerta; sorprendida me saqué de la boca la polla

-Qué haces?- pregunté aterrada.

La puerta se abrió y ante mi sorpresa, fuera de la cabina había un hombre de unos 40 años, no muy agraciado, pero al que el uniforme de agente de inmigración le resaltaba un cuerpo musculoso bien trabajado.

-Señora, le informo que por faltas a la moral, hemos decidido deportarla a su país en el primer vuelo disponible.-

-Qué?- Pregunté aterrada.

-Mire Señora, evítese un problema. Deme a mí un poco de lo que le está dando a Ramón, y yo no he visto nada.

-Olvídelo- dije intentando ponerme en pie, pero la mano de Ramón sobre mi cabeza me devolvió estrellando dolorosamente mis rodillas contra el piso. Acto seguido me agarró del pelo y me haló hacia fuera del cubículo, yo le seguía con lágrimas en las mejillas, moviéndome sobre mis rodillas que ardían.

-Cerraste?- preguntó Ramón al agente de inmigración.

-Si, Claro. Nadie entrará a este baño.

Al contrario de Ramón, Luis desenfundó una pija corta pero muy gruesa y la empujó en mi boca. Temerosa de las represalias le dejé entrar. No chupaba ni movía la cabeza, simplemente le permití masturbarse con mi boca.

Entonces un sonido me hizo recuperar la esperanza de que la pesadilla terminara. Javier golpeaba la puerta de los servicios repitiendo mi nombre.

-Cami?, Camila estás ahí?

Luis se detuvo y sacó su polla de mi boca que se cerró para darle descanso a la articulación de mi mandíbula que se había sobre esforzado para alojar esa polla regordeta.

-Eres Camila?- Me preguntó Luis. Yo asentí sollozando.

Luis se cerró la bragueta y caminó hasta la puerta. La abrió e invitó a pasar a mi esposo.

-Qué pasó aquí?- Preguntó Javier que se había puesto pálido y me miraba arrodillada en el piso.

-Pasa que hemos encontrado a una pareja de recién casados intentando entrar drogas al país.- contestó Luis sacando de su bolsillo unas pequeñas bolas blancas de su bolsillo. –afortunadamente el agente encubierto Ramón les capturó en los servicios de hombres.

-Qué pretenden? – empecé a preguntar

-Pretendemos- interrumpió el agente de inmigración- darle a esta recién casada toda la pija que merece en su condición. De negarse, expondremos el caso a los agentes de narcóticos y disfrutaran unos cuantos años de la hospitalidad de nuestras cárceles.

-Pero no es cierto- objetó Javier.

-Todos dicen ser inocentes. Agilicemos. Vas a colaborar, chiquita?-

-Sí Señor, asentí con tristeza.

Entonces Ramón me tomó delicadamente de la mano para ponerme de pie. Me puso de frente a Luis que ya tenía nuevamente su polla al aire y me obligó a doblarme para chupársela. Acto seguido, Ramón levantó la falda de mi traje de novia y me sacó el panty arrojándoselo a Javier, una vez desnuda de la cintura para abajo, empezó a follarme con fuerza. Con el rabillo del ojo alcancé a ver a Javier y noté el bulto de su polla que quería liberarse del pantalón. Su fantasía se hacía realidad.

Resignada, me saqué la polla de Luis de la boca para decirle a Javier – Ya no podemos evitarlo, disfrutémoslo- los dos hombres rieron y a partir de ese momento mi actitud y la de Javier fue la de gozar de la orgía que los agentes habían organizado conmigo. Al ver que Javier sacaba su verga para masturbarse, le invitaron a participar. Alternadamente me follaron vaginal y analmente y debí mamárselo a los tres hasta que todos eyacularon en mi boca.

Desde el mismo vuelo, mi luna de miel había dejado ver que sería una experiencia sexual que jamás habríamos imaginado. A partir de ahora, abriríamos las puertas a toda experiencia durante las dos semanas que duraría.