Rebeca (segunda parte)

Mujer policía pierde el control

7-

Esa noche me puse una solerita liviana con finos breteles amplio  escote que me obligaba a usarla sin sostén por lo que mis senos se bamboleaban libremente con cada paso que daba.

Debajo llevaba solamente la tanguita colaless y los zapatos de tacón.

Álvaro llego a buscarme y antes de salir me dio unas capsulas rojas que, según me dijo, como esa noche seguramente iba a correr algún tipo de droga me cubrirían de los efectos de ellas.

Me dio a tomar dos y lleve otras dos mas en la carterita.

Después con el cariz que tomaron los acontecimientos comprendí que en realidad estaba ingiriendo estimulantes que luego se mezclarían en mi sangre con el alcohol y las drogas lo que acabaría por ser una mezcla explosiva para mi cuerpo.

Fuimos hasta un viejo edificio y en el último piso estaba el departamento de Roberto.

Estaba acompañado de una negra vestida solo con un top de encaje y una pollerita minifalda que indudablemente era una prostituta por su porte y su manera de ser, seguramente era de las pobres tipas explotadas por Roberto y sus secuaces.

Comimos algo liviano y todos tomamos alcohol. Tambien muy tarde me di cuenta de que tanto Alvaro como Roberto se ocuparon de mantener siempre mi vaso lleno e invitarme a brindar con ellos, pero en realidad la que mas tomaba era yo.

Ya me sentia euforica y desinhibida cuando esa negra saco unos sobrecitos con un polvo blanco que extendio sobre la mesita ratona en finas lineas.

Rapidamente hizo un tubito con un billete y aspiro dos de esas lineas pasandome despues ese tubito a mi. No sabia que hacer pero los tres me miraban esperando que la imitara y sin otra posibilidad tambien aspire esas lineas de droga que rapidamente estallaron en mi cerebro provocandome una euforia absolutamente desconocida para mí hasta esa noche.

Después pusieron musica y ambas parejas empezamos a bailar pegados  besándonos y acariciandonos mutuamente.

Albvaro me pasaba sus manos por todo el cuerpo y yo me estremecía entera sintiendo mi cuerpo comenzar a arder de calentura.

Volvimos a tomar mas alcohol y yo pensando que me cubriria con esas malditas capsulas acabe de tomar las otras dos que me restaban.

Alvaro me besaba el cuello y los pechos mientras con sus manos me subia la solera apretandome de las nalgas contra el calor de su miembro erecto  haciendome jadear de excitación.

Volvimos a la mesita y otra vez aspire un par de lineas saturando mi pobre cuerpo de drogas y estimulantes con lo que sellaba mi destino inexorablemente.

Sentados en los sillones podia ver a Roberto y su amiga metiendose mano descaradamente.

Alvaro se abrio la bragueta y saco afuera su verga erecta.

Tenia una enorme verga!. El doble de gruesa y larga de la de mi pobre marido!.

Me hizo arrodillar frente a el y me la ofrecio mientras me sujetaba de los pechos comiendome con sus ojos.

Sin poderme controlar me meti su verga en la boca y empece a chuparsela desesperada mientras notaba que Roberto me miraba hacerlo y se sobaba su organo sexual.

Yo que nunca antes se la quise chupar a nadie ni siquiera a mi marido porque siempre me parecio algo sucio y denigrante para una mujer decente, ahora estaba chupandosela a ese muchacho y frente a ese par de negros delincuentes.

Cuando Alvaro quiso sacarme la solera le rogué que no frente a ellos. El me tomo del brazo y me llevo a un dormitorio separado cerrando la puerta detrás de nosotros.

Me quito la solera por encima de los hombros dejandome solo con la tanga y me empujo sobre la cama para rapidamente desnudarse y después de arrancarme la tanga meterse entre mis piernas para empezar a besarme, lamerme y chuparme el sexo de una manera bestial.

Jamas me habian hecho sexo oral y creo que ese estimulo acabo por hacerme perder por completo la cordura.

Me meneaba descontrolada bufando y resoplando completamente perdida de placer  apretando su cabeza contra mi concha buscando sentir su lengua meterseme mas adentro aun luego de frotarme con ella el clítoris.

Cuando entendio que ya estaba totalmente entregada se levanto y se acomodo sobre la cabecera de la cama dandome a chupar su verga y sus testículos mientras con sus manos me amasaba los pechos desnudos.

Yo lamia y chupaba sus testículos y su verga completamente enajenada cuando senti un cuerpo desnudo metiéndose entre mis muslos.

Volvi la mirada y pude ver con horror que era Roberto el que se disponia a poseerme con su tremenda verga negra erecta y palpitante.

Por un instante tuve un minuto de lucidez y trate de levantarme pero Alvaro tomandome de las muñecas me sujeto contra la cama impidiéndome toda resistencia.

Roberto se me hecho encima chupandome los pechos con lujuria mientras se mojaba su monstruosa verga con mis propios jugos vaginales preparándose para penetrarme.

Yo solo podía balbucear incoherencias suplicando que no siguiera pero el estaba alucinado al comprender que tenia a su disposición una mujer blanca casada y hasta ese dia absolutamente fiel a su esposo con el agregado de ser una oficial de policia de alto grado y foja impecable.

No pude evitar lanzar un gemido al sentir que me invadía la verga de Roberto.

Solo el glande era como una ciruela que se me encajo en la entrada de la vagina sin poder avanzar por lo estrecha que estaba para el.

Con júbilo y lujuria en su rostro el canalla dio un par de enviones brutales y sentí que me penetraba dilatando mi estrecho canal hasta amoldarlo a su verga de caballo.

Solo podía sollozar al sentirme violada por ese bestia.

De un par de empujones mas ya la tuvo toda dentro de mí y podía sentir su glande empujar contra mi útero desprotegido con cada envión.

Después empezó a cogerme de manera animal. Mi pobre cuerpo necesitado de sexo y saturado de droga  me traiciono y de pronto estaba meneándome y retorciéndome jadeando y gimiendo como una perdida.

Álvaro me soltó las muñecas y sin poderme controlar me abrace al cuerpo de Roberto rodeándolo también con mis piernas y empecé a menearme como una perra en celo.

Me uní a Roberto en desesperados besos de lengua mientras le daba a ese negro despreciable todo el placer que nunca supe darle a mi pobre marido.

Álvaro parado junto a la cama filmaba mi entrega y mi deshonra documentándola.

Sentía los testículos de Roberto golpear contra mis nalgas y el placer sexual obnubilaba  todos mis pensamientos. En ese momento ni me acordaba de mi matrimonio o de mi carrera policial, solo era una hembra en celo dándole placer a un macho y pidiéndole que la hiciera alcanzar el orgasmo que su cuerpo necesitaba.

Cuando explote en el orgasmo mis gritos de placer debieron escucharse en toda la manzana pero me era imposible controlarme, me retorcía de placer con mi vagina contrayéndose sobre su formidable verga hasta que lo senti vaciar todo su semen dentro de mi vientre inundando mi matriz con su semilla negra.

Cuando saco su verga de mi vagina sentí como el ruido de una sopapa y el semen de ese negro empezó a brotarme a borbotones, caí sollozando semidesvanecida sobre la cama mientras el se limpiaba su asquerosa verga con mi propia ropa.

Álvaro me tomo de un brazo y me puso la solera mojada por el semen de Roberto sobre mi cuerpo desnudo y así me llevo a la calle para regresar a casa.

(continuara)