Reasignación

La influencia del virus hace que el negocio tenga que "reacondicionarse"

Supongo que recordaréis a aquella mujer de la que os hablé en “Recogiendo beneficios”. Una que era adicta a las máquinas tragaperras y que se convirtió en una ninfómana viciosa. Luisa.

La incidencia del Covid 19 ha hecho que el negocio de la prostitución haya ido fatal, tanto para los proxenetas como para las putas. Hay un mercado negro muy oculto que todavía funciona, pero como sabréis o habéis podido ver, no se ven putas en las calles, y las pocas que pueden verse son de lo más arrastrado que hay, drogadictas y necesitadas que se dejan dar por el culo por 10 euros o menos. Si el cliente lleva una mascarilla potente, puede follarse a una de estas guarras por los agujeros que quiera por 20 euros. Tiene su erótica ver a una sucia puta barata arrodillada con la mascarilla en el cuello pajeándose y comiéndole la polla a un cliente con la mascarilla puesta que le pone un frasco de poppers en la nariz para que se excite y se corra cuando le pongan la polla que ella ha puesto dura en el culo de un solo golpe.

Lo peor de todo no es la disminución drástica de ingresos porque no podemos poner a las putas a trabajar, este asunto es muy serio y la salud es esencial. Ningún chulo quiere que una de sus putas se contagie bajo ningún concepto, pero aparte de esa cuestión está la de qué hacer con una cuadra de zorras ninfómanas que están habituadas a que las follen por lo menos 10 veces al día, y a veces con varios hombres a la vez.

Pues el caso es que la única puta de la que conservaba propiedad, era Luisa, las demás ya las había vendido, de modo que ya no eran cosa mía, y los dos proxenetas que gestionaban su trabajo ya tenían bastante con los problemas que les habían caído encima, de modo que me la “regalaron”. Luisa volvía a estar bajo mi control.

Y ahora, a ver que iba a hacer con una guarra como esa, no la podía tener en ningún club, de momento, Ahmed tenía sus propias dificultades con su cuadra de zorras y no iba a ser yo el que le pidiera ayuda.

De modo que llamé a Anthony, el fulano que se encargaba del club donde Luisa trabajaba, para ver que se podía hacer. Él ya sabía que los dueños mayoritarios de Luisa me la habían “encasquetado”, por así decirlo...a fin de cuentas yo tenía un 15% de los beneficios que se obtenían por el trabajo de esa puta.

Cuando hablé con el me dijo que le estaba costando llevar a su cuadra a lugares algo alejados y semiescondidos donde podrían vivir y hacer su trabajo para clientes que pagaran el precio. Las cosas estaban difíciles también para los clientes, pero aún se podía ganar dinero suficiente para mantenerse...pero si aligeraban su cuadra, mejor.

Putas como Luisa no hay muchas, pero hay; no iguales pero si muy parecidas, viciosas, marranas y absolutamente depravadas, de modo que si yo me lleva a Luisa, les hacía un favor, no les quitaba una pieza esencial del negocio.

Y no me quedaba más remedio que hacerlo...un “Llévatela, es tuya”...es algo que, entre nosotros, no puede discutirse…

De modo que le pregunté a Anthony cuando tenía que pasar por su club a recogerla; ahora que ya había movilidad y a pesar de los clubs de alterne estaban cerrados...las pocas putas que había estaban en la calle, con evidentes muestras de desorganizacíon. El movimiento estaba restringido, pero ellas necesitaban dinero y que las follaran, al menos las que”nuestra” asociación controlaba...una de las cosas que os había contado era el esmerado cuidado que teníamos en hacer que las putas desearan follar cuando las captábamos, y como poníamos énfasis en ello. Si alguna de ellas enfermaba o algo así que la impedía trabajar, al cabo de menos de un día teníamos que llevarle a alguien para que le domara el cuerpo con un par de polvos y calmarla.

No solo teníamos putas, sino que las habíamos hecho ninfómanas...en el relato titulado Ahmed, o en el que os hablo del método para dominarlas, el hacerlas adictas al sexo es primordial...después es como una vendedora de una tienda...vende cosas para que su duelo gane dinero, y les gusta...pues nuestras putas adoran follar, de cualquier forma que se lo hagan, y cuantas más veces al día mejor. Y están contentas…

Luisa tiene una marca estupenda...cerca de 900 hombres distintos en un mes, 30 al día más o menos, en solitario o en grupo, y en los últimos 6 meses antes del confinamiento hizo una media de 550 hombres al mes.

Pensad en que si en una noche te caen tres gangbangs de 4 hombres...en dos horas netas una guarra experta los acaba...y son 12 hombres en 2 horas...calculando que las hacemos trabajar casi 12 horas al día, las cuentas salen fácil.

Lo que me contaron sobre Luisa en el tiempo de la confinación, es que la tuvieron de aquí para allá haciendo la calle, en sitios “controlados” más que nada para calmarle el coño, igual que a otras. Si camas ni nada, follando apoyadas en la pared o a cuatro patas en el suelo, limpiándose las corridas del culo y del coño con scottex, y por supuesto, bebíendose la lefa...si se corrían en las tetas o en la cara...ahí se quedaba...no había agua...todas estaban así…como podéis imaginar sus clientes eran los homeless y la gente que no tenían mucho donde ir...corría la voz de que habían puesto putas en un sitio...y allí iban...durante un par de horas o tres...luego cada proxeneta las montaba en una camioneta y las llevaba a otra zona...y así las tenía a todas. Les metían toda clase de mandanga, naturalmente, para asegurarse de que esta degradación no estorbara sus innatas ganas de follar, aún más, que las aumentara y que disfrutasen siendo unas marranas.

Anthony me dijo que recogerían las cosas de Luisa en un par de maletas y que cuando terminara de trabajar esa noche, a eso de las tres de la mañana, en un polígono donde viven gitanos y se trapichea, me fuera con él, así la veía, veía el tinglado y nos volvíamos juntos, luego yo la llevaba con mi coche a donde quisiera. Quedamos a una hora en su club para tomar algo y charlar. También me habló de que Ahmed estaba haciendo lo mismo con sus zorras, unas 30 sus encargados las llevaban en grupo a sitios para resolver en parte sus “problemas”...cómo mantener en calma a una cuadrilla de ninfómanas, y no perder demasiado dinero.

Lo bueno de ser un “outsider” en este negocio y estar bien considerado como independiente y haberse ganado un prestigio como el mío (no soy el único), es que te tienen en cuenta a la hora de valorar las cosas, aunque siempre tienes que tener en cuenta que formas parte de una organización que, aunque te permite ir por tu cuenta en muchas cosas, cuando toca cerrar filas hay que estar donde toca y no dar problemas. En cierto modo tampoco era tanto el tema de ocuparse de una puta; seguramente me vería obligado a hacer lo mismo que hacían los demás, llevarla a alguna parte y estar pendiente de su seguridad; o yo mismo o contratando a alguien que lo hiciera, pero la responsabilidad sería mía. Estaba bien que me llevaran a ver como se montaba la gente la película, de modo que quedamos a las 11 de la noche en el club de Anthony (que estaba, naturalmente, cerrado al público.

Cuando llegué, su gente estaba terminando de meter a las mujeres y los travestis en furgonetas que las llevarían a sus lugares de trabajo...no había mucho barullo pero si cierta excitación…

“A Algunas les encanta de esta forma, sobre todo a las maduras, aunque estén estiradas y con las tetas altas, que parece que tengan 35...ellas saben que tienen 50, 55 o más, y es su cabeza de vieja la que gobierna un cuerpo rejuvenecido con las sensaciones de una guarra de esa edad con el coño que parece una piscina...algunas han recuperado el squirt” – decía Anthony – “es continuo, ya lo verás... para algunas supone un cambio que les encanta….disfrutan con su degradación y se vuelven más depravadas, si es que no lo eran ya suficientemente ”.

Mientras el trasiego continuaba, estuvimos tomando una copa charlando de la situación y estimando el tiempo que esta mierda de la pandemia duraría...con el esquema actual, no es que se gane mucho dinero, pero no se pierde, y tenemos la suerte de que sobreexplotando a las putas no acarrea problemas; eso decía mi amigo, pero lo cierto es que yo no acababa de creérmelo hasta que lo vi.

Antes de “salir de viaje”, fuimos a lo de Ahmed, para ver como se las arreglaba y tomar una copa con él. Estaba a punto de cerrar el local mientras despedía a 4 de sus muchachos que llevaban a trabajar en furgonetas a las putas y los travestis...bueno…a su manada de cerdas a distintas zonas para andar moviéndolas toda la noche. Los clientes ya se enrollan para saber donde pueden ir a buscar.

Fugazmente vi a Perlita y a la Monja, que iban juntas, y no pude evitar preguntar por ellas, recordando esa buena noche que pasamos antes del confinamiento. El bueno de Ahmed me dijo que se habían adaptado de maravilla; que llegan por la mañana al club para descansar y que les encanta este nuevo sistema de trabajo…

-”Fíjate -me dijo- que Perlita comentó que cuando sintió que tenía dentro de ella las corridas de 15 hombres en menos de 10 minutos y que no se había podido limpiar excepto lo que le goteaba...se excitaba de tal forma que era capaz de correrse solo con que la dieran una bofetada y le ordenaran que se comiera una polla”...por no decir lo que venía después…

Y ya que estábamos y como tenía que hacerme cargo de Luisa, le pedí que me diera aquellos dildos encorreados que estuvimos manejando cuando la juerga aquella con perlita y la Monja, que se manejaban con mando a distancia y que vertían líquido a voluntad de quien tenía el mando a distancia en el coño y en el culo y que volvía majaretas a las putas haciéndolas correrse vivas cuasi continuamente. Llamó a uno de sus chicos y se las pidió, me dio una caja que contenía dos monstruosidades negras de látex muy duro y compacto con rugosidades semejantes a vasos sanguíneos y curvatura hacia arriba, movilidad por control remoto y de 30 cm de largo y 23 cm de circunferencia...eso ponía en la caja, que además llevaba los correajes con candado para adaptarlos al cuerpo y que la guarra que los lleva no pueda quitárselos, También había dos botellas de litro del preparado químico de textura semejante al semen que se introducía en un compartimento del chisme y que el consolador expulsaba en formato de chorro, como una corrida cuando el mando a distancia se lo ordena...independientemente del agujero, a gusto de quien lo maneja. El dildo tenía dos movimientos, circular de modo parecido a como es un cono pudiendo abrir una circunferencia en el interior de la vagina o el culo de la puta de casi 30 cm, y extensible también, es decir, podía llegar hasta los 35 cm si se estiraba, y por lo que decía el manual de instrucciones, podía hacerlo bastante rápido, llevaba unas potentes baterías en la base del chisme...además de los correajes, podían utilizarse individualmente

-”Son nuevos, están sin estrenar todavía, son más grandes que los que viste la otra vez y el líquido es todavía más activo, quien me las proporcionó me dijo que con esto tendría a las putas revolcándose de placer y babeando continuamente...orgasmos de un minuto o más que les proporcionan una sensación psicológica de dependencia que las hace convertirse en tus esclavas...las podrás tener follando toda la noche pero lo que querrán es que les des “eso” cuando terminen, ya sabes, mientras les meas...debe ser algo mejor que lo que manejamos la otra vez, ya me contarás”.

Eso me daba una cierta dosis de tranquilidad cuando tuviera que tener a Luisa bajo control.

Y entre dimes y diretes, pues salimos con el BMW de Anthony a dar una vuelta.

En el primer sitio que estuvimos había media docena de mujeres, quizás alguna más y un montón de hombres...todos con mascarilla. Las zorras, no...es obvio, tenían que comer pollas…

Tres de ellas estaban arrodilladas y con las manos en el suelo, comiendo polla y siendo folladas...desde el coche no se veía bien por donde, se podía intuir que cuando emitían un gemido fuerte era que las enculaban...siempre lo hacen por muy marranas que sean, había cola...es decir, no se levantaban...cuando alguien acababa, entraba otro a relevarle. Dos chulos vigilaban que nadie se pasara de la raya. Cinco tipos hablaron con uno de ellos y señalaron a otra puta que estaba siendo follada de pie contra la pared, había una cola de 6 tipos esperando su turno para entrar en ella cuando el que terminara se corriera... era una de las cerdas de la cuadra de Anthony, una vieja de 64 años que parecía tener 35, porque la habían estirado y puesto tetas...no se le caían, tenía un buen culo y era una fulana que les daba mucho dinero a ganar, según me dijo. La estaban follando con la tanga de hilo puesta y tenía sus medias al muslo chorreadas de semen que le llegaba goteando hasta sus enormes stilettos de punta afilada. El teléfono de Anthony sonó...preguntó cuantos se la habían follado esta noche...16...y los 5 que esperaban cola…

Respondió y le dijo que no admitiera más por que los 6 hombres querían follarsela todos a la vez, tres por detras dos en el culo, uno en el coño o al reves, otro por la boca y  con las otras dos pollas una en cada mano…

Era un buen dinero, de modo que mientras el hombre de mi amigo fue a la camioneta a buscar una manta para poner en el suelo, la zorra seguía sacando la leche a sus clientes, y muy rápido...se lo hice notar a Anthony...y me dijo que si, que era una de las razones que hacía que la tuvieran...acababa rápido y hacía que los clientes se corrieran en ella muy rápido, y eso le daba margen para buscar más...mientras las demás seguían a lo suyo, el socio de mi colega extendió la manta donde le pareció conveniente y esperó a que la puta terminara...la sacó de la pared y le llevó hasta donde la manta...por el camino se detuvo, arqueó las piernas y se metió la mano en el coño para sacar un puñadito de lefa y beberlo. Luego siguió caminando...la zorra sabía andar con tacones, casi la obligaban a ir de puntillas, pero mantenía sus piernas enhiestas y las tetas adelantadas. Cuando llegó donde sus clientes, les puso en círculo y se agacho, para comerles el rabo...al poco, el primero se tumbó sobre la manta y ella se clavó en su polla...Anthony y yo salimos del coche para ver como lo hacía..otro tipo le clavó una segunda polla en el coño mientras un tercero le ensartaba la boca, obligándola a poner las manos en el suelo, un cuarto buscó su posición y se la metió de un golpe en el culo….gimió, claro...y los otros dos se acercaron...el que se la metió en la boca le sujetó la cabeza y empezó a follar el agujero que se le ofrecía...como las manos ya estaban libres empezó a masturbar a los otros dos…

Se estaba follando a 6 tipos a la vez, y fuerte; de vez en cuando se sacaba la polla d ella boca para comerle los huevos al fulano y miraba para atrás pidiendo que le dieran más caña...asi se fueron corriendo todos...uno tras otro...en menos de 10 minutos...y mientras ella se revolcaba por la manta sacándose lefa del coño y del culo, los 6 le mearon encima mientras ella se corría de nuevo se hacía un squirt con la mano dentro del coño…

Como ya estaba ahí, siguió follando a cuatro patas de dos en dos…

Nos montamos en el coche y nos fuimos a otro “asentamiento”...calculo que entre media docena de putas se habrían follado a unos 200 clientes esa noche...algo menos de 8000 euros...

En el siguiente sitio estaba Luisa...Anthony me llevó allí...era un sitio algo más grande, un descampado cerca de un poblado de chabolas no muy “arrastradas”, gente que trabajaba la chatarra y los mercadillos y había allí al menos 20 putas trabajando.

La vi inclinada de espaldas en la hierba apoyada con las manos, clavada por el culo por un tipo, ensartada en el coño por otro, y follada por la boca de forma muy dura por un tipo con una buena polla, de pié ante ella, que la tenía cogida por el pelo y que la abofeteaba cada vez que perdía el ritmo. Estaba echando un buen polvo con gente experta en tratar a putas como Luisa...luego le cambiaron de posición y siguieron dándole duro, hasta que se corrieron y se mearon sobre ella...se levantó se ajustó la falda y las medias y caminó hacia donde un proxeneta le dijo que fuera. Cuatro tipos la estaban esperando...Anthony llamó por teléfono y pregunto a uno de los chulos cuantos clientes iba a tener Luisa esta noche...y avisar que luego se la iban a llevar…

Le dijeron que tenía 45 clientes para esa noche hasta la hora en que amanecía...que iba muy hormonada, como todas y que esa noche estaban ganando bastante dinero porque había habido un anuncio de un nacimiento en el poblado y todo dios estaba de fiesta…

Nadie se quitó la mascarilla...los cuidadores llevaban “hierro”.

Estuvimos en dos o tres sitios más, en uno de ellos vimos, efectivamente, a Perlita y a la Monja...trabajando del mismo modo en el que el resto de sus compañeras nos habían mostrado durante esa noche...y así seguiría mientras las cosas no se despejaran.

Al final...fuimos a buscar a Luisa...se acordaba de mi...se puso muy contenta de que no la hubiera vendido...y se mostró agradecida por la vida que llevaba ahora...era feliz…

Cuando le dije que la iba a llevar a mi chalet mientras pensaba que iba a hacer con ella, si venderla o lo que fuera…

Se arrodilló y me dijo mirándome a los ojos que era mi esclava...agachó la cabeza y se puso a lamerme los zapatos…

La aparte de un puntapié, y la cogí de los pelos y le arreé una hostia.

Y ella se echó a llorar y me dio las gracias...como debe ser.

Superó la prueba