Realizandome

Ni que decir tiene que hubo mas experiencias orales, pero creo que voy a relatar como continué con mi carrera, la de experimentar mi sexualidad, como lo que soy en la intimidad y como realmente me siento.

Ni que decir tiene que hubo mas experiencias orales, pero creo que voy a relatar como continué con mi carrera, la de experimentar mi sexualidad, como lo que soy en la intimidad y como realmente me siento.

Volví a Madrid y como no, me volví a conectar a los chats (que haríamos sin ellos) allá fui conociendo gente, pero sin intimar con nadie, todos me daban largas o querían que me mostrase por cam para masturbarse. A mi eso, ya no me ponía, yo quería algo mas, experimentarlo en vivo. Así que a todos les preguntaba lo mismo: ¿dónde puedo hacer  realidad mi ansiado deseo, poseerme? (No  es que no  hubiera follado con tíos, pero como ya dije, fué de pago y no del todo de mi agrado),  unos me decían enla Casade Campo, otros en tal o cual sitio y algunos me dijeron que en saunas o bares con cuartos oscuros. La verdad lo de los bares no me acababa de convencer, así que me decidí por lo de las saunas. Me indicaron varias, pero al final me decidí por una que hay al lado de la calle San Bernardo. Así que ni corta ni perezosa, me depile, me di aceite por todo el cuerpo, me puse unas medias de fantasía con unas braguitas de encaje, me puse un chándal y para allá que me fui.

Al llegar a la calle en cuestión, estuve dando vueltas, no me decidía, pero me arme de valor y para adentro. Me pidieron el numero de pie que usaba (40), me dieron unas chanclas, dos toallas, un preservativo y una llave para la taquilla. Una vez dentro, (que rico hacia allí), me fui al vestuario, había varios hombres cambiándose, yo, con un poco reparo, me empecé a quitar el chándal y claro, me vieron las medias y las braguitas, note como me miraban, pero nadie insinuó nada, así que no debía ser nada anormal. Me coloque la toalla a modo de faldita y me fui a conocer la sauna. La luz en general era tenue, había un pasillo con hombres sentados, hablando, piscina con hidromasaje, duchas… Seguí adelante, y vi, dos tipos de sauna, una seca y otra muy húmeda, continuando con mi inspección, vi unos cuartos privados, al lado de, digamos, cuartos de sado, pase de estos y fui a otra zona donde había un pasillo  con mas cuartos a ambos lados dicho pasillo, hombres esperando a la puerta y otros tumbados dentro. Seguí hasta otra zona donde había un cuarto oscuro, de ladrillo rústico como una bodega, en el que se realizaba sexo oral o al menos eso me pareció a mí. Total, que tantos preparativos y no sabia donde ubicarme. Así que me dirigí al bar y me senté a ver si alguien me podía indicar como funcionaba aquello. Se acerco un hombre a pedir en la barra y se me quedo mirando, yo le dije:

“Hola” a lo que me respondió:

“Hola” Nos pusimos a charlar de cosas triviales y yo, me lance y le confesé que era la primera vez que iba allí y que no sabia como funcionaba aquello, el se sonrió y comenzó a explicarme como funcionaba cada sala de la sauna, me dijo:

“Ven conmigo”.  Me llevo a todos y cada uno de los lugares antes indicados señalándome lo que se hacia “normalmente” en cada zona. Después del viaje turístico, vino la inevitable pregunta:

“Tú, ¿qué buscas?”, le confesé como me sentía y lo que anhelaba, además de lo que ya había practicado antes de llegar hasta allí. Se sonrió, me agarro de la mano y me condujo a un cuarto, entramos y me dijo:

“¡A ver lo que sabes hacer!” (He de decir que él no era un “top model”, de unos cincuenta y algún años, con vello, barriguita, algo calvo y con un aparato respetable. Pero era simpático, olía bien  y había sido muy amable conmigo). Después de despojarnos de las toallas, comencé echándome a su cuello, besándole las orejas, el cuello y a darle mordisquitos en los labios, comencé a bajar por su cuerpo, besándole y mordisqueándole las tetillas, pasando por su barriguita, sus michelines, le di un beso en la polla, el se tumbo boca arriba y poniéndome a cuatro patas sobre él, continué por las piernas, dándole mordisquitos en la entrepierna, parando en las rodillas, pasando la lengua alrededor hasta que llegue a los pies y le comencé a chupar el dedo gordo de cada pie,  el no dejaba de gemir y a veces de decirme que le hacia cosquillas, a mi me gustaba y me ensañaba. Poco a poco sin dejar de jugar con la lengua, despacio volví a ascender por sus piernas hasta su cola, que para entonces ya estaba en condiciones óptimas y comencé a recorrerla con la lengua en toda su longitud, picoteaba los huevos y me los metía en la boca, primero uno y luego el otro, volvía a recorrer toda su polla y llegando al glande lo rodeaba como si fuese un helado dándole pequeños piquitos.:

“Gemía, que se la chupase ya” pero seguí un poco mas con los juegos hasta que me la introduje en la boca comenzando a mamársela.

“Así, así, que maravilla… que puta eres, que bien lo haces, ahhhhhhhh”, me cogia la cabeza y me la hacia tragar hasta el fondo, yo apretaba los labios contra el tronco y él me subía y bajaba la cabeza una y otra vez, al tiempo yo con las manos jugaba con sus tetillas. Pasamos un rato de esta forma, hasta que me saco la polla de su boca y me subió hasta él, estando tumbada encima, comenzó a besarme en la boca, me metía la lengua todo lo que podía, me besaba las orejas, me mordía los lóbulos y me metía la lengua, para luego comerme el cuello. Cambiamos de postura es decir él encima y yo debajo. Así, continuo con la exploración bucal, por pechos, tetillas, ombligo hasta comenzar a chuparme mi cosita, metiéndosela entera y relamiéndose. A esas alturas yo estaba deseando que me penetrara, que me hiciese suya, incorporándose sobre mí se coloco el preservativo y me dijo:

“Ahora veras lo que hace un hombre con su putita”… acto seguido me coloco en la posición del misionero, con mis piernas sobre sus hombros y comenzó a hacerme suya y yo a sentirle mió. Comenzó a bombear, primero despacito, luego se fueron sucediendo embestidas más y más fuertes, yo con los ojos cerrados, me relamía de placer, no cabia en mí de gozo. El jadeaba y embestía diciéndome:

“Que culito tienes mi putita” yo le contraía sin parar, no quería dejarme ir, quería sentir cada momento, cada instante de aquellos minutos maravillosos. Al poco dejo mis piernas y recogiéndolas, pero manteniendo mi culito en pompa, él, se dejo caer encima de mi y continuo bombeándome al tiempo que me besaba como un poseso y me decía una y mil cosas que a mi me calentaban mas y mas, (me encantaba sentirle encima de mi bombeándome) yo le acariciaba la espalda suavemente con mis uñas (un poco puntiagudas) y el no dejaba de amarme. Y, embistiéndome como un toro alocado, empezó a bombarme con tal intensidad que crei que me iba a romper, me abrazo para estrujarme y jadeaba al lado de mi oído como si le fuera la vida en ello (se estaba corriendo)… yo me sentí mujer cien por cien, estaba en una nube, era algo indescriptible, guauuuuu…  poco a poco se fue relajando, él y su respiración, mientras me daba besitos y mas besitos, al tiempo que me decía:

“Mi putita, mi amada putita”. Se incorporo, se quito el preservativo, se puso la toalla, me ayudo a levantarme y agarrándome por el talle, me dio un beso en toda regla. Me pregunto:

¿Volveremos a vernos? Yo le dije:

“No lo se”, Me dijo:

“¿Por qué no quedamos?” Yo le conteste:

“No, no quedo con nadie. Ya nos veremos.” Abrió la puerta y me dijo:

“Espero volverte a ver” y se marcho.

Allí me quede yo, sola, saboreando aquel maravilloso encuentro y  pidiendo que aquel, fuese el peor de todos. Cuando reaccione, Salí del cuarto y fui a ducharme, me vestí y me fui a casa tan contenta, con una sonrisa de oreja a oreja.