Realidad 5
Tratando de ubicar un poco mejor la narración, me parece un poco inconexa, aunque ya dije que no es un relato, es una confesión.
Me parece necesario hacer un paréntesis en la narración para pedir disculpas a los que han tenido la voluntad de leer hasta aquí y se han llevado la desilusión de encontrarse con especie de crónica, yo mismo al releerlo me llevo esa impresión, seguramente se echan en falta mayores y mejores descripciones de los protagonistas y de los encuentros. Admiro a todos esos autores que llenan sus relatos de amplias descripciones, pero espero sepan perdonar mis limitaciones técnicas, también es difícil ahondar en detalles cuando se escribe sobre la marcha, tal como viene a la memoria lo transcribo por ese motivo quedan por fuera muchos detalles y otros recuerdos que vienen a la memoria posteriormente. En adelante tratare de corregirlo, de momento ahondare un poco en detalles de lo hasta ahora relatado, sobre todo tratando de ubicar las distintas partes en el mismo plano temporal, ya que aunque han sido descritas de manera separada coinciden en el tiempo. Para empezar ya desde la primera vez que tuvimos ocasión de ver juntos a una mujer en el baño, que fue a mi madre, aquella noche hablando sobre la experiencia la excitación fue tal que acabamos pajeandonos a la vista del otro, el remordimiento o culpabilidad era poco para evitar que la mente se nublara ante aquello y escuchar sus expresiones de asombro ante el tamaño de sus tetas o la rotundez del culo, sinceramente aun dudo si la conversación fue más excitante que la misma visión. Después vendrían muchas otras, en especial las tías políticas, dos mujeres más jóvenes y con “mejores cuerpos” , una de ellas con el conejo recortado o con menos vello, ya que se podía apreciar mejor su triangulo, en estos casos ambos podíamos ser más prolíficos en nuestros comentarios y aventurarnos a enorgullecernos de nuestras erecciones sin temor a la culpabilidad , a pesar de no estar completamente seguro, seria en una de estas que palpe por primera vez la polla de él para comparar el grado de dureza y así tontamente dar pie a pajearnos uno a otro, seguramente al comienzo seria solo echar el pellejo hacia atrás y al final acabamos haciéndonoslo uno al otro, he de reconocer que generalmente la iniciativa la tomaba yo, aun hoy en día cuando la sangre se me calienta me cuesta mantener la cordura, pero él no se hacía mucho de rogar. Lo cierto es que creo que esas noches pajeandonos mientras hablaba sobre lo que le haría a mi madre o hermana, nació en mi el morbo de ser cornudo, en aquella época seguramente no sabría su significado pero ya después de casado y con la llegada de internet descubriría esa inquietud y mejor aun, que no estaba solo, había otras personas con mi misma tendencia. Cuando me contaba como masajeaba las tetas a mi hermana, durante alguna de las penitencias o como le había tocado la polla, mientras yo hacía lo mismo, aun no tenia noción del concepto “mamporrero” que junto a “cornudo”, “Trio”, “intercambio”,”candaulista” han marcado mis preferencias en cuanto a fantasías. Precisamente estas charlas sobre mi hermana a la postre provocaría el acercamiento hacia ella en mi afán de descubrir el grado de verdad de todo aquello, si por un lado me entere de la exageraciones de mi primo, por otro supe de los pinitos lésbicos de ella con la vecina aunque su iniciación fue con una asistenta, fue esta con la que ella tuvo sus despertar al sexo, para mi sorpresa había sido más precoz que yo , eso explicaba su disposición a “jugar” cada vez con más interés, creo que a la postre ambos quedamos marcados por todo aquello, especialmente a ella ya que nunca perdería el interés por el sexo, gusto por el que ha tenido más de un chasco, lleva ya dos matrimonios fallidos y varias malas relaciones por pensar más con el conejo que con la cabeza, pero ese es otro tema.
La verdad es a pesar de todo aquello, el único vínculo que nos unía era el morbo, digo a mis primos con nosotros (mi hermana y yo), la prima en menor medida, como ya he relatado, pero en el fondo la falta de afinidad era compensado por el interés del morbo, eso y mi insistencia hicieron que mi hermana accediera a participar cada vez más en aquellos juegos, he de reconocer que gracias a la estrecha de mi prima no llegamos a hacer algunas verdaderas locuras que se ocurrían, pero que al no estar seguro de su colaboración no me atreví a plantear, de no haber sido así , además de aquel chasco del hotel nos hubiésemos arrepentido de más cosas. Pero siempre me ha podido la avaricia, no de dinero sino de lujuria, siempre he querido ir un paso más allá sin pensar mucho en las posibles consecuencias, y sobre todo con aquella edad que no se piensa mas allá de la semana próxima. Esa avaricia me empujaba a lograr con mi prima al menos lo que concedía mi hermana, en el fondo era una soberbia estupidez, pero no puedo volver en tiempo y cambiarlo. De aquella época me alivia no haber llegado a confesar a nadie el alcance de mi relación con mi hermana, a pesar de que muchas veces estando caliente me vi tentado a contar a mi primo y por otro lado que dado los escasos avances con la prima no llegue a pedir a mi hermana que permitiese mayores libertades a mi primo, cosa que en más de una ocasión llegue a considerar ya que me daba morbo cuando el fantasma del primo relataba sus hazañas, sabía que eran exageraciones en muchos casos, pero la mente es una cosa seria cuando se pone a imaginar, solo quedo en eso en imaginarla , salvo el desafortunado experimento del hotel.
Supongo que mucha información y oportunidad a una edad a la que no se sabe muy bien cómo manejarla es la única explicación para aquel comportamiento, porque era época en la poco de hablaba de sexo, de hecho nunca mi padre tuvo la “charla” conmigo, ni siquiera el día que entre a su habitación y vi a madre botando sobre su polla, fue rápido pero todos sabíamos lo que había pasado. En casa nunca se vivió una sexualidad muy abierta, hasta los programas muy subidos de la tele se suprimían. Mi madre a tenor de la lencería que escondía y de verla en acción, tenía una sexualidad activa pero no era una exhibicionista sino todo lo contrario, eso daba más morbo a espiarla creo yo. Pero aun así tanto mi hermana como yo salimos de esta manera tan especial.
Por más que trato de recordar, no logro precisar lo que desencadeno algunas cosas, por ejemplo como pasamos de pajearnos a comernos las pollas, recuerdo aquella primera vez pero no que lo provoco, porque debió ser por alguna cosa especial. De hecho sin caer en clichés de homófobo ya que hasta ese momento al menos el calificativo de bisexuales nos cabria, lo que recuerdo es que después de ducharnos, incluso de día, en uno de aquellos días donde nos hacían hacerlo en parejas por ahorrar agua, al acabar me senté en la taza del wáter y mientras se secaba cogí su polla y me la metí en la boca, no recuerdo que me movió a hacerlo pero lo hice, se sorprendió pero no se negó, después vendrían otras y también el acabaría por comérmela, pero esa primera la recuerdo plenamente, no acabo, debíamos desocupar el baño para los demás, pero fue especial. En casa me ocurre lo mismo, no puedo recordar cómo fueron dándose los avances en nuestros juegos, reconozco que era diferente, en la mayoría de las ocasiones la voz cantante de las innovaciones la llevaba mi hermana, no sé porque, supongo que yo me conformaba con tocar un poco de tetas , de coño y correrme, pero ella era la que continuamente inventaba distintos juegos de rol, al comienzo más inocentes y luego ya más crudos, yo por mi parte accedía a “jugar” porque sabía el final de aquellas historias, no crean que era solo de críos, porque aun después del fiasco con los primos todavía jugábamos antes de ir al lio, supongo que era una muletilla psicológica, para ser otras personas durante el juego. Así fuimos pasando por varias etapas, como ya dije al comienzo más visuales y exploratorias, pero ya después plenas, antes de follar como tal ya nos dábamos mucho placer con el sexo oral, pero no recuerdo como fue la primera vez que me la comió, se que sería un comedora de polla consumada, en aquel entonces no tendría con quien compararla pero hasta el día de hoy es la única que me la ha comido hasta el final y por voluntad propia sin presión de ningún tipo, en ese sentido nunca lo hice, tampoco fue necesario también hay que decirlo. Si de exhibirse se trataba no hacía falta repetirlo mucho, se le hacía poca la lencería oculta de mi madre para hacer de modelo improvisada, y más impresionante fue cuando llego a llenarlo completamente. Después ya vendría la etapa más visceral del sexo puro y duro, poco juego, mas esporádico pero más pleno. Recuerdo especialmente uno muy ejemplificante, después del fiasco de los primos dejamos correr el tiempo, hasta un día que nos quedamos solos, después de hablar sobre el asunto, de lo inconveniente de aquello, de las posibles repercusiones, ella se fue a su habitación, saliendo al rato me entrega una cinta de Betamax, solo me dice que se la dejo una amiga. Se trataba de “El imperio de los sentidos”, película vetada en su momento, la comenzó a ver yo solo en el salón tumbado en el sofá, ella vino al rato levanto mis piernas para sentarse en el sofá. Desde ese lugar tubo fácil cogerme la polla y comenzar a pajearme sin decir nada, primero sobre el pijama y luego sacándola por la pernera del pantalón corto. Yo solo me dejaba hacer, hasta que se tumbo hacia mí para empezar a juguetear con sus labios y lengua sobre el capullo. A pesar de que podía verla sabía por sus gestos que se estaba masajeando el coño al mismo tiempo, ambos seguíamos como si nada mirando la peli. Después ya dejo de mirar y se puso a comérsela en condiciones y al poco rato se incorporo pensé que para marcharse así como había venido, pero no, se subió la bata y se sentó sobre mi empalándose ella misma, la sensación de follar sin condón fue sublime, se dejo caer hasta el fondo, permaneció así un rato solo con pequeños movimientos y contracciones de su coño, lo manejaba como nadie, yo era consciente del peligro de estar sin protección, pero no fue necesario decir nada, así como se sentó se levanto, se marcho a su habitación ,me dejo pensando que me habría dejado a medias, pero volvió con un cepillo de pelo que hacía las veces de consolador a falta de uno de verdad, se sentó frente a mí en la butaca y subiendo las piernas a los laterales comenzó a masturbarse, ya ni peli ni ostias, solo podía verla a ella o más bien al cepillo, en un momento me hizo señas de que fuese a su vera, como un zombi fui a su lado y ella tomándome del rabo me atrajo y comenzó a comérselo mientras no dejaba de masturbarse, ay estaba nuevamente el trío truncado. No paró hasta dejarme seco comiéndose toda la corrida. Así como comenzó así término, en silencio sin decir nada se fue a su habitación. Así era ella, o mejor dicho es, aun es muy decidida y hace lo que le sale del coño, nunca mejor dicho, ella marcaba la pauta, pocas veces decía que no pero las cosas pasaban si ella quería.
Ya toca a su fin la etapa adolescente, llega la época de las primeras novias, borracheras, la juventud, cuando cada vez se vuelven más esporádicos estos juegos y comienzan a participar otras mujeres y otros hombres en el caso de mi hermana, pero aun lo nuestro no había tocado a su fin, seria estando ambos casados que tendríamos nuestro último desliz. Ya será otro día.