Realice mis sueños en la hermosa Isla de Cuba (3)
Continúan nuestras experiencias en esta hermosa Isla, y pude cumplír 2 de mis grandes sueños y fantasías en la hermosa y mágica isla caribeña. Y lo más importante pude conocer la verdadera Cuba, conocimos la Cuba digna y solidaria, la Cuba alegre y exótica... La Cuba Revolucionaria.
Como sabéis ya terminó el evento al que asistimos mi esposo y yo en La Habana, hoy es domingo, y comienza a sentirse la fría brisa del Invierno, sobre todo en nuestra ciudad, he tenido que encender un poco la calefacción porque creo que este invierno será más fuerte que los anteriores.
Coloco música, de uno de mis cantantes favoritos, "Joan Manuel Serrat" , -que de paso, Nano , lamento mucho tu enfermedad y sé que de estás saldréis adelante para seguir deleitándonos con tus letras y tus canciones, hago votos por ello-. Me preparó un trago, tal como lo aprendí en esa maravillosa Isla y me siento a escribir este relato, de lo último que viví en cuánto a sexo se refiere en La Habana. Lo haré con la tranquilidad que necesito, Fernando, (mi marido, salió de viaje por razones de trabajo, yo saldré la próxima semana a dictar un seminario) Y quiero disfrutar del ambiente de mi hogar y compartir con ustedes aquellos momentos tan plenos, tan ricos y tan lujuriosos.
Desde muy pequeña me ha gustado viajar, conocer mi curiosidad me ha llevado incluso en muchos momentos por lugares y situaciones que podrían catalogarse como peligrosos. Esto no sucede en La Habana, porque no hay delincuencia, puedes recorrer sus calles a cualquier hora, podéis conocer lo que desees, sin el temor de que seréis asaltado en cualquier momento, (Vosotros me entendéis, vivimos en ciudades muy pobladas y con altos índices de delincuencia). Así fue, que gracias a un mapa, regalado por un cubano, conocí cada rincón de ésta ciudad, sus costumbres, sus manías y su peculiar medio de transporte. Debo decirles que Fernando y yo habíamos planificado quedarnos una semana luego del evento, precisamente para conocer todo lo que yo deseara conocer. Una de las razones por las que amo tanto a mi marido es esa, que me complace en todo lo que deseo, y eso hace que sus fallas sean mínimas ante mis ojos.
Alterné muy bien mis compromisos que me llevaron a Cuba, con mi deseo de conocer este hermoso y digno, país. (Sobran los calificativos, sin embargo sabréis que son importante mencionarlos). Tomé más de 300 fotografías, sin contar con los vídeos que hice, conocí todos los municipios de La Habana, muchas de sus calles, sus casas, sus lugares históricos. En fin, si antes estaba enamorada de este país, ahora con mucha más razón. (Debo confesaros también, que el hombre cubano, me excita de sólo mirarlo, no sabéis lo caliente que pueden ser)
Creo que ya es hora de comenzar a contaros nuestra última experiencia en La Habana.
Al regresar al hotel, como sabéis Fernando, me preguntó como "lo habéis pasado", se lo conté con todos los detalles y esto hizo que el se excitara a tal punto que con todo lo cansada que yo estaba hicimos el amor No!!! Está vez no fue sólo amor, fue sexo puro, lujuria, lo hicimos de manera tan vehemente y salvaje, que desde entonces mi marido ha mejorado mucho en su manera de cogerme.
El evento que nos llevó a Cuba, estaba por terminar, y dio tan buenos frutos que se firmó un convenio de cooperación entre España y Cuba. Yo había llamado a Caruca para que nos mostrará algunas cosas que nos faltaba conocer de La Habana y entre ellas estaba, un peculiar sistema de buses, lo que ellos llaman "Camellos", - y que no es otra cosa que dos buses grandes unidos, para que puedan viajar un mayor número de personas,- quedamos en vernos frente al Cine Paire para tomar uno de esos "camellos" que nos llevaría hasta su casa.
Cómo era día feriado, esta vez me puse unos shorts verde oscuro muy apretaditos, unas sandalias y un top, que dejaba ver muy mis grandes tetas, no llevaba puesto sujetador). Fernando, usó ese día unos bermudas color beige, unas sandalias de cuero y un pulóver con el nombre de la isla, a todas luces se veía que no éramos cubanos. Caruca llegó un poco retrasada, lo que nos permitió tomar algunas fotografías al Capitolio, al Teatro García Lorca, así como al Barrio Chino entre otras .
-Disculpen la demora, - nos dijo- pero en La Habana uno necesita hasta 2 horas para llegar a un sitio por el problema del petróleo
-No os preocupéis, te entendemos -le respondió Fernando- lo que me sorprendió porque el hacía escándalos por 5 minutos de retraso y ella tenía 45 minutos
-Tranquila chica, que vos nos habéis dado la oportunidad de continuar tomando fotografías a esta hermosa ciudad-
Ella dijo que debíamos esperar hasta que pasará el próximo M1 para poder ir hasta su casa. Que nos había preparado unos ricos tamales, y que en el camino compraríamos lo que quisiéramos para beber.
Efectivamente llegó el camello , y venía a reventar, no cabía un alma más en aquel transporte público. Subimos y casi inmediatamente pudimos reconocer el fuerte olor a tabaco, sudor, perfumes de variadas fragancias, todo mezclado Pero el olor a sudor era lo que más impregnaba el ambiente.
-pensé que todo el calor, sudor y humedad del mundo se encontraba en ese segundo en ese lugar-
Debido a la cantidad de personas y a los pocos asientos con que cuenta viajamos de pie, las personas a medida que iban subiendo me hacían correrme hacia la parte posterior del mismo. Fue así como por momentos no lograba ni ver a Caruca y mucho menos a mi marido, yo estaba en aquel transporte, soportando los empujones y los embates propios del viaje, (pensé que hasta ese momento no había conocido a los verdaderos cubanos). De repente, pude sentir como se había pegado alguien detrás de mi, no podía ni voltear, pero sentía como se pegaba a mis nalgas, como se menaba entre ellas, y esto comenzó a gustarme, e hizo que me olvidara que estaba en un transporte público y que en él viajaba mi marido. Sea quién sea, el que se encontraba detrás de mi, aprovechaba de manera muy resuelta la situación de congestión en aquel lugar. Y yo, comenzaba a disfrutarlo!
Fue así como entonces comencé a pegarme al cuerpo de esa persona para sentir como crecía por encima de sus vaqueros aquella verga que comenzaba a despertar gracias al roce descarado con mi culito respingón. Mis brazos estaban alzados ya que estaba sostenida por un tubo en la parte superior en el techo, de aquel peculiar bus. El tipo se pegaba mucho más a mi, y yo comenzaba a disfrutar de aquellas torpes caricias. En un momento, cuando frenó intespectivamente, aquella persona me apretó con todo el descaro una de mis tetas, (y pudo notar como mis pezones estaban durísimos, gracias a la excitación que me estaba produciendo), me dijo al oído:
-eres toda una cabrona caliente y gozona-
Aquello en lugar de ofenderme me calentó muchísimo, intentaba buscar a mi marido, pero no lograba observarlo y mucho menos a Caruca. Cómo no los veía, decidí dejarme llevar por aquella situación que estaba logrando que mi cuca se humedeciera de inmediato. Y comencé a restregarme contra aquella verga que ya se sentía por encima del pantalón bien dura y erecta. Sentía mi cara roja del morbo por la situación, mi respiración agitada, mi cuca húmeda, y mi descaro a flor de piel, al cabo de un rato, aquel hombre puso una de sus manos en mis nalgas y las apretó con toda sus fuerzas y me dijo al oído:
-si no tuviese que bajarme en la próxima, te daba una cogida acá mismo- Acto seguido se bajo sin que yo pudiese ubicar al menos su rostro. Y me dejó tan caliente que sentía un sudor frío recorrer mi espalda, además de sentir como se mojaba mi short, de tanta lechita que salía de mi caliente entrepierna. Poco a poco fueron bajando todos los pasajeros, (al parecer Caruca, vivía bien apartada del centro de la ciudad,) casi fuimos los últimos en bajarnos y Fernando me preguntó:
-Que os ha parecido el viajecito?- No lograba veros desde que subimos a este animal.
-Entretenido- le respondí con mi mejor sonrisa.
Caruca nos dijo que podíamos comprar algo para beber, y debido al calor insoportable que estaba haciendo nos decidimos por unas cervezas, lo que inmediatamente fue a comprar mi marido en una de las shoppings.
-Te vi Eu, como te le movías y como le restregabas a aquel hombre tu hermoso culo-
Sorprendida le respondí: -Cuál? Y no pude aguantar una gran carcajada, y ella continúo.
Eres una perra española muy caliente-
Le respondí: -Acaso no se trata de eso, precisamente?-
Al llegar Fernando, seguimos caminando hasta la casa de Caruca.
Subimos unas escaleras, y llegamos a la 3era planta. Su apartamento, era sencillo, una habitación, baño, sala-comedor y cocina todo junto. Sin embargo, pude notar en el un calor de hogar, reconfortante. Era muy húmedo (esto es normal en toda la ciudad), y el calor comenzó a hacernos sudar y por más que las cervezas estaban frías, no lograba aplacar el calor que se siente en esa época del año. Puso la radio, y comenzamos a platicar. Así pasaron las primeras horas, y notaba como Fernando quería desnudarla con su mirada, pregunté como llegar nuevamente a la tienda para ir a comprar más cervezas y les dije que ya regresaría, que se estaban acabando y con aquel calor no podríamos soportar el calor. Tomé dinero de mi mochila, Caruca me dio las llaves de su casa, así que les dije
-ya regreso-
y baje las escaleras. Los dejé solos intencionalmente, quería comprobar si mi marido se atrevería a cogerse a aquella mujer, y para ayudarlo a tomar la iniciativa me fui por las cervezas. Camine por aquel barrio, algunos hombres jugaban "el domino cubano", otros conversaban, niños jugando por doquier, mujeres tendiendo sus ropas en las ventanas. Y yo antes de ir por las cervezas decidí conocer aquel lugar alejado de la Habana.
Mientras yo recorría las veredas de aquel barrio, mi marido y Caruca estaban ya instalados en juegos eróticos, besándose y acariciando sin ningún inconveniente.
Fernando, estaba lamiendo los pezones erectos de Caruca, y se los amasaba con una destreza genial, ella por su parte estaba quitándole el pulóver y tratando de quitarle los bermudas. A todas estás Fernando, ya la había desnudado por completo y le decía que le dejara admirar su cuerpo moreno. Le preguntó si le molestaría que él le tomara algunas fotografías y ella le dijo que no había problema. El le indicó las poses que quería y ella exageraba otras, al parecer ni notaban mi ausencia. Compré las cervezas y me dispuse a regresar hasta la casa de Caruca. Mientras estaba de regreso, pensé que entraría con todo el cuidado para no estropear lo que estuviesen haciendo. Así que eso hice. Deje las bolsas con las cervezas en el refrigerador y con mucho cuidado me dirigí a la habitación, donde pude ver como Fernando en ese momento le estaba succionando sedientamente el clítoris a Caruca. Ella estaba en una posición que me permitía ver con claridad, como la hacía gozar mi marido, sus jugos comenzaban a deslizarse por ese bollito que yo conocía muy bien, fui hasta mi mochila y busqué la cámara de vídeo, noté que ya ellos se me habían adelantado porque estaba junto a la cámara fotográfica encima de una butaca. La encendí y me dirigí a la habitación, ellos se sorprendieron al verme y yo les dije:
-Sigan, solo haré unas tomas- Y le ordené a mi marido, ábrele bien las piernas y mete tu lengua en su cuca, mientras los filmo.
Fernando se tragaba sus jugos con una sed que me calentaba, ella le apretaba su cabeza para que la cogiera con su lengua,
-Métele unos dedos amor,-
-Y ella le dijo que también consintiera su culito, que deseaba sentir sus dedos allí también-
Filmé un rato más y luego decidí incorporarme a ellos. Ayudé a Fernando a mamarle su rica cuquita, y mientras yo me dedicaba a su bollito, él se dedicó a su culo, y Caruca gemía, y no paraba de decir palabrotas producto del placer. Subí con mi lengua poco a poco hasta sus senos y allí mordí suavemente sus pezones, los recorrí con mi lengua y luego le estampé un beso, al que ella respondió metiéndome completamente su lengua. Caruca estaba experimentando un orgasmo, gracias a las chupadas de mi marido, y a la penetración que le estaba dando con sus dedos. Yo me separé de Caruca y fui hasta donde estaba mi marido, me agaché, y me coloqué de tal forma que mientras el le daba placer a Caruca yo le mamaría su gran verga. Que estaba bien erecta y su cabeza comenzaba a destilar un poco de su lechita, yo comencé a limpiársela, me la metí completita en la boca, pasé la punta de mi lengua por su cabezota hinchada, y mientras con una mano agarraba sus huevos, con la otra acariciaba mis senos. Metí varias veces su verga en mi boca, y comencé ese mete y saca, me estaba cogiendo a mi marido con mi boca. Al cabo de un rato, le dije:
-Amor, creo que Caruca quiere sentir como te la cojes-
Acto seguido me paré junto a ellos, Fernando subió las piernas de Caruca hasta sus hombros y comenzó a penetrarla, primero con una suavidad que desesperaba hasta que Caruca le gritó:
-Coño métela toda de una vez que me estas volviendo loca-
Mi marido no se hizo esperar, y comenzó a metérsela y sacársela casi por completo, se la metía de golpe casi hasta sus huevos, así pasaron un buen rato, luego le pidió que se volteara, que quería experimentar con su culito, mientras tanto yo me acosté de forma tal que mientas él se la estaba cogiendo, ella me chupara mi cuca húmeda y caliente.
-Ella le pidió que tuviese paciencia, que esperara a que su culo se acostumbrará a esa verga enorme, pero Fernando no la escuchó y se la metió casi por completo y de un solo tirón.
-Coño, que me estás partiendo en dos cabrón- le dijo Caruca
Y él le respondió: -Es lo que deseo puta
Tuve que incorporarme para ayudar a Caruca, quién gemía y sollozaba al sentir como Fernando la estaba cogiendo por su culo sin contemplaciones.
-Amor (le dije) hazlo suave, deja que entre la cabeza primero, para que se le dilate el culo, y se acostumbre a tu gran palo, ya luego podrás disfrutarlo mejor, y así lo hizo. Comenzó nuevamente, primero con su cabezota, luego poco a poco fue introduciéndole su pinga, hasta que ella misma gritó:
-Ahora si, métela completa, cogeme duro, anda papito, dame duro por mi culo, pártemelo en dos, que rico, -gritaba Caruca ya fuera de sí por la excitación, y Fernando no lo pensó dos veces y comenzó a bombearla sin ningún control, puso sus manos alrededor de sus caderas, apretó sus nalgas y a cada embestida, se las apretaba.
-No pares- le gritaba Caruca
-Joder que culo más rico tenéis, perra le decía Fernando-
Y casi al unísono ambos comenzaron a gritar: Ahhhh!!! Ohhhhh!!! Que rico!!!! Me corro, dame lechita, dámela toda Uffff!!! Ahhhh!!!!
Lo que me indicó que ambos estaban llegando al orgasmo de manera sincronizada.
Caruca se acostó sobre la cama, y Fernando sobre su espalda. Y yo que había tomado nuevamente la cámara de vídeo, decidí apagarla y acostarme al lado de ellos, para limpiarles a los dos sus respectivos órganos. Comencé por Caruca, me tragué los restos de leche, que se confundían con sus jugos Se la lamí de tal forma que quedó limpiecita Luego me dirigí a mi marido e hice lo propio con su pinga. Cuando ambos estaban ya calmados, Caruca dijo:
-Ahora le toca disfrutar a tu mujer-
-Y le respondió: Estoy de acuerdo pero antes déjame ir por una cerveza-
-Trae tres, amor, le grite desde la alcoba-
-ok, me respondió
Cuando regresó Caruca y yo estábamos fundidas en un beso lujurioso, donde brotaban nuestras salivas, -Tomen, nos dijo-
Ambas tomamos las cervezas, bebimos en pequeños sorbos y nos lo pasábamos a través de nuestros besos
Caruca me recostó en la cama, y comenzó a derramar sobre mi cuerpo la cerveza, y con la misma, su lengua me limpiaba. El contactó de lo frío de la cerveza con lo tibia de su lengua me parecía extremadamente delicioso. Lo mismo hizo en mi cuca, derramo cerveza en ella, para luego chupármela completamente, todo esto mientras Fernando seguía filmando.
-Que pena que no hallamos filmado, nuestras aventuras con Ariel-
-Es cierto, respondió Fernando-
Caruca seguía pasando su lengua desde mi bollito mojado hasta mi culito. Subía luego hasta mis pezones y los mordía de manera deliciosa.
Fernando se incorporó a nosotras, y entre él y Caruca comenzó a librarse una batalla por succionar mi clítoris engrandecido, mis jugos que salían a borbotones de mi cuca caliente y mi culo que reclamaba ser objeto de una rica penetración.
Fernando se recostó de la cama y me pidió que lo cabalgara, yo sin pensarlo dos veces, me incorporé y comencé a bajar poco a poco sobre su muy parada pinga. Así comencé a sentir como se abría paso dentro de mis entrañas aquel rico palo que tiene mi marido, Caruca fue hasta la cocina y trajo un plátano macho, lo pelo nos los enseñó y dijo, -esto también te lo meteré-.
Comencé a subir y bajar, a sentir como me clavaba la pinga de mi marido, mientras Caruca, lamía mi clítoris Me incorporé y me puse en 4 patas, así podrían entre los dos cogerme, Fernando con su verga y Caruca con el ya muy acostumbrado plátano en nuestros tríos. Así que mientras Fernando me clavaba su verga por mi culo, el plátano entraba y salía de mi bollito,
Yo les gritaba a ambos, que no pararan, que siguieran, que lo metieran completo,
-Que rico, se siente, denme duro, métanlo completo, coño, denme duro, cóganme así
Y no esperaron a que lo repitiera, comenzaron sincronizadamente a meterme por mis dos agujeros tanto la pinga de mi marido, como el plátano, Caruca le daba vueltas, y me hacía gritar de placer Fue así como obtuve un espasmo grandioso, que les demostraba el orgasmo que me estaban produciendo. Fernando nos pidió que nos sentáramos juntas que iba a regar toda su leche en nuestras bocas, y fue tal la cantidad de leche, que no sólo fue en nuestras bocas, si no también en nuestras caras, y ambas nos lamimos mutuamente, para limpiarnos del resto de la leche que Fernando había derramado sobre nosotras.
Nos acostamos los tres en la cama de Caruca y nos quedamos dormidos. De vez en cuando sentía como Fernando indistintamente apretaba nuestras nalgas, nuestras tetas, y nos decía que éramos unas perras calientes.
A la mañana siguiente, Caruca y yo nos levantamos, dejamos a Fernando acostado y nos fuimos al baño, nos dimos una ducha juntas, acariciamos nuestros cuerpos, lamimos y chupamos nuestras tetas, así como nuestros coños. Salimos del baño, nos vestimos, y nos dispusimos a preparar el desayuno, Fernando se levantó, nos dio a ambas un beso, dos nalgadas y fue a bañarse, al cabo de un rato alguien toco a la puerta de su casa. Yo estaba de espaldas a la puerta, pero reconocí la voz, era la misma persona del famoso camello , me quede paralizada
-Caruca dijo Eugenia te presento a mi padre-
Al darme vuelta pude comprobar que también se trataba de uno de los asistentes a nuestro evento.
-Con una sonrisa muy pícara él respondió
-Hija ya nos conocíamos
Me quedé paralizada, el se acercó me dio un beso en mi rostro, y preguntó por mi marido, pero esa es otra historia, en donde comienzo a sumergirme en el pozo peligroso de las infidelidades.