Raúl y yo (XXL) [Con fotos]

Raúl y yo, buenos amigos desde hace mucho tiempo, conocerán placeres que nunca antes habían sentido. Placeres muy muy intensos.

[Este noveno relato será en verdad el primero. El primer relato que escribí en ésta página fue entre Raúl (mi mejor amigo) y yo, y explicaba el origen de la leche, el crecimiento y el XXL, pero, lo leí hará unos cuantos meses y decidí reescribirlo para mejorarlo (o eso creo). En definitiva, lo empecé hace unos meses y después de acabarlo hace unos días, vuelve, la primera historia de mi canal. Espero que disfrutéis.

Como siempre, espero vuestros comentarios y valoraciones. Muchas gracias a todos:).]


Oía mucho ruido que venía desde la habitación de mi hermano y me pasé a curiosear. Mi hermano era científico y había sido recientemente despedido de la empresa donde trabajaba. Antes de irse, se trajo algunos de sus proyectos a casa y ahora trabajaba por su cuenta.

-¿Qué haces, hermanito?

-Estoy haciendo una pecera para el vecino, pero quiero hacer un diseño bonito y estaba moldeando el cristal pero no me sale…

-Tranquilo, tú eres capaz.

-Ohhh… que pelotilla es mi hermano.

-¡Encima! Pues que te den…

-¡Una cosa! Lo último con lo que he estado trabajando es algo muy importante para mí. Tenía que estar frío y como no he encontrado otra cosa lo he puesto en un brick de leche en la nevera. ¡Ni se te ocurra bebértelo, no sé cómo podrías reaccionar!

-Vale, vale. Tranquilo.

…………

Esa misma tarde vino mi amigo Raúl a estudiar matemáticas para un examen importante que teníamos días después.

Éramos amigos desde hacía muchos años y prácticamente habíamos crecido juntos. Era normal de estatura y muy delgado, depende de la postura en la que se ponía se le notaban todas las costillas. Siempre iba completamente depilado y tenía unos ojos que me encantaban. Además tenía un tatuaje un poco más debajo de su axila izquierda y que prácticamente le llegaba a la cintura que ponía “El cielo es azul”.

Yo, era prácticamente como él, aunque ligeramente más alto y más peludito.

Él desde hace tiempo, reconoció que era gay pero él no sabe que yo  lo soy también y aunque la confianza que teníamos era increíble no encontraba una manera decente de contárselo, pero quería decírselo pronto porque quería tener algo con él.

Llegó a mi habitación con una cámara de fotos nueva que le habían comprado sus padres y comenzó a hacerme fotos de improvisto.

-Eh, cabrón, ¡para!, ¡jajajaja! — dije mientras me ponía la cámara a un palmo de mi cara para hacerme fotos en las que saliera horrible.

-Sabes que me divierte, jaja.

Me dio la cámara y me dijo que comenzara a hacer fotos. Le hice fotos en las que se ponía haciendo morritos, se ponía como una chica, se puso dos pelotas como tetas para hacerse la chulita tonta y luego se quitó la camiseta y se puso las gafas de sol para hacerse también el chulito.

-Estás como una cabra, chaval.

-Y orgulloso que estoy, jaja.

Se había apuntado recientemente a un gimnasio y yo aun no veía mejoría ninguna. Seguía tan delgaducho como siempre.

Hicimos durante un ratito mates pero como ninguno de los dos las entendíamos, continuamos haciéndonos fotos. También me quité la camiseta para imitarle como en aquellas fotos de antes. Yo llevaba un antiguo bañador rojo que lo utilizaba para estar en casa mientras él llevaba unos pantalones piratas de color caqui.

-Uooh, amiguete, estás más gordete.

-Cabrón… Lo sé, hace tiempo que no me muevo mucho.

-Tampoco llevas calzoncillos, ¿no?

-Pa… para qué… si voy por casa…

Que me mirara ahí abajo me puso nervioso. Mi amiguito comenzó a animarse al ser el centro de atención en aquel momento. Intenté disimularlo pero no lo conseguí.

-Jajaja, ¿te estás empalmando, tío?

-No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no… sí. Es que, verás…

Y entonces se lo conté todo con pelos y señales…

-…y me preguntaba si querrías hacer algo, porque ya he hecho algo con otros tíos pero no me gustaba mucho…

-En ese caso, tengo que confesarte algo…

-¿El qué? — pregunté extrañado.

-Pues que te tengo como uno de mis fantasías más imposibles…

-¿En serio? Yo… yo… bueno, no sé qué decir.

-No digas nada, jaja. Voy a por unas bebidas y podríamos hacer… algo…—dijo pícaramente.

Estaba en una nube. Pensar que yo era su fantasía me estaba excitando mucho y sabiendo que en breve pasaría algo entre nosotros dos…

Al poco rato, vino con un refresco para mí.

-¿Y tú tío? —pregunté.

-Me he metido un trago de leche. Sabía raro por eso, estará pasada o algo…

Abrí los ojos como platos.

-Mi hermano me dijo que no debíamos beber de ahí. Era un nuevo experimento que estaba probando… No sé qué pasará…

-No te preocupes, yo me encuentro bien.

Me quitó el pantalón y los calzoncillos, y me tiró a la cama. Comenzó a mamármela ya que estaba durísima y no hacía falta ni calentar ni nada. Me agarré a sus brazos mientras disfrutaba de lo que para mí era un placer de los dioses. Pronto noté como algo no iba bien.

Sus brazos estaban aumentando de volumen mientras los estaba agarrando. Sus abdominales se estaban endureciendo. Un bulto se estaba haciendo cada vez más grande en su entrepierna.

-¡DIOS! ¡TÍO! ¿QUÉ ME ESTÁ PASANDO?

-¡RAÚL! ¿ESTÁS BIEN?

-Estoy… estoy… ¡MEJOR QUE NUNCA!... ¡Hazme una foto!

Comenzó a posar para que le hiciera una foto que jamás olvidaría.

http://www.online-imagenes.com/show-image.php?id=a6eff7d964e9d64c94a72f3b471bd63c

Después de hacer la fotografía, continuaba creciendo… Yo no fui capaz de hacer más fotos y solo me limité a disfrutar del espectáculo. No me podía creer lo que estaba pasando…

Yo me volví a poner el bañador y Raúl, en cambio, se quitó los calzoncillos al aire liberando la mayor polla que había visto jamás.

-¡Dios! ¡Pero mira mi tranca! ¿Cuánto mide esto? ¿Medio metro?

-¡Bestia! Medio metro no, pero sus veintipico centímetros…

-¡Me encanto! ¡Y soy enorme!

Me puse de pie y efectivamente, ahora era más alto que yo. Debería medir cerca de dos metros ahora. Al acercarme para hacer la comparación, no pude evitar acercarme para sentir su calor y su enorme tranca cerca de mi cuerpo.

-Bebe tú.

-¿Qué?

-Bebe tú también. Esta sensación es inexplicable y tienes que vivirla.

-No sé si es una buena idea.

-¡Vamos! ¡Será divertido! Créeme. —Dijo pícaramente— Te espero en el patio.

Fui a la nevera y sin dudarlo mucho, bebí un buen sorbo de aquella bebida misteriosa de mi hermano. No notaba nada…

Fui al patio para contemplar aquel adonis que tenía en mi casa y contarle lo que para él serían malas noticias ya que parecía que le hiciera más ilusión a él que a mí mismo.

-Tío, conmigo esto no funciona…

-¿Estás seguro?

-¿Por qué lo dices?

No hizo falta que me contestara. Comenzaba a notar como el suelo se alejaba de mi punto de vista y mi grasa comenzaba a desvanecerse para convertirse en unos buenos abdominales duros y fuertes, mientras en mi propio bañador se estaba realizando una propia fiesta.

Raúl, sin que yo me diera cuenta en ese momento, me hizo una foto.

http://www.online-imagenes.com/show-image.php?id=5536f5ac69a3e20e6d4246efd900f20f

Tenía que quitarme el bañador porque mi pene alcanzó un estado en el que ya hacía daño porque no cabía.

A diferencia de Raúl, yo seguía creciendo… Me tuve que poner de rodillas porque la sensación era demasiado brutal. Sentía como cada parte de mi cuerpo se expandía ante mis ojos. Sentía un placer increíble e inexplicable, como si tuviera 20 orgasmos concentrados en uno intenso y duradero.

Raúl aprovechó el momento para hacer una última fotografía.

http://www.online-imagenes.com/show-image.php?id=e6b8c47a3d8ef50be1dcc0ef518cdc86

Mi crecimiento por fin paró. Me puse de pie y Raúl se acercó a mi lado. Su cabeza llegaba a mi ombligo. Sin mediar palabra y estando es un estado de éxtasis total, Raúl comenzó a jugar con aquel pene enorme y masivo que tenía en este momento.

Sus manos intentaban hacer lo posible para darme el máximo placer mientras con su lengua jugaba con mi glande para hacerme sentir en el séptimo cielo. En ese estado y teniendo a una versión mejorada de Raúl, no duré mucho y me corrí en su boca. Él se tragó toda mi corrida.

Entonces, para mi sorpresa, comencé a convertirse en mi antiguo yo. Mi cuerpo volvía a sus dotes normales… Decrecía, mis músculos disminuían y mi pene disminuía de tamaño. El sueño había durado poco, aunque eso sí, mi cuerpo no era exactamente igual.

Todo había mejorado un poco, tenía más fuerza en mis brazos, un torso más definido y duro al igual que mis abdominales, unos centímetros más de altura, y sobre todo, un pene más largo y más grueso.

La sorpresa fue doble, cuando, después de tragarse mi corrida, Raúl, volvió a comenzar a crecer.